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CONCLUSiONES

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Durante la segunda mitad del siglo XX, la


pintura Las penas del infierno fue receptora de nu-
merosas muestras de interés académico gracias a
la peculiaridad de su contenido y su valor plásti-
co; sin embargo sólo había sido objeto de estudios
iconográficos y no de análisis más amplios. Las in-
vestigaciones que se hicieron en torno suyo contri-
buyeron a identificar la línea de pensamiento reli-
gioso que la motivó, pero no se logró determinar
las fuentes literarias ni visuales que sirvieron para
su ejecución. Aún era una obra que encerraba nu-
merosos enigmas.

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novohispano
La existencia de una pintura como castellano que de él se hicieron en
Las penas del infierno obedece a los Puebla, en 1719 y 1780. La influen-
110 cambios de religiosidad que se vi- cia de El infierno abierto al cristiano…
vieron en Nueva España durante el sobre la pintura Las penas del infier-
siglo XVIII. En este periodo surgió no es evidente gracias a que la com-
un renovado y enfático interés por posición del óleo en siete cuevas
del infierno, tema que había sido responde a las siete meditaciones,
relegado a un segundo término en programadas una para cada día de
la catequesis durante el siglo XViI. la semana, que Señeri escribió en su
Dicha reconsideración fue fomen- obra. Otra evidencia de esta rela-
tada por ciertas facciones civiles y ción se halla en los textos que apa-
religiosas que rechazaban la vida recen a manera de motes en el óleo,
galante, arribada hacía unas déca- dado que éstos corresponden a los
das desde la metrópoli al virreina- títulos con que el teólogo denomi-
to, tras el cambio dinástico de los nó cada una de sus reflexiones.
Habsburgo a los Borbón. Parece
que esta postura desaprobatoria
fomentó una reconsideración del Una importante peculiaridad
papel moralizante y reflexivo de la que distinguió a las ediciones po-
escatología en el discurso pastoral blanas de El infierno abierto al cristia-
y plástico, con la cual, como resul- no… de las europeas fue el conjunto
ta lógico, adquirirían nuevos bríos de láminas que acompañaron a los
la doctrina y la representación del textos, cuya función era interpretar
infierno. y comunicar visualmente las re-
flexiones del tratadista. Todo indi-
ca que los grabados de 1780 fueron
las fuentes visuales de la pintura en
La pintura Las penas del infierno cuestión. Esta correspondencia se
cumplió una función didáctica en demuestra gracias a la semejanza
aras de la salvación de los feligre- que se observa entre los condena-
ses. Localizada en la que otrora fue dos que aparecen en los grabados y
Casa Profesa de la Compañía de Je- los pintados en el óleo. El autor de
sús, esta pintura estuvo vinculada a dichas láminas fue Manuel Villa-
meditaciones expiatorias conocidas vicencio, grabador activo a media-
genéricamente como ejercicios es- dos del siglo decimoctavo y quien
pirituales, ya que un texto con este al parecer tuvo asimismo preocu-
propósito fue el que sirvió como re- paciones escatológicas personales,
ferente literario para dicho lienzo. según refieren otras piezas por él
Este libro fue escrito por el jesuita firmadas. Aunque Villavicencio
italiano Pablo Señeri y se intitula El ejecutó nueve láminas, el pintor de
infierno abierto al cristiano para que Las penas del infierno solamente se
no caiga en él… valió de las siete que ilustran cada
uno de los tormentos infringidos
en el averno.
La obra de Señeri llegó a los
confines novohispanos durante los
primeros años del siglo XVIII, don- Las penas del infierno tuvo ante
de parece que se difundió amplia- todo una finalidad didáctica, pues-
mente, conforme lo sugieren los to que debía transmitir a sus es-
numerosos ejemplares europeos pectadores los principios sobre los
que de él se atesoran en los acervos cuales se hallaba cimentada la
virreinales y las dos ediciones en

