Está en la página 1de 7

Terminología descriptiva de las plantas

Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

En este artículo se detectaron varios problemas. Por favor, edítalo para mejorarlo:
Las referencias no son claras o tienen un formato incorrecto.
Podría ser demasiado largo, y algunos navegadores pueden tener dificultades al
mostrar este artículo.
Este aviso fue puesto el el 15 de junio de 2019.
Los términos aquí citados corresponden a la terminología descriptiva de las
plantas, que sirve para comprender las secciones de Descripción que aparecen en los
artículos sobre taxones de plantas.

La terminología normalmente comienza a conocerse con la morfología, de lo que


tratará este, el primer artículo. La morfología de las plantas es un campo de
estudio que trata sobre las estructuras normalmente visibles a ojo desnudo o con
herramientas sencillas, como una lupa de mano, de los órganos de las plantas.1 Los
términos involucran las estructuras presentes en las plantas vasculares (helechos,
gimnospermas y angiospermas), y la terminología es muy extensa en lo que respecta a
la flor de angiosperma, que es el grupo más diverso de plantas. Normalmente los
briófitos (musgos y afines), que son plantas (son embriofitas) pero con una
morfología de origen evolutivo diferente, están descritos en un glosario aparte,
como también tienen su propio glosario las estructuras relacionadas con la
reproducción y otras más específicas de los helechos y de las gimnospermas. La
morfología de alguna manera esta integrada (se va indiferenciando a medida que se
achica la escala) con la anatomía1 (o histología2) de las plantas, que es el
estudio de los tejidos y órganos a nivel celular, para lo cual se hace uso
principalmente de preparados que se visualizan en un microscopio, para los que
diseccionar el órgano idealmente embebido en un micrótomo, montarlo en un
portaobjetos y teñirlo puede ser consumidor de tiempo (la definición de "anatomía"
es diferente en plantas y animales3). La morfología forma la base de las
descripciones taxonómicas y en general constituye el conjunto de datos más
importante en la construcción de claves de identificación, ya que son los datos más
rápidos y económicos de tomar y requieren de poca o ninguna técnica.1 Una lectura
introductoria sobre la ciencia de la morfología de las plantas se puede encontrar
en el artículo, La ciencia de la morfología de las plantas.

Los términos citados aquí son en gran parte descendientes de aquellos usados por
botánicos y herboristas en el pasado, empezando quizás por el antiguo griego
Teofrasto, uno de los primeros en usar terminología técnica.1 Muchos términos
fueron heredados de la época del latín clásico o del griego antiguo latinizado,
pero han evolucionado con los años: algunos fueron redefinidos, muchos fueron
inventados —muchas veces en esos mismos idiomas—, y algunos descartados con el
tiempo.1 Especialmente desde la invención del microscopio se ha modificado la
terminología en forma significativa.1 El problema más grande que puede encontrar un
usuario es que no hay consenso entre autores acerca de la definición precisa de
muchos términos, por lo que, al utilizar una flora particular, debe ser chequeado
el glosario de esa flora para corroborar el uso de los términos aquí aprendidos.1
Los términos citados aquí son en gran medida derivados y clasificados, con algunas
excepciones, de Radford et al. (19744), ver también Bell (19915), citados en el
capítulo de morfología de Simpson (20051) que es la base de este artículo (ver
también las recomendaciones de Judd et al. 20076 en la sección de bibliografía).

La variabilidad es formalizada por los taxónomos en forma de caracteres


"tipológicos"7 que son puntos de anclaje del continuum de variación8 -una
simplificación de la apreciación gestalt9 del taxónomo que los utiliza, por lo que
una descripción en palabras nunca será suficiente para abarcar la variabilidad del
carácter en una especie o los detalles de cada carácter en la misma, de los que la
única manera de aprenderlo es observando ejemplares de la misma especie; pero si la
descripción dispone de un glosario con los límites de cada término morfológico
claramente expresados, es importante repasarlo y extraer del texto toda la
información que se haya racionalizado sobre el taxón, porque de los atributos que
lo delimitan, los que son caracteres son una unidad evolutiva que puede tener una
función o ser una restricción que explique una parte del plan corporal del taxón.

