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Money
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HARI Era la época dorada del jazz y Arnold Rothstein era el hombre más temido
de Nueva York. Después de haberse pasado el día sacándole plata a la gente
se sentaba en el Lindy’s, un bar situado en Time Square y allí se quedaba
hasta el amanecer organizando lo que primero fue un sistema de fraude
extorsión y robo. Ahora bien, si a nosotros nos importa Rothstein es por
una sola razó. Porque estaba a punto de apropiarse del mayor mercado
negro de la historia. Una de aquellas noches, en una de las mesas cercanas,
dos hombres estaban componiendo un musical cuyos personajes
principales se inspiraban en las vidas de Rothstein y su esposa; es la obra
que se acabaría llamando Guys and Dolls. El musical iba a ser divertido,
Rothstein en cambio no lo era.
Guys and Dolls se funde con el video de Money de Pink Floyd. Los actores en el escenario
hacen una versión teatral del video. RAMOS traduce la letra.
Se pausa el video.
LORE: Plata, dinero, guita, luka, pasta, billullo, villegas, lana. Uno podría pensar
que son sólo palabras, pero conllevan una misteriosa fuerza psicológica.
Con sólo paladearlas durante unos momentos, se convertirá en una
persona diferente. Probémoslo; repitan: Plata, dinero, guita, luka, pasta,
billullo, Villegas, lana. Plata, dinero, guita, luka, pasta, billullo, Villegas, lana.
Plata, dinero, guita, luka, pasta, billullo, Villegas, lana.
VARIOS: Plata, dinero, guita, luka, pasta, billullo, Villegas, lana. Plata, dinero, guita,
luka, pasta, billullo, Villegas, lana. Plata, dinero, guita, luka, pasta, billullo,
Villegas, lana.
LORE: ¿Qué sienten? No les pasa que pensar en palabras asociadas con el dinero
parece hacernos como más seguros, como más poderosos, como bien
independientes… ¿Y también menos inclinados a ayudar a los demás?
Se pausa el video.
LORE: Tranquilos. Acaricien los billetes. Nadie los va a juzgar. Y tómense el tiempo,
piensen en las sensaciones que les provoca este acto. ¿Alguien excitado?
¿Alguien nervioso? Yo estoy ansioso. Me da miedo que no vayan a volver a
mi. Aunque los tengo contados. Pero eso no es todo: Leí en alguna parte
que manejar efectivo puede disminuir el sufrimiento, incluso, el dolor físico.
Así que si usted tiene migrañas, cólicos o dolores crónicos en las lumbares,
puede quedarse un rato más acariciando nuestro dinero. El teatro puede
ser terapéutico en ese sentido.
Vuelve el video
Se pausa el video.
Vuelve el video.
Se pausa el video.
LORE: Pero ¿Qué se supone que es el dinero? Un papelito. En realidad este billete
de cincuenta mil pesos costó solo mil producirlo. De niña solía quemar
billetes para hacer un sacrificio a dios. Una vez incluso convencí a un
amiguito para que lo hiciera conmigo. ¿Alguien quiere ayudarme?
Quema el billete.
LORE: ¿Y alguien quisiera quemar uno suyo? Se siente raro. Pero se siente bien.
¿Alguien? Y ya ni siquiera son solo papelitos. Son menos. Las lukas son, en
su mayoría, datos en los computadores de un banco. No existen. Es decir,
las lukas son virtuales. Existen solo porque creemos en ellas. Para los
economistas, el dinero, el billuyo, es sólo una herramienta para el
comercio, para hacerlo más eficiente. Igual que un hacha nos permite
cortar árboles, el dinero es esencial para la creación de los mercados que,
según dicen los economistas, fijan precios desapasionadamente, a cualquier
cosa, desde un pedazo de pan hasta una boleta para entrar a una obra de
teatro. Sin embargo, el dinero crea más pasión, estrés y envidia que
cualquier hacha o martillo. Aparentemente no podemos manejarlo
racionalmente, pero ¿por qué? En vez de tratar el dinero simplemente
como una herramienta a ser empuñada con precisión, permitimos que
penetre en nuestra mente y accione antiguas áreas emocionales de nuestro
cerebro, en la mayoría de los casos con resultados imprevisibles.
