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Escribir con caca, de Luis Felipe Fabre es una obra antisolemne que reflexiona
tenía con el ano vista y señalada por si mismo y por los demás, así como su
Divida en cuatro partes; Los Anales, Escribir con caca, La gran mierda y Novo en
el Mictlán, el ensayo oscila entre la literatura de las primeras páginas donde Fabre
Manuel Lozano, y por otro lado, se teoriza sobre el encuentro que Novo, bajo la
sugerencia de Ricardo Molinari, tuvo con Federico García Lorca en Buenos Aires
que Federico tenía para ella, es así que el autor de la Estatua de sal se enamora
del autor de Romancero gitano, sin que este amor sea correspondido, y que por
esto, ¿tal vez?, Salvador se sumerge todavía más en la depresión, que antes de
Las anécdotas, las citas literarias, la ironía, la crítica y los recursos de los que
echa mano el autor sirven para demostrar un punto central: la poesía se origina en
de “los anales” contra “los poetas” del grupo de “los contemporáneos”, acusados
mismo, para que las burlas de los demás perdieran impacto, por ello, y al
los oficios de su dedo. Hay que entender esta forma de hacer poesía de Novo
como resignación, ya que el mismo sabía que no volvería a alcanzar las alturas
que logró con Nuevo Amor, resignación, pero también como acto de resistencia,
como su más firme negación a alejarse de la poesía por completo, aunque con el
gay, ya que odia lo que ve, pero al mismo tiempo alimenta su ego, odi et amo,
“Tonta y melodramática”, dice Fabre, y es que este libro dialoga con Novo, como si
de dos íntimos se tratara, como si esta obra fuera una palmadita al hombro, dos
comadres que se cuentan sus penas, o mejor dicho, de una comadre que cuenta
sus penas y otra que escucha y responde. En ese sentido la intimidad prevalece a
pesar del tiempo que separa al autor de su objeto de estudio, y a su vez del lector
del autor, mucho hay que decir con datos y precisión académica, pero siendo
Novo como era, mucho de lo que hay que decir está en el chisme, no en el
atmósfera que autores como Novo y Fabre usaban como arma narrativa.
los ataques que recibió por parte de los artistas revolucionarios, también hay
episodios de su vida en los que pudo escoger, por ejemplo, la causa estudiantil,
primera noticia, y muy buena, que recibo en el día. Dígame, ¿cómo pasó?,
Hasta ahora todo lo que Fabre nos ha contado sobre Novo se puede construir
gracias a testimonios escritos y orales, (el chisme), pero la parte más exquisita del
libro, muy al estilo de Fabre, recurre a la imaginación del autor, para construir un
poema biográfico, con más sabor a epitafio, en el que Salvador se lamenta del
inframundo mexicano, con ese sabor a Aztec Style, que le parece igual de
desagradable que despertarse a medianoche en medio del Museo de
Antropología.
Divertido, dramático, Salvador discute con un espejo sobre las miserias del
con el mexicano es la gloria de las letras universales, ¡tanto leer a Oscar Wilde
para acabar así!, pero de cualquier forma Salvador está en casa, en el ano del
probable que Salvador haya aplaudido el ingenio de Fabre para escribir así su vida
Escribir con caca le hace justicia a Novo porque es anti solemne, porque la
obra de quien escribió La diegada, pero sobre todo porque explicíta aquello que
poesía, sino como acto performático en la vida diaria, en ese sentido Fabre
rescata no sólo a Novo sino a la literatura al margen, de tal forma que la máxima
que dice “El problema no es tener un ano, sabido es que incluso hasta los más
analmente, una gran obra, sobre un gran sodomita, de tal forma que como es
costumbre decir antes del estreno de una obra teatral, nosotros podríamos decirle
al lector que está por empezar las primeras páginas de este libro: ¡Mucha mierda!