Una aproximación morfológica normalmente visualiza a la planta como estructurada en


órganos altamente correlacionados con funciones específicas,1 de forma que a partir
de la función se establecen los límites del órgano,1 y se dividen en secciones que
describen la variabilidad encontrada en cada uno de ellos. Este artículo está
dividido en tres secciones, la introducción a los órganos de las plantas,
«Estructura de la planta» y «Terminología general». La sección de «Estructura de la
planta» incluye caracteres y sus estados del carácter de órganos y partes de la
planta específicos. Sigue una sección de «Terminología general» que lista
caracteres y sus estados que pueden ser usados para describir una variedad de
órganos de las plantas. La introducción a los órganos de las plantas fue ampliada
solo en su sentido morfológico, al estilo de Bell (19915) luego de la enumeración
de los mismos, del resto, los agregados tomados de una fuente diferente de Simpson
(20051) son citados en línea, o en letra pequeña. Los agregados provienen
principalmente de Judd et al. (20076).

Índice
1 Introducción: los órganos de la planta
1.1 Introducción a los órganos de la planta
2 Estructura de la planta
2.1 Hábito, duración, hábitat y distribución
2.2 Hábito
2.3 Raíces
2.4 Tallos y vástagos
2.4.1 Yemas
2.4.2 Corteza (morfología)
2.5 Hojas
2.5.1 Tipos de hojas según su patrón de división
2.5.2 Inserción de la hoja en el tallo
2.5.3 Venación de las hojas
2.5.4 Forma y márgenes de las hojas
2.6 Flores
2.6.1 Nectarios florales y otras recompensas
2.6.2 Brácteas de la flor e inflorescencia
2.6.3 Otras definiciones de la flor
2.7 Perianto
2.8 Androceo
2.9 Gineceo, carpelos, pistilos
2.10 Inflorescencias
2.11 Frutos
2.12 Semillas
2.12.1 Tipo de endosperma de la semilla
2.12.2 Tipo de germinación de la semilla
3 Terminología general
3.1 Color
3.2 Tamaño
3.3 Número
3.4 Textura
3.5 Fusión
3.6 Forma
3.6.1 Formas tridimensionales
3.6.2 Formas bidimensionales
3.6.3 Márgenes
3.6.4 División
3.7 Disposición
3.7.1 Posición
3.7.2 Arreglo
3.7.3 Orientación
3.7.4 Postura y prefoliación
3.8 Superficie
3.8.1 Configuración
3.8.2 Excrecencia de la epidermis
3.8.3 Vestitura/indumento
3.8.4 Tipos de tricomas y cerdas
3.9 Simetría
3.10 Fenómenos temporales
4 Glosario de Cactaceae
5 Glosario de Poaceae
6 Glosario de Asteraceae
7 Glosario de Fabaceae
8 Glosario de Cucurbitaceae
9 Glosario de Arecaceae
10 Glosario de Brassicaceae
11 Glosario de Apiaceae
12 Véase también
13 Citas
14 Bibliografía
14.1 Referencias citadas
Introducción: los órganos de la planta
Los artículos complementarios son Tracheophyta (las plantas vasculares) y sus
derivados, como Pteridophyta (helechos y afines), Spermatophyta (las plantas con
semilla) y Angiospermae (las "plantas con fruto", mal llamadas "plantas con
flores").
Introducción a los órganos de la planta

Órganos de las gimnospermas: en el esporófito maduro, además de lo anterior, las


hojas portadoras de esporangios se encuentran en ramas especializadas llamadas flor
(o inflorescencia, rama portadora de flores), tanto si están estructurados en
flores como en inflorescencias en gimnospermas son conos, también llamados
estróbilos. El gametófito masculino se desarrolla dentro de la espora masculina en
el grano de polen, que se libera del esporangio masculino en su hoja portadora o
estambre en su cono masculino, y llega al cono femenino, a la hoja portadora del
esporangio femenino llamada carpelo, donde está el gametófito femenino dentro de la
espora femenina inmóvil en el esporangio femenino encerrado en el óvulo. Al
encontrarse los gametófitos (pequeños pero multicelulares y maduros) ocurre la
fecundación y posterior formación del embrión que se desarrolla nutrido por el
gametófito femenino, hasta que entra en un estadio del desarrollo en el que entra
en latencia, listo para dispersarse, en ese momento encerrado dentro de los tejidos
del óvulo que se desarrollaron hasta formar el resto de la semilla.

