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Lee Don Mendo intenta disculparse con Ana por haberla ofendido al preferir a otra mujer sobre ella. En tres oraciones, explica que cometió un error al engañar a Ana haciéndole creer que no le importaba, cuando en realidad sí sentía pasión por ella. Pide perdón a Ana y que olvide su enojo, afirmando que solo ella es la dueña de su corazón. Sin embargo, Ana rechaza sus disculpas, diciendo que aunque sean sinceras, ya es demasiado tarde porque la intención con la que habló de ella h
Lee Don Mendo intenta disculparse con Ana por haberla ofendido al preferir a otra mujer sobre ella. En tres oraciones, explica que cometió un error al engañar a Ana haciéndole creer que no le importaba, cuando en realidad sí sentía pasión por ella. Pide perdón a Ana y que olvide su enojo, afirmando que solo ella es la dueña de su corazón. Sin embargo, Ana rechaza sus disculpas, diciendo que aunque sean sinceras, ya es demasiado tarde porque la intención con la que habló de ella h
Lee Don Mendo intenta disculparse con Ana por haberla ofendido al preferir a otra mujer sobre ella. En tres oraciones, explica que cometió un error al engañar a Ana haciéndole creer que no le importaba, cuando en realidad sí sentía pasión por ella. Pide perdón a Ana y que olvide su enojo, afirmando que solo ella es la dueña de su corazón. Sin embargo, Ana rechaza sus disculpas, diciendo que aunque sean sinceras, ya es demasiado tarde porque la intención con la que habló de ella h
“Tu sentimiento encareces sin escuchar mis disculpas. Me culpas sin
razón. Si miras lo que mereces, entenderás como la pasión te obliga a que sin razón empeores, en tu locura, con las dudas, la hermosura; con los celos, la elección.
Lucrecia, de ti a doña Ana hay una ventaja más conocida que de la
muerte a la vida. ¿Quién cambiaría a la hermosa Diana por una estrella? Deja el pleito injusto, desengaña tus ojos, porque tengo un alma y dos ojos para escoger a la más bella.
Mira, yo traté de desengañarla, si ella lo entendió al revés, no es mi
culpa. Dirás ¡Ah, ingrata! Porque quise usar mis fuerzas en el campo, si te ofendí como a una extraña y me equivoqué, llevo como castigo mil flechas en mi alma.
Mis disculpas son estas, disminuye tu furia, que la nube de tu desgracia
desaparezca de tu hermoso cielo; que la tierra, el aire y el cielo son testigos de mis anhelos.
Tú eres la única que desconfía de mí. Ésta es mi mano de esposo, y con
una disculpa tan clara, no me niegues el perdón o confiesa tu mudanza”
-Lucrecia: (Aparte) Aquí se casan sin duda.
-Juan: (Aparte) Aquí sin duda se casan. -Celia: No la enojes. (Entra el Duque con un Escudero) -Escudero: De aquí pueden esperar a que Don Mendo se vaya. (Se va el Escudero) -Ana: Don Mendo, yo te confieso que tu disculpa es muy sincera y con darme la mano puede cerrarse el proceso; pero tu intento no tiene remedio, ya me perdiste, y la disculpa ha llegado demasiado tarde. Fue la intención con la que hablaste de mí al Duque con el propósito de librarme de su cariño;