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REALIDAD NACIONAL Y GLOBALIZACIÓN

El Perú, es un país con un régimen democrático, desde el año 2,000, y una larga
historia; enmarcado en una cultura de paz, mega diverso, multiétnico, pluricultural y
multilingüista. Se sitúa en un territorio de 1.25 millones de km2, con una población de
27, 219 264 millones de habitantes, divididos en tres zonas geográficas. La mayoría de
la población se asienta en la zona urbana con un 74% y la población rural representa el
26% del resto. Lima, capital de la República, concentra a casi 8.5 millones de
habitantes.

Con un crecimiento económico sostenido en los últimos siete años de una tasa elevada
del 4% al 6% anual, pero con una redistribución inequitativa de la riqueza, que limita el
desarrollo económico, propiciando patrones de injusticia social vemos que, los
principales problemas en el Perú de hoy se pueden sintetizar en la situación de pobreza
en que se encuentra el 48% de la población; el cambio climático: la desertificación y
pérdida de la biodiversidad biológica y cultural; y con una gran dependencia alimentaria
y dependencia de los mandatos del mercado; teniendo un Estado absolutamente
centralista, no solo en términos económicos sino también políticos. Ergo se puede
mencionar un régimen económico y social excluyente, que privilegia la extracción y
explotación indiscriminada de los recursos naturales, la inversión de las grandes
transnacionales y extranjeras; además de una política agraria que igualmente discrimina
al pequeño agricultor y a las comunidades campesinas, cuyo principio básico es el libre
mercado como único asignador de los recursos, sin embargo este sistema y políticas,
encuentran resistencia en el sector rural, gracias a una agricultura de subsistencia, a una
no dependencia del mercado y a una cada vez mayor articulación de los diferentes
sectores agrarios en defensa de sus intereses.

Entendemos así que la inequidad se traduce en la situación inope en la que vive el


48.7% de la población peruana a nivel nacional; la zona urbana alcanza el 36.8%,
mientras que en la zona rural alcanza un 70.9% del total de la población; y esta se eleva
en la sierra rural al 77.3%. Por ello se dice que la pobreza tiene un sello
predominantemente andino y rural. Pero ello no invalida la cantidad de personas que
viven igualmente en dicha condición en las zonas urbanas, lo cual también requiere un
tratamiento especial.

Entonces puede apreciarse hoy en día que un gran alcance de porcentajes en las masas
poblacionales de diferentes sectores se enfrentan a esta situación, donde puede llegar
incluso a condiciones paupérrimas, viendo así solo esta extrema pobreza podría decirse
que uno comienza a generar conciencia y es que alguna vez en nuestra vida nos hemos
planteado que pasaría si se erradicaría todo rastro de pobreza en nuestra sociedad, de
manera que para tratar dicha índole buscamos una modificación, liando el sector rural
con la pobreza un medio para disgregarse se presenta en la búsqueda de trabajo en
función a las actividades que desempeñan sobre su misma área sin la necesidad de
trasladarse a otras provincias en demanda de una calidad mejor; explotar la materia
prima que se encuentra a su alcance y aprovecharla en base a sus productos, del mismo
modo incentivar capacitaciones que les permitan obtener un mejor desarrollo respecto a
sus oficios ya sea en lugares urbanos así como también para trabajos artesanales de
manufactura.

Como se ve el sector rural es el más empobrecido e invisibilizado del país, siendo


necesario resaltar que son las mujeres y los jóvenes campesinos el grupo más vulnerable
y afectado por el desarrollo económico imperante; por ello se dice que la “pobreza tiene
rostro de mujer”.

Puesto que la idea de la mujer siempre está relacionada con una idea machista, lo cual
trae consigo una desvalorización de su ideología, desmereciendo a su persona se les
ajusta solo a labores del campo doméstico o relativo a ello, podríamos optar por mejorar
la calidad y grados de instrucción que reciban en todas las regiones, al igual que los
jóvenes para que puedan encontrarse en una misma condición teniendo así las mismas
oportunidades, su economía tendría un sustento por su trabajo y esto a su vez
provocaría un cambio en su mentalidad que algunas veces en ciertos casos es limitada y
conformista para adquirir un deseo de superación a su persona y no quedarse con lo
necesario, finalmente crear una conciencia social en la que puedan tener una validación
por igual de su labor, depende de cada uno de nosotros basándose en el respeto que cada
uno merece como ser humano.
A pesar del proceso de regionalización puesta en marcha, en el cual se han establecido
gobiernos regionales, el Perú sigue siendo un país profundamente centralista,
teniendo a Lima, como concentrada del poder político y económico, de las principales
empresas, órganos de gobiernos, universidades, etc. Y ello se acentúa porque encuentra
a los pueblos y comunidades campesinas, con organizaciones debilitadas y a las
instituciones regionales y municipales con escasas capacidades organizativas y técnicas
para enfrentar los retos del nuevo contexto político, social y económico que vivimos. Y
al mismo tiempo la descentralización tiene debilidades en los procesos realmente
democratizadores, los mecanismos de participación regional y local no están
garantizando ni la participación de las comunidades campesinas ni su incidencia en la
toma de decisiones; ni mucho menos existe una auténtica delegación de
responsabilidades y decisiones desde el Estado central hacia los espacios de poder
regional y local.

