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FICHA RAE

INFORMACION GENERAL DEL TEXTO


TIPO DE Secció n de Libro
DOCUMENTO
MEDIO DE ACCESO https://www.crim.unam.mx/patrimoniobiocultural/sites/default/files/PL
7.pdf
TÍTULO DEL DOCUMENTO Los cimientos de la transdisciplinariedad
AUTOR Manfred Max-Neef

PALABRAS CLAVES Economía, medioambiente, neo-imperialismo, globalizació n, crisis, sociedad,


disciplina, educació n, disciplinas, epistemología.

DESCRIPCION

Si revisamos una lista de algunas de las principales problemá ticas que definen el nuevo siglo –como el agua, las
migraciones forzadas, la pobreza, las crisis medioambientales, la violencia, el terrorismo, el neoimperialismo, la
destrucció n del tejido social– debemos concluir que ninguna de éstas pueden ser encaradas adecuadamente
desde la esfera de disciplinas individuales específicas. Sin embargo, desafortunadamente éste no es el caso, pues
todavía predomina la educació n monodisciplinar en todas las universidades. Si bien existen excepciones, hay
pocos esfuerzos interdisciplinares, especialmente en á reas tales como la planificació n y filosofía, que
fundamentalmente son disciplinas integradoras. La situació n no se puede solucionar, como frecuentemente se
intenta hacerlo, creando equipos supuestamente conformados por especialistas en distintas á reas en torno de
un problema dado.

Con un mecanismo de estas características, uno simplemente puede esperar acumular visiones suscitadas por
cada una de las disciplinas involucradas. Se proponen tres leyes de transdisciplinariedad. La estructura de la
gran mayoría de las universidades, en términos de facultades y departamentos, refuerza la formació n mono
disciplinar, especialmente a nivel de pregrado. Por ello, un primer paso hacia una transformació n necesaria
debería darse al nivel de los programas de postgrado orientados, en lo posible, en torno a á reas temá ticas en
lugar de disciplinas específicas.

Como ejemplo, un programa de postgrado en «Agua» podría reunir a ingenieros, abogados, químicos, bió logos,
agró nomos, y lograr la transdisciplinariedad en cada uno de ellos, considerando que el resultado no sería el
estudio del agua desde la perspectiva del ingeniero ni del agró nomo ni del bió logo, sino desde una visió n
conjunta.

La asociació n entre disciplinas, departamentos e institutos es un fenó meno relativamente moderno que se
comenzó a consolidar a finales del siglo XiX. Los profesores y las disciplinas desarrollan y fortalecen las lealtades
disciplinares a tal grado que frecuentemente sienten que sus á reas son las má s importantes de toda la
universidad.

La pluridisciplinariedad implica la cooperació n entre disciplinas, sin coordinació n. normalmente ocurre entre
á reas compatibles de conocimiento, sobre un nivel jerá rquico comú n.

De la misma manera, la agricultura define el propó sito de la química, los suelos, la sociología y la biología. un
ejemplo de la interdisciplina normativa es la planificació n, que define el propó sito de las disciplinas técnicas
como la ingeniería, agricultura, forestería y arquitectura . Finalmente, existen principios éticos y filosó ficos que
definen el propó sito de la planificació n y de la política, dando origen a una interdisciplina de valor .
La transdisciplinariedad es el resultado de una coordinació n entre todos los niveles jerá rquicos.

la siguiente disciplina se halla compuesta principalmente de disciplinas tecnoló gicas. lo que este nivel no nos
dice es si nuestras capacidades deberían implementarse. El lenguaje organizador de este nivel es la cibernética,
y hace énfasis só lo en las propiedades mecá nicas de la naturaleza y de la sociedad. El lenguaje organizador de
este nivel es la planificació n.

Este nivel va má s allá del presente y de lo inmediato. Al hacer explícita la preocupació n global para la especie
humana y la vida en general, el lenguaje organizador, como sugiere Schultz, debería ser una suerte de ecología
profunda. No es necesario decir que no existen universidades transdisciplinarias. los departamentos, los
institutos y facultades siguen organizá ndose en torno de disciplinas aisladas.

Ademá s, en tanto la influencia del discurso econó mico convencional incremente la creencia en la eficiencia del
mercado, es claro que se excluirá n los juicios éticos, políticos y de valores, o se descartará n en el camino. Se
presume que la economía, tal cual se sigue enseñ ando en las universidades, es una ciencia libre de valores. De
hecho, el argumento sustenta que la «intromisió n» de los valores distorsiona el proceso econó mico. Al contrario
de tales asunciones ingenuas, debería ser obvio que si no se explicitan los principios éticos y los valores que
deberían conformar una sociedad orientada hacia el bien comú n, no se podrá n diseñ ar con éxito políticas que
sean coherentes con el desafío.

