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“EL REPLANTEAMIENTO DEL PERMISO POR LACTANCIA MATERNA: UNA

MEDIDA PARA PROMOVER LA IGUALDAD Y LA CONCILIACIÓN DE LA VIDA


LABORAL CON LAS RESPONSABILIDADES FAMILIARES”.
Sumario:
1. Introducción.- 2. Análisis interdisciplinario de la lactancia 2.1. Enfoque
sociológico de la Lactancia 2.2. La lactancia desde la perspectiva de la
sociología.- 3. Ámbito normativo 3.1. Tratamiento jurídico de la lactancia
materna en el mundo.- 3.2. Regulación jurídica del permiso por lactancia
materna en nuestro país.- 4. Visión panorámica del permiso por lactancia
materna en la ciudad de Lima. 5. El replanteamiento del permiso de lactancia
como medida para promover la igualdad entre varón y mujer y para conciliar la
vida laboral con las responsabilidades familiares. 6. Conclusiones.

1. Introducción
Según la Organización Mundial de la Salud, la lactancia es la forma ideal de
aportar a los niños pequeños los nutrientes que necesitan para un crecimiento
y desarrollo saludable, cuya titularidad del derecho debería recaer sobre los
niños; sin embargo, en nuestro país mediante la Ley Nº 27240 - Ley que
otorga permiso por lactancia materna, este es un derecho reconocido a las
mujeres. Lo que genera una discrepancia, si este derecho otorgado a las
mujeres, en realidad, promueve que ellas puedan desarrollarse de forma
efectiva en el trabajo, cumplir sus metas personales, y si este tipo de
protección les genera a las mujeres el derecho a la igualdad remunerativa y de
trato en relación a los varones, en el ámbito laboral.
Es por ello, que es necesario el replanteamiento del permiso por lactancia
materna, con un enfoque de género, orientado a la corresponsabilidad,
efectuando para ello se efectuará un análisis interdisciplinario con sociales y la
psicología, donde se encuentra un refuerzo que avalará el rol fundamental que
el padre cumple en el momento del nacimiento de su hijo y durante sus
primeros meses de vida.
También se efectuará un estudio a la regulación normativa del permiso por
lactancia materna alrededor del mundo y específicamente en nuestro país.
Creyendo igual de importante no solo la regulación jurídica sino la percepción
de la población de la ciudad de Lima, para lo cual se efectuó un cuestionario
referente al tema.
Para finalizar con una propuesta de replanteamiento al permiso por lactancia
materna que pretende la promoción de la igualdad y la no discriminación
salarial entre varones y mujeres, salvaguardando el desarrollo mental y físico
del recién nacido y que no se vea afectada la participación de las mujeres en el
ámbito laboral.
2. Análisis interdisciplinario de la lactancia
2.1. Enfoque sociológico de la lactancia.
Concuerdo totalmente con Huamán, Josefina (1985) quien señala que: al
finalizar el parto, el corte del cordón umbilical representa el rompimiento del
vínculo vital entre madre e hijo, sin embargo la vida del ser humano es tan
compleja que luego es capaz de establecer una comunión psico- afectiva
más compleja mediante la lactancia natural, a la que también se le
denomina lactancia materna.
A la vez apropiadamente menciona que es un acierto el denominarla
natural, pues es la naturaleza quien provee, a la mujer convertida en
madre, de glándulas secretoras de leche para poder nutrir a su hijo,
también la autora menciona que es tan natural como inherente al ser
humano pues desde el principio de la humanidad el brote de leche fue
espontáneo del pecho materno.
Sin embargo, el bebé no solo necesita de su madre, ya que tal como
menciona La liga de la leche internacional (2001: 137) un elemento muy
importante para el desarrollo del bebé es la relación padre- bebé, así como
también, “cuando existe un apoyo amoroso, ayuda y compañerismo por
parte del padre del bebé, la lactancia materna cobra mayor valor y la pareja
lactante se relaciona mejor”, del mismo modo la precitada fuente acota que
el apoyo del padre de su bebé es el más significativo estímulo que la mujer
encuentra para dar de lactar.
Y siguiendo a la fuente en mención, tenemos que a pesar que la madre es
la dotada biológicamente para amamantar al bebé, no hay quien pueda
realizar cierto tipo de acciones tan bien como el padre, acciones tales
como cuando la madre intenta tranquilizar al bebé luego de amamantarlo
meciéndolo, acariciándolo, es el padre quien al recostar al bebé en su
hombro, de modo tal que el pequeño quede acunado en su barbilla, va a
