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Proceso No 23290 CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN PENAL Magistrado Ponente:

JULIO ENRIQUE SOCHA SALAMANCA Aprobado Acta No.033 Bogotá, D. C., veinte (20) de febrero
de dos mil ocho (2008). VISTOS Decide la Sala el recurso extraordinario de casación presentado
por los defensores de los procesados ESTEBAN ANTONIO PÉREZ ESPINOSA y HERNÁN DARÍO
SUÁREZ SALDARRIAGA contra el fallo dictado por el Tribunal Superior de Medellín, a través del
cual condenó a éstos a la pena principal de ciento cuarenta (140) meses de prisión, la accesoria de
inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas por igual lapso, al pago solidario
de $220.000,00 por perjuicios materiales y 50 salarios mínimos mensuales vigentes por perjuicios
morales, como coautores responsables del delito de acceso carnal o acto sexual en persona puesta
en estado de inconsciencia y los absolvió respecto del de lesiones personales por la cual también
los acusó la Fiscalía.

HECHOS Y ACTUACIÓN PROCESAL 1. El ad quem los resumió del siguiente modo: se orino el
presente proceso con fundamento en la denuncia penal formulada por la señora Ana catalina
sanchez Gaviria, según los hechos del dia sábado 6 de abril del 2002, empezando por la llamada
del Doctor Hernan Dario Suarez, que conocía ya desde hace 2 años, por motivo de que se le
celebraría su cumpleños en un apartamento de un amigo de el, llegando al sitio de encuentro, fue
atendida con un vaso de agua, momentos después llega Patricia espinosa prima de esteban el
dueño del apartamento, luego de haber brindado con ellos, y posteriormente a eso hernan y
exteban le ofrecieron otra copa de aguardiente y a partir de ese momento sostiene que no
recuerda nada de lo sucedido, posteriormente indico la denunciante que despertó desnuda en una
cama y se dio cuenta que esteban había abusado sexualmente de ella, luego de eso salio a la sala
para pedir un vaso de agua, sin recordar quien se lo dio, y cuando ella quiso acostarse en una de
las camas, afirma que Hernan dario la llevo a otra alcoba y comenzó a accederla via anal, sin
recordar a que hora quedo dormida, despertándose al dia siguiente, igualmente desnuda procedio
a buscar su ropa y a vestirse, luego procedio a llamar a su tio el cual le dice que estaba preocupado
ya que no llego a casa, pues incluso habían reportado al gaula, y este de inmediato fue a recogerla
a la direecion que le indico. luego hernan Dario la llamo para preguntarle cómo estaba y esta se
dio cuenta de lo que le había sucedido, momento en el cual acude a su amigo para pedirle ayuda,
por lo que en ultimas fueron a un médico particular, y fue evaluada por el dr Luis Javier Tobon, EL
CUA LE HIZO LOS RESPECTIVOS EXAMENES DE SANGRE PARA DETERMINAR SIO HABIA sido
drogada y abusada sexualmente, también presentada lesiones en su cuerpo. Ella tratando de
rememorar lo sucedido recordó que esteban estaba encima de ella y que ella le decía que la
dejara,

Posteriormente la fiscalía, empezó la investigación y con base a las pruebas que se recopilaron, la
fiscalía mediante una indagatoria resolvió la situación jurídica con medida de aseguramiento de
detención preventiva por el delito de acceso carnal en persona puesta en incapacidad de resistir,
posterioemente el fallo resolvió condenar a los acusados por los delitos de acceso carnal con
persona puesta en incapacidad de resistir en concurso con lesiones personales, Esta sentencia fue
confirmada por el Tribunal Superior de Medellín, mediante la suya de junio 14 de 2004 en relación
con el delito de acceso carnal o acto sexual en persona puesta en estado de inconsciencia, pues,
respecto del delito de lesiones personales absolvió a los procesados en cuanto consideró que las
lesiones padecidas por la víctima no revistieron mayor gravedad, su incapacidad no superó de
quince días y todas fueron consecuencia del acceso carnal.