El problema para enfrentar el centralismo, es que previamente se debe enfrentar a toda


una cultura centralista en las instituciones y políticas del Estado. Como consecuencia
casi siempre observamos que termina imponiéndose una estratificación e impulsando
medidas que no resuelven el problema. Transferir poder político a regiones y sectores
campesinos, es la principal tarea para combatir al centralismo. Acicatear una integración
regional con una mejora y mayor eficiencia en su organización.

También existe una trascendencia en las instituciones universitarias donde se ve la


concentración de las mejores en Lima, con niveles internacionales y concentran una
conglomeración excelsa. En el interior hay universidades de mucha menor calidad,
porque no existen los suficientes profesores con las capacidades académicas adecuadas,
en consecuencia muchas universidades están graduando profesionales cuya formación
no está al nivel de las necesidades para su desarrollo. No obstante, hay un grupo
limitado que si tienen capacidades para progresar y mejorar sus calidades. El Estado
podría promover estas universidades con mayores presupuestos y fondos para la
investigación que asimismo contribuirían a la sociedad; con propuestas para que estas
universidades sean proveedoras de profesionales innovadores y al cambiar esa política
universitaria para las regiones resolvería muchos problemas de pobreza y desigualdad.
La historia reciente de violencia política y dictadura fujimorista, hizo que los
movimientos y organizaciones del espacio rural perdieran fuerza en la década de los 80
y 90, produciéndose desplazamientos forzados y asesinatos de líderes y miembros de las
comunidades campesinas y del movimiento popular; y destruyendo el tejido social e
institucional existente, como de los partidos políticos, los sindicatos, los movimientos
campesinos, etc. Así la comunidad campesina quedo relegada, entre los años 2007 y
2008 que los sistemas de explotación de sus recursos naturales (la minería) provocaron
que retome fuerza el movimiento campesino, esta vez de manera espontánea y sin una
organización fuerte, pero con actores que creen en la necesidad de empoderarse y poner
en agenda pública sus derechos y demandas.

Otro aspecto son las consecuencias de un mundo crecientemente globalizado, que


aplica políticas neoliberales a todo nivel, privilegiando la incidencia del capital externo
y privado. Y que en el Perú, a partir de la década de los 90’s, no solo se vende y
concesiona la propiedad del Estado al sector privado, principalmente de capitales
extranjeros, sino que además la propiedad privada nacional es adquirida por el capital
privado extranjero. Esto genera crecientes diferencias y polaridades territoriales y
sociales, con especial incidencia en el campo. Dado que el modelo supone que es el
mercado el mejor asignador de los recursos.

La principal razón de este problema radica sobre la materia prima y sus servicios,
genera condiciones para su concentración económica, y los sectores de producción
urbanos casi no exportan. Hasta ahora los principales factores del desarrollo peruano
han sido la explotación de recursos naturales, una dependencia a las industrias y algunos
servicios como la gastronomía y el turismo. Hasta ahora no podemos lograr que nuestras
capacidades humanas como la creatividad, una aptitud de innovación y nuevos
conocimientos, sea la principal fuente de crecimiento; tan solo el uso de un vasto
conocimiento y la inteligencia podría generar riqueza. No hay que olvidar que los
recursos naturales se agotan y las grandes industrias pueden decaer. Las habilidades
humanas, en estos tiempos, deberían ser el principal objetivo de las políticas de
desarrollo pues su capacidad es ilimitada.
Concluyendo con los aspectos formulados, en las últimas dos décadas hemos pasado a
una economía relativamente libre, pero nos hemos quedado con las reglas laborales de
una economía protegida; la informalidad fue una estrategia eficaz en una economía
inope e intervenida, pero en una economía libre en crecimiento acelerado ese vasto
sector emergente necesita formalizarse para operar el mercado.

Los políticos son conscientes de que ha quedado pendiente la solución al problema de


fondo, que es el de una gravosa formalidad que frena el crecimiento de los emergentes y
les impide gozar de protección previsional, seguro de salud y vacaciones.

El Perú está en el momento crucial en el que debe proyectarse a una variación de


cambios para así transformar nuestra realidad nacional en la actual sociedad.

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