Órganos de las angiospermas: en la flor evolucionaron órganos que la adaptaron a


síndromes de polinización animales y a la formación del fruto, el nuevo órgano de
dispersión (ver texto).
En esta sección se introducen los órganos de las plantas y hasta qué nivel de
detalle los describe el campo de la morfología.

Entre las plantas terrestres, la morfología del organismo multicelular, tanto de la


generación gametofítica como de la generación esporofítica, divergió tempranamente
en briofitos en sentido amplio (musgos y afines) y plantas vasculares (helechos y
afines, gimnospermas y angiospermas); los briofitos normalmente tienen un glosario
aparte y en este no serán tratados. De las plantas vasculares, en helechos y afines
los gametófitos, si bien visibles a ojo desnudo, son poco importantes en su
correlación morfología/taxonomía, y no serán tratados tampoco en este glosario, los
de las gimnospermas y angiospermas son demasiado pequeños para ser tratados en
morfología, y lo único que se observa de ellos son las estructuras del esporófito
de la generación anterior que los encierran: el grano de polen (que encierra al
gametófito masculino) y el óvulo (que encierra al gametófito femenino). El
esporófito de estos grupos en cambio se desarrolla hasta ser conspicuo y
nutricionalmente independiente del gametófito, y puede verse como una modificación
del mismo esporófito ancestral "generalizado", que consta de sólo unos pocos
órganos que a lo largo de la evolución fueron ricamente modificados en cada grupo.

Los órganos del esporófito al nivel más ancestral en plantas vasculares vivientes
son la raíz1 subterránea, el vástago1 aéreo, y un sistema de haces vasculares que
los vincula. El vástago a su vez está subdividido en tallo,1 hojas1 (megafilos o
microfilos) (que a su vez contienen venas1 continuas con el sistema vascular de la
planta), más los órganos encargados de la reproducción, llamados esporangios.1 En
plantas vasculares (exceptuando el grupo basal, las licofitas, que por practicidad
también suelen tener su propio glosario), los esporangios siempre se encuentran en
las hojas. La función del tallo es sostener y elevar hojas y esporangios, la de su
sistema vascular, el transporte entre raíces y los órganos que eleva;1 la función
de las hojas es la fotosíntesis, lo que las vuelve también el sitio principal de
intercambio gaseoso y transpiración; la función de la raíz es la absorción de agua
y sales, y nitrógeno y fósforo asimilables en estados disponibles, disueltos en
ella.1 Raíz y tallo crecen a partir de un meristema apical (en su punta), que dejan
los tejidos en formación detrás de ellos. Los extremos de raíz y vástago se
especializan en proteger ese meristema, el órgano que protege el extremo de la raíz
(la caliptra) es muy pequeño para ser visto en morfología, el que protege el
extremo del vástago es la yema1. Los vástagos se ramifican en nuevos módulos, los
módulos nuevos pueden especializarse, y reciben nombres nuevos de órganos. En
helechos no (no hay ramificación), pero en espermatofitas los módulos o ramas
portadoras de hojas fértiles (con esporangios) siempre están especializados, son
ramas con las hojas dispuestas muy apretadamente a lo largo del tallo (de
entrenudos cortos), es decir son braquiblastos, que se agotan después de dar la
última hoja (de crecimiento determinado), que reciben el nombre de flor1 (en
castellano, la definición del inglés flower es diferente), a su vez la rama
portadora de flores puede estar especializada en una inflorescencia.1 En
espermatofitas, el esporangio femenino está encerrado por uno o dos tegumentos
protectores en conjunto formando un óvulo1 que después de la fecundación al madurar
se vuelve una semilla, ya que la única espora y gametófito femenino formados en él
nunca lo abandonan.1 La semilla, o un órgano que la contiene, tiene la función de
dispersión en gimnospermas. En angiospermas, las semillas al madurar se encuentran
encerradas en el fruto, formado al mismo tiempo que ellas después de la fecundación
a partir de tejidos que las rodean (principalmente los de la hoja fértil femenina o
carpelo, que en este grupo las "envasan" como un tejido extra de protección y las
ocultan de la herbivoría), y es el fruto, o una unidad que lo contiene o es parte
de él, el que tiene la función de dispersión.1 En helechos no está dividida la
sexualidad del gametófito, los gametófitos son todos bisexuales, por lo que no
ocurre polinización, las gametas masculinas y femeninas se encuentran en el mismo
gametófito; en espermatofitas, la polinización es el transporte del gametófito
masculino hasta el óvulo o sus cercanías de manera de facilitar el encuentro entre
los gametófitos y la fecundación. "Polinización" proviene de "polen", el grano de
polen es el gametófito masculino encerrado en la espora que le dio origen, a la que
todavía no ha abandonado. En las angiospermas algunas hojas y partes de la flor se
especializaron en órganos nuevos, que la adaptan a síndromes de polinización
animales: los pétalos con función de atracción, los sépalos protectores, las partes
de los carpelos: estigma (con función de recibir el polen y hacerlo germinar),
estilo (con función de ser penetrado haustorialmente, alimentándose de él a medida
que avanza, por el gametofito masculino) el ovario que contiene los óvulos, y
partes de los estambres (la hoja fértil masculina): la antera (el conjunto de los
esporangios masculinos, con la función de abrirse y exponer el polen al madurar), y
normalmente un filamento que la eleva. Ésta es la lista de órganos como dada en
Simpson (20051) y traducida al castellano. Debido a que algunos grupos
evolucionaron de forma más espectacular que otros, muchas veces cambiando
drásticamente la forma y función de sus órganos, a veces es dificultoso diferenciar
su origen sin un análisis detallado de los tejidos y la ontogenia y sin una
comparación con grupos emparentados, muchas veces no podemos afirmar que un
carácter que observamos en una planta es una "hoja" modificada si no nos lo indica
un estudio previo.10 En ese sentido es útil la distinción que hace la terminología
entre las estructuras según su origen ancestral, y las estructuras que poseen esa
función pero tienen otro origen del desarrollo (por ejemplo, la diferencia entre un
"pétalo", que puede parecerlo o no, y un órgano "petaloideo" con función de pétalo,
siendo virtualmente cualquier otra pieza capaz de evolucionar a petaloidea).

