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Según Douglas, los asesinos seriales tienen tres ideas fijas -la
manipulación, el dominio y el control de la situación- y una personalidad que
puede ser dividida en dos grandes categorías:
El asesino serial típico sigue un modelo gradual de desarrollo que ha sido descrito
en siete fases por el doctor Joel Norris, uno de los principales expertos
norteamericanos en el tema. Estas son:
La fase fetichista. Al igual que el sexo, el asesinato ofrece un placer intenso, pero
transitorio. Para prolongar la experiencia, durante el período previo al siguiente
asesinato, el homicida guarda un fetiche asociado a la víctima. Puede ser desde
una billetera hasta un trozo del cuerpo.
La fase depresiva. Después del crimen, el asesino serial experimenta una etapa
depresiva, equivalente a la tristeza pos-coital. La crisis puede ser tan profunda
como para intentar suicidarse. Sin embargo, la respuesta más frecuente es un
renovado deseo de matar.
¿Cuál es el detonante?
Jeffrey Dahmer declaró que sentía como si hubiera nacido incompleto, que algo
le faltaba a su mente. Otro famoso asesino Dennis Nilsen, nunca comprendió la
magnitud de lo que hacía. No entendía que hizo mal al asesinar tantos hombres.
Las asesinas seriales mujeres tienden a ser "viudas negras" que matan una
sucesión de maridos, amantes, u otros miembros de la familia. También pueden
ser enfermeras u otros profesionales médicos que asesinan a bebés, a gente
mayor, o a enfermos terminales en un esfuerzo para liberarlos de su sufrimiento.
La mayoría de los asesinos seriales creció en familias violentas. De pequeños les
gustaba torturar animales, o provocar pequeños incendios, y en muchos casos
sufrían de enuresis. Como adultos, algún que otro serial tiene algún tipo de daño
cerebral y se entrega al alcohol y/o drogas.
El uso de la psicología para capturar criminales tuvo inicios literarios que datan
de 1841 con los “asesinatos de la calle morgue” de Edgar Allan Poe; sin embargo,
en la vida real esta aplicación tuvo principio en Gran Bretaña en el año de 1888
cuando el Dr. George B. Philips patólogo forense, diseñó el método “modelo –
herida”; este modelo se basaba en la comprensión de la naturaleza de las lesiones
de la víctima como base para la elaboración estadística del perfil del delincuente.
(Turvey 1.999).
Otra propuesta clásica para identificar delincuentes fue la formulada en 1955 por
el criminólogo Alemán Erns Kretschmer citado por Turvey (1999), quien propuso
que existen cuatro clases de criminales, afirmación basada en un estudio de 4414
casos y cuerpos. Estos tipos eran como sigue:
Otro intento del uso de los perfiles criminales fue el retrato conductista de un
asesino serial, realizado por el Psiquiatra James Brussel en 1957. El Dr. Brussel
infería conductas del ofensor comparando sus conductas delictivas con la
conducta de pacientes con desordenes mentales similares; el fruto de su
investigación se reflejó cuando elaboró el perfil del “Bombardero Loco” en Nueva
York. El asombroso diagnóstico de Brussel se reconoce universalmente como el
paradigma de una técnica que ahora se utiliza como una de las técnicas más
potentes en la cacería de los asesinos seriales: el perfil psicológico. A pesar del
impacto de este hecho, hasta 1970 las posibilidades de utilizar esta técnica fueron
pocas, y así mismo se empezó a explorar un método más sistemático. (Goobar,
2001).
Pasados dos años, en 1977 Groth, Burguess y Holmstrom citados por Homant y
Kennedy (1998), investigaron 225 casos de violación tomando como fuente 133
violadores y 92 víctimas, en este estudio encontraron que los motivos que
predominan en los violadores son básicamente cuatro; el 44% correspondió
sentimientos de poder, el 21% correspondió a reafirmación del sentimiento de
poder, 30% ira-venganza, 5% ira –excitación. Esta primera clasificación de los
motivos de los violadores es una contribución importante para el inicio de las
investigaciones sobre principales motivos por los que actúa el agresor.
Afirman Ault y Reese (1.980) que en 1.978 se inició un proyecto piloto de análisis
psicológico criminal con el fin de formular perfiles mediante entrevistas de
investigación con criminales encarcelados, el cual fue llamado: “programa de
interrogación sobre la personalidad criminal”, tenía por objeto establecer las
características, motivaciones, actitudes y comportamientos más sobresalientes de
los delincuentes involucrados en tipos específicos de crímenes con el fin de
preparar programas informáticos para procesar los datos, previendo que a medida
que esta base de datos se fuera acumulando, proporcionaría información acerca
de varias clases de delincuentes.
