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Benemérita Universidad Autónoma De Puebla

Facultad De Ciencias Químicas

INMUNOLOGIA
Fecha de entrega: 24/Octubre/ 2019

Profesora: Estibaliz Sansinena Royano

Alumno: Carlos Edwin Pérez García

Colegio: Farmacia

OTOÑO 2019
Escherichia Coli: características, patogenicidad y prevención

La bacteria Escherichia coli fue inicialmente aislada y descrita por el pediatra


alemán Escherich en 1885, quien demostró su existencia como huésped
habitual del intestino. La denominó Bacterium coli commune, que puede
traducirse como “bacteria común del colon”.
Fue en 1919 cuando Castellani y Chalmers le dieron su denominación definitiva
en homenaje a Escherich. Escherichia se convirtió rápidamente en el género
típico de la familia de las Enterobacteriaceas y E. coli en la especie más
conocida de este género.
Características de Escherichia coli.
E. coli se caracteriza por poseer bacilos Gram negativos, no esporulante,
producción de indol a partir de triptófano, no utilización de citrato como fuente
de carbono y no producción de acetoina. Además, fermenta la glucosa y la
lactosa con producción de gas.
Como todas las bacterias Gram -, la cubierta de E. coli consta de tres
elementos: la membrana citoplasmática, la membrana externa y, entre ambas,
un espacio periplásmico constituido por peptidoglucano. Esta última estructura
confiere a la bacteria su forma y rigidez, y le permite resistir presiones
osmóticas ambientales relativamente elevadas.
E. coli es una bacteria mesófila, su óptimo de desarrollo se encuentra en el
entorno de la temperatura corporal de los animales de sangre caliente (35-43
ºC). La temperatura límite de crecimiento se sitúa alrededor de 7 ºC, lo que
indica que un control eficaz de la cadena de frío en las industrias alimentarias
es esencial para evitar el crecimiento de E. coli en los alimentos. La
congelación tiene pocos efectos sobre la población de E. coli en el alimento, y
no garantiza la destrucción de un número suficiente de bacterias viables para
asegurar su inocuidad. Sin embargo, E. coli es sensible a temperaturas
superiores a 70 ºC, a partir de la cual son fácilmente eliminadas; por ello, es
muy importante la pasteurización de alimentos como la leche, zumos, etc.,
para garantizar su eliminación.
Además de la temperatura, el pH y la actividad de agua pueden influir en la
proliferación de E. coli. Las condiciones óptimas de desarrollo para estos
parámetros son de 7,2 y 0,99 respectivamente. El desarrollo de E. coli se
detiene a pH extremos (inferiores a 3,8, o superiores a 9,5), y valores de
aw inferiores a 0,94. Por ello, el grado de acidez de un alimento puede
constituir un factor de protección y garantizar su seguridad.
E. coli presenta múltiples características y facetas, y constituye el taxón
bacteriano mejor estudiado, aunque el conocimiento de las cepas salvajes es
aún parcial. Parece, que las facultades de adaptación de esta bacteria son poco
comunes, debido a la adquisición de nuevos genotipos a partir de plásmidos,
bacteriófagos, y otros elementos que transmiten su material genético. Además,
su conocida capacidad de ubicuidad favorece la aparición reiterada de cepas
con nuevas propiedades, incluyendo capacidades patógenas no fácilmente
reconocibles.
Causas
Solo unas pocas de las cepas de E. coli causan diarrea. Un grupo de E. coli, que
incluye el serotipo O157:H7, produce una poderosa toxina que daña el
recubrimiento del intestino delgado, lo que puede causar diarrea con sangre.
Desarrollas una infección por E. coli cuando ingieres esta cepa de la bacteria.

A diferencia de muchas otras bacterias que causan diarrea, la E. coli puede


causar una infección incluso si ingieres pequeñas cantidades. Eso por eso que
puedes enfermarte a causa de la E. coli por ingerir una hamburguesa un poco
cruda o por beber un trago de agua contaminada de un estanque.

Las fuentes potenciales de exposición son los alimentos o el agua


contaminados y el contacto de persona a persona.