Las plantas vasculares vivientes, originadas en el ambiente terrestre, desarrollan


un vástago aéreo y una raíz subterránea, los dos a partir de un meristema apical,
un grupo de células indiferenciadas que se dividen por mitosis dejando los tejidos
en formación detrás de ellas. Los dos meristemas están orientados a desarrollarse
hacia arriba y hacia abajo respectivamente (poseen geotropismo negativo y positivo
respectivamente). Esta especialización entre una parte aérea, que se desarrolla en
busca del sol y el aire, y una parte subterránea, que se adentra en la tierra en
busca de agua y sales, es lograda gracias a la comunicación entre ellas provista
por los haces vasculares, los que le dan el nombre al grupo. Los haces vasculares
son haces de apilamientos de células que recorren todo el largo de tallo y raíz,
muchas veces están muertas a la madurez (cuando son funcionales), a través del
interior de las cuales se transportan líquidos y solutos en solución (minerales,
nutrientes como carbohidratos, hormonas...), y cuando es necesario los haces se
ramifican de forma cada vez más fina hasta llegar a las inmediaciones de las
células de todas las partes vivas de la planta, como se observa en la venación de
las hojas. El xilema está formado por células muertas, de las que sólo quedan las
paredes celulares formando un tubo que transporta el agua con sales minerales y
otros solutos disueltos absorbida por las raíces (está asociado a células vivas que
lo rellenan cuando se accidenta o envejece). El más delicado floema está formado
por células vivas, que transportan la "savia elaborada" a través de su citoplasma,
y se destruye después de envejecer y dejar de ser funcional. Las plantas,
descendientes de algas que no contaban con ese impedimento, necesitan el
intercambio gaseoso con el aire, ya que realizan fotosíntesis y respiración
celular, pero son los momentos en que más agua pierden por transpiración. El agua
transportada por el xilema desde las raíces se evapora al llegar a la superficie en
contacto con el aire cercana a los extremos de los tubos de conducción. Una planta
terrestre sin protección se desecaría en pocos minutos al Sol. Las plantas
terrestres evitan la desecación en todas sus partes verdes gracias a que su
epidermis, de una célula de espesor, es secretora de una capa cerosa que la
impermeabiliza, la cutícula. La cutícula solo es interrumpida por los ostíolos
(poros) delimitados por las células especializadas de los estomas, que dan a una
cámara subestomática en la que el intercambio de gases ocurre sin la barrera de una
cutícula gruesa. Los estomas están formados por dos células de la epidermis
(células oclusivas) que cuando se modifican abren o cierran el ostíolo de forma
acoplada con la situación metabólica de la planta en relación al ambiente. En el
interior de tallo y raíz pueden haber quedado todo a su largo tejidos
meristemáticos, o con el potencial de volver a serlo, llamados en conjunto
meristemas laterales, responsables de un crecimiento posterior en grosor, llamado
crecimiento secundario. Durante el crecimiento secundario, que puede presentarse en
espermatofitas, la epidermis se rompe y es reemplazada por tejido formado debajo de
ella, cuyas paredes en las capas celulares externas, en general muertas a la
madurez, están impregnadas por compuestos complejos con una alta cantidad de ceras
que lo impermeabilizan llamados suberina. En el contexto de las descripciones
morfológicas, por corteza se hace referencia al aspecto externo de las partes
leñosas (de textura dura) de las plantas, en general coinciden con las protegidas
por tejido de algún tipo de crecimiento secundario, sea este anómalo o no, pero
también pueden volverse leñosas (de textura dura) las partes externas de los tallos