LAS DEMANDAS 1. El defensor del procesado ESTEBAN ANTONIO PÉREZ ESPINOSA con base en el
artículo 207, numeral 1 de la Ley 600 de 2000, formula dos cargos contra la sentencia del tribunal,
por falso raciocinio por no haberse observado los principios que orientan la sana crítica en la
valoración de las pruebas y el otro, por falso juicio de identidad por otorgar a las pruebas que
sirvieron de fundamento a la condena

1.1. Cargo primero. Error de hecho por falso raciocinio. Manifiesta el libelista que el Tribunal
quebrantó las leyes de la ciencia y la lógica en la argumentación de la sentencia, En tal
sentido, asegura que el ad quem reconoció que procesalmente no existe prueba técnica que
científicamente acredite que la ofendida fue puesta en estado de inconsciencia por el
suministro de sustancia depresora del sistema nervioso central. No obstante dedujo la
presencia de dicha circunstancia de las declaraciones de Gustavo Adolfo y Jair de Jesús Gaviria
Arango, quienes al día siguiente de los hechos concurrieron al apartamento donde estaba Ana
Catalina, y de las de Orfilia de Jesús, Gloria Elena y María Victoria Gaviria Arango, tías de la
ofendida, que le vieron la lesión
1.2. El fallador también se valió de la declaración del médico Javier Tobón Sanín, quien examinó a
la víctima en las horas de la tarde del día siguiente a aquél en que sucedieron los hechos El
Tribunal descalificó lo afirmado por Javier Alzate y Patricia Espinosa, presente el día de los
hechos en el apartamento que les sirvió de escenario, así como lo dicho por Ana del Carmen
Arenas, empleada doméstica de un apartamento adyacente, quienes aseveran que Ana
Catalina participó de manera voluntaria en el ayuntamiento sexual y que no estaba bajo los
efectos de ninguna sustancia depresora que la enajenara mentalmente. La apreciación de las
pruebas en el fallo no se allanó a las “leyes del lenguaje técnico y científico y las leyes de la
lógica misma”, porque una persona en estado de inconsciencia no tiene capacidad para
recordar nada de lo sucedido, como lo certifica el legista en el dictamen, y, además, las
pruebas de sangre y orina practicadas a la ofendida dentro de las cuarenta y ocho horas
siguientes al suceso, arrojaron resultados negativos para drogas depresoras. Si el Tribunal
hubiese acatado los postulados de la ciencia, las leyes de la lógica y las reglas de la experiencia
y, por lo tanto, atribuido el mérito que correspondía a los medios probatorios en alusión, la
conclusión debió ser que la ofendida no estuvo bajo efecto de ninguna sustancia depresora
del sistema nervioso central y voluntariamente, en pleno goce de sus facultades mentales,
participó en los actos sexuales. Para destacar los yerros de apreciación probatoria del
Tribunal, asegura que el análisis efectuado a las muestras de sangre y orina de la ofendida
descarta la presencia de sustancia depresora del sistema nervioso central, de modo que
resulta lógico afirmar que la víctima tuvo “ciertas recordaciones” ocho días después, cuando
amplió la denuncia. En la sentencia debió darse preeminencia a la prueba científica y, a partir
de la misma, deducir que la ofendida no presentó alteraciones transitorias de su conciencia,
pues ese medio de convicción debió primar sobre los recuerdos traídos por la ofendida,
porque una persona en estado de inconsciencia, como lo anotó el legista, Aunque en la
sentencia se asegura que se buscó obnubilar la lucidez mental de la víctima y alterar su
conciencia para que no entendiera o comprendiera lo que sucedía a su alrededor y,
primordialmente, doblegar su voluntad, en el proceso no existe evidencia probatoria de que
hubiese ocurrido un estado de inhibición absoluto. Científicamente, afirma, existen drogas
depresoras del sistema nervioso central que ponen a la persona en situación de indefensión
con la posibilidad de obedecer órdenes y ejecutar movimientos, pero le impiden recordar lo
sucedido, por lo que el Tribunal en su raciocinio erró al teorizar que a pesar del estado de
inconsciencia la ofendida recordó pasajes de las agresiones sexuales a las que fue sometida,
cuando la ciencia indica que no se puede tener como cierto el dicho de la víctima En
consecuencia pide se case la sentencia y se absuelva a su defendido por atipicidad de la
conducta, o en su defecto, por aplicación de la duda.