conseguir hacerlo dormir de inmediato, ya que los padres necesitan estar
con sus bebés para poder entender mejor sus necesidades.
Tal como señala La liga de la leche internacional (2001: 141): se convierte
en una necesidad para el padre el permanecer al lado de su bebé, ya que
ello mismo representa poder comprender más a sus hijos y sus
necesidades propias, asimismo el bebé necesita relacionarse con su
padre, por citar un ejemplo: “un bebé hambriento no tendrá interés en su
padre, pero una vez que haya mamado hasta saciarse, su esposo puede
cambiar los pañales, cantarle, mecerlo o consentirlo”, como acota la fuente
en mención tanto el padre como la madre deben actuar como un equipo de
crianza, ya que cada uno otorgará una contribución única para el desarrollo
del bebé y ambos deben apoyarse a fin de conseguir una mejor crianza.
Hay que tener en cuenta que la paternidad es un hecho que va más allá de
las circunstancias biológicas, según Fuller (2000: 15) “no es un hecho de la
naturaleza sino una construcción cultural”, puesto que, “(…) la relación
biológica de fecundación y engendramiento no es necesaria para la
creación de un vínculo de parentesco y de afecto”, de tal forma que, desde
el punto de vista de la sociología, la paternidad implica una composición,
significa un cúmulo de factores sociales y dependerá mucho el contexto en
el que viva el padre, y tal como señala Fuller (2000: 19) para los varones
peruanos, la paternidad constituye “una tarea asociada a la transmisión de
los saberes y valores generales y a la continuación del linaje o casta” y se
colocan por motu proprio por encima de las mujeres, pues a la maternidad
la menosprecian y la relacionan con los sentimientos y con la vida
doméstica; sin embargo tal como se mencionó en el nacimiento de un bebé
confluyen una serie de circunstancias y hay que tomar en cuenta también
la perspectiva de otra ciencia como es la psicología, pues nos explica más
a fondo el desarrollo de la mente, los sentimientos, el manejo de las
emociones, tanto del bebé como de la madre y el padre.
2.2. La lactancia desde la perspectiva de la psicología.
Hablar de lactancia, indiscutiblemente nos obliga a remitirnos al recién
nacido, es por ello que al recurrir a la psicología encontramos que Philip
Rice (1997) denomina a la Infancia como el periodo comprendido desde el
nacimiento hasta el segundo año de vida, relacionándolo como un periodo
de cambios, pues en esa etapa se desarrollan las capacidades y la
coordinación motora, así como sus capacidades sensoriales y el leguaje.
Es sumamente importante resaltar, lo que enuncia Philip Rice (1997: 07)
pues en esta etapa “el niño se apega a los miembros de la familia y a otras
personas que lo atienden, aprende a confiar o a desconfiar y a expresar o
reprimir amor y afecto”. En la misma línea la psicología del desarrollo
mediante Fitzgerald, Strommen, & McKinney (1981) consideran al recién
nacido como el ser más dependiente psicobiológico pues necesita que lo
alimenten, que lo limpien, pacificarlo y requiere cuidados constantes.
Y tal como precedentemente se mencinó al apego, resulta sumamente
relevante desarrollarlo más a fondo, pues en esta etapa es cuando se
manifiesta con mayor dimensión y repercute en el desarrollo de los infantes
tal como señala Siegel (2007: 111) “a nivel mental, el apego establece una
relación interpersonal que ayuda al cerebro inmaduro a usar las funciones
maduras del cerebro de sus progenitores para organizar sus propios
procesos”, de tal modo que como refiere el autor el apego es una
transacción de emociones, mediante la cual el apego seguro implica como
respuesta estados emocionales positivos para los niños y así modular los
negativos, todos estos estado se almacenan en la memoria implícita como
modelos mentales sirviendole al niño a sentirse seguro en el mundo. Del
mismo modo Siegel (2007: 113) agrega que: “estas relaciones emocionales
incipientes tiene un efecto directo sobre el desarrollo de los dominios de
funcionamiento mental que sirven como nuestros puntos de andamiaje
conceptual: la memoria, la narración, la emoción, las representaciones y
los estados mentales”, es así que el apego sirve para crear la base central
para el desarrollo de la mente.
En razón a ello, es de suma importancia desarrollar el apego seguro del
recién nacido con sus progenitores pues ahora se sabe que cada uno de
ellos es necesario para su desarrollo; sin embargo, años atrás tal como