Alimentos contaminados
La forma más común de contraer una infección por E. coli es ingerir alimentos
contaminados, como:

Carne picada. Cuando se mata al ganado y se lo procesa, la bacteria E. coli que


se encuentra en los intestinos puede adherirse a la carne. La carne picada
combina carne de diferentes animales, lo que aumenta el riesgo de
contaminación.
Leche no pasteurizada. La bacteria E. coli que se encuentra en la ubre de una
vaca o en el equipo de ordeño puede pasarse a la leche cruda.
Productos frescos. Los vertidos de la industria ganadera pueden contaminar los
campos donde se cultivan frutas y vegetales frescos. Algunos vegetales, como
la espinaca o la lechuga, son especialmente vulnerables a este tipo de
contaminación.
Agua contaminada.
La materia fecal humana y animal puede contaminar el suelo y el agua de
superficie, incluyendo los ríos, los lagos y el agua utilizada para irrigar los
cultivos. Aunque los sistemas de agua públicos utilizan cloro, luz ultravioleta u
ozono para matar la E. coli, algunos brotes se han relacionado con suministros
municipales de agua contaminados.
Los pozos privados generan una preocupación mayor porque no suelen tener
ningún sistema de desinfección. Es muy probable que los suministros rurales
de agua estén contaminados. Además, algunas personas se han infectado al
nadar en estanques o lagos contaminados con materia fecal.

Contacto personal.
La bacteria E. coli puede viajar fácilmente de una persona a otra,
especialmente cuando los niños y los adultos infectados no se lavan las manos
como corresponde. Los familiares de niños pequeños con infección por E. coli
tienen especial probabilidad de contagiarse. También han ocurrido brotes entre
niños que visitan un zoológico interactivo y en los graneros de animales en las
ferias del condado.

Factores de riesgo
La Escherichia coli puede afectar a cualquier persona expuesta a la bacteria.
Sin embargo, algunas personas son más propensas que otras a manifestar
problemas. Los factores de riesgo son los siguientes:

Edad. Los niños pequeños y los adultos mayores corren un mayor riesgo de
padecer una enfermedad provocada por Escherichia coli, así como
complicaciones más graves a causa de la infección.
Sistemas inmunitarios debilitados. Las personas que tienen sistemas
inmunitarios debilitados —debido al sida, o a medicamentos para tratar el
cáncer o para prevenir el rechazo de los trasplantes de órganos— tienen más
probabilidades de enfermarse por la ingestión de Escherichia coli.
Comer ciertos tipos de alimentos. Los alimentos más riesgosos son las
hamburguesas mal cocinadas; la leche, el jugo de manzana o la sidra sin
pasteurizar; y los quesos blandos elaborados con leche cruda.
Época del año. Aunque la razón no está clara, la mayoría de las infecciones por
Escherichia coli en los Estados Unidos se producen de junio a septiembre.
Disminución de los niveles de ácido estomacal. El ácido estomacal ofrece cierta
protección contra la Escherichia coli. Si tomas medicamentos para reducir los
niveles de ácido estomacal, como el esomeprazol (Nexium), el pantoprazol
(Protonix), el lansoprazol (Prevacid) y el omeprazol (Prilosec), puedes aumentar
el riesgo de padecer una infección por Escherichia coli.
Complicaciones
La mayoría de los adultos se recuperan de la enfermedad de la E. coli en una
semana. Algunas personas, en particular los niños pequeños y los adultos
mayores, pueden padecer una forma de insuficiencia renal que puede poner en
riesgo la vida, denominada «síndrome urémico hemolítico».

Prevención
No existe una vacuna ni un medicamento que pueda protegerte contra la
enfermedad causada por E. coli, pero los investigadores están estudiando
posibles vacunas. Para reducir las posibilidades de estar expuesto a la E. coli,
evita los alimentos riesgosos y ten cuidado con la contaminación cruzada.

Alimentos riesgosos
Cocina las hamburguesas hasta que alcancen los 160 °F (70 °C). Las
hamburguesas deben estar bien cocidas, sin que se vea ninguna parte rosada
en la carne. Pero el color no es un indicador confiable para saber si la carne
terminó de cocinarse o no. La carne, en especial si se cocina a la parrilla,
puede tomar un color marrón antes de que esté cocida por completo.

Por eso es importante usar un termómetro para carnes a fin de asegurarte de


que la carne alcanzó, por lo menos, los 160 °F (70 °C) en la parte más gruesa.

