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SEGUNDA EDICIÓN
REVISADA Y AUMENTADA
8. ELEXAMEN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
A) La finalidad dc los cxáinc- C ) EL cnfrentaiiiicnto, 56
ncs, 55 1)) El desarrollo del cxamen,
B) La función dcl rcpaso, 55 57
9. LA RESENAC ~ T I C A .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
A) Los alcai~ces,61 C) Las pcrspcctivas, 62
B) La objctividad, 61
10. EL ESTADO DE LA CUESTION. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
A) El objctivo, 63 B) La forma, 64
11. LA MONOGRAFIA O ARTICULO CIENTIFICO . . . . . . . . . . . . . . .
A) La naturaleza de la mono- F) La ordenación e interpre-
grafia, 65 tación, 74
B) El tenla, 66 G) La composición y la re-
C ) La información, 68 dacción, 76
D) El plan, 69 H) La nionografia y la tesis,
E) La recolección de datos, 79
71
12. -ELENSAYO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
El diseño de este libro corresponde al de uii texto para uii curso de oricii-
tación metodológica al nivel de los Estudios Básicos o Coiiluncs Univer-
sitarios. Será lectura permanente del alumno a lo largo de su iiistrucción,
sirviéndole de guía en la preparación de sus primeras tareas académicas y
en la elaboración de la monografiá. Aún después, le proporcionará útil
consejo para la investigación que constituirá su tesis. El autor, sin eiiibar-
go, no pretende en modo alguno sustituir al docente. El instructor, en
contacto diario con cl estudiante, le servirá de ejemplo y de proiliotor in-
telectual y lo orientará n o sólo en los aspectos generales de la técnica de
la elaboración de las tareas académicas, sino también en los iiiétodos, es-
trategias, técnicas e instrun~entosde la investigación científica especializa-
da, aún dentro del campo de la investigación bibliográfica niisiila que
este nianual se propone cubrir. Más necesaria todavía será su coiitribu-
ción en las tareas de la investigación de campo o de la investigación de
labofatorio, a las que esta obra sólo prepara el camino. Coiivieile que
aclaremos un tanto los alcances y límites de un manual coino el que aquí
ofrecemos.
Cada ciencia pura o aplicada (aplicación que llega finalinerite a la tec-
nología industrial) puede tener un manual particular de metodología de
la investigación. En tal caso, cada manual tendría que o a ) repetir la
metodología general, común a varias, o b ) estar dedicada a sólo los procc-
dimientos específicos, suponiendo que por alguna otra fuente (profesor,
cursillo o manual) el alumno tiene conocimiento de los principios ineto-
dológicos generales. La economía de la segunda alternativa ha dado como
resultado que, aparte de los manuales de investigación especializados,
existan manuales más o menos generales que intentan servir a un grupo
de disciplinas que tienen similares objetos, metas, métodos y técnicas, de
modo que pueden atender a los principios generales aplicables a un con-
junto de disciplinas semejantes.
Hay ciencias que investigan hechos y conexiones que fundamental-
mente se encuentran depositados en libros que son el testimonio de su
existencia intelectual o histórica. La invest2agiÓp-&@i~ra~<a~nsiste en
-___-
una observación científica.de- hechos..-iñuchas veces.pr_ebuct~s.cdtiri---
les o hasta imaginativos- que .aparecen. como objetos. dados y cuyo
-.-...-a.-
iE?'bmento---"."-.
de recolección
... - - de ...--
hechos . -
--.-.. ... y datos
.
son las fichas. Las Iiipótesis son
..-m-.,*
-lente introducción
__r_ -_-- a ~ d o los
^_-_ -:- s--otros tipos-de . investi~ción,
.-._ -. --además _.~_.de que ,_.__
constituye una..-necesaria
-__-*_-+- - primera etapa
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de todas ellas,
- . .. . ,
puesto que . ésta pro-
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porciona el concZmiento de f a s a c i E ~ s ~ ~ ~ s ~ ~ . e I I t I I t e o ~ a s , , ~ ~
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hipótesis, experimentos, resultados, .-,. ~ -^- -.-,instrumentos
_ - * -I-.-I.e-"
y.~técnicas
> ".. . . usadas-
...y.--=
una conciencia de la necesidad del rigor intelectual, será posible que se les
proporcione una idea de los alcances y límites de cada uno de los tipos de
investigación, de modo que, familiarizados con ellos, quizá en algún mo-
mento, dentro de su propia disciplina, los pueden utilizar con provecho?
