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Sin zapatos

Al despertar supe que este sá bado no era como cualquier otro. Me desperté con
mucho frio, mis mandíbulas golpeaban una contra la otra, haciendo un sonido
semejante al de unas castañ uelas, me empezaban a doler pero no podía hace nada que
las hiciera parar. Unos minutos después sentí una brisa soplá ndome en la cara, era
una brisa fría y sofocante, escasamente podía respirar. Mis pulmones estaban secos
por la falta de aire, pero eso no era lo que me inquietaba en ese momento, lo que me
tenia impaciente era el motivo de esa brisa. Mi cuarto es un lugar cerrado, sin
ventanas, el ú nico lugar por donde posiblemente pudo haber entrado aquel airecillo
era la puerta, pero esta estaba cerrada, no había razó n por la que en mi cuarto
estuviera rondando aquel viento sofocador.

El frio no me dejaba mover, me encontraba atrapada en mi cama, inmó vil, paralizada.


De repente mi barriga empezó a gritar, me di cuenta de que si no me levantaba de la
cama pronto me iba a morir del hambre, así que hice mi mayor esfuerzo y me levante
de la cama. Al levantarme vi a alguien pasando en frente mío. No podían ser mi mama
ni mi hermana porque ellas seguían dormidas, ademá s la puerta de mi cuarto tenia la
llave puesta, nadie podía entrar a mi cuarto. La persona llevaba puesto un saco negro,
pero un negro tan intenso que ahogaba la luz y los colores. Un negro que nunca había
visto en mis 15 añ os de vida. A la vez llevaba unos pantalones tan blancos que
lanzaban una luz tan brillante que me segaba. Lo mas extrañ o era que la persona iba
descalza. Intente acercarme a la persona pero esta desapareció , tal vez era solo un
invento de mi imaginació n o a lo mejor seguía soñ ando. Escuche mi despertador, eran
las ocho de la mañ ana, tenia mucho frio, la planta de mis pies y mano tenían un tono
morado, parecían como las de un muerto. Fui al bañ o, la noche anterior había tomado
mucho agua. En el bañ o , me mire al espejo, cerré los ojos por un instante para
desperezarme y al abrirlos vi el reflejo de alguien en el espejo, la misma persona que
vi en mi sueñ o esa noche. Al acercarme a el sentí una brisa fría y asfixiante que no me
permitía respirar, me empecé a ahogar y lo ú nico que supuse que me iba a ayudar a
recuperar alientos era tirarme al piso . Cuando pude volver a respirar bien la persona
ya no estaba y me encontraba tumbada en el piso con las plantas de mis manos y mis
pies del mismo color del que tenían al despertarme. Me levante confundida, con la
garganta seca, como si nunca hubiera bebido agua.

Ese día mi mama fue a visitar a mi papa al hospital, me acuerdo que al volver la vi
pá lida, sabia que estaba a punto de escuchar malas noticias. Me dijo que mi papa no se
encontraba muy bien, el cá ncer ya había invadido la mayoría de su cuerpo. También
menciono que al llegar a la habitació n donde se encontraba mi papa, se topo con una
persona que llevaba un atuendo muy peculiar. Me aseguro que la persona tenia un
saco negro mas oscuro que el carbó n y un pantaló n tan blanco que parecía como si el
pantaló n hubiera sido diseñ ado por los á ngeles. Ademá s me dijo que lo que mas le
había extrañ ado era que la persona no llevaba zapatos. Cuando me menciono esa
ultima parte, me quede inmó vil, no podía ser la misma persona de la mañ ana. Me
quede pensativa por un instante, nada tenia sentido en ese momento. Le pregunte a mi
madre si la habitació n estaba muy fría. Ella me miro extrañ ada y con una mirada de
asombro asintió .

Me acorde cuando fue hospitalizada añ os atrá s. Ya estaba muy vieja y débil, pero de
igual modo me llamo para preguntarme como estaba. En el momento que pase al
teléfono sentí mucho frio, lo cual me extrañ o porque en este momento me encontraba
en Cartagena con mi familia. Recuerdo que de repente el tono de su voz cambio, la oía
asustada. Empezó a tartamudear mientras me decía que una persona con saco negro y
pantalones blancos, la cual se encontraba descalza la estaba viendo desde el otro lado
de la habitació n. Días después me habían anunciado que mi abuela había muerto.

Esa persona no era nueva para mi, ya la conocía, tal vez ella no a mi pero yo si a ella. El
día fue largo y difícil. Al finalizar llego una llamada, en ese momento sentí un frio peor
que el de la mañ ana, el frio me invadió completamente. Al mismo tiempo sentí un
vacío en mi, un vacío que se sentía mas como un dolor, como si me estuvieran
arrancando lentamente mi corazó n. La llamada era de una de mis 3 hermanas
mayores, la que en este momento se encontraba con mi papa en la clínica. Mi mama
fue la que contesto la llamada, y sabia que algo andaba mal por la expresió n de su cara.
Mi mama no dijo nada, simplemente se monto al carro y durante todo el camino se
mantuvo en silencio, ni una palabra salió de su boca. No sabia porque pero a medida
que nos íbamos acercando al hospital las ventanas del carro se empezaron a empañ ar
cada vez mas y mas, parecía como si estuviéramos entrando a un glaciar. Al llegar al
hospital el frio se hizo cada vez mas y mas potente, no lo resistía, sentía como si me
encontrara en la sin ropa mitad del á rtico. Cruce la puerta y me choque con dos
personas. Una llevaba puesta un abrigo negro y unos pantalones blancos, tan blanco
como la leche y llevaba de la mano a la otra persona, un hombre viejo que parecía
cansado. Ambos iban descalzos y al pasar alado de ellos el frio era tan fuerte que me
quede inmó vil a la entrada del hospital. El hombre viejo se me hizo familiar pero no le
puse mucha atenció n a las personas, porque mi mente estaba enfocada en mi padre.
Al llegar a la habitació n en la que el se encontraba, todo volvió a la normalidad, el frio
había desaparecido espontá neamente.

En la cama ya solo quedaba una carcaza hueca, con nada adentro. Mi papa había
muerto.

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