señala Álvarez Merino y Kloppe Villegas (1986: 44) en la psicología
existian teorías que consideraba al padre como el gran ausente o distante.
Estas teorías son: a) la psicoanalítica de Sigmund Freud que ignora
completamente al padre y le asigna un papel preponderante a la madre en
razón a que para el bebé, la zona oral es la zona principal de placer, pues
se encuentra relacionada con actividades como lactar, chupar, comer,
morder y tragar; y asevera que solo la mujer puede desarrollar la zona oral
del niño, b) la teoría biológica, considera que el varón no estaría bien
dotado biológicamente para participar de modo activo en el cuidado de los
hijos, y que, las mujeres son preparadas durante el embarazo y el parto
para el comportamiento maternal, a través de cambios hormonales.
Pese a estas teorías tradicionales, ahora nos encontramos con estudios
modernos de la paternidad realizados por Oiberman (1994) refiriendo a
Parke y Tinsley (1987) y Winnicott (1975), quienes pudieron verificar que,
el varón representa no sólo un apoyo emocional de la madre en el periodo
posterior al nacimiento de su hijo, sino que también, ella necesita el apoyo
de su pareja para poder dar de lactar correctamente a su bebé. La misma
autora citando a Berman y Pedersen (1987), concluye que, los bebés que
sostenían una cercana relación con sus padres, podían estar en presencia
de otro adulto sin mayor problema; ya que el padre inserta a su hijo a la
sociedad, pues es un intermediador o separador, entre el bebé y su madre.
Un dato curioso es el que aporta Sloninsky (1962: 15), pues el autor
verificó que, “cuando el padre (…) haya sido muy cercano y expresivo
hacia el hijo desde la pequeñez de este (primeros meses), el mismo
desarrolla muy bien (o exageradamente) su capacidad lógica y su
racionalidad, y entre éstas, su aptitud para la matemática”.
Estas nuevas manifestaciones, siguiendo a Oiberman (1994: 68) como por
ejemplo la inclusión del padre en el parto y el otorgamiento de permisos
por paternidad, son parte de la “revolución de la masculinidad –fenómeno
que se perfila como un hecho social del fin del Siglo XX–“, que se opone al
hecho tajante acerca de que “la capacidad paternal quedó reprimida”
debido a estereotipos que la misma sociedad ha impuesto. Por lo que, el
derecho no puede permanecer alejado pues mediante el derecho del
trabajo se otorgan determinadas licencias y permisos remunerados a los
trabajadores, para ausentarse del centro de trabajo y satisfacer las
necesidades propias de la reproducción tales como: licencia por
maternidad, por paternidad y permiso por lactancia materna, el cual se
desarrollará más a fondo el capítulo siguiente.
3. Ámbito normativo
3.1. Tratamiento jurídico de la lactancia materna en el mundo.
La Organización Internacional de Trabajo (2014: 1) acertadamente enuncia
que: “la maternidad segura, la atención de salud de la madre, y la
supervivencia del recién nacido forman parte esencial de la propia vida” en
razón a ello el bienestar infantil y la protección de la maternidad siempre
fueron temas a tomar en cuenta desde la creación de la OIT hasta la
actualidad, todo ello en busca de facilitar a las madres la conciliación de su
función reproductiva con la función productiva, de manera tal que,
mediante el Convenio N° 183 – El convenio sobre la protección de la
maternidad, el cual establece los lineamientos correspondientes a
protección de la salud, licencia de maternidad, licencia en caso de
enfermedad o de complicaciones, prestaciones, protección del empleo y no
discriminación, y madres lactantes.
De este modo las interrupciones para la lactancia forman parte de normas
internacionales a fin de otorgarle protección a la maternidad, tal como
señala la Organización Internacional de Trabajo (2014: 14): “después del
parto, muchas mujeres se enfrentan a la posibilidad de la pérdida del
empleo y de los ingresos, y no pueden permitirse interrumpir el trabajo para
alimentar al/a la recién nacido/a. Si en el lugar de trabajo no hay ayuda
para la lactancia, la actividad laboral y la lactancia son incompatibles”. En
razón a ello, el referido Convenio N° 183 deja en criterio de cada país
determinar la duración y el número de interrupciones necesarias, las cuales
se verán reflejadas en cada legislación. Teniendo como panorama el
siguiente:
GRÁFICO 1: Normativa nacional en materia de interrupciones para la
lactancia, 2013 (160 países) (%)

