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CÓLERA

César Axcel López Moreno


UNIDAD ACADÉMICA DE MEDICINA  Pediatría.
Colera

El cólera es un síndrome clínico-epidemiológico infectocontagioso, transmisible a través de la


ingestión de agua y alimentos contaminados, causado por Vibrio cholerae.

El cólera se caracteriza por una diarrea indolora, acuosa, voluminosa, incolora (agua de arroz) sin
calambres abdominales ni fiebre que en el curso de 4 a 12 h lleva a la deshidratación. Si no se
inicia pronto el tratamiento, puede conducir a hipopotasemia, acidosis metabólica, hipovolemia y
muerte.

La letalidad del padecimiento en todo el mundo fue de 3.6%, mientras que en América ésta fue de
1.3%, lo cual corresponde a menos de 50%.

Las antiguas vacunas parenterales son de eficacia baja y en la actualidad no se recomiendan en


áreas endémicas, durante las epidemias o para personas que viajarán a regiones con
comportamiento endémico.

Se ha demostrado una reducción de 70% del riesgo de cólera grave en los niños amamantados.
Esta reducción del riesgo declina con la edad; sin embargo, es protectora hasta los 30 meses.

La administración de doxiciclina, tetraciclinas o trimetroprim/sulfametoxazol en término de 24 h


de identificado el caso original puede evitar de modo eficaz los casos “coprimarios” de cólera en
miembros del círculo familiar. No obstante, la profilaxia con antimicrobianos tiene escasa utilidad
en la erradicación del cólera.

 Sólo 10% de los pacientes infectados con el biotipo clásico y 2% de los de El Tor
desarrollan la forma grave de la enfermedad.
 En 59 y 75%, respectivamente, es subclínica y en el resto las manifestaciones son de
leves a moderadas.
 El padecimiento se caracteriza por diarrea de intensidad variable.
 En 93% de los casos es de consistencia líquida, con la apariencia típica de agua de arroz
y con frecuencia media de cinco a seis evacuaciones, aunque puede ser desde una hasta
50 por día.
 En 85% de los pacientes su frecuencia diaria es superior a cinco.
 En la enfermedad grave se producen grandes volúmenes de heces en una cantidad
superior de más de 250 mL/kg de peso corporal en un periodo menor de 24 h.
 En general, se acompaña de vómito frecuente y cuantioso, no hay fiebre elevada ni
tampoco dolor o cólico intestinal.
 En 90% de los sujetos la duración es menor de 72 h y sólo uno de cada cinco requiere
hospitalización (véanse las secciones de morbilidad y mortalidad).

Cuando el padecimiento se inicia es recomendable empezar el suministro de solución de


rehidratación oral (SRO). La cantidad será proporcional a las pérdidas por heces y vómito y deberá
ser suficiente para mantener el peso del niño y conservarlo sin signos clínicos de deshidratación.
No deberán utilizarse otros medicamentos que alteren la motilidad intestinal (atropínicos,
loperamida o difenoxilato), adsorbentes (caolín-pectina o atapulgita), ni modificadores de la
secreción intestinal (subsalicilato de bismuto).

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