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Reflection: Burkina Faso: Overview of corruption and anti-corruption.

En el momento que decidí presentar una visión propia sobre los tópicos expuestos sobre
Burkina Faso. El tema de la lucha e información sobre la corrupción fue lo que sobresalió
en mi parecer. “Sin duda, un país que ha pasado en su historia por tanto dolor y sufrimiento
en busca de la apropiación y, valoración de lo autóctono por sobre lo colonial. Debe tener
algo interesante pues, aunque mataron al hombre detrás de la revolución, no creo que su
ideas se hayan ido con él.” (Pensé).

Cuando empezamos a estudiar su historia, me identifique con la idea de revolución del


buen camino del hombre honesto y por el trabajo en comunidad por el bien mayor el de la
libertad; y sin duda, la majestuosa independencia. La creación de una patria alzada a través
de las buenas costumbres olvidadas y por el bendito sudor, fruto del esfuerzo de sus negras
gentes. Esta era mi visión de la historia de Burkina Faso desde la llegada y partida del
primer patriota Burquines. Hasta este punto la identificación que sentía por el esfuerzo de
Thomas Sankara sin duda fue personal. El sentimiento por la forma en como lo asesinaron
me recuerda una parte de la historia colombiana que está sucia por el color de la sangre de
inocentes y me permitiré anexar dos renglones que tal vez no estén mal ubicados “Jaime
Garzón iba para el estudio de Radionet el 13 de agosto de 1999 cuando fue asesinado. Una
muerte anunciada en un país que solo ese año vio morir a siete de sus periodistas”.

Continuando con el estudio de los movimientos políticos de este país, de la mano del
excelentísimo trabajo informativo que aplica Iñaki Albisu Ardigo en su estudio sobre la
corrupción y la lucha contra esta. Transformo en 180 grados la manera en como me
identificaba con esta patria fallida.

Desde luego que el primer sentimiento (y único) que tuve al leer este articulo fue una
tristeza casi ajena, dado que me sentí desde el comienzo un foráneo visitando historias de
un país en aras del empoderamiento, pero ahora noto que su nación, aunque lejana es la fiel
imagen de la cuna que me vio nacer. Me aflige sentirme un ciudadano más de una nación
ajena a la mía. Sin duda otra patria lejana, otra tierra en otro continente pero como la
historia nos ha demostrado, la sombra maldita de la corrupción no distingue de distancias.
Y la germinación de esta se impuso por sobre el puro sacrificio de sus antecesores. Me
refiero a la ilegitima toma del poder del dictador Blaise Compaoré porque desde allí
comienza el cultivo de la corrupción por todo el país y el medio de herramientas como el
clientelismo y manipulaciones fue como se mantuvo en el poder por tanto tiempo (27 años).

En 2011 con la caída del dictador, los Burkineses mostraron su inconformidad y la


inspiración que les dejo Sankara. Desde entonces (a mi parecer), la recién nacida patria ha
tenido tiempo de desarrollarse pero su lucha no era contra un hombre, sino contra un
sistema ya instaurado a través del imperialismo (al que se refería Sankara) en el país. Es por
ello que aunque desde 2011 Burkina Faso disminuyo la corrupción, aún sigue siendo un
problema generalizado en un país acostumbrado al abuso del aprovechamiento de los
dueños de la patria.
No hay incertidumbre alguna sobre el nivel de esfuerzo que deben los Burkineses seguir
sobreponiendo en su lucha contra la corrupción y un por venir prospero pero hasta entonces
hay un sin fin de cosas por cambiar, mucho que aprender y caminos por recorrer.

Anexos personales.

Una frase de Garzón para recordar: “Él artículo 11 para vergüenza de nuestra constitución
dice: nadie podrá ser sometido a pena cruel, trato inhumano o desaparición forzada. Es algo
así como si uno llega a una casa de visita y un letrero dice ‘por favor no se suene con el
mantel… Uno dice: ‘no pues los que viven aquí son unas bellezas’. ¿Saben qué tradujeron
los indígenas?: ‘Nadie podrá llevar por encima de su corazón a nadie ni hacerle mal en su
persona aunque piense y diga diferente’ (…) Con ese artículo que nos aprendamos…
Salvamos este país”.

“La raíz de la enfermedad es política El tratamiento solo puede ser político. Por supuesto,
animamos a la ayuda que nos ayuda en la eliminación de la ayuda. Pero en general, las
políticas de bienestar y ayuda solo han acabado desorganizándonos, subyugándonos, y
robándonos de un sentido de la responsabilidad de nuestros propios asuntos económicos,
políticos y culturales. Decidimos arriesgar nuevos caminos para lograr un mayor bienestar”

– Thomas Sankara-

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