Bebe leche, jugos y sidra pasteurizados. Todos los jugos en caja o en botella
que se conservan a temperatura ambiente probablemente están
pasteurizados, incluso si la etiqueta no lo dice.
Lava los alimentos crudos con cuidado. Lavar los alimentos no necesariamente
eliminará la E. coli, en especial, si se trata de verduras de hoja, las cuales
proporcionan muchos lugares para que las bacterias se adhieran. Un enjuague
minucioso puede eliminar la suciedad y reducir la cantidad de bacterias que
puedan estar adheridas al alimento.
Evita la contaminación cruzada
Lava los utensilios. Usa agua caliente y jabón para lavar los cuchillos, las
mesadas y las tablas para cortar, antes y después de que entren en contacto
con los alimentos frescos o la carne cruda.
Mantén separados los alimentos crudos. Esto comprende usar distintas tablas
para cortar para la carne cruda y los alimentos crudos, como las verduras y las
frutas. Nunca pongas las hamburguesas cocidas en el mismo plato que usaste
cuando estaban crudas.
Lávate las manos. Lávate las manos después de preparar o comer la comida,
de ir al baño o de cambiar los pañales. Asegúrate de que los niños también se
laven las manos antes de comer, después de ir al baño y después de tocar
animales.
Mecanismo de adhesión
La caracterización de serotipos es la primera técnica que ha permitido
diferenciar las cepas patógenas de las comensales, se realiza mediante el
estudio de las propiedades de virulencia que están directamente ligadas a la
capacidad patogénica de E. coli. Se han descrito numerosos factores que
intervienen en el poder patógeno de E. coli, entre ellos se encuentran los
factores de adhesión. En la adhesión viene determinada por la presencia de
fimbrias, que proporcionan a las células la capacidad de fijarse de forma
específica a un receptor celular. Las fimbrias son finos filamentos de naturaleza
proteica dispuestos alrededor de la bacteria y con una terminación que se
adhiere al receptor celular. Esta adhesión se realiza por una proteína de la
membrana externa denominada intimina, que tiene un papel esencial en el
anclaje de E. coli en las células epiteliales de mamíferos, propiciando la
primera etapa de la colonización.
La bacteria se adhiere primeramente a una célula intestinal blanco uniéndose y
encajando con su receptor, llamado receptor translocador de intimina (Tir, por
sus siglas en inglés), situado en la membrana de la célula epitelial huésped. La
bacteria se une a las células intestinales al unir sus proteínas intiminas a las
proteínas Tir insertadas. Se ha observado que el complejo proteico presenta
prolongaciones rígidas con estructuras de sujeción situadas en el extremo de la
intimina, que se estiran para asir al receptor. Los brazos de la proteína están
doblados de tal forma que son capaces de aferrar la bacteria a la superficie de
la célula intestinal. La estructura cristalográfica demuestra que cada Tir
consiste de dos unidades, que forman una estructura llamada dímero. Esa
dimerización entrecruza al sistema, como las superficies de un cierre que se
pegan una con otra. Cuando se tiene un solo par de puntas entrecruzadas, la
fuerza del cierre es débil, pero si se tiene todo un grupo de ellas se logra una
buena adhesión. Al unirse a la célula intestinal, la bacteria utiliza
probablemente innumerables uniones entre intimina y Tir, y puesto que E.
coli es una bacteria de gran tamaño, cuando se tienen muchos de estos
complejos uniendo la bacteria a la superficie se consigue, dada la resistencia
de estos elementos, una fuerte adherencia.
Se pueden adquirir infecciones por E. coli al consumir alimentos que contienen
la bacteria. Los síntomas pueden incluir:

Náuseas o vómitos
Fuertes cólicos abdominales
Diarrea líquida o con mucha sangre
Cansancio
Fiebre
Para evitar la intoxicación por alimentos y prevenir infecciones, manipule la
comida con seguridad. Cocine bien las carnes, lave las frutas y verduras antes
de comerlas o cocinarlas y evite la leche y los jugos sin pasteurizar. La
infección también se puede adquirir al tragar agua en una piscina contaminada
con desechos humanos.

La mayoría de los casos de infección por E. coli mejoran sin tratamiento en


cinco a 10 días.