Del análisis de estas cifras mostradas en el GRÁFICO 1 tenemos que: de


160 países estudiados el 75 % de estos países, que representan al menos
en 121 se prevén interrupciones con o sin remuneración para las madres
lactantes, o una reducción de la jornada laboral. Sin embargo, en 39 de los
países estudiados (24%) carece de disposiciones en esta materia, de estos
39 países 26 son de África, Asia y el Caribe.
El mejor país para ser madre en el mundo es Noruega, tal como lo señala
Medina, Vilma (2010) según el informe realizado por la Fundación Save
The Children, en el referido país las mujeres convertidas en madres
pueden elegir entre gozar de hasta 56 semanas de baja con el 80% de
remuneración o 46 semanas con el 100% de remunaración, con la
atingencia que este periodo puede ser tomado indistintamente también por
los padres, pues la incorporación de la mujer al trabajo, el permiso para el
padre y la igualdad de género son medidas que hacen posible una
maternidad sana en Noruega.
En España se encuentra una regulación específica para la lactancia, sin
embargo, en el referido país recurrente la figura de la búsqueda de la
igualdad de género, pues este derecho que originariamente era de
titularidad de la madre, ahora es otorgado indistintamente tanto al padre
como la madre, dejando a libre elección de los progenitores. Todo ello fruto
de construcción jurisprudencial mediante la cual se resalta el rol
fundamental del padre en la lactancia, así como también la desvinculación
del referido derecho con el hecho biológico de dar pecho, para ser
considerado el permiso de lactancia como un tiempo destinado a la
alimentación y cuidados del neonato.
En América Latina, tal como señala Abramo, Laís & Todaro, Rosalba
(2002) el derecho que tiene una mujer de amamantar a sus hijos, es una
interrupción de su jornada laboral que esta debidamente remunerada y la
duración de la misma varía en todos los países, tenemos que en Brasil y
Uruguay se extiende hasta que el hijo tenga seis meses, hasta que tenga
un año en Argentina y en Chile hasta que tenga dos años. En México la
legislación no preveé este derecho, sin embargo se concede mediante los
convenios colectivos por periodos de seis meses hasta que el bebé tenga
un año de vida. Las mencionadas autoras encuentran también
particularidades importantes en Uruguay tales como que las trabajadoras
del sector bancario mediante negociación colectiva obtienen el derecho a
usar media jornada laboral para la lactancia durante seis meses a partir del
nacimiento, también la legislacion uruguaya establece que todas las
mujeres empleadas tienen permiso de un día anual para la prevención del
cáncer génito- mamario.
3.2. Regulación jurídica del permiso por lactancia materna en nuestro país
El permiso por lactancia en nuestro país es uno de los derechos más
antiguos reconocidos a favor de la mujer en el ordenamiento peruano, tal
como señala Aparicio Aldana y otros (2014), pues mediante la Ley 2851
promulgada en el año 1918, en su artículo 21° estableció el derecho de las
madres “a disponer, para amamantar a sus hijos, de proporciones de
tiempo que en conjunto no excedan de una hora al día, fuera del tiempo
necesario para trasladarse al local dedicado a este fin. El valor de este
tiempo no podrá ser descontado del salario de la madre, cualquiera que
sea la forma de remuneración de su trabajo; y el derecho de usar del
mismo, con el objeto indicado no podrá ser renunciado”.
Sin embargo, tal como señala Neves, Javier (1999) el gobierno
encabezado por Fujimori a mediados del año 1990 inició una reforma
laboral, ya que se encontraba frente al panorama de un ordenamiento
laboral proveniente de inicios de siglo, caracterizado por otorgar diferencia
de trato entre varones y mujeres, con la finalidad de otorgar una mayor
protección a las mujeres; fue en ese contexto que el mencionado
gobernante eliminó casi todas las prohibiciones y ventajas indebidas que
antes se les había otorgado, una de ellas fue el permiso por lactancia
contemplado en la Ley 2851.
Aparicio Aldana y otros (2014) acotan que el 22 de diciembre de 1999 se
recupera este derecho, mediante la Ley N°27240 - Ley que otorga permiso
por lactancia materna, sin embargo tal recuperación fue solo de modo
parcial, pues se establece que solo se puede disfrutar de referido derecho
las madres trabajadoras, hasta que el hijo tenga como mínimo seis meses
de edad y antiguamente este derecho era concedido hasta que el hijo
cumpla un año.
Posteriormente en el 2001, mediante la Ley N° 27591 se modifica la
duración del beneficio hasta que el hijo cumpla un año de edad, así como
se hace la atingencia que tal permiso se otorgará dentro de la jornada
laboral y puede fraccionarse en dos. Para el año 2006, se duplica la
duración del permiso por lactancia materna en el caso de parto múltiple.
En este sentido, de la Ley N°27240 - Ley que otorga permiso por lactancia
materna, se puede colegir que, se trata de permiso remunerado concedido
al sector público y privado, periodo que se cuenta como efectivamente
laborado para todo efecto legal, así como también se trata de un derecho
que no puede ser compensado ni sustituido por ningún otro beneficio, pero
cuyo horario de disfrute será negociado entre empleador y trabajadora.
Asimismo, tal como señala Aparicio Aldana y otros (2014), también puede
colegirse que este derecho es de “exclusiva titularidad de la madre
trabajadora otorgada por el hecho de la gestación y alumbramiento. Es así
que, el permiso por lactancia materna se torna en brindar las facilidades
para el cuidado y protección del recién nacido a la madre, como si solo a
ella le correspondería ello de forma exclusiva, dejando de lado el rol que el
varón convertido en padre debe asumir en el momento del nacimiento de
su hijo.
En este sentido, estoy convencida que el referido permiso por lactancia
materna necesita un replanteamiento, con una perspectiva de igualdad de
género, capaz de permitir la corresponsabilidad entre ambos padres para
con su hijo, pues es el bebé el verdadero titular de este derecho y quien
merece la protección, lo cual se desarrollará a fondo más adelante.
4. Visión panorámica del permiso por lactancia materna en la ciudad de
Lima.
A fin de obtener una muestra de cuál es la percepción de la población, recurrí
al método del cuestionario y mediante una encuesta realizada en la ciudad de
Lima a cien mujeres que hayan tenido hijos, pudiendo encontrar los siguientes
resultados:
GRÁFICO 2: Disfrute del derecho al permiso por lactancia materna.
9% Chart Title SI
NO
26%
No tuve conocimiento que
65% gozaba de ese beneficio