HARI: En 1919, Rothstein ya era dueño de uno de los negocios de apuestas
ilegales más lucrativos de Nueva York. Pero tuviera el dinero que tuviera,
Rothsten siempre creía que no era bastante y que debía encontrar la
manera de conseguir más. Así que no tardó en darse cuenta de que la
prohibición del alcohol y las drogas era el mayor premio que pudiera
obtener un gánster en toda la historia. Porque siempre habría gente
dispuesta a tomar o a drogarse y lo harían fuera ilegal o no. El alcohol iba a
ser legalizado pronto, pero Rothstein sabía que las drogas seguirían
prohibidas durante mucho tiempo.
Vuelve el video.
Se pausa el video. Baja un billete del cielo. LORE trata de cogerlo. Y seguirá tratando en lo
que resta de la escena. Pero en la tramoya hay un duendecillo maligno que aleja el billete
cada vez que LORE está cerca de agarrarlo.
LORE: Es inútil. Pero es compulsivo. Es como cuando va uno por la calle y ve una
moneda. No importa qué tan baja sea su denominación. ¡Necesitamos
agacharnos y recogerla! A veces están pegadas al suelo. ¿No les ha pasado?
Alguna vez pegaron una en frente de mi casa. Debo decir que era de mil
como para medio justificar mi comportamiento. Todos los días trataba de
despegarla. A patadas primero, y luego ya empecé a sacar herramientas. Lo
hacía a por la noche, a hurtadillas, por supuesto, porque, como cualquier
adicción, la adicción a la plata produce vergüenza. O eso nos han enseñado.
LORE: Lo que sucede, para que no se alarmen, es que la sociedad moderna nos
presenta dos grupos de pautas de comportamiento. Por una parte están las
pautas de comportamiento social, diseñadas para mantener relaciones de
larga duración, confianza y cooperación. Y por otro lado, las normas de los
mercados, que se centran alrededor del dinero y la competencia, y alientan
a las personas a anteponer sus propios intereses por encima de la familia, la
amistad o cualquier otra cosa. El intercambio comercial se ha producido a lo
largo de la historia humana, con lo cual es posible que en nuestros
antepasados haya evolucionado una capacidad instintiva para distinguir
entre las situaciones en que hay que manejarse con las reglas sociales y las
de mercado, y esto puede haber pasado mucho antes de la invención del
dinero. Sin embargo, experimentos publicados en 2007 revelaron que
incluso el contacto fugaz con conceptos relacionados con el dinero nos lleva
a pensar y comportarnos únicamente de acuerdo con las reglas del
mercado. Probemos. Repitan: "salario", "costo", "pagar", “capital”,
“ahorros”, “banco”, ¿No sienten ganas de acuchillar a su hermano por la
espalda para quedarse con la herencia? ¿No sienten como que quieren
patear a su mejor amigo porque no les ha pagado una deuda contraída
hace más de año y medio? Repitamos: “pagaré”, “fortuna”, “dividendos”,
“ganancias”, “efectivo”, “patrimonio”, “riqueza” “crédito” “intereses”.
Ahora probemos a armar frases con estas palabras. ¿Se las repito? "salario",
"costo", "pagar", “capital”, “ahorros”, “banco”, “pagaré”, “fortuna”,
“dividendos”, “ganancias”, “efectivo”, “patrimonio”, “riqueza” “crédito”
“intereses”
LORE: Ya veo que se han tomado confianza y es que sí: El dinero hace que las
personas se sientan más autosuficientes. Es muy común que la gente que
piensa en el dinero haga más esfuerzo por obtener resultados personales, y
también que prefiera estar separados de los otros. Nuestra parte
socialmente correcta puede desaprobar este tipo de comportamiento, pero
es muy útil para nuestra supervivencia.
Suena The Silly Walks Song - Monty Python. Y el video aparece. Todos la cantan y la bailan.
En una esquina RAMOS la traduce.
HARI: Entonces, si la guerra es contra todas las sustancias adictivas ¿Por qué no se
ilegaliza el dinero? Charles Bowden, analista de la guerra antidroga, afirma
que en realidad hay dos guerras en curso: Por una parte tenemos la guerra
contra las drogas, en la que el Estado lucha contra consumidores y
drogadictos y por otra, la guerra por las drogas, en la que los delincuentes
luchan entre sí por el control del tráfico y sobre todo, por los enormes
beneficios económicos que ese control asegura. Harry Anslinger inició la
guerra contra las drogas y, con la victoria del paradigma prohibicionista, le
dio el empujón a un adicto al dinero como lo era Rothstein, para que
comenzara la guerra por las drogas.