Para resumir, y retomando la pirá mide transdisciplinaria, nos daremos cuenta de que la mayoría de nuestras
acciones no son má s que combinaciones entre niveles inferiores. En términos de comportamiento, nuestra
pirá mide carece de cabeza, y en tanto no le pongamos una, no podremos confrontar exitosamente las grandes
problemá ticas de nuestro siglo nuevo. Primero, es casi imposible cambiar radicalmente la estructura de la
universidad. Resulta bastante sorprendente si nos damos cuenta de que hace casi 300 añ os atrá s, leibniz
expresó esta hostilidad hacia las universidades, pues su organizació n en términos de facultades impedía la
expansió n del conocimiento a través y má s allá de las disciplinas.

El cambio es necesario y, a pesar de todas las dificultades existentes, só lo puede venir desde dentro de la
universidad, mediante la acció n y la cooperació n entre académicos ilustrados.

FUENTES

Bulletin, Interactif du Centre International de Recherches et Etudes Transdisciplinaires. CIRET, París.


Heisenberg, W., (1952) The teachings of Goethe and Newton on colour in the light of modern physics. En
Philosophical Problems of Nuclear Science. Faber and Faber, Londres.
Laszlo, E. (Ed.), The consciousness revolution. Elf Rock Productions, EE.UU.
Lupesco, S., (1987) Le Principe D’antagonisme et la Logique de L’energie. 2nd ed. Le Rocher, París.
Mallmann, C., Max-Neef, M., Aguirre, R., (1979) La sinergia humana como fundamento ético y estético del
desarrollo. En Investigació n y Necesidades Humanas. Centro Latinoamericano de Economía Humana,
Montevideo, Uruguay.
Morin, E., (1992) From the concept of system to the paradigm of complexity. Journal of Social and Evolutionary
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http://www.nature.com/neuro/.
Naydler, J., 200 Goethe on Science. Floris Books, Great Britain. Nicolescu, B., (1998). Goedelian aspects of nature
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Nicolescu, S., (1999) Stephane Lupesco, L’homme et l’euvre. La Rochet, París.
Nicolescu, B., 2000. Transdisciplinarity and Complexity. Boletín Interactif du CIRET, París.
Rodríguez, E., (2004) La evolució n del cerebro humano y el fenó meno humano. Conferencia en la Universidad de
Pamplona, Españ a, con el auspicio del instituto de Antropología y É tica, inédito.
Schulz, A., sin fecha. Ecosystemology. Universidad de California, Berkeley.
CONTENIDOS

1. Antecedentes e introducció n
2. Aclaració n de conceptos
2.1 Disciplinariedad
2.2 Multidisciplinariedad
2.3 Pluridisciplinariedad
2.4 Interdisciplinariedad
2.5 Transdisciplinariedad
3. La epistemología de la transdisciplinariedad
4. Má s allá de la razó n
5. Los pilares fundamentales de la transdisciplinariedad
5.1 Niveles de realidad
5.2 La ló gica del medio incluido
5.3 La complejidad
6. Resumen y conclusió n
7. Coda
Bibliografía

CONCEPTO CENTRALES

La transdisciplinariedad, má s que una disciplina nueva o una superdisciplina, es en realidad una forma distinta
de ver el mundo: es má s sistémica y holística. Aunque la epistemología de la transdisciplinariedad puede estar
relativamente clara, su aplicabilidad como metodología en las ciencias sociales aú n sufre de deficiencias.

CONCLUSIONES

La disciplina y la transdisciplina deben entenderse como siendo complementarias. El trá nsito de un nivel al otro,
que permite obtener vistazos de distintos niveles de realidad, genera un enriquecimiento recíproco que puede
facilitar el entendimiento de la complejidad.
Resulta claro que, si el esfuerzo de completar y consolidar la transdisciplinariedad como un proyecto destinado
a mejorar nuestro entendimiento del mundo social y de la naturaleza no se emprende, continuaremos
generando cada vez mayores dañ os a la sociedad y la naturaleza debido a nuestras visiones y asunciones
fragmentadas y limitadas.
Es imperativo crear instancias que estimulen la aplicació n y desarrollo de orientació n de la educació n de forma
transdisciplinaria debido a que no hay una universidad ni centro de educació n superior que lo haga.

AUTOR DE LA RAE
WUINIS PAHOLA PARRA BARAHONA

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