Está en la página 1de 12

Nuevo Derecho

Energético Mexicano

José Juan González

12',)81',538%/,&$0(17(
Universidad Autónoma Metropolitana
Rector General
Dr. Salvador Vega y León
Secretario General
Mtro. Norberto Manjarrez Álvarez

Unidad Azcapotzalco
Rector
Dr. Romualdo López Zárate
Secretario
Mtro. Abelardo González Aragón

División de Ciencias Sociales y Humanidades


Director
Dr. Óscar Lozano Carrillo
Secretario Académico
12',)81',538%/,&$0(17(
Lic. Miguel Pérez López
Jefe del Departamento de Derecho
Lic. Gilberto Mendoza Martínez
Coordinador de Difusión y Publicaciones
Dr. Saúl Jerónimo Romero

Dibujo de la portada: “El búho de Minerva”


de Manuel Berumen Campos

Primera edición, 2016

© Universidad Autónoma Metropolitana


Unidad Azcapotzalco
División de Ciencias Sociales y Humanidades
Coordinación de Difusión y Publicaciones
Av. San Pablo 180, Edif. E, Salón 004, Col. Reynosa Tamaulipas,
Del. Azcapotzalco, C.P. 02200,
Ciudad de México, Tel. 53189109
www.publicacionesdcsh.azc.uam.mx

ISBN de la obra: 978-607-28-0837-9


ISBN de la colección Derecho: 978-607-113-8

Se prohibe la reproducción por cualquier medio sin el consentimiento


del titular de los derechos patrimoniales de la obra.

Inpreso en México / Printed in Mexico


Capítulo XI
La energía nuclear

12',)81',538%/,&$0(17(

La energía nuclear es aquella que se obtiene de las fusiones


nucleares de ciertos elementos como el uranio. Es conside-
rada una de las tecnologías más limpias y una alternativa para
substituir a los combustibles fósiles, dado que su operación no
genera emisiones de CO2,1 amplia la cobertura del suministro
eléctrico, dando al uranio un uso productivo.2
En la actualidad, datos oficiales muestran que 439 reactores
nucleares generan aproximadamente el 16% de la electricidad
del mundo y que en nueve países, más del 40% de la produc-
ción energética procede de la energía nuclear.3 En México la
única planta nuclear que se ha construido es “Laguna Verde”,
localizada sobre la costa del Golfo de México en el estado de
Veracruz. Esta planta cuenta con dos reactores con una capa-

1
  Por ejemplo, el 30% de la demanda de electricidad en Europa es pro-
porcionada por la energía nuclear lo que evita la emisión de 700 toneladas
de C02 al año.
2
  International Atomic Energy Agency. Nuclear Technology for a sustaina-
ble future. (s.f), p. 10, disponible en <http://www.iaea.org/Publications/
Booklets/NuclearTechnology/rio0612.pdf>.
3
  Veáse: <http://www.un.org/es/globalissues/atomicenergy/>.

307
12',)81',538%/,&$0(17(

cidad de 682.5 MW y contribuye sólo con el 5% de la genera-


ción de electricidad en el país.
Sin embargo, la generación de energía nuclear ofrece una se-
rie de inconvenientes. En primer lugar, los minerales que con-
tienen uranio y torio son escasos,4 lo mismo que sucede con
los combustibles fósiles. En segundo lugar, la construcción
de plantas nucleares genera emisiones de CO2 y su operación
genera residuos radioactivos, por lo tanto la energía nuclear
no es absolutamente limpia. En tercer lugar, los minerales de
uranio contienen sólo de uno a cinco kilogramos de metal por
cada tonelada de mineral,5 lo que implicaría una gran inversión
para su extracción. En cuarto lugar, el riesgo de accidentes
nucleares catastróficos siempre está latente.6 Finalmente, las
investigaciones sobre energía nuclear pueden ser utilizadas con
fines bélicos.
Sobre estas dos últimas desventajas de la energía nuclear se
han firmado diversos tratados internacionales que se analiza-
rán en los siguientes apartados de este capítulo.

