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EL ECONOMISTA.

MX
Negocios acuícolas sostenibles

10 Marzo, 2011 - 22:30


CREDITO: 
Verónica Páez Rivera*

Los recursos acuáticos son una fuente de alimentos importante para el ser humano.
Lamentablemente, 60% de las especies acuáticas comerciales más importantes del mundo
está sobreexplotado, agotado o proporciona una producción que ha llegado muy cerca de su
límite máximo, sin espacio para desarrollarse.

Por ello, los acuicultores constantemente buscan tecnologías para optimizar sus prácticas de
producción, cuidando el medio ambiente.

La acuicultura es un sector de producción de alimentos que está creciendo


aproximadamente a 10% anual y pronto superará la producción derivada de la pesca de
captura. Datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO, por su sigla en inglés) indican que esta actividad producirá 85
millones de toneladas de alimentos para el 2030.

México presenta una diversidad de condiciones ecológicas que permiten el desarrollo de


una gran variedad de especies de organismos acuáticos. Así, la acuicultura es una de las
actividades con gran potencial de crecimiento, pues existen 2.8 millones de hectáreas
susceptibles de aprovechamiento, que podrían producir anualmente hasta 7 millones de
toneladas.

En el país, 42% de la producción acuícola corresponde a camarón; existiendo especies que


no han sido plenamente explotadas como tilapia, carpa, bagre, entre otras.
La acuaponía es un ejemplo de un sistema de producción de vegetales y peces en forma
conjunta, donde ambos cultivos aprovechan el agua y algunos espacios, dando como
resultado que el costo y el impacto ambiental sea menor que en actividades separadas.

Este sistema de producción se encuentra en crecimiento, se ha ido mejorando y adaptando a


las diferentes condiciones de climas, especies, regulaciones, espacios, disponibilidad de
recursos económicos, entre otros; teniéndose resultados satisfactorios y rentables.

La integración de estos sistemas acuícolas son alternativas de negocio en crecimiento y


bajo impacto ambiental, generando beneficios en la producción sostenible de alimentos,
con un uso eficiente de agua, incrementando la biodiversidad y producción final, y además
se obtienen productos sanos con un importante impacto socioeconómico.

*Verónica Páez Rivera es especialista de la Subdirección de Centros de Desarrollo


Tecnológico en FIRA. La opinión es responsabilidad del autor y no necesariamente
coincide con el punto de vista oficial de FIRA.
vpaez@fira.gob.mx

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