Para el año de 1.980 Hazelwood y Douglas del FBI hicieron una contribución a la
literatura con su clasificación de homicidios por tipo, estilo y número de víctimas,
describiendo el homicidio como simple, doble, triple, asesinato en masa clásico y
familiar, asesino serial y asesino itinerante, organizado y desorganizado.
Así mismo, a finales de los 80 los agentes de la unidad de ciencias del
comportamiento del FBI empezaron a trabajar en la clasificación de los crímenes
usando el manual diagnóstico y estadístico (DSM) de la Asociación Americana de
Psiquiatría APA. Se clasificaron los crímenes de asesinato, incendios y abusos
sexuales, y se conformó el Comité Advisory Committee Representing Federal and
Private Association. (Burguess y colaboradores, 1.997).
Tres años después Hazelwood (1.983) citado por Arrigo,(1999) describió cómo
elaborar el perfil de los violadores a través de informes de las víctimas. Para
lograrlo se basó en 3 puntos fundamentales entre los cuales incluía una cuidadosa
entrevista con la víctima acerca del comportamiento del violador, un análisis del
comportamiento para tratar de descubrir la motivación subyacente y un perfil
individual.
En 1991, los detectives del FBI estaban usando técnicas de perfilamiento con
mayor frecuencia y los signos eran alentadores, pero aún no había evidencia del
surgimiento de un sistema coherente y ni de una técnica respaldada por la ciencia
evidenciando la falta de un sistema de evaluación válido y confiable. (Jackson y
Bekerian, 2000).
En junio de 1992, el Comité Policial ACPO Association of Chief Police Officers del
Reino concluyó que era viable el desarrollo de la elaboración del perfil criminal
como herramienta operacional. La evaluación de la técnica aportó 26
recomendaciones que contribuirían a fortalecerla, las principales fueron:
3. El programa puede ser implementado por la policía, pero manejado por el grupo
de investigación policial. La implementación es importante en el sentido de entrega
del servicio, mas no como investigación académica.
1. Establecer qué tan útil puede ser el perfilamiento del delincuente en la ayuda a
la eficiencia investigativa del policía experimentado.
2. Administrar el desarrollo y los mecanismos apropiados para optimizar los
beneficios del perfilamiento a la policía.
Estos objetivos han sido logrados mediante ciertos proyectos individuales pero
conectados entre sí. Debido al primer objetivo, cerca de 200 casos donde se ha
utilizado el perfilamiento han sido resueltos, donde se ha utilizado el perfilamiento.
Otro antecedente de tipo social, más que judicial fue el aporte de Jhon Douglas
quien dirigió durante 20 años la Unidad de Apoyo Investigativo del FBI, el grupo
élite dedicado al rastreo de los asesinos seriales. Este agente hizo aportes para la
literatura y el cine porque inspiró uno de los personajes de la película “El silencio
de los inocentes”. Ha escrito tres best seller sobre el tema: Cazador de mentes:
dentro de la unidad de crímenes seriales del FBI, Una bomber: tras la pista del
asesino serial más buscado de los Estados Unidos y Viaje a la Oscuridad (Goobar,
2001).
El centro nacional de Estados Unidos para el análisis del crimen violento (1990),
citado por Knight y colaboradores, (1998), define la investigación analítica criminal
como una herramienta investigadora que usa datos de la escena del crimen para
generar información descriptiva y probable sobre un ofensor, disminuir el número
de sospechosos y ayudar en esfuerzos de aprehensión.
Así, Ressler y colaboradores (1.999), aclaran que los perfiles criminales sirven
para describir el tipo general de persona que puede cometer un acto criminal, no
para señalar a un individuo determinado.
6. Aplicaciones de la Técnica
Las siguientes son las aplicaciones de la técnica de elaboración de perfiles:
3. Perfil geográfico.
-La fase del ensayo: esta fase involucra el análisis de evidencias conductuales de
crímenes conocidos donde ya existe un sospechoso, por esta razón la meta en
este caso es ayudar en el proceso de entrevista o interrogatorio y ayudar a
desarrollar la visión de la fantasía en la mente del ofensor, para este fin se debe
ser imparcial, es decir, tener una mente abierta y un pensamiento crítico, se debe
pensar como delincuente, en sus necesidades, experiencias y motivaciones, por
último se debe tener en cuenta la experiencia de vida pues esto puede influir de
manera determinante en las personas (Turvey, 1999).