1. El marco constitucional de la energía nuclear

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos


define en el párrafo séptimo del artículo 27 tres principios bá-
sicos relativos a la generación y uso de la energía nuclear, a
saber:

4
  Gerald Wendt, La energía nuclear y su utilización para fines pacíficos, París,
UNESCO, 1955, p. 23, disponible en <http://unesdoc.unesco.org/ima-
ges/0012/001283/128391so.pdf>.
5
  Ídem.p.27.
6
  Entre los accidentes más catastróficos encontramos los acontecidos en
la Unión Soviética en 1957, Gran Bretaña en 1957, Pennsylvania en 1979,
Japón en 1981, Chernóbil, Unión Soviética en 1986 y Fukushima, en Japón
2011, entre otros.

308
12',)81',538%/,&$0(17(

a) El uso de los combustibles nucleares para la generación de electrici-


dad es una actividad reservada a la Nación.
b) El uso de la energía nuclear para cualquier propósito diferente a la
generación de electricidad queda sujeto a la regulación del Gobierno
Federal.
c) La energía nuclear sólo puede ser usada para fines pacíficos.

El primer principio también se ve reflejado en el artículo


28, párrafo primero cuando establece que: “No constituirán
monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera ex-
clusiva en las siguientes áreas estratégicas: correos, telégrafos
y radiotelegrafía; petróleo y los demás hidrocarburos; petro-
química básica; minerales radioactivos y generación de energía
nuclear; electricidad y las actividades que expresamente seña-
len las leyes que expida el Congreso de la Unión …”.
Asimismo el segundo principio se encuentra regulado en la
fracción X del artículo 73 que dispone lo siguiente: “El Con-
greso tiene facultad para legislar en toda la República sobre
hidrocarburos, minería, sustancias químicas, explosivos, piro-
tecnia, industria cinematográfica, comercio, juegos con apues-
tas y sorteos, intermediación y servicios financieros, energía
eléctrica y nuclear y para expedir las leyes del trabajo reglamen-
tarias del artículo 123”.
El tercer principio adopta lo establecido por los tratados
internacionales de los que México es parte y que se refieren al
uso pacífico de la energía nuclear.
El 8 de agosto de 1963 México firmó el Tratado por el que
se Prohíben los Ensayos con Armas Nucleares en la Atmós-
fera, el Espacio Ultraterrestre y Debajo del Agua, de acuerdo
con el cual las partes contratantes se comprometen a “prohi-
bir, a prevenir, y a no llevar a cabo cualquier explosión de en-
sayo de armas nucleares, o cualquier otra explosión nuclear en
cualquier lugar que se halle bajo su jurisdicción o autoridad”
(artículo 1).
En 1967 fue adoptado en México el Tratado para la Pros-
cripción de las Armas Nucleares en la América Latina y El Ca-

309
12',)81',538%/,&$0(17(

ribe o mejor conocido como Tratado de Tlatelolco. Este Instru-


mento internacional consta de 32 artículos y ha sido modificado
en tres ocasiones, la primera en 1990, por la que se le agrega a
la denominación legal del Tratado los términos “y del Caribe”;
la segunda, en 1991 que consistió en la sustitución del segundo
párrafo del artículo 25 que restringió la incorporación de nuevos
Estados al Tratado; el tercer cambio tuvo lugar en 1992 y constó
en una serie de enmiendas a los artículos 14, 15,16 y 19.
De acuerdo con el artículo 1 del Tratado, las obligaciones a
las que se comprometen las partes son las siguientes:

1. Utilizar exclusivamente con fines pacíficos el material y las ins-


talaciones nucleares sometidos a su jurisdicción, y a prohibir e
impedir en sus respectivos territorios:
a) El ensayo, uso, fabricación, producción o adquisición, por
cualquier medio, de toda arma nuclear, por sí mismas, di-
recta o indirectamente, por mandato de terceros o en cual-
quier otra forma, y
b) El recibo, almacenamiento, instalación, emplazamiento o
cualquier forma de posesión de toda arma nuclear, directa
o indirectamente, por sí mismas, por mandato a terceros o
de cualquier otro modo.
2. Las Partes Contratantes se comprometen, asimismo, a abstenerse de
realizar, fomentar o autorizar, directa o indirectamente, el ensayo, el
uso, la fabricación, la producción, la posesión o el dominio de toda
arma nuclear o de participar en ello de cualquier manera.