Ante la interrogante ¿Usted hizo uso del permiso por lactancia materna?,
tenemos en el GRÁFICO 2 que el 65% si disfrutó de tal beneficio cuando se
convirtieron en madres, sin embargo aún hay 26% que no gozó de tal beneficio
y un alarmante 9% de la población encuestada que no tuvo conocimiento que
gozaba de tal beneficio. Ahora bien, en el GRÁFICO 3, a este 65% que
representa a 65 mujeres que disfrutaron del referido permiso por lactancia, se
les preguntó si empleaban exclusivamente esa hora de permiso para dar de
lactar a su bebé, y se obtuvo como respuesta que 53 personas respondieron
que no, que este tiempo también era para dedicarse al cuidado de su bebé, y
que 12 afirmaban que era de dedicación exclusiva el dar de lactar a su hijo en
el horario que eligieron para ejercer su derecho.
GRÁFICO 3: Distribución del tiempo durante el permiso por lactancia.

Chart Title
Si, únicamente dedicaba esa hora a dar de lactar a mi bebé.

No, también era un tiempo para dedicarme al cuidado de mi bebé.

0 10 20 30 40 50 60

Respecto a la importancia de la presencia del padre y su aporte en los


cuidados de sus hijos recién nacidos, mediante el GRÁFICO 4, se puede
observar que hoy en día hay una mayor concientización por parte de las
mujeres respecto a la importancia del rol del padre, puesto que al hacerles la
interrogante ¿Usted cree que la presencia del padre en los primeros meses de
vida de su hijo es de vital importancia para su formación?, 70 mujeres
consideran que es de vital importancia, 22 afirman que importa levemente y tan
solo 8 de ellas creen que para el cuidado del hijo recién nacido tan solo importa
la madre.
GRÁFICO 4: Importancia de la presencia del padre en los primeros meses
de vida de sus hijos.
80
60
40
70 Chart Title
20
0 22
Es de vital importancia Importa levemente 8 la madre
Sólo importa

Y finalmente en el GRÁFICO 5 se plantea la siguiente pregunta: ¿Cree usted


que este permiso podrá ser disfrutado indistintamente por la madre o el padre
en caso de que la madre no trabaje?, a partir de la importancia de la presencia
paterna para el adecuado desarrollo del bebé, y tenemos que en el caso que la
madre no tenga un trabajo dependiente, 82 mujeres consideran que el padre
también tiene derecho a una licencia remunerada por una hora para apoyar a
la madre en la lactancia o para contribuir en los cuidados del menor; sin
embargo, 18 mujeres consideran que este es un derecho de titularidad de la
madre, razón suficiente para que no sea gozada por los varones.
GRÁFICO 5: Disfrute paterno del permiso por lactancia.

