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LAS DOS CARAS La sustancia psicoactiva de la que el adicto depende, va a mostrar que el adicto tiene dos caras.

Por
norma general una oculta a la otra, es decir: Una es una máscara y la otra es real. Si el adicto se muestra débil o más
seguro es que sea más fuerte. Lo mismo sucede con la seguridad, la ternura la confianza, en el fondo seguramente
encontraremos todo lo contrario. Estas dos caras no las puede ver tan fácilmente el adicto, aún y cuando no esté
intoxicado. Con el fin de protegerse de los demás y proteger su droga, el adicto va a crearse un personaje, una máscara
que va a mostrar a los demás y que generalmente encubre exactamente lo contrario de lo que aparenta. Con ejemplos
vamos a entender esto: 

EL POPULAR. Cara falsa.- Si soy agradable, atractivo, magnético y la crema de las fiestas, todo mundo va a
querer ser mi amigo (a). Cara verdadera.- Realmente no soy atractivo, más bien feo (o fea) es muy cansado
estarle sirviendo a todo el mundo. Al final se van a dar cuenta de todo. 

EL AUTORITARIO. Cara falsa.- Si me obedecen ciegamente y se dejan guiar por mi, yo les voy a enseñar como
enfrentar y solucionar problemas. Cara verdadera.- Realmente no se mandar ni obedecer, tampoco me gusta
hacer ninguno de estos papeles, pero prefiero que me obedezcan, que cumplan mis deseos sobre todo cuando
se trata de que me consigan algunas sustancias. Me enojo fácilmente si no lo hacen. 

EL PLAY BOY. Cara falsa.- Nadie se me resiste, la gente del sexo opuesto esta irremediablemente a admirarme
y desearme. Gran parte de mi atractivo consiste en que no los o las respeto y eso les gusta, si les pregunta
dirán que como hombre o mujer soy lo máximo. Cara verdadera.- La verdad es que yo soy inseguro (a) con los
demás, además de que soy incapaz de mantener una relación duradera y estable. A medida que pasa el
tiempo, mi vida sexual se vuelve tediosa y nada gratificante tanto para mí como para mis parejas. 

EL REBELDE SIN CAUSA. Cara falsa.- Siempre me gusta hacer las cosas a mi manera, no me agrada oír consejos
de nadie. Las regla fueron hechas para los demás no para mí que soy tan diferente. Que a nadie se le ocurra
decirme lo que debo hacer, eso me ofende y provoca que finalmente lo haga a pesar de que este prohibido.
Cara verdadera.- Todo lo que me interesa es ser el centro de atención de los demás. Necesito quela gente me
acepte y creo que solamente enojándose conmigo me toman en cuenta. 

LA VICTIMA. Cara falsa.- Me intoxico con sustancias porque de niño me trataron mal. Mi vida ha estado llena
de sufrimientos y congojas, nadie me ha comprendido. Pobre de mí. Si muestras que tienes pena de mí,
realmente me quieres. Cara verdadera.- La realidad es que confundo amor y pena; prefiero sufrir para que los
demás traten de salvarme, que esforzarme en amor a alguien además casi todo el mundo muerde el anzuelo
cuando ven a alguien que ha sufrido tanto, y quieren comprender los verdaderos motivos de mi adición. 

EL PERFECCIONISTA. Cara falsa.- No cometo errores, soy un excelente hijo, hermano, padre, madre,
trabajador. Mi vida es ejemplar y la gente, mi familia debería de fijarse en mí e imitarme. En todo lo que hago,
soy el mejor de eso no hay duda. Cara verdadera.- Mi perfección es tan grande y notoria que nadie se da
cuenta. No soporto que nadie me gane ni que mi familia o mi pareja querían a otros más que a mí. 

EL SIEMPRE FELIZ. Cara falsa.- Como todo me sale bien en esta vida, en loas reuniones o fiestas a todo mundo
divierto, siempre soy el alma de los bonches. Siempre me invitan para levantarles el ánimo. Todo mundo me
quiere y admira mi bueno humor. Cara verdadera.- Siempre estoy esforzándome para mostrar que estoy libre
de tensiones y depresiones profundas. No me agrada que me vean triste, tengo miedo de que me rechacen,
aun que esto me cuesta mucho esfuerzo y me cansa. En realidad soy muy pesimista. 

EL DEMANDANTE. Cara falsa- A veces de manera muy clara y explícita con palabras y también con gesto obligo
a la gente a satisfacer algunas de mis necesidades, muchas veces cosas triviales, relevantes pero yo quiero que
me complazcan, si no lo hacen es prueba que no me quieren. Cara verdadera.- En realidad las cosas que hace
por mí o para mí me satisfacen muy poco o casi nada porque no son necesidades, son puras demandas
irracionales cuyo único objetivo es tener a las personas cerca de mí, no me gusta sentirme solo. 

EL COSTOSO ESPECTACULO DE LAS CARETAS. Tarde o temprano, según el caso, la gente que rodea al
alcohólico o adicto se da cuenta del juego de las representaciones y termina por no prestarle atención; por no
dejarse manipular; por rehuirle para no involucrarse. Si ama a la persona enferma, quizás se quedará a su
lado, más aunque su afecto este bien cimentado muy a menudo termina por apartarse o cuando menos, por
reducir su relación al mínimo. Muchos adictos afirman que el principal motivo u origen de su problema es o
fue la soledad. Hay que ser cuidadosos con esta afirmación, la verdad es que ellos (as) mismos la provocaron
empujando a la gente a alejarse. Esta soledad les sirvió en muchas ocasiones como excusa excelente para
intoxicarse. Pero hay un momento en que el alcohólico o adicto siente el rechazo o abandono de sus seres
queridos o de los que le rodean. Esto produce frustración, tristeza, enojo, resentimiento, etc. Constituyéndose
como una excusa magnifica para beber o drogarse, surgiendo un círculo vicioso sin fin que obliga a pagar su
precio muy alto por partida doble: Las drogas o el alcohol alejan a las personas queridas, y su lejanía
constituye una excusa para seguir en la dependencia de sustancias. 

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