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ANTIBIÓTICOS

 Aunque los médicos intentan utilizar antibióticos para infecciones bacterianas específicas, a veces
empiezan el tratamiento antibiótico sin esperar a tener los resultados de las pruebas que permitan
identificar la bacteria específica.
 Las bacterias pueden desarrollar resistencia a los efectos de los antibióticos.
 Para curar la infección y para evitar el desarrollo de resistencia en la bacteria causante es esencial
seguir el tratamiento antibiótico de acuerdo con la prescripción médica, incluso después de la
desaparición de los síntomas.
 Los antibióticos pueden tener efectos secundarios, tales como malestar estomacal, diarrea y, en las
mujeres, candidiasis vaginal.
 Algunas personas son alérgicas a determinados antibióticos.

Los antibióticos (antibacterianos) son fármacos derivados, por completo o en parte, de bacterias o mohos, y
se utilizan para tratar infecciones bacterianas. Son ineficaces contra las infecciones víricas y las micosis. Los
antibióticos acaban con los microorganismos o detienen su reproducción, facilitando su eliminación por
parte de las defensas naturales del organismo.

ELECCIÓN DE UN ANTIBIÓTICO

Cada antibiótico es eficaz solo frente a determinadas bacterias en el proceso de selección del antibiótico
para el tratamiento de una infección, el médico debe determinar cuál es la bacteria responsable del proceso.
Por ejemplo, algunas infecciones solo pueden estar producidas por ciertos tipos de bacterias. Si existe un
antibiótico con eficacia probable frente a todas esas bacterias, no es necesario realizar más pruebas. En las
infecciones causadas por diferentes tipos de bacterias, o por bacterias en las que la acción de los antibióticos
no sea predecible, deben solicitarse pruebas de laboratorio para identificarlas en muestras de sangre, de
orina o de tejido obtenidos de la persona afectada por la infección. Se realizan pruebas con las bacterias
infecciosas para determinar su sensibilidad a diversos antibióticos; dado que tales pruebas suelen tardar 1
día o 2 en proporcionar resultados, no sirven para orientar la elección inicial del antibiótico.

Los antibióticos eficaces en el laboratorio no necesariamente funcionan en el organismo de una persona


infectada. La efectividad del tratamiento depende de la calidad de la absorción del fármaco en el torrente
sanguíneo, la cantidad de fármaco que alcanza los puntos de infección en el organismo y la velocidad de
eliminación del medicamento. Estos factores varían en cada individuo, según los otros fármacos que esté
tomando, otras enfermedades que padezca y la edad. En el proceso de selección del antibiótico, el médico
también considera la naturaleza y la gravedad de la infección, las posibles reacciones adversas, la posibilidad
de que aparezcan alergias u otras reacciones graves al fármaco y el coste del tratamiento.

A veces se requiere utilizar combinaciones de antibióticos para tratar las siguientes afecciones:

 Infecciones graves, en especial durante los primeros días, cuando aún se desconoce la sensibilidad
de la bacteria a los antibióticos
 Ciertas infecciones en las que la bacteria ofrece rápidamente resistencia a un solo antibiótico
 Las infecciones causadas por más de un tipo de bacteria, cuando cada bacteria es sensible a un
antibiótico distinto
RESISTENCIA A LOS ANTIBIÓTICOS

Las bacterias, al igual que el resto de seres vivos, sufren modificaciones a lo largo del tiempo en respuesta a
los cambios ambientales. A causa del uso generalizado y abusivo que se ha hecho de los antibióticos, las
bacterias están expuestas a dichos fármacos de forma constante, y aunque muchas de ellas mueren tras
exponerse a los antibióticos, algunas presentan resistencia a sus efectos farmacológicos. Por ejemplo, hace
cincuenta años, Staphylococcus aureus (una causa frecuente de infecciones cutáneas) era muy sensible a la
penicilina. Pero con el paso del tiempo, algunas cepas de esta bacteria desarrollaron una enzima capaz de
descomponer la penicilina, lo que anula la eficacia del fármaco. Algunos investigadores desarrollaron una
nueva forma de penicilina que la enzima no podía descomponer, pero al cabo de pocos años las bacterias se
adaptaron y se volvieron resistentes incluso a esta penicilina modificada. Otras bacterias también han
desarrollado resistencia a los antibióticos.

La investigación médica continúa trabajando en el desarrollo de fármacos para combatir las bacterias, pero
los pacientes y los médicos pueden contribuir a evitar el desarrollo de resistencias en las bacterias. Una de
las formas de hacerlo consiste en tomar los antibióticos solo cuando es necesario. Es decir, solo deben tomar
antibióticos en caso de infecciones bacterianas, no para las de origen vírico, como el resfriado o la gripe.
Para reducir el desarrollo de resistencia también es conveniente tomar los antibióticos durante todo el
tiempo prescrito.

