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1868 MAQUINA DE

ESCRIBIR REMINTONG
Por estos años, ya se había
expandido el trabajo en
oficinas y el uso de libros en
escritorios. Todos
los documentos eran
realizados en forma
manuscrita, por lo que cierta
correspondencia en cadena,
para muchos destinatarios
era tarea lenta y tediosa, e
insumía muchísimo tiempo al
escribiente. Al igual que con
otros muchos inventos, la
máquina de escribir no tiene
un solo inventor, ya que
fueron muchos quienes
aportaron su granito de

TRABAJO DE arena para idear un invento


hoy en desuso, salvo
excepciones, pero que tuvo
una trascendental

INVESTIGACION importancia para la


comunicación del siglo XIX. La
máquina de escribir permitió,
por primera vez, escribir de
La máquina de escribir
forma mecánica, suplantando
a los lentos copistas y dio
carácter oficial a los escritos
comerciales y políticos.

Bruno V Dagna
Alicia Levante
Vida Pre-Máquina de Escribir
Antes de contar la historia de la máquina de escribir, vamos a repasar como
era la vida antes de su invención. En un principio, todos los documentos se
realizaban a mano con la famosa técnica de la caligrafía, pero era una tarea
lenta y limitaba cantidad de textos producidos. La inserción de la máquina de
escribir a la sociedad dejó atrás los
servicios de los copistas y les dio un
carácter más oficial y menos personal a
los escritos. El procedimiento mecánico
de la escritura aceleró el ritmo de las
comunicaciones y a su vez permitió que
el mundo de los negocios creciera.

Historia
El primer intento registrado de producir una máquina de escribir fue realizado
por el inventor Henry Mill, que obtuvo una patente de la reina Ana de Gran
Bretaña en 1714. La siguiente patente expedida para una máquina de escribir
fue concedida al inventor estadounidense William Austin Burt en 1829 por una
máquina con caracteres colocados en una rueda semicircular que se giraba
hasta la letra o carácter deseado y luego se oprimía contra el papel. Esta
primera máquina se llamó 'tipógrafo', y era más lenta que la escritura normal.
En 1833 le fue concedida una patente francesa al inventor Xavier Progin por
una máquina que incorporaba por primera vez uno de los principios utilizados
en las máquinas de escribir modernas: el uso, para cada letra o símbolo, de
líneas de linotipia separadas y accionadas por palancas separadas.

El mecanismo utilizado para mover el papel entre caracteres y entre líneas es


en casi todas las máquinas de escribir modernas un rodillo cilíndrico, contra el
que se sujeta el papel con firmeza. El rodillo se mueve horizontalmente para
producir el espaciado entre las líneas. La primera máquina que utilizó
este método de espaciado fue construida en 1843 por el inventor

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estadounidense Charles Grover Thurber. La parte impresora de esta máquina
de escribir era un anillo de metal que giraba en sentido horizontal sobre el
rodillo y que estaba provisto de una serie de teclas o pistones con piezas de
caracteres en su parte inferior. La máquina funcionaba girando la rueda hasta
que la letra adecuada se centraba sobre la posición de impresión en el rodillo y
luego se oprimía la tecla.

Varios inventores intentaron crear máquinas diseñadas para hacer impresiones


grabadas en relieve que pudieran ser leídas por personas ciegas. Una de esas
máquinas, desarrollada en 1856, era semejante a la máquina de escribir
moderna en cuanto a la disposición de las
teclas y líneas de linotipia, pero grababa las
letras en relieve en una tira de papel estrecha
en lugar de en una hoja. Una máquina similar,
creada y patentada en 1856, tenía las líneas
de linotipia dispuestas en sentido circular, un
soporte de papel móvil, un timbre que sonaba
para indicar el final de una línea y una cinta
con tinta. La disposición del teclado de esta
máquina era semejante a las teclas blancas y
negras de un piano.

La primera máquina fabricada en serie fue un diseño de 1864 del danés


Rasmus Malling-Hansen, quien la bautizó Skrivekugle (algo así como "bola de
escribir"), por la forma esférica de su teclado. Pocos
años más tarde recibió la Medalla de Oro en la
Exposición Universal de Filadelfia, pero para la
versión doméstica y comercial aún faltaban ajustes
en el funcionamiento, un formato más cómodo y un
diseño más amigable para el usuario. El mismo
año, el carpintero austríaco Peter Mitterhofer
comenzó a fabricar una serie de máquinas de
escribir a base de maderas y metales; cinco años
más tarde se presentó ante el emperador Franz

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Joseph I: sus máquinas tuvieron un reconocimiento notable (en Viena hay un
museo que le rinde tributo) pero tampoco llegaron al público.

