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ACTIVIDAD SEMANA 2

PATRICIA GÓMEZ BELTRAN

Por más de 50 años nuestra nación está en un conflicto social, político y armado
que cada año significa para el país más de 23 billones de pesos. Todos los
gobernantes han anhelado la paz para el país; Con la política de seguridad
democrática del presidente en su momento Álvaro Uribe, en una forma discreta y
clandestinamente se iniciaron diálogos con el grupo al margen de la ley conocido
como FARC, bajo ciertas condiciones; estos acercamientos no tuvieron avances
positivos, ya que este proceso quedo estático después de la entrega del cuerpo
sin vida del mayor Julián Ernesto Guevara quien había fallecido estando
secuestrado por este grupo.
Como último punto en la agenda, es la comisión de la verdad; más claro no podría
ser, esto consiste no solo en que se reparen las víctimas de esta guerra absurda,
también se tiene como objetivo el conocimiento de la verdad de muchos hechos
donde se han atropellado por décadas los derechos de las personas.
Colombia como consecuencia de este proceso de paz, se encuentra en una
situación de transición, ya que actualmente estamos en un conflicto armado
interno y se quiere llegar a la paz entre el gobierno y el grupo insurgente. En la
mesa ya se llegó a un acuerdo sobre la política agraria, pero esto no quiere decir
que el conflicto armado haya llegado a su fin, esto simplemente es un paso de un
camino hacia el final de una guerra de 50 años. La transición se fundamenta en
cada uno de los acuerdos que se lleguen en este proceso, la resolución de los
problemas que harán posible la paz. Según el análisis de uno de los altos
funcionarios oficiales del grupo del gobierno que se encuentra en cuba, este
manifiesta que no se está negociando nada, lo que se desea es poder construir
acuerdos con condiciones y propósitos que comprometan a todos para poder
llegar a la paz.
La construcción de paz se entiende como un esfuerzo liderado por actores
internacionales que llegan a un Estado afectado por un conflicto armado para
impulsar una serie amplia de actividades en lo político (orden público, seguridad,
reformas institucionales…), con el fi n de abrir las puertas a reformas más
profundas en otros ámbitos como el económico o el social.
Los esfuerzos se centran en crear las condiciones de seguridad y orden público
que permitan poco a poco, iniciar procesos de reforma y transición política hacia
sistemas de gobierno estables (no necesariamente democráticos), y hacia cierto
desarrollo económico y niveles de integración en el contexto internacional
(mercados, sistema financiero internacional, marco de protección de Derechos
Humanos, etc.).
Una mirada alterna entiende la construcción de paz como un esfuerzo que debe
hacerse desde las comunidades y los territorios afectados por el conflicto armado;
con, junto y desde los actores locales, con visiones y procesos transformadores en
lo político, lo económico, lo cultural, lo social y lo ambiental. Este esfuerzo se
centra en el acompañamiento político, técnico y financiero a las capacidades,
actores y procesos endógenos constructores de paz.
Sus actores son las comunidades de base, acompañados por otros actores locales
e internacionales solidarios como ONG, agencias de cooperación técnica
internacional, “thinks tanks” o centros de investigación acción, agencias de
Naciones Unidas, movimientos internacionales de solidaridad, iglesias, gremios, y
los propios Estados a través de algunas de sus políticas, entre otros.
Estas comunidades son las más expuestas, vulnerables y en riesgo a causa de la
situación de conflicto, dado que viven donde éste se desarrolla con toda su
intensidad y a menudo, han sufrido la violencia en sus propias vidas. A diferencia
de los actores externos, que en cualquier momento pueden salir del contexto
conflictivo, los actores locales permanecen en el lugar y para ellos responder de
una u otra manera a la guerra no es una opción, sino una necesidad.
Las actividades que se realizan desde esta perspectiva, están centradas en temas
como el desarrollo de capacidades, la educación para la paz, la consolidación de
redes sociales, el impulso de marcos de protección de Derechos Humanos, las
acciones afirmativas hacia poblaciones específicas, la atención humanitaria, el
fortalecimiento institucional de actores de gobierno locales y regionales, el
desarrollo local rural, la asesoría a políticas públicas de atención a víctimas, y la
creación de comunidades de paz, entre otros. Estos son esfuerzos menos visibles,
débiles y apenas son reportados por los medios de comunicación. A menudo son
un sinfín de actividades nobles y ambiciosas, pero desarticuladas entre sí y sin
visión estratégica para la construcción de una paz a largo plazo.

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