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CORPORACION UNIVERSITARIA

AMERICANA

ADMINISTRACION DE EMPRESAS
7 SEMESTRE

TRABAJO
EMPRESAS FAMILIARES DE COLOMBIA

PROFESOR
JOSE VENECIA

PRESENTADO POR
SANTIAGO GONZALEZ ARIZA

14-09-2018
BREVE HISTORIA DE LAS MARCAS: RAMO

Ramo es una de las marcas con las que más se han identificado generaciones de colombianos desde
mediados del siglo XX hasta la actualidad. No sólo es un ejemplo de emprendimiento y un caso de
mercadeo digno de estudiar, sino que por encima de todo es un ejemplo de vida, el de Rafael
Molano, su fundador.

Luego de terminar sus estudios de bachillerato en Tunja (Colombia), Rafael quien era originario de
Santa Rosa de Viterbo en Boyacá, viaja a Bogotá en busca de oportunidades. Allí su primer trabajo
sería el de repartir periódicos en el diario El Siglo. Sin embargo su ambición (entendida en el buen
sentido) lo llevaría más tarde a buscar la manera de trabajar en el Hotel Astor.

Gracias en parte a la amistad que logró construir con las señoras Tobón, las dueñas del lugar, Rafael
empezaría a hacerse cargo de algunas tareas que le eran delegadas dado los continuos viajes que
éstas solían hacer.

Así fue como a sus 17 años Rafael lograría convertirse en gerente del lugar. Su instinto hábilmente
lo llevaría a poner en práctica una estrategia tradicional de networking aprovechando su posición
en un hotel que fácilmente podría ser considerado uno de los mejores de su época. Esta consistía
en invitar a su mesa a las personas que veía solas a la hora de la comida.

Así fue como en uno de esos tantos encuentros que sostuvo con los visitantes, terminaría por
conocer a Vicente de la Cuesta; nada más ni nada menos que el vicepresidente de la cervecera
Bavaria en esa época, quien lo contrató.

Ante la necesidad de generar nuevas fuentes de ingresos para no retrasarse en el pago de la cuota
que le demandaba la propiedad a la que se había hecho y poder mantener el nivel de vida de su
familia, tendría que decidirse por un oficio alterno.

Fue así como encontró en los pasteles que su madre Mercedes Olarte hacía, la forma de generar
esos ingresos extra que tanto estaba necesitando. Con el apoyo de su esposa, quien terminaría por
aprender a hacer las tortas de la suegra, Rafael iniciaría una nueva etapa en su vida que lo llevaría
de a poco a ir dando vida a un sueño hasta entonces nada fácil de concebir.

El nacimiento de Ramo

Hacia 1950 Rafael Molano empezaría a vender las tortas a sus amigos de Bavaria. Sus ganas de
comercializar el producto a través de tiendas lo llevaron a cambiar el concepto que hasta entonces
se tenía del producto.

Al estar muy asociado a los cumpleaños y resultar algo costoso para la gente, Molano debería hacer
ajustes a su oferta si es que efectivamente pretendía comercializar las tortas a través de terceros.
Así fue como se le ocurriría tajar los ponqués en 12 porciones para que los tenderos pudieran
venderlas de forma individual y a un precio menor. Volviendo las tortas un postre que se podía
disfrutar en cualquier momento, Molano lograría cambiar la concepción que hasta entonces se tenía
del producto al ampliar las ocasiones de consumo a otros momentos diferentes a los cumpleaños.
La buena aceptación que tenían las tortas, sumado a la penetración cada vez mayor que estaba
logrando a través del comercio minorista, eran la prueba inequívoca de que el negocio tenía
potencial.

Consolidación del negocio

Las cosas en la entonces pequeña empresa marchaban bastante bien como para dedicarse a otra
cosa que no fuera la producción y venta de tortas. Y es que con una proyección de ventas que iba
en aumento, de la mano con un nivel de ingresos cada vez más representativo para Rafael y su
esposa, era menester tener un nivel de involucramiento cada vez mayor conforme el negocio iba
creciendo.

Esta complejidad que se reflejaba en el crecimiento demandaba cada vez mayor atención. Así la
mejor forma que Rafael vio que esta posibilidad se pudiera realizar, fue acudir al médico de Bavaria
y fingir que tenía alguna clase de síntomas.