TOMA DE ANTIBIÓTICOS

En las infecciones bacterianas graves, los antibióticos suelen administrarse inicialmente mediante inyección
(generalmente intravenosa, aunque a veces intramuscular). Una vez controlada la infección, se pueden
tomar por vía oral. Las infecciones de menor gravedad se tratan desde el principio con antibióticos por vía
oral.

Los antibióticos deben tomarse hasta que las bacterias causantes de la infección hayan sido eliminadas del
organismo, lo que puede requerir la continuación del tratamiento durante varios días después de la
desaparición de los síntomas; así, se deben tomar los antibióticos durante todo el tiempo prescrito, tanto si
los síntomas persisten como si han desaparecido. Es poco frecuente que se suministren antibióticos durante
menos de 5 días. (Ciertas infecciones sin complicaciones del tracto urinario son una excepción). Una
interrupción demasiado precoz del tratamiento da como resultado una recidiva de la infección o la aparición
de bacterias resistentes al antibiótico.

El personal médico, de enfermería o farmacéutico puede explicar cómo se debe tomar el antibiótico
prescrito y cuáles son los posibles efectos secundarios. Algunos antibióticos deben tomarse en ayunas; otros
pueden tomarse con comida. El metronidazol, un antibiótico de uso habitual, provoca una reacción
desagradable si se toma con alcohol. Algunos antibióticos también pueden interaccionar con otros fármacos
que la persona esté tomando, posiblemente reduciendo su efectividad o aumentando los efectos
secundarios del antibiótico o de los otros fármacos. Algunos antibióticos producen sensibilidad de la piel a la
luz solar.

Los antibióticos se utilizan a veces para prevenir infecciones (profilaxis). Por ejemplo, se usan para prevenir
la meningitis en las personas que han estado en contacto con alguien que la haya padecido. Algunas
personas con válvulas cardíacas anómalas o artificiales deben tomar antibióticos antes de someterse a
procedimientos dentales o quirúrgicos para evitar que las bacterias infecten las válvulas dañadas o
artificiales (ya que tales intervenciones permiten que la bacteria penetre en el organismo). Las personas que
vayan a ser sometidas a cirugía con gran riesgo de introducción de una infección (como la cirugía mayor
ortopédica o intestinal) pueden tomar antibióticos inmediatamente antes de la operación. Para que sea
eficaz y evitar la aparición de resistencia de la bacteria al antibiótico, la terapia profiláctica se usa solo
durante un breve periodo. La profilaxis con antibióticos también se administra a personas con un sistema
inmunitario deficiente, como las que padecen leucemia, reciben quimioterapia contra un cáncer o tienen el
sida, porque estas personas son particularmente propensas a las infecciones graves. Pueden necesitar tomar
antibióticos durante mucho tiempo

EDAD Y SALUD: ANTIBIÓTICOS

Cuando los médicos prescriben antibióticos a personas de edad avanzada, pueden empezar con una dosis
más baja de lo habitual, porque los riñones tienden a no funcionar tan bien a medida que se envejece. En
tales casos, es posible que los riñones no sean capaces de eliminar los antibióticos del cuerpo con la eficacia
requerida, lo que aumenta el riesgo de efectos secundarios.

Los médicos también tienen en cuenta lo siguiente:

 Otros fármacos que se estén tomando, ya que las personas de edad avanzada suelen tomar muchos
medicamentos y existe el riesgo de interacciones farmacológicas
 Si el régimen de antibióticos es complejo y difícil de seguir
 Si la persona afectada tiene familiares o cuidadores que puedan ayudarle a tomar el antibiótico del
modo prescrito
 Si la persona en cuestión vive en una residencia de ancianos, ya que las causantes de infecciones
pueden ser bacterias diferentes en estos casos

¿SABÍAS QUE...?

Si la causa de la infección es un virus, tomar antibióticos es inútil y puede contribuir a la aparición de


resistencia en las bacterias.

TRATAMIENTO ANTIBIÓTICO A DOMICILIO

Por lo general, los antibióticos se administran por vía oral y la duración del tratamiento no supone ningún
problema. Sin embargo, el tratamiento de algunas infecciones, como las que afectan al hueso (osteomielitis)
o al corazón (endocarditis) requiere la administración de antibióticos por vía intravenosa durante mucho
tiempo, a menudo entre 4 y 6 semanas. Si la persona no padece otros trastornos que requieran
hospitalización y se siente relativamente bien, se le puede administrar el antibiótico por vía intravenosa en
casa. Cuando los antibióticos deben ser administrados durante largo tiempo, los pequeños catéteres
intravenosos (IV) que se introducen en algunas venas del brazo o de la mano (como los que se usan en la
mayoría de los procedimientos rutinarios en el hospital) no son adecuados; estos catéteres no duran más de
3 días. En vez de eso, se introduce en una vena central un tipo especial de catéter intravenoso,
habitualmente en cuello o en el tórax.