Para la observancia de estas obligaciones se creó el Organis-


mo para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América
Latina y el Caribe (opanal).
Otro tratado firmado por México relativo al uso pacífico de
la energía nuclear es el Tratado sobre la No Proliferación de las
Armas Nucleares de 1968. En este tratado las partes poseedo-
ras de armas nucleares se comprometen a no traspasarlas (artí-
culo1) y si se trata de no poseedores a no recibirlas (artículo 2).
En 1971 fue adoptado a nivel internacional el Tratado sobre
Prohibición de Emplazar Armas Nucleares y otras Armas de

310
12',)81',538%/,&$0(17(

Destrucción en Masa en los Fondos Marinos y Oceánicos y


su Subsuelo. Dicho tratado entró en vigor en México el 23 de
marzo de 1984. El tratado en mención establece la obligación
de las partes a no instalar ni emplazar en los fondos marinos
y oceánicos y su subsuelo, más allá del límite exterior de una
zona de los fondos marinos, armas nucleares ni ningún otro
tipo de armas de destrucción en masa, así como tampoco es-
tructuras, instalaciones de lanzamiento ni otras instalaciones
destinadas expresamente a almacenar, ensayar o utilizar dichas
armas (artículo 1).
El 26 de octubre de 1979 fue adoptada la Convención sobre
la Protección Física de Materiales Nucleares que entró en vi-
gor en México el 4 de mayo de 1988. Esta Convención consta
de 23 artículos en los que se ocupa de regular y establecer obli-
gaciones relacionadas con la seguridad del trasporte de ciertos
materiales nucleares que son utilizados con fines pacíficos. En
su artículo 7 describe ciertas conductas que deberán ser con-
sideradas como delitos y que deberán ser sancionadas por la
legislación interna de cada Estado parte. La Convención con-
tiene 2 Anexos. El Anexo I establece los niveles de protección
física que habrán de aplicarse durante el transporte internacio-
nal de materiales nucleares, mientras que el Anexo II contiene
una clasificación de los materiales nucleares.
Por último, en septiembre de 1996 fue aceptado por la
Asamblea General de la ONU el Tratado de Prohibición Com-
pleta de los Ensayos Nucleares, el cual aún no se encuentra en
vigor ya que de acuerdo con el primer párrafo del artículo XIV
se requiere de la ratificación de los 44 países mencionados en
el Anexo II y hasta la fecha sólo lo han ratificado 36, entre
ellos México. A pesar de lo anterior, se han celebrado confe-
rencias anuales en las que, de acuerdo con el párrafo segundo
del artículo XIV, el tema de discusión es el grado de cumpli-
miento del primer párrafo de este mismo precepto.
El tratado en comento establece dos obligaciones básicas
para los países partes. La primera obligación, se refiere a la

311
12',)81',538%/,&$0(17(
prohibición de realizar ninguna explosión de ensayo de armas
nucleares o cualquier explosión nuclear de esta índole en cual-
quier lugar sometido a su jurisdicción o control; y la segun-
da, consiste en no causar ni alentar la realización de cualquier
explosión de ensayo de armas nucleares o de cualquier otra
explosión nuclear, ni a participar de cualquier modo en ella.
Para la verificación del cumplimiento de estas obligaciones se
estableció la creación de la Organización del Tratado de Pro-
hibición Completa de los Ensayos Nucleares (otpcen por sus
siglas en inglés), además de todo un sistema de verificación
que incluye: a) un sistema internacional de vigilancia, b) con-
sultas y aclaraciones, c) inspecciones in situ y d) medidas de
fomento de la confianza.

2. La legislación secundaria

2.1. La Ley Reglamentaria del Artículo 27 de la Constitución


en Materia Nuclear

Bajo los principios establecidos por la Constitución y los Tra-


tados Internacionales de los que México es parte, el Congre-
so Federal aprobó la Ley Reglamentaria del Artículo 27 de la
Constitución en Materia Nuclear7 que con sólo 52 artículos
tiene el objetivo de regular la exploración, explotación y be-
neficio de los minerales radioactivos, así como el uso de los
combustibles nucleares, los usos de la energía nuclear, la in-
vestigación en el campo nuclear y todo lo relacionado con la
materia nuclear, todo ello bajo el principio fundamental de que
la energía nuclear sólo podrá tener fines pacíficos.
De conformidad con el artículo 5 de la Ley mencionada,
los minerales nucleares están bajo el dominio de la Nación y
su exploración, explotación y beneficio no pueden ser sujetos