18% Chart Title


Si, para que el padre se
involucre también el cuidado del
82% bebé

5. El replanteamiento del permiso de lactancia como medida para promover


la igualdad entre varón y mujer y para conciliar la vida laboral con las
responsabilidades familiares.
Para Serrano, Mariola y Erenaga, Nerea (2014: 157):
el concepto de conciliación trabaajo- familia se puede entender de diversas
maneras: conciliación, en sentido estricto, indica la posibilidad de
compatibilizar los tiempos dedicados a la familia y al trabajo. En sentido
amplio, se refiere al desarrollo pleno de las personas en el ámbito del
trabajo, afectivo, familiar, personal de ocio, estudio e investigación, y a
disponer de tiempo para sí.
Siguiendo a las referidas autoras, tomar medidas de conciliación entre trabajo y
familia representa una herramienta imprescindible para promover la igualdad
entre hombres y mujeres en el ámbito laboral, ya que la falta de estas medidas
contribuye a sostener la discriminación laboral y salarial de las mujeres,
impidiéndoles así el poder evolucionar profesionalmente.
Sin embargo, tal como señala Aparicio Aldana y otros (2014): el permiso por
lactancia materna es una medida de titularidad exclusiva para las madres
trabajadoras en razón a la gestación y el alumbramiento
En ese sentido, esta norma está destinada a brindar protección a la madre
trabajadora, de modo tal que se pueda: “facilitar la conciliación de la tarea
básica de protección y cuidado de los hijos en los primeros estadios de vida
que -tal como están reguladas- pareciera que sólo le corresponden en
exclusividad a la madre, sin que se contribuya a fomentar la corresponsabilidad
entre varón y mujer”.
En ese sentido estoy plenamente convencida que la Ley N°27240 - Ley que
otorga permiso por lactancia materna necesita un replanteamiento como
medida para promover la igualdad entre varón y mujer y para conciliar la vida
laboral con las responsabilidades familiares.
Este replanteamiento debe partir desde el nombre de la Ley y pasar a
denominarse Ley que otorga el permiso por lactancia natural, de modo tal que
desde la denominación de la misma no se dé a entender que la titular del
derecho es la madre, ya que reforzando lo mencionado en los primeros
acápites, tenemos que el principal beneficiario del permiso es el recién nacido.
Como segundo punto, creo pertinente que este permiso puede ser gozado
indistintamente por el padre, en el caso que la madre no tenga un trabajo por
cuenta ajena, ya que la ley en mención no tiene ni el menor atisbo de
corresponsabilidad entre varón y mujer y es sumamente conveniente verter
sobre ella la igualdad de género entre ambos padres, puesto que el permiso
por lactancia se ha desvinculado con el hecho biológico de dar pecho o
amamantar al recién nacido, sino que implica mucho más, este permiso pasa a
ser un tiempo destinado al cuidado y acompañamiento del recién nacido, el
padre puede incluso emplear ese tiempo para mantener despierto al bebé
mientras este se alimenta, calmarlo, dormirlo una vez que este se haya
saciado, inclusive apoyar en las tareas domésticas como lavar los platos o
prepararle algo de comida a la madre a fin que ella mantenga una adecuada
nutrición, pues ella será la fuente de alimentación del recién nacido
otorgándole la leche materna que representa un alimento primordial en su
desarrollo físico y mental para el menor, inclusive le aporta los nutrientes
esenciales para desarrollar adecuadamente su sistema inmunológico pues
contiene múltiples nutrientes. Del mismo modo psicológicamente, la labor
emocional del padre al momento de la lactancia tiene una característica de
esencial para contribuir al éxito de una relación sólida y construir un vínculo
sumamente fuerte entre ambos padres, así como también esta labor es
fundamental para el desarrollo emocional del niño, le va a generar un apego
seguro que va a contribuir a la formación de modelos mentales que le van a
servir al niño para sentirse seguro en el mundo, y así una infinidad de
