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En medio de la emergencia sociosanitaria actual a nivel mundial, la cual tiene a los distintos
Estados en una delirante batalla contra el Covid-19, se reflexionará sobre una de las narrativas que
ha intentado instalar en el mundo la Organización Mundial de la Salud (OMS), como lo es el
modelo de determinantes sociales de la salud, el cual como se verá a continuación, si bien visibiliza
las inequidades sanitarias, no hay un intento de cambiar las relaciones de poder existentes y
mucho menos generar alternativas sostenibles a la crisis civilizatoria actual, reproduciendo así un
enfoque epidemiológico de corte liberal y funcional al biocapitalismo actual.
No obstante, si bien este modelo toma en consideración factores estructurales de la salud, como
lo son la posición socioeconómica, el género, la etnia, el nivel educacional, la ocupación y el nivel
de ingresos para explicar el mayor o menor bienestar de la población, su énfasis ha estado puesto
en generar políticas de promoción y prevención que busquen cambiar los estilos de vida de
personas y organizaciones, invisibilizando así procesos de transformación provenientes desde la
misma sociedad.
La idea de crisis civilizatoria por ejemplo, va mucho más allá de una mera crítica al capitalismo, ya
que lo que hace es cuestionar las grandes dicotomías de la modernidad, como lo son cultura-
naturaleza, hombre-mujer, desarrollado-subdesarrollado, por lo que la idea de determinación
social propuesta por los enfoques de salud críticos latinoamericanos revisados anteriormente no
son suficientes para el contexto actual a nivel global.
Por suerte, han aparecido miradas desde la región que han sido capaz de integrar la crítica al
capitalismo, el racismo y al patriarcado de manera entrelazada, realizando así un giro
socioambiental a su mirada. Los casos del Grupo de Trabajo de Salud Internacional de CLACSO y la
misma ALAMES, está planteando explícitamente la idea de determinaciones socioambientales de
la salud, viendo que lo sanitario no solo responden a un tipo de sociedad sino también a un tipo de
civilización que se cree por encima de los límites del planeta.
Como bien plantea el epidemiólogo crítico Gonzalo Basile, es fundamental el desarrollo del campo
internacional Sur-Sur, el cual sea una alternativa a la salud internacional panamericana liberal
impulsada por la OMS, generando así procesos de descolonización de la acción política desde la
salud colectiva y los buenos vivires, a través de la convergencia entre la soberanía sanitaria y la
soberanía alimentaria, como alternativa a procesos extractivistas en curso, como lo son la
desforestación, el agronegocio, la megaminería y el fracking.
Por todo lo señalado, la salida a lo que está pasando con el Covid-19, va mucho más allá de un
mero fortalecimiento del Estado en términos sanitarios, como pensarán los burócratas y expertos
de OMS, sino más bien a incorporar políticas del cuidado que se hagan cargo de las
determinaciones socioambientales de la salud, las cuales a través de modelos desarrollistas
basados en el despojo, la producción y el consumo ilimitado, tiene no solo enfermo a millones de
personas, sino a la Tierra como sistema vivo.