Patogenicidad de E. coli


Existen numerosas cepas de E. coli que se pueden encontrar en patología
humana y que presentan una virulencia marcada. Son conocidas como agentes
responsables de gastroenteritis infantil, especialmente en países en vías de
desarrollo, causando la muerte de cerca de un millón de niños cada año debido
a deshidratación y a otras complicaciones. Esta familia de patógenos también
incluye a E. coli O157:H7 que en USA causa al menos 20.000 casos de diarrea
sanguinolenta y más de 200 muertes al año, debido a insuficiencia renal que
ocurre especialmente en niños pequeños y ancianos.
Los principales patógenos intestinales, que se describen en función de los
síntomas clínicos que generan y de los factores de patogenicidad que se
expresan son los siguientes: E. coli enterotoxigénicas (ETEC), E. coli
enteropatógenas (EPEC), E. coli enteroagregativas (EAggEC), E. coli
enterohemorrágicas (EHEC) y E. coli enteroinvasivas (EIEC).
Factores de patogenicidad
La patogenicidad es función de algunos antígenos superficiales y de las toxinas
que generan. Así, las fimbrias actúan aportando su capacidad de adherencia,
los antígenos O y K presentan propiedades antifagocitarias e inhibidoras de las
sustancias bactericidas del suero, y son responsables de la virulencia de las
cepas invasivas, cuya síntesis está codificada por genes que se encuentran en
plásmidos de elevado peso molecular. Presentan una endotoxina ligada al
lipopolisacarido, en especial al lípido A, responsable de la acción pirógena y
probablemente de las alteraciones vasculares que se producen en las
infecciones generalizadas. Algunas cepas pueden producir exotoxinas
responsables de la producción de diarreas, cuya síntesis está codificada por la
presencia de plásmidos (plásmidos Ent), que a su vez pueden contener genes
asociados con la capacidad de adherencia y otras propiedades (producción de
colicinas, hemolisinas y resistencias a los antibióticos). Se conoce la existencia
de una enterotoxina termolábil (TL) y antigénica semejante a la enterotoxina
de Vibrio cholerae, que actúa activando la adenilciclasa, la cual a su vez
transforma el ATP en AMP cíclico produciendo un aumento de la secreción de
agua y electrolitos. Puede existir, además, una toxina termoestable (TS), de
bajo peso molecular y no antigénica, que también produce acumulación de
líquidos en el intestino por un mecanismo distinto y poco conocido,
probablemente por la vía de la guanilciclasa. Estas toxinas no producen
alteraciones tóxicas ni anatómicas del enterocito, pero sí de tipo funcional
(enterotoxinas citotónicas), siendo una característica de las E. coli
enterotoxigénicas. Por otra parte, las cepas de E. coli enteroinvasivas están
caracterizadas por su capacidad de penetrar e invadir las células del epitelio
intestinal. Se considera que la capacidad de penetración es debida a la
presencia de antígenos superficiales, en especial de proteínas de la membrana
externa, cuya síntesis está codificada por plámidos, al igual que se ha
demostrado en el género Shigella.
Cepas patógenas
Se ha sugerido en algunas E. coli enteropatógenos (0:26) la posibilidad de
producción de enterotoxinas semejantes a las producidas por Shigella
dysenteriae (enterotoxinas citotóxicas), que presentarían una acción tóxica
directa sobre las células del epitelio intestinal, responsable de la destrucción
de las microvellosidades del enterocito y de la producción de la diarrea.
También se ha demostrado que el serotipo 0:157 produce una enterotoxina
citotóxica (verotoxina) sobre las células endoteliales de los vasos responsables
de diarreas hemorrágicas.
Las EHEC constituyen un grupo de bacterias patógenas responsables de un
número de infecciones en constante aumento. En los años 80, las EHECS y
particularmente el serotipo 0157:H7 fueron patógenos emergentes. En
concreto, su importancia para la salud pública aparece en 1982, por un brote
en Estados Unidos. Esta bacteria también ha provocado numerosas muertes en
los últimos años (en Japón, Estados Unidos, Canada, Escocia y Francia)
Bibliografía:
http://www.betelgeux.es/blog/2016/01/19/escherichia-coli-caracteristicas-
patogenicidad-y-prevencion-i/
https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/e-coli/symptoms-
causes/syc-20372058

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