La característica de ver lo que se iba mecanografiando a medida que se


escribía se da por supuesta en la actualidad. Sin embargo, en la mayoría de las
primeras máquinas de escribir, los tipos golpeaban subiendo contra el fondo del
rodillo. Por ello, lo que se escribía no era visible hasta que las siguientes líneas
escritas hacían que el papel se deslizase, dejándolo a la vista. La dificultad con
cualquier otra disposición era asegurar que los tipos volvían a caer
adecuadamente a su lugar cuando se soltaba la tecla. Esto fue finalmente
logrado con diversos diseños mecánicos ingeniosos, y las llamadas «máquinas
de escribir visibles» fueron comercializadas hacia 1895. Sorprendentemente,
los modelos antiguos siguieron fabricándose hasta 1915

Estandarización
Hacia 1920, la máquina de escribir manual o mecánica había alcanzado un
diseño más o menos estándar. Había pequeñas variaciones de un fabricante a
otro, pero la mayoría de las máquinas seguía el siguiente diseño: Cada tecla
estaba unida a un tipo que tenía el correspondiente carácter en relieve en su
otro extremo. Cuando se presionaba una tecla con la suficiente fuerza y
firmeza, el tipo golpeaba una cinta (normalmente de tela entintada) extendida
frente a un cilindro que sujetaba el papel y se movía adelante y atrás. El papel
se enrollaba en este cilindro, que rotaba al accionar una palanca (la del retorno
de carro, en su extremo izquierdo) cuando se alcanzaba el final de la línea.
Algunas cintas estaban divididas en dos
mitades, una roja y otra negra, a todo lo
largo, contando la mayoría de las máquinas
con una palanca que permitía cambiar entre
los colores al escribir, lo que estaba
especialmente ideado para los libros de
contabilidad, donde las cantidades negativas
tenían que figurar en rojo como número
negativo.

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En los años 1940 se comercializó una máquina de escribir silenciosa que
resultó ser un fracaso, lo que llevó a algunos observadores a la conclusión de
que el cliqueteo de las máquinas de escribir convencionales era del gusto de
los consumidores.

Historia Teclado
Existen varias leyendas en torno al desarrollo del diseño del teclado QWERTY,
que fue patentado por Sholes y su socio James Densmore en 1878. En este
primer diseño, las teclas del teclado estaban dispuestas en orden alfabético.
Sin embargo, surgió un problema. Muchas personas, que se habían vuelto muy
hábiles para escribir a gran velocidad, se dieron cuenta de que las teclas a
menudo se atascaban cuando escribían demasiado rápido, lo que causaba
todo tipo de problemas. Recordemos que los primeros mecanógrafos
presionaban una tecla que, a su vez, empujaba un martillo de metal que se
elevaba en forma de arco, golpeando una cinta entintada para dejar su marca
en un papel antes de regresar a la posición original. Este nuevo orden de las
letras, que también suponía una separación de pares de letras comunes,
minimizó el atasco del mecanismo pero también ralentizó considerablemente la
velocidad escritura.

A medida que la tecnología de la máquina mejoraba, se inventaron otros


diseños de teclado, como el teclado Dvorak patentado en 1936. Este diseño
consistía en poner más o menos próximas las letras más comunes, estaba
hecho a conciencia para conseguir una escritura mucho más fluida. Aunque
hoy en día hay usuarios dedicados de Dvorak, siguen siendo una pequeña
minoría en comparación con los que siguen utilizando el diseño QWERTY
original, que sigue siendo el diseño de teclado más popular en dispositivos de
todo tipo en todo el mundo occidental.

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Impacto social

Volviendo a su historia, fuera de toda duda la máquina de escribir en cierta


medida llega a revolucionar el mundo del comercio, además de la vida política
y la completa administración, puesto que la capacidad mecánica de la escritura
concede máxima agilidad en la lectura y ejecución de documentos, así como su
legibilidad y su copia. Una sólida ventaja sobre la meticulosidad, si bien de
enorme lentitud, de los pacientes copistas. Como es lógico, los escritores, al
igual que los periodistas, se hallaron ante uno de los mayores beneficios
técnicos en su labor escrita. La reproducción mecánica,
desde esa perspectiva, digamos que cambia la historia
al mismo tiempo que la reescribe y acelera. Casi sin
querer, la máquina de escribir se convierte en ‘icono’ de
los nuevos tiempos y con ella aparece el concepto de
oficina dentro de la industria, el mercado laboral
femenino se cualifica fuera de lo doméstico y el trabajo
intelectual gana un fiel aliado ejerciendo un dominio
imprescindible de más de un siglo hasta la muy reciente
llegada del ordenador al universo laboral,

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Anexo
https://www.monografias.com/trabajos10/histori/histori.shtml
https://www.eluniversal.com.mx/mochilazo-en-el-tiempo/cuando-se-
escribia-maquina
https://www.pccomponentes.com/historia-del-teclado-ordenador
file:///C:/Users/Bruno%20Dagna/Downloads/MAE%20TIC%20-
%20QWERTY.pdf
https://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%A1quina_de_escribir
http://www.cronicasdelaemigracion.com/opinion/author/cambios-
sociales-mujer-maquina-escribir/20111226152935027029.html#not-
found-invalid-parameter
https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/conoce-la-historia-de-la-maquina-
de-escribir-nid1882623

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