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AMPLIACIÓN CAPÍTULO 5: TEOLOGÍA DE LA PRAXIS DE JESÚS

SEMINARIO MAYOR SAN LEÓN MAGNO


FECHA: 6 DE MAYO DEL 2020
NOMBRE: FRAY PEDRO ANTONIO MURILLO
DOCENTE: P. JOFFRE ASTUDILLO
MATERIA: TEOLOGIA PASTORAL

 LAS DIFERENTES CRISTOLOGIAS Y SU IMPORTANCIA EN


LA PRAXIS PASTORAL

Al realizar la lectura del capítulo 5 desde mi modo de ver es de gran trascendencia


reconocer la necesidad de entender la praxis de Jesús a partir del conocimiento y
acercamiento a los evangelios, los cuales representan una parte fundamental de la
historia salvífica de Dios, pues en ellos se proclaman la presencia y la vida misma
de Jesús, quien es imagen de Dios lleno de amor y misericordia. Los evangelios
son el relato, aunque no cronológico e histórico, pero si teológico pastoral de la
actividad mesiánica de Jesús y con ellas de la continuación de la historia salvífica
de Dios para con su pueblo y humanidad.

Comprender los evangelios es entender que Jesús se hace praxis es decir se


hace “practica” “se hace visible” “tangible” en la medida en que se acerca a la
humanidad, a las realidades sociales de su tiempo; extendidas estas a nuestras
realidades actuales. El centro del mensaje de aquellos textos que de una u otra
manera también surgen de la experiencia viva por una comunidad al lado del hijo
de Dios, tienen como característica la experiencia del misterio pascual con el
resucitado. Por medio de este misterio pascual, como comunidades cristianas que
vivimos también esa experiencia espiritual teológica podemos comprender que la
praxis de Jesús encuentra su fundamento en la acción misionera de su propia
vida.

Jesús es representado en los evangelios como lo dice el texto: como el camino a


seguir, el hijo de dios vivo, “yo soy el camino la verdad y la vida” (Jn 14, 6) el
encuentro con Jesús genera de una u otra manera una nueva vida, una nueva
transformación, “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia” (Jn 4, 14) en los relatos de los evangelios vemos como las personas
que llegaron a tener ese profundo contacto con la persona de Jesús, la mayoría
de ellos experimentaron una gran trasformación interior, pues sus vidas no fueron
iguales después de encontrase cara a cara con el mesías, con el hijo de Dios
vivo; una experiencia bella la vemos en el dialogo de Jesús con la samaritana (Jn
4, 1-45), pues esta mujer después de escuchar a Jesús quiere beber de esa agua
que da la vida eterna, quiere beber de Jesús sin importan las diferencias
ideológicas e históricas que se vivía en aquella época entre los judíos y los
samaritanos.

Los apóstoles también son ejemplo de lo que genera esa experiencia profunda del
encuentro con la persona de Jesús; “ellos dejándolo todo lo siguieron” (Lc 5,
11) y sus vidas ya no volvieron a ser las misma, pues el encuentro con Jesús a
partir del misterio cristológico genera trasformación. Por eso la misión profética de
Jesús tiene sentido cuando como cristianos reconocemos su presencia como
acción trasformadora, renovadora, iluminadora en nuestras vidas.

Pero para ello hay que tener presente también aquellos rasgos de las dimensiones
de la praxis de Jesús, las cuales nos permiten tener esa certeza de que el misterio
de la salvación aun hoy sigue siendo importante y necesaria en la historia de la
humanidad. El anuncio del misterio pascual de cristo sigue siendo actuante en la
experiencia trascendente de realidad humana… Jesús sigue siendo atrayente,
sigue siendo contágiante, pero, sobre todo, sigue siendo apasionante.

En la praxis de su dimensión, se resalta en un primer momento, a un Jesús que


anuncia el reino de Dios; un reino que se hace tangible en su propia persona, pero
que se desarrolla en la media en que su mensaje busca la conversión de los
pecadores, de los alejados; aunque también es de gran importancia reconocer que
esta extensión del reino de Dios encuentra su fundamento mas practico en las
acciones que Jesús realiza con aquellos excluidos, con los pobres y necesitados.
Es con ellos con los que Jesús visibiliza la buena nueva del padre, por ello no
podemos entender una acción pastoral en la que no sean protagonistas de la
misma aquellos indefensos. Nuestra praxis pastoral debe tener como principio
esta primera dimensión de la praxis de Jesús. Pues es en aquellos pobres, a
veces de espíritu y otras de lo material, en los que se cumplen la acción practica
de la misión salvífica de Dios: “No son los sanos quienes necesitan del médico
sino los enfermos” (Mt 9, 12)

En la segunda dimensión se resalta una praxis de Jesús con sus discípulos; en


esta experiencia nos damos cuenta de la importancia del discipulado. En la
experiencia del llamado de los apóstoles, podemos ver cómo Jesús los hace
participe y con ellos a nosotros de su acción misionera “vayan por todo el mundo
anunciando el evangelio” esta acción misionera no es una acción estática, al
contrario, es de movimiento, de salida; de ahí la segunda reflexión que a nivel
personal realizo con esta segunda dimensión de la praxis de Jesús. Nuestra praxis
pastoral debe ser siempre una acción en continúe movimiento; no podemos
concebir una pastoral que se anquilose en sus muros y parroquias. Estamos
llamados a “ser” misión con nuestras vidas; pues después de encontrarnos con el
resucitado debemos ser una constante “acción misionera” en la que muchas veces
sobre las palabras y sean nuestro testimonio de vida los que anuncien ese reino
de Dios.

Y por último encontramos la praxis de la dimensión de Jesús en relación con el


padre. Como cristianos no podemos entender la acción misionera de Jesús fuera
del padre “el padre y yo somos uno” (Jn 10, 30) “Porque yo no he hablado
por mi propia cuenta, sino que el Padre mismo que me ha enviado me ha
dado mandamiento sobre lo que he de decir y lo que he de hablar” (Jn 12, 49).
Con esta dimensión podemos reflexionar también que nuestras praxis pastorales
no pueden hablar de Jesús sin hablar del padre. desde mi modo de pensar creo
que es imposible hablar de Dios si no tenemos una experiencia profunda y
fundante con su enviado; es decir no podemos hablar de un Dios lleno de amor,
de misericordia, y de bondad, si no hemos experimentado en el encuentro con
cristo aquellas manifestaciones de amor con nosotros.

En conclusión, en ese misterio cristológico de la praxis de Jesús podemos como


cristianos encontrar un camino hacia la acción apostólicas de nuestras realidades
pastorales. Pues cuando fundamentamos nuestras acciones pastorales en cristo
todo encuentra otro significado. “Pues el hace nueva todas las cosas” (Apocalipsis
21, 5)

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