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conclusiones

concepción del infierno según Se- por la eternidad, instancia enig-


ñeri. Sin embargo, el pintor no mática, según el propio teólogo, ya
siempre fue fiel a la obra del teó- que el tiempo gestaría una visión 111
logo, ya que en muchas ocasiones pesimista entre los habitantes de
se alejó del espíritu racionalista y aquel lugar.
psíquico manifiesto en El infierno
abierto al cristiano… y optó por una
vuelta a la representación de supli- Para crear esta atmósfera de
cios físicos. temor y sufrimiento, el pintor recu-
rrió a imágenes que implícitamente
evocan algunos aspectos de la feal- 304
Catequesis de
La paradoja anterior tiene cla- dad. El horror causado por mutila- Juan Pablo II, 28 de
ras explicaciones. La primera es la ciones, el dolor que se intuye de los julio de 1999.
diversidad de recursos que atañen cuerpos desgarrados y los gritos
a la literatura y a la pintura. Resul- que profieren los cautivos, las ex-
taba más factible describir los sufri- presiones de espanto dibujadas en
mientos del alma mediante el uso los rostros condenados, el siniestro
de la palabra que a través de una aspecto de los diablos, son algunos
imagen fija. de las principales categorías esté-
ticas que pueden apreciarse en la
pintura. No obstante la escisión del
Señeri concibió que los con- discurso, también debe considerar-
denados padecerían una serie de se que con toda probabilidad un no-
sufrimientos sensitivos, conocidos vohispano haya comprendido con
tradicionalmente como penas de mayor facilidad las meditaciones
sentido. Éstas serían infringidas de Señeri ante la expectación de Las
por el ambiente y por los demo- penas del infierno. La complejidad
nios, agentes del mal y verdugos de la naturaleza y los suplicios in-
de los presos infernales, y tal como fernales que planteó el teólogo se-
su nombre indica, eran atentados guramente no fue de acceso abierto
contra los sentidos del hombre. para todos los practicantes de sus
Sin embargo, el mismo autor de- ejercicios, sin embargo gracias a los
dicó mayor atención a una serie símbolos de la pintura muchos de
de penas cuyo carácter indica que estos conceptos hayan sido tradu-
consistirían en tormentos contra cidos a un lenguaje más asequible
las facultades anímicas y que yo para los fieles. Por lo cual, Las penas
he denominado “penas psíquicas”. del infierno se erige no sólo como
Señeri hablaba en primer lugar de una descripción visual, sino como
la terrible relación psicológica que una verdadera alegoría del infier-
privaría entre los condenados; asi- no.
mismo incluyó la pena de daño,
un castigo contemplado por otros
tratadistas y que radicaba en el do- Es probable que posturas como
lor por no ver nunca más a Dios; el la de Señeri pudieran haber senta-
remordimiento de conciencia, que do un remoto precedente a concep-
desgarra los recuerdos y que hace ciones escatológicas contemporá-
ver lo vano y absurdo que fue en- neas como la del papa Juan Pablo
tregarse al deleite en vida; la deses- II, quien sostuvo que el infierno ya
peración, estado anímico causado no era más un espacio físico, sino
porque los condenados habrían de un estado del alma, el “rechazo de-
verse sumidos en un mar de sufri- finitivo a Dios”.304
mientos sin consuelo, y el castigo

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novohispano
Otra de las razones por la cual plo de Santa Ana Zegache, Oaxaca.
el pintor de Las penas del infierno re- (Fig. 72)
112 presentó en su obra más castigos fí-
sicos que anímicos fue la tradición
que al respecto existía en Nueva Por último, nuevas hipótesis
Fig. 72. Tres inter- España. Desde el Medioevo, por acerca de Las penas del infierno tam-
pretaciones de El
influencia de obras como el Apo- bién me han surgido gracias a esta
infierno abierto: revisión iconográfico-estética, em-
a. Miguel Martí- calipsis apócrifo de Pablo, los cris-
nez de Pocasangre, tianos creyeron en el infierno como pero al no contar de momento con
Atotonilco, Gto.; una prisión en la cual se torturaba mayores evidencias que las con-
b. Manuel Villavi- jeturas históricas, prefiero única-
cencio; c. Las penas a los condenados mediante flage-
del infierno, y d. laciones físicas, las cuales podían mente dejarlas esbozadas con el fin
La boca del infier- estar asociadas a los pecados mor- de continuar las investigaciones.
no, Pinacoteca de la Considero que Las penas del infier-
Profesa, ciudad de tales cometidos en vida. Esta con-
México. ► cepción subsistió en el inconsciente no, dado que partió de la edición de
colectivo y motivó a que la mayo- 1780 del libro de Señeri, haya sido
ría de teólogos, pintores y civiles un encargo filipense y no jesuita.
novohispanos imaginaran penas Resulta que tras la expulsión de los
infernales de una manera primor- jesuitas, la congregación del Orato-
dialmente física. rio de san Felipe Neri ocupó el edifi-
cio de la Casa Profesa, donde fundó
una casa de ejercicios espirituales
Cabe señalar que Las penas del dirigidos a varones. Me resulta su-
305
Ramón Mujica infierno no fue la única obra pictó- gerente considerar que así como el
Pinilla, en Rishel, rica que motivó el texto de Pablo otrora filipense Luis Felipe Alfaro
Joseph J., compila- Señeri. Como se dijo, la edición utilizara El infierno abierto para sus
dor, op. cit.
poblana de 1719 de este libro había ejercicios y proyectos iconográfi-
306
Clara Bargellini,
“VI-70 Condiciones servido ya como referente para la cos en Atotonilco, sus congéneres
para una buena con- pintura de Ánimas de San Dionisio siguieran la misma línea doctrinal
fesión” en ibídem, p. Yauhquemecan, Tlaxcala, y para los en la ciudad de México. Además,
419. murales del Santuario de Jesús Na- si realmente se trata de un encar-
zareno en Atotonilco, Guanajuato, go filipense, atribuiría este lienzo
realizados por Miguel Martínez de a José de Alcíbar, pintor que tuvo
Pocasangre. Incluso existe una pin- una importante relación con dicha
tura en el Convento de la Merced, congregación y a quien la doctora
en Cuzco, Perú (procedente del Clara Bargellini ha propuesto como
Convento de San Francisco, Potosí, autor del lienzo Condiciones de una
Bolivia), hoy conocida bajo el nom- buena confesión, perteneciente al
bre Un condenado en el infierno, que mismo repositorio y con el que Las
el investigador Ramón Mujica ha penas del infierno guarda semejan-
identificado con esta primera edi- za en dibujo, pinceladas y figuras
ción poblana del texto de Señeri. 305 demoniacas. 306 Incluso la obra Con-
Por su parte, la edición de 1780 pa- diciones... pudiera tener origen asi-
rece que originó el óleo La boca del mismo en alguno de los libros de
infierno, que asimismo se halla en la Señeri. Espero tener oportunidad
Pinacoteca de la Profesa; La alegoría de aclararme esta nueva nebulosa
del infierno, que se encuentra en el en la que me sumerjo en torno a Las
Museo Nacional de Historia, y La penas del infierno.
cárcel del infierno ubicada en el tem-

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