por engrosamiento (lignificación, depósitos de lignina) de las paredes celulares al
final de un crecimiento primario, como sucede en palmeras. El súber del crecimiento
secundario respira por lenticelas, zonas con aspecto de verrugas6 en la corteza en
las que las células poco suberificadas presentan grandes espacios intercelulares
que funcionalmente son poros, que permiten el intercambio gaseoso entre el exterior
y las partes vivas internas que en esas partes de la planta es necesario
principalmente para la respiración celular. Los meristemas laterales del
crecimiento secundario también forman, en las capas más internas, nuevos haces
vasculares de conducción que aumentan el tamaño de la copa y del sistema radical.
Los haces vasculares de conducción de agua y sales (xilema primario, y después
secundario), y las fibras a las que están asociados, son de por sí leñosos
(endurecidos) y pueden formar una parte importante de la dureza del tallo interior
a la corteza. Las fibras son células alargadas de paredes gruesas, paralelas al haz
vascular, que crecen de forma intrusiva alcanzando hasta varios centímetros de
largo, y son de hecho un componente principal de la fibra comercial. A medida que
continúa el crecimiento secundario y los meristemas de los haces vasculares
avanzan, formando una circunferencia de diámetro cada vez mayor, normalmente los
tejidos más antiguos de conducción van dejando de ser funcionales y el xilema
antiguo y relleno junto con sus tejidos asociados se van abandonando hacia el
interior del tallo, quedando como tejidos de sostén y evidenciando su doble
función. El más delicado floema conductor de azúcares se encuentra del lado externo
de los meristemas, también está asociado a fibras, pero cuando envejece es
comprimido por la presión que ejercen el xilema y el nuevo floema en formación más
internos y por la resistencia que le oponen los tejidos corticales más externos, de
manera que va dejando de ser funcional, y eventualmente se pierde junto con la
corteza. Los meristemas laterales formadores de la corteza suberificada se
regeneran en tejidos más internos, cercanos al floema funcional. Meristemas y haces
vasculares, epidermis, estomas, el resto de los tejidos de la dermis, las
diferentes formas de crecimiento secundario y engrosamientos del tallo, las
texturas (leñosidad) y los tipos celulares de sostén se estudian a nivel celular en
la Anatomía Vegetal,3 también llamada Histología Vegetal en castellano. Las
hormonas vegetales y los solutos y compuestos transportados por xilema y floema son
parte de lo que se estudia en Fisiología Vegetal.

El tallo

En el tronco de las palmeras se pueden apreciar los nudos, las cicatrices foliares
o las vainas persistentes de las hojas antiguas, debido a que se vuelven leñosas
(de textura dura) al final del crecimiento primario. El tronco de las palmeras no
vuelve a aumentar de grosor luego de volverse leñoso.

Detalle del vástago durante el crecimiento primario en espermatofitas. La


ramificación es axilar (todas las ramas se originan en la axila de una hoja).

En la rama de un árbol de crecimiento estacional pueden observarse las cicatrices


foliares (1), las cicatrices de las hojas protectoras de la yema apical que entró
en dormición al inicio de la época desfavorable (2), y las hojas —en este caso
compuestas— y la yema que acompaña a cada una en su axila (3). El sector antiguo de
la rama presenta corteza, en este caso debido a algún tipo de crecimiento
secundario, como puede observarse en sectores más antiguos del árbol donde las
cicatrices foliares con el tiempo quedaron enmascaradas por este.
El tallo se volvió postrado en las pteridofitas ancestrales, a lo largo del que se
originan las hojas y las raíces adventicias. En los demás grupos (gimnospermas y
angiospermas) el tallo es ancestralmente erguido.