Algunos dispositivos para la infusión de antibióticos son lo bastante sencillos como para que la persona y sus
familiares aprendan a manejarlos por sí mismas. En otros casos, será necesario que una enfermera acuda al
domicilio del paciente para administrarle cada dosis. En cualquier caso, se requiere una supervisión
cuidadosa para garantizar la administración correcta del antibiótico y monitorizar la aparición de posibles
complicaciones y efectos secundarios.

Si el antibiótico se administra en el domicilio a través de un catéter intravenoso, aumenta el riesgo de


contraer una infección en el punto de inserción del catéter y en el torrente sanguíneo. La aparición de dolor,
enrojecimiento y pus en el punto de inserción del catéter, o bien escalofríos y fiebre (incluso si no aparecen
problemas en el punto de inserción) son indicios de una posible infección relacionada con el catéter.

EFECTOS SECUNDARIOS Y REACCIONES ALÉRGICAS

Los efectos secundarios más frecuentes de los antibióticos incluyen molestias gástricas, diarrea y, en las
mujeres, candidiasis vaginal. Algunas reacciones adversas son más graves y, dependiendo del antibiótico,
alteran la función de los riñones, el hígado, la médula ósea u otros órganos. A veces, para detectar estos
efectos en la función renal y de otros órganos se realizan análisis de sangre.

Algunas personas que toman antibióticos, especialmente cefalosporinas, clindamicina y fluoroquinolonas


sufren colitis, una inflamación del intestino grueso. Este tipo de colitis aparece como consecuencia de una
toxina producida por la bacteria Clostridium difficile, que es resistente a muchos antibióticos y que crece de
forma incontrolada en el intestino cuando otras bacterias presentes habitualmente en dicho órgano son
destruidas por los antibióticos.

Los antibióticos también causan reacciones alérgicas. Las reacciones alérgicas leves consisten en la aparición
de una erupción con prurito o una ligera sibilancia al respirar. Las reacciones alérgicas graves (anafilaxia)
pueden ser mortales y suelen incluir síntomas como inflamación de la garganta, dificultad para respirar y
disminución de la presión arterial.

Muchas personas comunican a su médico que son alérgicas a un antibiótico, cuando en realidad tan solo han
experimentado algún efecto secundario no relacionado con una alergia. La distinción es importante porque
a los pacientes alérgicos a un antibiótico no se les debe administrar dicho fármaco ni ninguno de los
estrechamente relacionados con él. Sin embargo, quienes hayan experimentado leves reacciones adversas
pueden, por lo general, seguir tomando fármacos relacionados o incluso continuar con el mismo
medicamento. El médico determinará la trascendencia de cualquier reacción desagradable producida
por un antibiótico.
FÁRMACO MECANISMO DE DOSIS PRESENTACIÓN
ACCIÓN
AMINOGLUCÓSIDOS
Amikacina
Gentamicina
Kanamicina
Neomicina
Netilmicina
Estreptomicina
Tobramicina

CARBAPENÉMICOS
Ertapenem
Doripenem
Imipenem-cilastatina
Meropenem

CEFALOSPORINA DE
1ER GENERACIÓN
Cefadroxilo
Cefazolina
Cefalexina

CEFALOSPORINA DE
2da GENERACIÓN
Cefaclor
Cefoxitina
Cefprozilo
Cefuroxima
Loracarbef

CEFALOSPORINA DE
3er GENERACIÓN
Cefdinir
Cefditoren
Cefixima
Cefoperazona
Cefotaxima
Cefpodoxima
Ceftazidima
Ceftibuteno
Ceftizoxima
Ceftriaxona
CEFALOSPORINA DE
4ta GENERACIÓN
Cefepima

CEFALOSPORINA DE
5ta GENERACIÓN
Ceftobiprol

Fluoroquinolonas
Ciprofloxacino
Levofloxacino
Lomefloxacino
Moxifloxacino
Norfloxacino
Ofloxacino
Trovafloxacino

Glicilciclina
Tigeciclina

Macrólidos
Azitromicina
Claritromicina
Diritromicina
Eritromicina
Troleandomicina

Monobactam
Aztreonam

Penicilinas
Amoxicilina
Ampicilina
Carbenicilina
Cloxacilina
Dicloxacilina
Nafcilina
Oxacilina
Penicilina G
Penicilina V
Piperacilina
Ticarcilina

Polipéptidos
Bacitracina
Colistina
Polimixina B
Sulfamidas
Mafenida
Sulfacetamida
Sulfametizol
Sulfasalazina
Sulfisoxazol
Trimetoprima-
sulfametoxazol

Tetraciclinas
Demeclociclina
Doxiciclina
Minociclina
Oxitetraciclina
Tetraciclina

Antibióticos varios
Cloranfenicol
Clindamicina
Daptomicina
Etambutol
Fosfomicina
Isoniazida
Linezolida
Metronidazol
Nitrofurantoína
Pirazinamida
Quinupristina-dalfopristina
Rifampicina
Espectinomicina
Telitromicina
Vancomicina

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