Está relacionado con las características físicas del lugar, podría llamarse perfil
de la escena del crimen, ya que intenta generalizar la vinculación de las
localizaciones de la escena del crimen con la probable residencia de un agresor
desconocido. Aunque este tipo de perfil es primordialmente empírico, emplea el
concepto de mapa mental y trata de reconstruir una representación psicológica
relevante de las áreas del crimen en donde el agresor se sienta confortable
(Homant, 1998). Rossmo (1997) citado por Homant (1998) afirma que un perfil
geográfico es de gran ayuda para refinar el perfil de la escena del crimen, ya que
lo que se intenta es generalizar la vinculación de la localización de la escena del
crimen con la posible residencia del agresor, además de ayudar a formular el
mapa mental. Para el caso colombiano, es importante mencionar que La Policía
Nacional esta utilizando técnicas de georeferenciación es decir que se esta
implementando la técnica del perfil geográfico.
En primera instancia los Investigadores deben saber que dentro de una escena del
crimen existen riesgos biológicos que pueden atentar contra su salud; es por ello
necesario que los investigadores conozcan una serie autocuidados con el objetivo
de evitar riesgos para ellos. En segunda instancia, se procede a cercar el área
donde se halló el cadáver en un perímetro de 150 metros para que en dicha área
se pueda reunir información como tomar fotos de la posición del cuerpo, realizar
gráficos y tomar notas de los más pequeños detalles que durante la investigación
probablemente sean de gran ayuda para la continuidad del proceso. Cada pista,
cada evidencia puede ser la clave para resolver el crimen.
8.2. Durante la elaboración del perfil
Entrevista a testigos
En este punto deben reunirse todas las evidencias físicas disponibles así como
también las conductas, esto asegura que se analicen todas las características del
crimen y de la escena.
Un homicidio simple tiene una víctima. Uno doble tiene dos víctimas, en un único
suceso y en un solo lugar. Uno triple tiene tres víctimas que mueren en un mismo
lugar durante un único suceso. De tres víctimas en adelante se clasifica como
asesinato en masa, donde mueren más de cuatro víctimas en un mismo lugar y en
un solo suceso. Hay dos tipos de asesinato en masa: el clásico y el familiar; en el
clásico, el asesino opera en un lugar durante un periodo de tiempo y la
descripción del asesino en masa suele ser de un trastornado mental cuyos
problemas han aumentado hasta el punto que empieza a actuar contra grupos de
personas que no tienen nada que ver con su problema. En el tipo de asesinato en
masa familiar es como su nombre lo indica, el asesino mata a los miembros de su
familia; si éste mata a mas de tres miembros de su familia y luego se suicida, el
crimen es clasificado como asesinato en masa /suicidio y si no existe el suicidio y
mata a mas de cuatro miembros de la familia, se llama asesinato familiar. Hay dos
tipos adicionales de asesinos múltiples: los “spree murders” o asesinos
“itinerantes” y los asesinos en serie. Un asesino itinerante mata en dos o más
lugares y no tiene un periodo de enfriamiento emocional. Un asesino en serie
comete tres o más homicidios separados entre sí en el tiempo; esto permite que el
criminal se enfríe emocionalmente entre uno y otro asesinato, el asesino suele
matar con premeditación.
Este concepto se maneja en varias etapas del proceso de generación del perfil y
revela datos sobre el presunto asesino en cuanto a su modo de operar. Para
calcular el riesgo de la víctima, se usan factores tales como la edad, profesión,
estilo de vida y estatura. El riesgo se puede llegar a clasificar como alto (jóvenes y
ancianos), moderado (estudiantes) o bajo (cuya profesión y estilo de vida hace
que no sean blanco)(Ressler,1999).
“El riesgo para la víctima está relacionado directamente con el riesgo para el
agresor, es decir, el riesgo que corrió el agresor para poder cometer el crimen.
Por ejemplo, secuestrar una victima en la calle al medio día supone un alto riesgo,
esto también aporta ideas sobre el agresor; indica, que el agresor esta obrando
bajo ciertos estresores personales que cree que no lo detendrán, o que necesita
excitarse para poder cometer el crimen”. (Ressler, 1999, p. 10).
“Al analizar los hechos y los patrones de los factores anteriores, se obtiene
información sobre el aumento del grado de violencia empleado en el crimen. Los
investigadores que hacen perfiles saben deducir la secuencia de los actos y así
determinan el potencial del asesino, no solo para aumentar la virulencia de sus
crímenes, sino también para repetirlos en serie. Un ejemplo es el caso de David
Berkowitz quien comenzó su carrera criminal apuñalando a una adolescente sin
matarla y terminó asesinando con un revolver calibre 44”. (Ressler, 1999, p. 10).
