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UN CAMBIO DE PARADIGMA:
Dentro del el plan nacional del “Buen Vivir” o “Sumak Kawsay” se contemplan
varios aspectos que abarcan todos los ámbitos para el mejoramiento de la calidad
de vida de las y los ecuatorianos. Desde este punto de vista, propone un cambio
radical en el pensamiento y el modo de buscar el progreso del país.
Por lo que cambiar el paradigma del desarrollo y buscar el buen vivir se traduce en
observar la nueva perspectiva en la que se desenvuelve la vida de los habitantes
del país.
Desde el punto de vista del desarrollo, como tal, se han jerarquizado a las
sociedades en desarrolladas y subdesarrolladas, que finalmente terminan
subordinando a los pueblos, sin que se tome en cuenta que estos postulados son
dos caras de una misma moneda.
Por lo tanto, “El cambio de paradigma del Desarrollo al Buen vivir”, propone
acogerse a la nueva visión, en la cual el hombre pasa a ser eje central del
desarrollo y no los objetos.
El Buen Vivir va más allá aun, pues busca ampliarse hacia una cosmovisión
donde el individuo no solo vele por su propia bienandanza, sino que se preocupe
por la de la sociedad, ya que así se conforma un todo interdependiente entre los
dos.
Imprime un gran desafío, este cambio de paradigma, ya que por varios años se ha
tenido la concepción anticuada y egoísta del desarrollo específicamente como un
medio de búsqueda de riqueza individual, ahora debemos cambiar dicha visión y
ampliarla, con el fin de de propulsar el bien común, ya que este se traduce, en el
bien individual.
Este nuevo punto de vista, reconoce además que no se puede defender la vida,
sin defender la de los demás, para que los individuos dejen de ser percibidos
desde la representación de simples consumidores, sino como portadores de
derechos y responsabilidades hacia los otros, lo cual significa plantar la vocación
colectiva, en la concepción de bienestar individual.
Y una nueva doctrina más humanitaria aparece, que expresa que, tener derechos
necesariamente implica tener obligaciones hacia los otros, lo que nos lleva a
entender que la libertad de todos es la condición de posibilidad de libertad de cada
uno, pues la personas no son seres aislados, si no que necesitan y dependen de
otras personas para alcanzar niveles de autonomía, bienestar y para reproducirse
socialmente.
La democratización del estado cimienta aun más el buen vivir, pues garantiza una
participación activa de los ciudadanos, rechazando los dogmatismos, y
proponiendo la convivencia en la diversidad sin intolerancias.
A fin de precautelar esta propuesta este plan tiene el respaldo de la carta magna
la cual nos dirige en nuestra cotidianidad, concibiendo una responsabilidad no solo
en los habitantes de este país, sino en quienes tienen bajo su poder la legislación,
para lo cual además todos los cuidadanos pasan a ser veedores de este gran
cambio.
Si bien es cierto, el primer paso esta hecho, se han planteado los objetivos, ahora
falta el camino por recorrer, para que esta propuesta deje ser solo un idealismo de
sus creadores, los cuales han tenido la meta de ampliar la visión de todos quienes
conformamos este país, ahora solo queda poner en práctica todo lo planteado, no
solo evolucionar en cuanto a nivel de vida y satisfacción de necesidades, sino
evolucionar en un sentido más profundo, en el que todos asumamos el reto, y en
el que el pensamiento de cada uno, sea más acorde a la realidad actual.
Y de esta manera, el cambio de paradigma habrá surgido no solo como plan, sino
como un estilo de vida, y como una guía para emprender el crecimiento.