Las descripciones hechas en este prólogo son un avance en esa direc-
ción y lo es la introducción que añadimos a esta segunda edición de
nuestro manual, en la que ofrecemos una equilibrada presentación del senti-
d o de la educación cultural, científica y profesional, una desmitificada
presentación de la ciencia y la tecnología, una explicación del sentido de
la ética humanista, todo lo que el estudiante necesitará tener en cuenta al
formular su curriculum personal de estudios.
A los docentes que se dediquen a la instrucción inetodológica de la
investigación corresponderá complementar este manual con la exposi-
ción detallada de la naturaleza y el uso de los instrumentos de recolección
de datos y de experimentación y la explicación de las técnicas de mues-
treo y de discriminación de variables, así como impartir el conocimiento
y manejo de las fórmulas matemático-estadísticas usadas en el procesa-
miento de datos siempre que se trate de la investigación de canipo y de
laboratorio. Es de esperar, sin embargo, que el instructor haga un esfuer-
zo especial por seleccionar explicaciones y encontrar ejemplos a la vez
circunscritos, bien definidos y de veras interesantes para la formación del
estudiante de los primeros años universitarios.
En esta segunda edicióii podrá entenderse mejor el título origiiial de
este libro: La aventura del trabajo intelectual. Toda investigación científica es
uii constante esfuerzo de conociniiento riguroso, exacto y válido que
sieinpre queda insatisfecho, que siempre, después de todo, es una aventw-
ra, salvo que se prefiera creer erróneamente en el mito de su perfección.
Toda investigación científica es una de las tantas actividades del trabajo so-
cial, y , por tanto, ni es gratuita ni puede ser irresponsable, salvo que se
opte por afirniar el mito político de su pureza. Toda investigación cientí-
fica es una actividad de la inteligencia humana que, a pesar de todas sus
debilidades, es superior a la lógica que ha desarrollado a su imagen y se-
mejanza, quizá imagen a un niismo tiempo idealizada y empobrecida de sí
misma. Es superior por cuanto es capaz de criticar su propio esfuerzo li-
brándose así de todos los iiiitos con que se la falsifica. A la investigación
bibliográfica le corresponde esta tarea crítica y, por ello, esta metodolo-
gía trata de contribuir niás a la educación que al mero adiestramiento de
los investigadores de caiilpo y de laboratorio.
He aquí un libro: cumple su limitada tarea, pero al mismo tiempo in-
vita a la reflexión y trata de estimularla constantemente y, más, intenta
despertar una respuesta geiierosa y responsable. Si logra hacerse amable y
útil coiiipañía del estudiante, habrá empezado a cumplir su destino.
A) CULTURA, CIENCIA Y PROFESION
C ) LA ETICA HUMANISTA
D) LA UNIVERSIDAD Y TU
En esta primera parte ofecemos una breve presentación de todo lo que está en jue-
go en el cultivo de la vida intelectual, de las circunstancias que la rodean, de la
actitud con la que es posible !levar a cabo nuestros propósitos y alcanzar nuestras
metas.
Hetnos evitado incum'r en largas y simples enumeraciones de circunstancias y
alternativas así como hemos omitido una innecesaria discusión cient$ca de los co-
nocidos procesos sociales o mentales que mencionamos. La ausencia de detalles y
explicaciones está compensada en nuestra exposicióti por una tipologia de cir-
cunstancias objeiivas y alternativas de actitud. Sin etnbargo, no tenetnospor . ~ - qué
.
desconocer
- -------
+
el valor de la lectura
~..... .
de las biografiás y autobiografiás de famosos pensa-
dores y cientficos,
. ., de las
- . hEti+iassde 16Ygrandesd~scubn'mientos,de los libros
dedicados
-.-.__- a narrar las personales
.. . .. . experiencias de la vida intelectual o del aprendi-
?aje. Esas lect~raspueden ofrecer atrayentes tnodelos capaces d2 alimentar la voca-
..- y-los esfuerzos del estudiante.