El veredicto del médico no pudo ser mejor ya que a Rafael se le dictó un mes de incapacidad. De
esta manera Molano tendría tiempo para concentrar todos sus esfuerzos en su empresa y asistir a
su esposa en la producción de volúmenes cada vez mayores de producto.

También durante ese mes Rafael tomaría un pequeño crédito de la cooperativa de Bavaria para
comprar algunos peroles. Como si fuera poco, al término de este periodo de incapacidad Molano
lograría hacer que el galeno le diera un mes más de inactividad. Al final, el trastorno y la obsesión
que le producía su negocio fue suficiente como para dejar de lado su empleo y dedicarse por
completo a su empresa.

Origen del nombre

Contrario a lo que muchos piensan, Ramo no tiene su origen en el nombre y apellido de su fundador,
sino en la forma como Ana Luisa Camacho, la esposa de Rafael, empacaba los ponqués. Este
consistía en el uso de cintas de papel seda para amarrar las tortas de forma muy similar a la de los
ramos de flores.

Crecimiento del negocio

Para crecer y afianzar su negocio, Molano se rodeó de muchos de sus compañeros de Bavaria a los
que traería a trabajar a su empresa. Además de esto también empezaría a estandarizar los
productos. Ya para los años 60 abriría su primera planta en el sector de San Andresito en Bogotá.
Posteriormente gracias al crecimiento de la compañía se abriría una planta en Sabaneta (Antioquia),
y luego gracias a un préstamo se haría el traslado de la primera planta hacia Mosquera en
Cundinamarca.

Durante los 70s se presentaría un boom de la marca gracias a un programa de televisión en el que
se popularizaría el estribillo: “feliz cumpleaños amiguito te desea ponqué Ramo”. Esta frase quedaría
grabada para siempre en las mentes de muchas generaciones gozando de gran recordación hasta la
actualidad y siendo sin duda la mejor publicidad para la marca en muchos años de existencia.

Más tarde en los 80s, el crecimiento del mercado haría que la empresa construyera otra fábrica en
Palmira, Valle del Cauca.
Sistema de distribución

Rafael Molano estaba seguro que una de las claves de su negocio estaba en la distribución, en virtud
de su política de mantener precios bajos. Siendo fiel a esta política a lo largo de los años y habiendo
ya tenido la oportunidad de trabajar en dicha área, nada más ni nada menos que en una empresa
de la magnitud de Bavaria, Molano decide hacer un viaje a China con el fin de implementar el famoso
sistema de distribución en triciclos.

Dado que el sistema no resultaba ser en realidad muy atractivo para los vendedores, Molano de
forma muy astuta logra vender su idea y salirse con la suya contratando a Rafael Antonio Niño, un
popular ciclista de la época para que se tomara una foto en un triciclo, con lo cual daba a entender
que se podía hacer ejercicio al tiempo que se trabajaba.

El Chocoramo

Olimpo López, quien dió vida al Chocoramo

Chocoramo, el producto insignia de la empresa, se lanza al mercado en 1972.

El popular pastel que representa cerca del 80% de las ganancias de la compañía es fruto de la idea
de uno de sus hijos, quien sugirió bañar el tradicional ponqué Gala con chocolate.

Hoy en día su fórmula se encuentra celosamente guardada en la bóveda de un banco en los Estados
Unidos.

Fabricación de materias primas

La necesidad de mantener el abastecimiento de materias primas inestables, ha hecho que la


empresa se encargue de producirlas por sí misma. Tal es el caso de la harina, los huevos y hasta el
mismo chocolate que son producidos por la misma compañía, con lo cual se logra mantener un flujo
y control adecuado en los ingredientes usados para la fabricación de las diferentes líneas de
producto.

Permanencia de Ramo en la actualidad

La compañía continúa ampliando su portafolio lanzando al mercado nuevos productos y dándole a


estos una nueva imagen para lucir más atractivos en medio de unos mercados altamente
competidos y con una oferta variada.

Ramos logro todo esto por la perseverancia que tuvo rafal molano a querer llevar esta compañía al
éxito, no solo se rodeó de personas que lo ayudarían a llegar a lo más alto de la industria, también
tuvo el apoyo de familiares y estrategias que le permitirían dar a conocer su producto, así como
también la flexibilidad económica con la que este se podía conseguir.

La tradición de la marca y sus productos ha constituido la mejor arma con la que la empresa ha
logrado hacer frente a la globalización y las grandes multinacionales.

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