beneficios que la estrecha relación del recién nacido con su padre conllevan.
En mérito a ello, debe replantearse el permiso por lactancia, tal como se ha
expuesto precedentemente, considerando también la realidad de nuestro país,
donde podemos encontrar un alto número de mujeres que no realizan trabajos
por cuenta ajena, y en casos como ese el referido derecho se pierde, ya que
como la madre no tiene opción a gozarla, el varón simplemente cumple con su
rol proveedor del hogar, alejándose por completo de la corresponsabilidad para
con su familia.
Y como tercer punto en el replanteamiento, propongo el cambio en el objeto de
la Ley, ya que el objeto de la misma está muy alejado al de otorgarle a la mujer
trabajadora un permiso para lactancia materna, el objeto debe ser el de
proporcionar cuidados al recién nacido, alimentarlo y representar una medida
de conciliación entre la vida laboral y la vida familiar. Este debe ser el nuevo
objeto de la Ley, para que, de ese modo pueda ser capaz el padre de
ejercitarlo y disfrutar del permiso por lactancia natural, teniendo a la lactancia
como una etapa de la vida del neonato en la cual necesita de ambos de sus
padres, pues cada uno de ellos cumple un rol distinto y fundamental para el
desarrollo físico y mental del menor.
Estoy segura que este pequeño pero ampliamente significativo cambio, va a
representar un tiempo de acercamiento y fortalecimiento para las relaciones
familiares, de ese modo también va a generarse en el interior del hogar y en
los mismos centros de trabajo la conciencia de igualdad de género y se va a
lograr desvincular al hecho biológico de dar de lactar.
6. Conclusiones.
 La maternidad y la paternidad son más que hechos biológicos, son
también producto de una construcción social, que varía según el lugar y
el contexto histórico- cultural en el que se desarrolla, puesto que tiene
una marcada influencia social. En países como el nuestro la paternidad
es símbolo perpetuación del linaje y la maternidad como la responsable
de brindar protección y cuidados al recién nacido.
 Psicológicamente se demuestra la importancia de la presencia del padre
durante los primeros meses de vida del bebé, pues va a contribuir a la
formación y al desarrollo mental del bebé a generarle un ambiente
seguro, incluso para que sea capaz de desarrollar sus habilidades
lógico- matemáticas.
 La protección de la maternidad y la lactancia representan la esencia de
la vida misma, y por tal razón siempre fueron temas importantes para la
Organización Internacional del trabajo, por ello se plantean lineamientos
en función a brindar tal protección, los cuales en muchas partes del
mundo vienen cumpliéndose, ahora con atisbos de corresponsabilidad
entre los padres como en los países europeos y en América Latina,
Uruguay también presenta políticas de igualdad de género.
 En nuestro país la licencia por lactancia materna estuvo regulada
mediante la Ley 2851 desde el año 1918, y pese a haber sido eliminado
este derecho y luego repuesto nuevamente, siempre tuvo como titular
del referido derecho a la madre, sin que se note de modo alguno el rol
del padre en ese momento de vida del neonato.
 Una muestra de la percepción de las mujeres limeñas que han tenido
hijos, indica que al gozar de su permiso por lactancia materna, el
tiempo que se les otorgaba por el referido beneficio no era empleado
únicamente para dar de lactar sino para cuidar al menor, razón por la
cual está desvinculado al hecho biológico.
 Es necesario el replanteamiento del permiso de lactancia como medida
para promover la igualdad entre varón y mujer y para conciliar la vida
laboral con las responsabilidades familiares, en razón a que se
modifique desde la denominación del mismo por permiso por lactancia
natural, hasta el objeto del mismo, para finalizar con modificar la
titularidad de este beneficio, para que pueda ser disfrutado también por
los padres.
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