ción --.--
Pudimos haber destacado en esta sección el supuesto papel que el azar tiene en
los descubtimientos cientificos. Sorprende que éste sea un tema enfatizado precisa-
mente en las páginas de los manuales de investigación de laboratorio que, de otro
lado, están sembradas de rigurosos análisis lógicos y complejas fórmulas matemáti-
cas. A pesar de que el descubn'tniento casual sea una experiencia muy repetida, no
tiene otro valor que el de recordarnos la necesidad de que el investigador cultive y
mantenga una atención alerta yjlexible. N o debe, de ninguna manera, distraer-
nos de una seria e imparcial reflexión cn'tica acerca de las inherentes limitaciones
del conocimiento humano y acerca del alcance de los más rigurosos tnétodos y técni-
cas de la invesfigación.
LA VIDA INTELECTUAL
A) EL OFICIO DE PENSAR
C) LA ESCUELA Y EL DISCIPULO
D) PEDAGOGIA Y TECNICA
¡Qué gran tóiiico sería para el novel observador el que su irlaestro, en vez de
asornbra:lo y desalentarlo con la sublimidad de las grandes eiripresas acabadas, le
expusiera la génesis de cada invención científica, la serie de errores y titubeos que
la precedieron, coristitutivos, desde el punto de vista humario, de la verdadera ex-
plicación del descubriiiiiento! Tan hábil táctica pedagógica nos traería la convic-
ción de que el descubridor, con ser un genio esclarecido y una poderosa voluntad,
fue. al fin y al cabo, un hoiiibre c»nio todos (3).
Desde esta inisma perspectiva, el maestro permitirá q u e el alumno in-
grese al taller de su profesión. Ninguna lección niás viva q u e esta de
pcnetrar en el niundo concreto del oficio intelectual, ninguna instruc-
ción iiiás coiripleta y operativa q u e ésta de ver la técnica d e investigación
eii fuiicionaniieiito. De allí deriva la importancia q u e se atribuye a los se-
iiiiiiarios, a las prácticas d e laboratorio y de campo, c o m o medios para
aprender a investigar.
El alumno, a falta d e contacto con el taller de u n maestro, puede susti-
tuir esta experiencia mediante la sincera amistad intelectual c o n sus con-
discípulos para compartir n o sólo las inquietudes y los materiales de
estudio e invcstigación, sino también las hipótesis, los métodos y la discu-
sióii crítica. Porque, e n verdad, e n cualquier circunstancia, «el mejor
trabajo es e1 q u e se realiza e n equipo, liberado cada u n o de la angustia
dcl orgullo d e la soledad y sacando partido del trabajo d e los demás» (4).
I)ebeinos, fiiialmente, recordar q u e los procedimientos técnicos n o
ticneii otra finalidad que la d c hacer inás rigurosa la marcha d e la inteli-
gencia y, al mismo tiempo, hacerla más fácil. El esfuerzo y el tiem-
p o empleados e n el adiestramiento tienen c o m o recompensa la posesión de
uii valioso y flexible iiistruiiiento q u e simplifica la tarea y asegura el éxi-
to: «Las técnicas dan iiiás seguridad y firmeza al juicio, desarrollan el
iiiétodo, la laboriosidad y el criterio y perfeccionan la inteligencia y la ca-
pacidad de acción» (5). Si e l estudioso advierte q u e su avance es dificulta-
d o por el eiripleo dcl instruniental técnico, le convendrá revisar cuidado-
saiiieiite su concepción d e la naturaleza y el sentido d e la técnica y , de
o t r o lado, hacer iina revisión crítica d e sus instrumentos. Así c o m o la
cortcsía tieiic por finalidad hacer más fáciics las relaciones humanas y
Quien se entrega a la vida intelectual siente muy pronto que una volun-
tad de rigor empieza a manifestarse desde los primeros y más elementales
pasos de su aprendizaje y que se incrementa cada día más, redoblando sus
exigencias. Porque, aparte de que se aprende a soportar la crítica de los
demás y se termina por preferirla a la aprobación, concluye uno por con-
vertirse en el más implacable crítico de su propio trabajo. Es esa exigencia
de rigor la que nos obliga a realizar duras y tediosas tareas con la sola fina-
lidad de asegurar el cumplimiento de nuestro objetivo principal.
