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Y HORIZON

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Por OSVALDO SILVA CASTELLQ
Desde “Talleres de Sal” y “Coral de
hasta “El Horizonte y su Estallido”, se nos viene mo
irando uh hombre jóven, Alberto Carrizo. qu
de estas obras va definienao al poeta. Este,
de convicción expresa su sentido de las co
hombres con sus quehaceres de todos los días, con su
sueños, sus miserias y sus esperanzas.
Alberto Carrizo une a su tarea cre
otra forma de creación que es y ha sido su
de siempre: su contribución a la liberación
bre de esta tierra al compás del esfuerzo de
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ra. Más aún, en él se identifican ambas c


su personalidad inquieta, decidida, que lo
gisterio, a la política, a la poesía
sivos de acción sino reunidos e
que evidentemente lo hacen ma
obligan al verso altivo, lacerante,premo
e las Caletas”, nos enviaba el recadc
tas y terrales del Norte. Se evidenciaba
en esa su segunda obra una creación poética de reluni:
brones acicateados por las urgencias vitales del poeta
Como barco entre los riscos, impulsado por la necesi-
dad de esquivarlos, como que los eludía en demasía y
había entonces una expresión no despejada del todo de
10 fácil. Sin embargo ya allí vivía la buena ley del ver-
so sin aristas, cuya génesis, como toda creación exac-
ta, viene del fondo mismo del canto, así aquel poema
“Quién vivirá más que nosotros” que vale con largue-
za más que muchos libritos de tres al cuarto que an-
dan por ahí.

ro y el pescador oteadores incansables de los vientos1


j del norte; Recabarren, el padrede la voz suave y del
paso tremendo engullendo arenales para dejar en ca-
da palma la semilla; la historia salitral y sus condo-
tieros; el pueblo siempre el pueblo con sus puños en-
durecidos de tanta espera; Santa María de Iquique y
su largo grito de muerte; el hoy esperanzado, preñado
de los augurios de un destino de luz para todos los
que viven sobre esta tierra. Complementan esta edi-
ción las ilustraciones del grabador Guillermo Deisler
una de cuyas reproducciones es un alarde de ‘técnica
depurada y buen gusto.

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