Está en la página 1de 2

DISEÑO DE DIOS.

Dios es un Dios de diseños, de orden, de planes y proyectos


gloriosamente estructurados. Todo lo que El hizo funciona en una forma
matemáticamente perfecta y extraordinaria. Por ello, nosotros como
creación de Él debemos conocer los diseños de Dios en nuestras vidas
y en su Reino.

QUE ES DISEÑO?

Es el plan de acción detallado que Dios da al hombre y mujer para


ponerlo por obra. Con las configuraciones, o métodos. Dios tiene un
diseño para usted y para mi pero ese diseño no lo va a encontrar en su
piscina, durmiendo o paseando. Lo va a encontrar buscando de él. Dios
nos dio un diseño original para tener éxito

Dios nos está llamando a entender las profundidades de su Reino; a


entrar a niveles espirituales como jamás lo habíamos soñado, ni siquiera
concebido en nuestra imaginación. A cambiar nuestra forma de pensar
terrenal y humana, que tiene limitados nuestros niveles de fe, a fin de
convertirnos verídicamente en gente de reino; hijos de Dios a quienes el
diablo no pueda detener, ni cerrarles puertas. Un pueblo que ha
adquirido el dominio de la autoridad de Dios para gobernar con Cristo
sobre la tierra.

Dios no hace nada al azar ni por emoción, todo lo hace conforme a sus
modelos, y Dios mismo se ciñe a los trazos de sus diseños. Muchas
veces hemos fallado como Iglesia, porque queremos que Dios se someta
y responda a planes de hombres, y la verdad es que Dios sólo actúa
conforme a los que El ha diseñado.

¿Cual fue el diseño original de Dios


para el hombre?
(Gen 1:26)”Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra
imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces
del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la
tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.”  Este
pasaje muestra que el hombre lleva la imagen de su creador

Para que nosotros podamos comprender en plenitud, el plan original de


Dios al crear al hombre, es importante entender el Génesis, pues la
Biblia dice: (Efe 2:10)” Porque somos hechura suya, creados en
Cristo Jesús, para buenas obras, las cuales Dios preparó de
antemano para que anduviésemos en ellas”.

Este pasaje revela que fuimos creados originalmente para cosas buenas,
y que esas cosas ya estaban preparadas desde antes de nosotros nacer.
Al mirar el plan original de Dios para con el hombre entendemos cómo
es que Dios mira al ser humano y el valor que este tiene delante de Él.
También el mirar el plan original de Dios en su creación, nos lleva a
nuestra postura en la creación, es decir, que lugar ocupamos y el efecto
expuesto del pecado sobre la vida del hombre.

Entender quienes somos, realmente, es lo que abre la puerta a los


grandes tesoros que Dios tiene para nosotros. Esta es la entrada
del conocimiento más extraordinario del amor y del poder de Dios.
Es en esta pequeña gran llave, donde radica la diferencia entre la vida
victoriosa, llena del resplandor de Dios, y una vida fracasada y de
limitado poder. Para entender esto en plenitud, tenemos que considerar
una verdad fundamental, y esta es que el hombre es
esencialmente espíritu. El hombre  “No tiene” un espíritu dentro de sí
mismo; el hombre “Es espíritu”.

El hombre es un espíritu, que habita en un cuerpo que se comunica y


percibe el mundo exterior a través de un alma. De la misma manera
que el hombre natural puede ver, oír y percibir el mundo material; el
espíritu del hombre puede ver, oír y percibir el mundo espiritual.
Cuando entiendo que soy un espíritu, no tengo que hacer un gran
esfuerzo para ser espiritual, porque eso es lo que soy.

Antes de venir a Cristo, nuestro espíritu estaba despierto al mundo


espiritual de las tinieblas, nuestra naturaleza era pecaminosa,
estábamos muerto y destituidos de la presencia de Dios. Cuando
venimos a Él, fuimos redimidos por la sangre de Jesucristo de una vez y
para siempre como lo dice hebreos 7:27 Él no es como los otros sumos
sacerdotes, que tienen que ofrecer sacrificios cada día por sus propios pecados y luego
por los del pueblo. Él se ofreció a sí mismo como sacrificio una sola vez y para siempre ;
al aceptar a Jesucristo  nuestro espíritu vuelve a vivir para Dios y
volvemos al Diseño original de Dios. En el huerto del Edén.

Cuando Dios creó al hombre, lo puso en el huerto del Edén en la tierra,


pero en aquél entonces nada separaba a Dios del Hombre, y nada
dividía tampoco los cielos y la tierra. Adán podía ver con sus ojos
naturales sus vestiduras espirituales, y pasearse con Dios en el fresco de
la tarde. Así será también, el nivel de revelación que experimentará la
Iglesia gloriosa de los últimos tiempos.

Esta Nueva generación, Dios está escogiendo a los que gobernarán con
Él ahora y para siempre, posicionándolos en una dimensión diferente
de entendimiento espiritual y de comunión con Él.

También podría gustarte