  DOF 4-02-1985.
7

312
12',)81',538%/,&$0(17(
de concesión ni de contrato. Este precepto también señala que
los órganos públicos encargados de estas actividades serán los
previstos en los artículos 9 y 10, a saber el Consejo de Recur-
sos Minerales y la Comisión de Fomento Minero. Sin embargo,
debido a diversas reformas legales, estos órganos ya no existen
como tales. En 1992 la Comisión fue disuelta y su patrimonio
fue absorbido por el Fideicomiso de Fomento Minero y las ac-
tividades que desempeñaba fueron encomendadas al Consejo
de Recursos Minerales,8 el cual en 2005 cambió de denomina-
ción a Servicio Geológico Mexicano9 (GSM).
Por otra parte, el artículo 15 de esa Ley señala que el aprove-
chamiento de los elementos combustibles nucleares con fines
energéticos corresponde, en todo caso, a la Nación y que la
generación de electricidad a partir del uso de combustibles nu-
cleares se llevará a cabo en forma exclusiva por la CFE.10 Por
ello, este precepto agrega que corresponde a la Comisión (hoy
sgm) el diseño y la construcción de las plantas nucleoeléctricas
oyendo, al efecto, la opinión del inin.11El precepto citado tam-
bién señala que la utilización de reactores nucleares con fines
no energéticos, sólo se llevará a cabo por el sector público y
por las universidades, los institutos y los centros de investiga-
ción autorizados conforme a esta Ley.
Por último, la Ley citada regula a los órganos encargados de
la seguridad y la investigación nuclear, a saber: la cnsns y la inin
respectivamente, los cuales ya fueron descritos en el capítulo
primero de esta obra.

8
  El artículo quinto transitorio de la LM establece que las actividades que
señalen otras leyes para la Comisión de Fomento Minero se entenderán
encomendadas al Consejo de Recursos Minerales.
9
  DOF 28-04-2005.
10
  Véase capítulo III de esta obra.
11
  Véase capítulo I de esta obra.

313
12',)81',538%/,&$0(17(

2.2. Ley que declara Reservas Mineras Nacionales los Yacimien-


tos de Uranio, Torio y las demás substancias de las cuales se ob-
tengan isótopos hendibles que puedan producir energía nuclear
Esta Ley fue publicada en el DOF el 26 de enero de 1950,
consta tan sólo de 16 artículos y rige respecto del uranio, el
torio y las demás substancias de las cuales puedan obtenerse
isótopos hendibles12 o materias radioactivas que puedan pro-
ducir energía nuclear (artículo 1).
La Ley citada establece que la explotación de los yacimien-
tos sólo será realizada por el Estado, a través del Ejecutivo
Federal o de la institución oficial que éste determine (artículo
3). De acuerdo con el Reglamento de esta Ley, la explotación
de las reservas mineras nacionales que contengan substancias
radioactivas será realizada a través de la Comisión de Fomento
Minero (artículo 3), actividad que, como ya lo comentamos,
fue trasmitida al SGM.
Por último, toda vez que los minerales son propiedad ex-
clusiva de la Nación y que su manejo y extracción entraña su
explotación, uso y manejo, la Ley tipifica como delitos diversas
conductas.
Así, el artículo 10 de la Ley en comento dispone que se im-
pondrá prisión de uno a diez años y multa de cien a diez mil
pesos a quien:

I. Explote, en reservas mineras nacionales, yacimientos de ura-


nio, torio y otras substancias de las cuales puedan separarse,
producirse u obtenerse isótopos hendibles o substancias ra-
dioactivas que puedan producir energía nuclear, y
II. Comercie, posea, extraiga, refine, compre, enajene, ministre
gratuitamente, transporte, y, en general, efectúe cualquier acto
de adquisición, extracción, refinamiento, suministro o tráfico

12
  De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Es-
pañola, la palabra hendible significa que se puede hender, que significa que
se pueden abrir o atravesar.

