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ElTITI

Y RITERO
SU NOVIA DE HIELO
A PARTIR DE 11 AÑOS

Samuel Simanca
ElTITI
Y RITERO
SU NOVIA DE HIELO

Samuel Simanca
Dicen que los titiriteros pocas veces o
nunca se enamoran. Puede que sea
verdad, por otra parte, sobreviven con
escasos pesos en los bolsillos.
Cuando en las quebradizas vitrinas de
papel giran cómo una bailarina la ronda
los pasteles, las galletas y los calientes
panes ¿A quién no le gustaría sentarse a
comer luego de una larga función? Eso
mismo sentía Anastasio al pasear por
las sosegadas calles de piedra, mientras
al hombro llevaba su pequeño teatro.
El color que lo diferenciaba del resto de
titiriteros era el verde, su amor por ese
color era tal que no alcanzan las
palabras para describirlo ¡Hasta su
cabello era verde! Fuese completamente
de su amado color y confundible a un
saltamontes sino fuera por su piel nieve
invernal. El joven artista por poco no
danzaba en el firmamento con los
papalotes de lo delgado que era. Sus
ojos parecían pequeñas semillas detrás
de los gigantes lentes de aumento.
2
Si te lo encontrabas seguramente lo
confundirías con un titiritero común, y
aún más a la indiferente vista de la
extraña gente que día a día lo
contemplaba en la plaza.
Cierta vez. Cansado de estar solo, junto
sus ganancias de seis meses, se dirigió a
casa del hielero encargándole un bloque
de hielo del Himalaya. Al cabo de un
año esculpió una hermosa mujer e
inesperadamente cobraba vida al llegar
la noche. Se hicieron amigos, pasado
algún tiempo se enamoraron tan
perdidamente sobrepasando los límites
de la vida y la muerte. Eran invierno y
primavera, luna y sol, mar y tierra. Se
necesitaban el uno al otro. Un ejemplo
eres tú con la comida, sin comer no
sobrevivirías mucho tiempo.

3
Una noche la mujer de hielo le dijo a
Anastasio:
—Quiero bailar mañana en la plaza
junto a ti, te darán muchos billetes
¡Serás famoso!
—Eso ni pensarlo. Tú eres de hielo. ¡Te
derretirías! —además, con lo que gano
basta.
—Podre ser de hielo traído del
Himalaya, pero no tonta. Sé que nos
echaran a la calle pues no has pagado la
casa. ¡No tienes dinero para pagar!
—Si tú bailas tendré dinero más no a ti.
Prefiero vivir en la calle que infeliz—.
Una tierna lagrima de azúcar brotó de
su ojo derecho.
La mujer de hielo se sentó junto a él y le
dio un tierno beso de esos que se dan la
gente cal faltarles las palabras-
—Me derretiré, ten esto presente: Antes
de convertirme en agua viérteme en una
tinaja de barro, aguarda al abrazador 5
invierno, sabrás cuando llegara el
momento. Me esculpirás, de esa manera
estaré contigo hasta el fin de la
primavera.
Al final, resignado, Anastasio
comprendido el deseo de su amada
Laita. Pago la renta del mes, junto con
la del siguiente año por adelantado. Y
cada invierno, hasta la eterna primavera
con su amada de hielo Anastasio gozó.

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Anastasio. Un pobre titiritero que
gana unos cuantos pesos al mes se
encuentra soltero. Como la
mayoría de titiriteros. Cansado
esculpe en hielo una hermosa
mujer. Conoce su historia y el
gran sacrificio que harán por
amor.

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