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Hablemos del Derecho Electoral

En el presente ensayo abordaremos el tema del Derecho Electoral dándole una definición
personal, profundizando en esta rama del Derecho público fundamental para todos los
habitantes de este país puesto que regula todos los derechos políticos, principalmente la
elección por ciudadanos de los integrantes de los órganos representativos del poder público.
Es importante resaltar en este ensayo la diferencia del Derecho Electoral con otras ramas
del Derecho.

Es fundamental tocar la forma en que este actúa basándonos en que es distinta a las formas
que caracterizan a las otras ramas del derecho.

El Derecho Electoral abarca la principal característica del ejercicio electoral: la libertad.


Por ende es obligatorio hablar sobre esos delitos que atentan contra los mecanismos de
participación democrática y como este establece una barrera para combatirlos.

El Derecho Electoral lo defino, desde un punto de vista personal, como una rama del
derecho, autónoma y reguladora de todos los derechos políticos de los ciudadanos, entre
ellos elegir y ser elegido, de la organización de la elección, del sistema electoral, de las
instituciones y organismos que tienen a su cargo lo concerniente al proceso electoral, el
control de la legalidad de ese proceso y la claridad de sus resultados al concluir las
elecciones.

Carlos Ariel Sánchez Torres lo define como "Rama del derecho público que estudia las
disposiciones normativas de carácter orgánico y de procedimiento que establecen las reglas
y fijan los procedimientos de naturaleza jurídica fundamental y reglamentaria, mediante los
cuales se prevén los órganos y cargos públicos representativos, así como el conjunto de
normas jurídicas positivas (constitucionales, legales y reglamentarias), actos
administrativos (formales y materiales) y resoluciones judiciales, que regulan y garantizan
tanto los procesos electivos como el derecho subjetivo público de los ciudadanos a influir
activa y pasivamente en los mismos".

El derecho electoral tiene una reconocida autonomía dentro del derecho público. Esta
rama del derecho tiene contenido propio y dejó de ser dependiente de otras disciplinas,
inclusive dentro del mismo derecho, donde tradicionalmente era considerado como una
rama del derecho constitucional o del derecho administrativo. Una de los elementos que
permiten resaltar esta autonomía es que este señala, en concreto, quién es elector y quién es
elegible, todo sobre la reglamentación del sistema electoral, sus órganos, la división del
territorio en zonas electorales, los procedimientos para la inscripción de electores y
candidaturas, su financiamiento y propaganda, la votación, el escrutinio, la observación
electoral y todo lo concerniente a lo electoral. Básicamente esta rama es una herramienta
que brinda garantía para un excelente, legal y eficaz ejercicio de la democracia.
Teniendo ya claro el concepto del tema protagonista de este ensayo y tomando en cuenta la
función tan importante que cumple el derecho electoral en el buen desarrollo de la
democracia y la convivencia social, debemos tener claro que la aplicación de los principios
y las formas de regular en otras ramas del derecho es diferente en el ámbito electoral,
puesto que sería un grave error pensar que la decisión de sancionar a un partido político o
a un candidato por una violación a la legislación electoral no es de ninguna manera igual a
la decisión de sancionar a una persona por haber violado el código penal. Los partidos
políticos no son seres humanos, y las sanciones en materia electoral de ninguna manera se
pueden comparar con la gravedad de una sanción en materia penal. Con esto marco la
diferencia respecto a otras ramas del Derecho resaltando el ejemplo con respecto al
Derecho Penal.

Anteriormente mencionamos como el Derecho Electoral establece una barrera para


combatir esos delitos como la perturbación del certamen democrático, constreñimiento al
sufragante, el voto fraudulento, fraude al sufragante, fraude en inscripción de cedula,
corrupción de sufragante, ocultamiento, retención, y posesión ilícita de cedula, elección
ilícita de candidatos, violación de los topes o límites de gastos en las campañas electorales,
omisión de información del aportante, denegación de inscripción, tráfico de votos
financiación de campañas con fuentes prohibidas, favorecimiento de voto fraudulento,
mora en la entrega de documentos relacionados con una votación y alteración de resultados
electorales, delitos que atentan contra los mecanismos de participación democrática y a los
cuales el Derecho Electoral combate por medio de la Observación Electoral, que es una
disciplina técnica del mismo, cuyo objetivo es impedir el fraude en los plebiscitos y
votaciones populares. También se le denomina logística, supervisión o monitorización
electoral.

