El mandamiento más importante

Mateo 22:35 al 38
y uno, que era maestro de la ley, para tenderle una
35 

trampa, le preguntó:
—Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la
36 

ley?
37 
Jesús le dijo:
—“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu
alma y con toda tu mente.”  38  Éste es el más importante y
el primero de los mandamientos.  39  Pero hay un segundo,
parecido a éste; dice: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.”
Juan 14:15 
15 
»Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos.
Juan 14:21-24 
21 
El que recibe mis mandamientos y los obedece,
demuestra que de veras me ama. Y mi Padre amará al que
me ama, y yo también lo amaré y me mostraré a él.
22 
Judas (no el Iscariote) le preguntó:
—Señor, ¿por qué vas a mostrarte a nosotros y no a la
gente del mundo?
23 
Jesús le contestó:
—El que me ama, hace caso de mi palabra; y mi Padre lo
amará, y mi Padre y yo vendremos a vivir con él.  24  El que
no me ama, no hace caso de mis palabras. Las palabras
que ustedes están escuchando no son mías, sino del Padre,
que me ha enviado.
Amar al señor con todo nuestro corazón es el mandamiento
más importante.
Pero amar a Dios no es un estado de mente. Amar a Dios
es hacer lo que el desee que nosotros hagamos.
No existe eso de tener fe y ser infiel. La fe tampoco en un
estado mental.
La fe en Dios y su palabra es serle fiel, fe es igual a
OBEDIENCIA.
El amor de Dios y su favor vuelve a aquellos que le ama,
esto es, a aquellos que hacen lo que a Él le place, es decir
su voluntad.
Hacer la voluntad de Dios es mejor aunque nosotros no lo
sintamos así, pues estaríamos en desobediencia.
1 Juan 5:2-3 
2 
Cuando amamos a Dios y hacemos lo que él manda,
sabemos que amamos también a los hijos de Dios.  3  El
amar a Dios consiste en obedecer sus mandamientos; y sus
mandamientos no son una carga
1 Juan 4:19-21 
19 
Nosotros amamos porque él nos amó primero.  20  Si
alguno dice: «Yo amo a Dios», y al mismo tiempo odia a su
hermano, es un mentiroso. Pues si uno no ama a su
hermano, a quien ve, tampoco puede amar a Dios, a quien
no ve.  21  Jesucristo nos ha dado este mandamiento: que el
que ama a Dios, ame también a su hermano.