El estudio del desarrollo de la conducta criminal de los agresores sistemáticos
indica que cuando codifican a la víctima, es decir, mantienen un trato impersonal
y se comunican pocos y solos con fines instrumentales, irán mostrando una mayor
violencia a medida que van acumulando asaltos. (Garrido 2.000).
El tiempo
El lugar
La escena del crimen puede no ser una sola, sino varios lugares que sirvieron de
contexto a los hechos, por ejemplo puede ser distinto el lugar donde la víctima fue
abordada, al lugar donde ocurrió el crimen y también el lugar donde se depositó el
cadáver. El hecho de que se usen varios lugares suministra más información
sobre el asesino, porque usar varios sitios implica planeación del delito, mayor
edad cronológica y mayor tiempo transcurrido en la carrera delictiva. Cuando un
criminal selecciona un blanco, el también debe tener cierto sentimiento acerca de
si es correcto el lugar de asesinato.
asesinato. ¿Es apropiada esta zona para el asesinato?
¿Contiene suficientes víctimas? ¿Es familiar? ¿Hay riesgo de que lo atrapen?
¿Hay rutas de escape? En una investigación de asesinato, es importante
preguntar por qué el
el asesino escogió un área particular para desechar el cuerpo,
y por qué escogió una ruta en particular.
“Una vez que el perfil criminal tiene congruencia, se remite un informe por escrito a
la agencia que lo solicitó y este informe es incorporado a la investigación.
Habiendo obtenido la información de la victima y de los testigos se reúnen a los
sospechosos que encajan en el perfil y son evaluados. Si este proceso termina
con la identificación, detención y confesión del asesino, el perfil ha cumplido su
objetivo. Si salen nuevas pruebas o no se identifica a ningún sospechoso,
entonces tiene lugar una reevaluación; toda la información es examinada otra vez
y se vuelve a validar el perfil”. (Ressler, 1999, p. 13)
Cuando se logra una detención o una sentencia condenatoria, se comparan los
datos reales con el perfil elaborado; si el sospechoso confiesa, es importante
hacerle una entrevista detallada para controlar que todo el proceso del perfil haya
sido válido.
Evidencia psicológica
-Rol Clínico: los psicólogos interrogan a los clientes y utilizan ayudas como los
test psicométricos (Test de Inteligencia, evaluación de funciones
neuropsicológicas, personalidad y estado mental) y el análisis de datos
conductual.
Trabajo interdisciplinario
Tolerancia y persistencia
Sistematizar la información
La valoración del caso frío según los norteamericanos consiste en un caso que ha
estado sin resolver o inactivo por un periodo de tiempo. Se debe tener en cuenta
la falta de cooperación entre la víctima y el detective, falta de testimonios o que
parecen estar agotadas las estrategias. Para solucionar estos casos fríos se debe
tener en cuenta el factor más importante, el tiempo, por esta razón se deben
analizar aspectos como la culpa que con el tiempo puede aumentar, las relaciones
que con el tiempo se disuelven o cambian, el miedo a denunciar pues con el
tiempo es posible que este se reduzca, la nueva evidencia que pueden haber
pasado por alto el personal que analizó la escena del crimen, el patólogo, etc
(Turvey, 1999).
Observación e intuición
Muchos estados de USA han sistematizado sus propias bases de datos sobre
crímenes violentos, incluyendo el New York State Homicide Assesment and Lead
Tracking System (HALT) and Michigan’s Homicide Investigative Tracking System
(HITS). La base de datos nacional esta localizada en la academia de
entrenamiento del FBI en Quantico Virginia dentro del Violent Criminal
Apprehension Program (VICAP) que opera a través del Centro para el Análisis de
Crímenes Violentos. (McCann, 1.992).
11. Referencias
Arrigo, B. (1.999). Introduction to forensic psychology. Issues and controversies in
crime justice. San Diego: Academic Press
Byrd, M. (2001). Hazards and Crime Scene: Another Routine Day at the Office.
Disponible en www.crime_scene_investigator.net/index.html.
The new detectives. (1996). County Police Department, Lee County Sheriff’s
Office. A production in association with Discovery Channel.
Hazelwood, R. (1.983). Entrevista con las Víctimas de Violación para obtener
Información acerca del Comportamiento del Violador: La Clave de la Elaboración
de Perfiles. FBI Law Enforcement Bulletin. - -
Skrapec, C. (1.999) Los motivos del asesino en serie. En: Trabajo presentado en
la Reunión Internacional sobre biología y sociología de la violencia sobre
psicópatas y asesinos en serie (pp.1-17). España: Centro Reina Sofía.
Stanton, C. (1997). Taking Your Cue from the Clues. Security Management. 41,
123 – 126.
www.psicologiajuridica.org