Las ramas se forman en plantas vasculares ancestrales por división del meristema
apical del tallo en dos (división dicotómica); en helechos y afines no se observa
ramificación, y en espermatofitas, la ramificación es axilar, esto es que el
meristema apical del vástago deja detrás de él zonas meristemáticas hacia el lado
externo, justo debajo de la epidermis, observables al principio como abultamientos
en el cilindro del tallo, llamadas primordios foliares —que se diferenciarán en
hojas con los caracteres anatómicos de las eufilofitas— y los primordios de la yema
en su axila (en el ángulo entre la hoja y el tallo).11 Las hojas se desarrollan
inmediatamente, las yemas pueden presentar un período de dormición. La sección del
tallo en la que se inserta una o más hojas se llama nudo, y todo el largo del tallo
comprendido entre dos nudos es un entrenudo. Las hojas programadas para tener una
vida más corta que la rama que las porta, poseen en su base una zona de abscisión
de forma que al caer la hoja deja una cicatriz en el tallo llamada cicatriz foliar
cuyo aspecto puede ser parte de las descripciones morfológicas. La raíz primaria
también se ramifica, pero no se ven primordios desde el exterior, ni posee los
nudos con las yemas y hojas o cicatrices foliares que caracterizan al vástago. Los
primordios de las raíces laterales se originan en tejidos interiores a la dermis y
son visibles recién cuando rompen los tejidos de protección para abrirse paso a
través de ellos. Los órganos que no se originan en los sectores mencionados se
llaman adventicios. Son adventicias por ejemplo, las raíces que se originan en los
nudos del tallo de las plantas rastreras, las estoloníferas y las rizomatosas.

La hoja

Licofilos en una licofita, la planta vascular basal.


Bases foliares envainadoras

Base foliar envainadora en palmeras, el sector basal del pecíolo se ensancha en la


inserción al tallo.

Base foliar envainadora en poáceas, la vaina termina abruptamente al comenzar la


lámina, no tienen pecíolo (salvo bambusóideas). En la foto la vaina es abierta (no
cerrada), sus márgenes no están fusionados del otro lado del tallo, aunque lo
rodeen completamente.

Estípulas foliosas y adnatas al pecíolo en la hoja de Rosa, una hoja compuesta con
5 folíolos. Nótese la yema en su axila.
Los licofilos de las licofitas (el grupo basal) se diferencian morfológicamente de
los eufilos ("hojas verdaderas") del resto de las plantas vasculares por su tamaño
y porque los inerva un único haz vascular, además de poseer diferencias anatómicas
que aquí no serán expuestas; este glosario tratará sobre la diversidad de los
eufilos, megafilos (de lámina amplia y venación ramificada) cuya lámina puede
originarse de meristemas diferentes dentro de las eufilofitas. En algunos grupos se
perdieron los megafilos secundariamente (después de haberlos adquirido),
convergiendo con las licofitas en la morfología de un microfilo.

Normalmente los megafilos, de los que tratará este glosario, están compuestos por
pecíolo y lámina o limbo, el pecíolo con la función de alejar la lámina del tallo y
a veces torcerse y girar para orientarla de cara al sol; la lámina con la función
de fotosíntesis, respiración y transpiración. Las hojas pueden ser envainadoras, de
manera que las inervan más haces vasculares en su inserción al tallo. La vaina
puede ser abierta o cerrada, cerrada es que sus extremos están fusionados del otro
lado del tallo, pero una vaina puede rodear todo el tallo y ser abierta. Las hojas
pueden presentar un par de apéndices a los lados de la base llamados estípulas, que
pueden estar ricamente modificadas. La yema en su axila permite diferenciar una
hoja simple de una compuesta en espermatofitas, los folíolos de las hojas
compuestas pueden ser muy parecidos a las hojas simples, pueden hasta poseer
peciolulos. Como el resto de las partes vivas de la planta, las hojas son inervadas
por haces vasculares de transporte que en el caso de las hojas, por su grosor en
relación a las mismas protruyen de la lámina o son observables a simple vista, por
eso los patrones que forman entran dentro del campo de la morfología y son llamados
venas o nervios.

También podría gustarte