314
12',)81',538%/,&$0(17(

de uranio, torio, plutonio Pu-239 y demás substancias de las


cuales puedan separarse, producirse u obtenerse isótopos hen-
dibles o substancias radioactivas que puedan producir energía
nuclear, sin sujetarse a las disposiciones de esta Ley.

En el mismo sentido, el artículo 13 señala que se impondrá


una pena de seis a doce años de prisión y multa de quinientos
a veinte mil pesos, sin perjuicio de aplicarle, en su caso, la in-
habilitación a que se refiere el artículo 12 a quien importe o ex-
porte uranio, torio, plutonio Pu-239 y demás substancias de las
cuales puedan separarse, producirse u obtenerse isótopos hen-
dibles o materias radioactivas que produzcan energía nuclear.
Finalmente, de conformidad con el artículo 14, al que dejaré
de dar el aviso que ordena el artículo 4° de esta Ley, dentro del
plazo que éste señala, se le impondrá prisión de tres días a un
año y multa de cien a mil pesos. El artículo 4 señala que “Los
titulares de concesiones mineras, cuando en ejercicio de sus
derechos descubrieren la existencia de las substancias a que el
artículo 1° de esta Ley se refiere y que reúnan las características
que indique el Reglamento mencionado en el párrafo segun-
do del artículo 2°, las pondrán a la disposición del Ejecutivo
Federal o de la institución oficial designada al efecto, dando el
aviso correspondiente, dentro de los treinta días siguientes al
descubrimiento”.

2.3. Ley de Responsabilidad Civil por Daños Nucleares

En 1974 fue publicada la Ley de Responsabilidad Civil por


Daños Nucleares,13 que tiene como objeto regular la responsa-
bilidad civil por daños que puedan causarse por el empleo de
reactores nucleares, la utilización de substancias y combusti-
bles nucleares y, los desechos de estos.
De acuerdo con el artículo 3, inciso c) de esta Ley, un daño
nuclear es: “la pérdida de vidas humanas, las lesiones corpora-

  DOF, 31-12-1974.
13

315
12',)81',538%/,&$0(17(

les y los daños y perjuicios materiales que se produzcan como


resultado directo o indirecto de las propiedades radioactivas o
de su combinación con las propiedades tóxicas, explosivas u
otras propiedades peligrosas de los combustibles nucleares o
de los productos o desechos radioactivos que se encuentren en
una instalación nuclear, o de las substancias nucleares peligro-
sas que se produzcan en ella, emanen de ella, o sean consigna-
das a ella.” Esta definición no comprende aspecto ambiental
alguno, puesto que los daños ocasionados al ambiente pro-
venientes, entre otros, por el manejo de sustancias peligrosas
son regulados por la lfra,14 misma que es analizada en otro de
nuestros Libros,15 por lo tanto la Ley de Responsabilidad Civil
por Daños nucleares no es considerada una ley ambiental.
Por otro lado, la Ley que analizamos establece que la repa-
ración por daños nucleares será mediante indemnización y
señala como límite máximo la suma de cien millones de pe-
sos (artículo 14). El monto referido, de acuerdo con Francoz
Rigalt16 se estableció sin medir la gravedad de los accidentes,
pues la experiencia internacional demuestra que hay acciden-
tes nucleares que producen daños superiores a esa cantidad,
por ejemplo el accidente de Chernóbil de 26 de abril de 1986
sobre el cual el Primer Ministro de Ucrania declaró que “los
gastos totales, con cargo al presupuesto nacional de Ucrania
para eliminar las consecuencias del accidente en el periodo de
1992 a 1996 solamente, sobrepasaban los 3,000 millones de
dólares de los Estados Unidos.”17

14
  Ibid., 07-06-2013.
15
  José Juan González Márquez, “Teoría del Derecho Ambienta”, Vol. 2,
La Responsabilidad Ambiental, México, IMIDA, 2013.
16
  Antonio Francoz Rigalt, Los principios y las instituciones relativas al Derecho
de la energía nuclear. La política nuclear. México, UNAM, 1988, p.44.
17
  Tomado de J. Abel González, “Chernobil- Diez años después”, en Bole-
tín de la OIEA, 1996, p.12, disponible en <http://www.iaea.org/>.

316

También podría gustarte