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MESA AMPLIA NACIONAL DE PROFESORAS Y PROFESORES DE UNIVERSIDADES PÚBLICAS

(MANPUP)

La solidaridad colectiva frente a la crisis causada por el


COVID-19
En días pasados se conocieron dos resoluciones de la Rectoría de la Universidad Nacional de
Colombia en las que se decidía “SUSPENDER los términos correspondientes a las actuaciones
administrativas…” en las nueve sedes de la universidad desde el 17 de marzo hasta después de
Semana Santa. El día de hoy, 19 de marzo, se conoció la Resolución N° 250 de 2020 de la Rectoría
de la misma universidad en la cual se decide “DELEGAR transitoriamente en los Consejos de
Facultad la suspensión de la vinculación del personal académico no vinculado a la carrera profesoral
de las respectivas facultades, durante la emergencia sanitaria del COVID-19 declarada por el
Gobierno Nacional…”

Al respecto, la Mesa Amplia Nacional de Profesores y Profesoras de Universidades Públicas


(MANPUP), reunida de manera virtual el día de hoy, con la asistencia de profesoras y profesores de
siete universidades regionales y nacionales, expresa a la profesora Dolly Montoya, Rectora de la
Universidad Nacional y, por su intermedio, a los rectores del Sistema de Universidades Estatales
(SUE), las siguientes preocupaciones y propuestas frente a la situación extrema en la que la actual
pandemia, causada por el nuevo coronavirus (COVID-19), ha puesto a toda la humanidad.

Es necesario reconocer que esta es una situación completamente nueva para el país y para el mundo,
del tamaño de lo que significó la combinación entre la Primera Guerra Mundial y la pandemia de
influenza hace poco más de 100 años. Se trata de una emergencia sanitaria en la que no caben las
decisiones habituales y en la que debemos utilizar todos los recursos de la sociedad y del Estado
para afrontar la crisis mediante la acción colectiva y la solidaridad, con el propósito de proteger la
vida, sin excepción alguna.

Según la tendencia del comportamiento de la pandemia en las diferentes regiones del mundo, el país
se encuentra en la fase de expansión de la epidemia, en la cual se inicia la circulación local del virus
y se multiplica la cantidad de casos, con todas las implicaciones en términos de demanda de atención
y de mortalidad. En esta fase, varios países han adoptado la medida más efectiva para disminuir la
curva del pico epidemiológico cual es la cuarentena o el confinamiento obligatorio en todo el país y
por un período mínimo de cuatro semanas. En este sentido avanzan los simulacros que han adoptado
varias ciudades para los próximos días.

En estas condiciones, los gobiernos han decidido medidas masivas de protección social, a cargo de
los Estados, como el único medio capaz de ordenar el esfuerzo colectivo, adoptando políticas
públicas que comprenden la provisión de servicios públicos, la entrega directa de alimentos y agua,
el aplazamiento del pago de arriendos y deudas de todo tipo, albergues para la población en situación
extrema y, sobre todo, la garantía de ingresos familiares que permitan la sobrevivencia durante el
confinamiento en las mejores condiciones posibles.

Dentro de esta última medida, la primera opción es la protección del trabajo. Se debe evitar el
desempleo a toda costa, de manera que los trabajadores, tanto del sector público como privado, no
pierdan su trabajo y reciban su salario o pago por contratos, aunque solo puedan realizar
parcialmente sus labores en casa. En este sentido va la política que adelanta el Ministerio del
Trabajo, en el marco de la emergencia sanitaria decretada por el Gobierno Nacional, a la que se
refiere la citada Resolución.

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MESA AMPLIA NACIONAL DE PROFESORAS Y PROFESORES DE UNIVERSIDADES PÚBLICAS
(MANPUP)

No puede ser que la Universidad Nacional o las demás universidades públicas, siendo entidades
públicas obligadas a asumir las indicaciones del Gobierno Nacional en emergencia sanitaria y social
declarada, se concentren en proteger sus menguados ingresos y no en sostener las condiciones de
vida de sus contratistas, docentes y administrativos.

Con base en esta reflexión, basada en un principio de solidaridad, solicitamos, muy respetuosamente
a la señora Rectora, Dolly Montoya, revertir las decisiones de suspensión o cancelación de los
contratos de prestación de servicios administrativos y de los profesores y profesoras no vinculados
a la carrera docente en esta coyuntura.

Desde el punto de vista financiero, esta decisión es perfectamente posible, tanto para la Universidad
Nacional como para todas las universidades del SUE, si se acude, precisamente, a la emergencia
sanitaria declarada por el Gobierno Nacional. En esta situación excepcional, es posible demandar
del Ministerio de Hacienda los recursos necesarios para cubrir el costo de estos contratos en el año
en curso, por medio de la adición presupuestal que se requiera, tal como fluyen los recursos públicos
para salvar sectores de la economía que se verán afectados y tendrán que mantener sus empleados a
pesar de dejar de recibir ingresos.

En el mismo sentido, la MANPUP hace un llamado a los rectores del SUE para diseñar
colectivamente y llevar a cabo un modelo de acción solidaria desde las universidades públicas en
todas las regiones y grandes ciudades, en el cual estamos dispuestos a aportar ideas y trabajo,
orientado a poner al servicio de las comunidades todas, en coordinación con las autoridades
municipales, departamentales, distritales y nacionales, los acumulados de las distintas comunidades
académicas en conocimiento y capacidad innovadora para contribuir a afrontar de la mejor manera
la crisis generalizada que apenas comienza.

Este modelo solidario debe comenzar por las mismas comunidades universitarias, explorando en
detalle la situación de sus estudiantes, profesores y trabajadores, contratistas incluidos, para activar
medidas de acompañamiento, protección y provisión de todo tipo de bienes o servicios que se
requieran, canalizando esfuerzos propios, institucionales, gubernamentales, del sector privado y de
cooperación internacional. Un asunto prioritario es el de las condiciones de conectividad con que
cuentan los y las estudiantes de pre y posgrado para sostener las actividades académicas recurriendo
a los recursos virtuales que se han venido usando de manera improvisada para responder a la crisis,
pero que pueden reproducir las inequidades sociales que existen entre nuestra población estudiantil.
Es necesario mantener la calidad de los procesos educativos y garantizar a los estudiantes las
condiciones materiales para realizar sus labores académicas, así como contemplar programas de
bienestar destinados a responder a las afectaciones psicológicas y sociales producidas por esta crisis.

Las comunidades de las universidades públicas debemos ser ejemplo de solidaridad en la acción,
poniendo a disposición de la sociedad colombiana el acumulado de conocimiento e innovación del
que disponemos. Si no es ahora, ¿cuándo?

Bogotá DC, marzo 19 de 2020.


MESA AMPLIA NACIONAL DE PROFESORAS Y PROFESORES DE UNIVERSIDADES PÚBLICAS
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