Junto a este afán de rigor, existe también una insatisfacción intima
personal que nos obliga a superarnos permanentemente y nos impide
adoptar un conformismo estéril, sobre todo cuando nos comparamos en
rendimiento con algunas personalidades de nuestra especialidad. Es tan
agudo este sentimiento que no es posible justificarnos fácilmente por más
que señalemos la magnitud de los obstáculos que hemos enfrentado y so-
breestimemos la importancia de nuestras conquistas. Si bien es útil el
estímulo de la insatisfacción, no debemos dejar, sin embargo, que se apo-
dere de nosotros, porque es innegable que en muchos casos se convierte
en un sentimiento morboso que nos deprime y conduce al abandono.
Es fácil darse cuenta de que muy dificilmente se podrá mantener una
constante y serena atención a nuestra tarea si a estas tensiones de la vo-
luntad de rigor y del amor propio insatisfecho no se las contrapesa
adecuadamente con un generoso sentimiento de solidaridad ql-ie busque
estímulos en el contorno de nuestras relaciones humanas. Si es verdad
que utoda obra grande, en arte como en ciencia, es el resultado de una
gran pasión puesta al servicio de una gran idea» (l),porque, en última
instancia, todo saber es para la vida, nada menos extrafío que la ne-
cesidad de estimular el aprendizaje con motivaciones vitales muy concre-
tas.
No basta, hemos dicho, la avidez de nuestro ego. Quizá sea más vigo-
rosa que la ambición económica, pero, a su vez, es quizá menos coheren-
te. Las circunstancias que rodean al intelectual doblegan fácilmente
cualquiera de estos dos impulsos motrices. La esterilidad económica de
largos períodos de estudio o la escasa retribución en algunas profesiones,
tanto como el anonimato de muchas nobles tareas o las injustas posterga-
B) LA MEMORIA Y EL OLVIDO
(2) Arthur W. K O I ~ N H A U S E I El
< , arrc. de apri,ttdcjr a iicti~dior(Uuciios Aircs, Gil, 1939).
p. 14.
ob. cil., p. 46.
(3) CUITTON,
22 LA AVENTURA DEL TRABAJO INTELECTUAL
(5) A. D. SERTILLANGES,
La vida intelectual (Barcelona, Atlintida, 1944). p. 177.
LAS DIFICULTADES
EN EL TRABAJO INTELECTUAL
Deberíamos esforzamos por buscar cuáles son las horas reales, aquellas en las
cuales la atención se halla en el más vivo estado de lucidez, de penetración y de
coincidencia con el yo. Determinar esas horas de calma activa, su número, su du-
ración, su ritmo y su reaparición; después, disponer nuestro trabajo alrededor de
ellas. N o permitir jamás que durante ese lapso nos interrumpan las naderías del
mundo (3).
Sólo quien trabaja con tesón merece los medios que tiene y es digno
de emplear los más perfectos y costosos instrumentos reservados única-
mente para los investigadores más calificados, porque ha aprendido a
dominar realmente su instrumental y ya está preparado para aprender a
realizar las más importantes y caras empresas científicas.
Muchas veces nos invade el cansancio. Sin dolor, sin graves síntomas ex-
ternos, nos reduce a la inactividad, puesto que debilita nuestra voluntad
íntima. Esta poderosa sensación, independientemente de las enfermeda-
des, aparece cuando nuestro organismo ha sido debilitado por la intensi-
dad o la duración de la tarea En ocasiones excepcionales y decisivas, para
cumplir importantes e ineludibles tareas, podemos continuar, con el can-
sancio a cuestas, hasta concluir el trabajo a cualquier precio. Pero en la
vida ordinaria conviene atender a esta advertencia de nuestra naturaleza.
Ya menguada la atención, embotada la inteligencia, perdida la sensibili-
dad, debemos descansar. Sólo el descanso nos devolverá las energías para
continuar en la brega. Más fructífero es un corto descanso a tiempo que
no un larguísimo período de trabajo cumplido en estado de cansancio:
28 LA AVENTURA DEL TRABAJO INTELECTUAL
Haz algo o no hagas nada. Aquello que hayas decidido hacer, hazlo con ardor,
con todo el esfuerzo posible, y que el conjunto de tu actividad sea una serie de
enérgicas reanudacioncs. El semitrabajo, que es u n seniidescanso, no favorece ni 21
descanso ni al estudio (5)