Los delitos mencionados en el párrafo anterior se encuentran tipificados en el Codigo Penal


Colombiano, lo cual nos hace inferir que estas dos rama del Derecho (Penal y Electoral) a
pesar de sus diferencias notables en el campo de aplicación respecto al fin de proteger la
participación democrática tienen semejanzas y conjuntamente, desde mi punto de vista,
establecen una regulación contra cualquier acto que atente contra el buen ejercicio de la
democracia por partes de los ciudadanos en el ejercicio electoral.

La Ley 130 del 23 de marzo de 1994 es otro mecanismo utilizado en Colombia para hacer
frente a los delitos contra la participación democrática y el buen ejercicio del mismo, en
esta ley se dicta el Estatuto Básico de los partidos y movimientos políticos, se dictan
normas sobre su financiación y la de las campañas electorales. Principalmente debemos
destacar que esta ley estableció que los partidos son instituciones permanentes que reflejan
el pluralismo político, promueven y encausan la participación de los ciudadanos y
contribuyen a la formación y manifestación de la voluntad popular, con el objeto de acceder
al poder, a los cargos de elección popular y de influir en las decisiones políticas y
democráticas de la Nación.
Otra forma de proteger la democracia, como pilar fundamental del tema principal de este
ensayo, es que las instituciones en materia electoral deben evitar la ingenuidad y no
mostrar una fe ciega en la validez de los comicios. Dado que las elecciones siempre están
propensas a la ilegalidad que caracteriza al espacio político-electoral, estas instituciones
deben tener una sana duda con respecto a los resultados finales de cualquier elección
popular. Por lo tanto, durante el momento del escrutinio todos los actores que hacen parte
del proceso deberían tener la responsabilidad de trabajar al máximo sus facultades de
investigación, conocimientos y de preparación para evitar cualquier tipo de anomalía pero
principalmente evitar la corrupción en una elección. Es fundamental buscar una mejor
preparación de los funcionarios de las instituciones en materia electoral y aprovechar el
auge de la tecnología como mecanismo para fortalecer, agilizar, evolucionar y desarrollar
todo lo concerniente a las elecciones populares.

El fortalecimiento del sistema democrático en el país será posible cuando entiendan que lo
primero es el fortalecimiento de las instituciones electorales, por medio de una inversión
considerable en infraestructura y preparación. De esta manera se dignifica al Derecho
Electoral, tan desprestigiado y pisoteado en nuestro país debido a esas políticas ambiguas y
retrasadas que no entienden que la tecnología llego para quedarse. Cada vez se hace más
indispensable su uso en la cotidianidad de las personas, por tanto debemos utilizarla para
mejorar considerablemente en la evolución del conjunto de normas electoral. Entre algunas
de sus ventajas se pueden contar la velocidad y rapidez de procesos, la seguridad contra
fraudes, la confiabilidad, la economía y, por supuesto, una ayuda indudable al medio
ambiente y al uso tradicional de papel. El dinero y los recursos para implementar la
tecnología en las elecciones ya existen, pero lastimosamente la corrupción y los intereses
privados no permitirán que se lleve a cabo este tipo de inversiones, donde su
implementación garantizaría un derecho que posiblemente les quite el negocio que han
tenido por años entre las manos.

En conclusión, el Derecho Electoral en el territorio colombiano, teniendo en cuenta el


desconocimiento que tiene por la falta de una educación política y electoral al respecto no
solo la población en general, sino incluso muchos profesionales en la actualidad, es de
suma importancia contribuir al desarrollo de una conciencia colectiva sobre lo necesario de
aprender de la materia. Se hace de vital importancia la necesidad de educar a todos los
sectores sociales del país sobre la temática, abriendo espacios de aprendizaje en todos los
niveles educativos, principalmente en el contenido académico de todos los programas de
educación superior pero como solución total es necesario una reforma estructural pues solo
de esta forma se fortalecerá el sistema democrático y la credibilidad que tienen los
colombianos en las instituciones y en la democracia.

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