1.3. 1.2. Cargo segundo. Error por falso juicio de identidad. Alude que el Tribunal cercenó
aspectos probatorios plenamente demostrados y que favorecen al sentenciado, ya que
argumenta que, de un lado asegura que aquella noche estuvo en estado de inconsciencia y de
otra manifiesta que recuerda los hechos, como se advierte al confrontarlas con el dictamen
técnico científico y con la lógica misma. Si el Tribunal no hubiese cercenado esas pruebas,
hubiese advertido la duda existente, al menos en la motivación que tuvo Ana Catalina para
justificar la ausencia de su casa la noche del 6 de abril de 2002 y que el acceso carnal fue
concebido bajo el pretexto de la inconsciencia y como consecuencia de una actuación
voluntaria
1.4. . 2. Demanda presentada por la defensora de HERNÁN DARÍO SUÁREZ SALDARRIAGA Al
amparo de la causal primera de casación formula un cargo único por error de hecho por falso
raciocinio, el cual fundamenta con argumentos que se sintetizan del siguiente modo.ya que
mintió, apara poder ir al apartamento de Esteban, diciéndole a sus padres que se iba a la casa
de su compañero de estudio. En primer lugar, advierte que demostrará que Ana Catalina
Sánchez Gaviria mintió al no estar demostrado el estado de inconsciencia, generado por la
ingesta de supuesta droga que consumió antes del encuentro sexual de que trata el proceso.
Manifiesta que el proceso cuenta con un examen de laboratorio fundamentado en las
muestras de sangre y orina practicado antes de cuarenta y ocho horas con resultados
negativos para la presencia de drogas en el cuerpo de Ana Catalina, el cual es confiable y
desvirtúa la utilización de drogas o sustancias depresoras del sistema nervioso central para
conducirla a estado de inconsciencia, sin embargo, la existencia de éste se consideró
demostrada con otros elementos de juicio. Afirma que avanzados estudios de neurología
establecen que una persona puede a través de un proceso volitivo experimentar estados de
inconsciencia de manera progresiva hasta llegar a la inconsciencia o coma; así, científicos,
establecen que la conciencia tiene dos componentes: 1) contenido y 2) sistema activador, el
primero influye en las funciones cerebrales superiores ─memoria, orientación, abstracción,
lenguaje, cálculo, etc.─, en tanto que el segundo es el estímulo o encendedor que activa la
corteza cerebral para que pueda producirse el contenido de la conciencia, sistema éste que
está representado por la sustancia veticular que se extiende a lo largo del tallo cerebral desde
el puente del mecenfalo hasta el tálamo, cualquier interrupción de este sistema lleva al
individuo a un estado de inconsciencia. Para que se produzca el deterioro del estado de
conciencia debe estar comprometida la sustancia veticular. Por ello la pérdida de la conciencia
exige un proceso de evolución clínica pasando por cinco estados hasta llegar a la
inconsciencia, que enumera del siguiente modo: 1) alerta, la persona aún está consciente y en
capacidad de entrar en contacto con el mundo exterior; 2) obnubilación, el sujeto está en
menos contacto con el medio externo, se despierta fácilmente con estímulos verbales
menores, aunque puede rechazar o ignorar otros; 3) estupor, hay mayor deterioro de la
conciencia y el paciente responde únicamente a estímulos repetitivos de mayor intensidad; 4)
coma superficial, el paciente ya no responde a estímulos verbales pero sí a estímulos
dolorosos con movimiento; y 5) coma profundo, cuando el paciente ya no responde a ningún
estímulo. En consecuencia, dice, las reflexiones del ad quem se construyeron en errores de
lógica porque científicamente ─ desde la perspectiva de la psiquiatría ─ la inconsciencia es un
proceso evolutivo que comienza con la obnubilación y termina en el estado de coma. Luego, si
en el caso bajo examen, la víctima tomó dos tragos de aguardiente y quedó en estado de
inconsciencia inmediata no es creíble que hubiese tenido facultad para memorizar los datos
que ulteriormente evocó”. Alude que si en los términos del Tribunal la ofendida recordó
algunas impresiones, así fueran parciales, es porque tenía lucidez y no se encontraba en
estado de inconsciencia De otro lado, si la ofendida estaba conciente y evolucionó
clínicamente hasta la inconsciencia, ello no coincide con la versión que rindió porque si tenía
recuerdos en su memoria que sobrevivieron al estado de inconsciencia era porque estaba
saliendo de esa inconsciencia y empezaba a ser conciente y los efectos de la "supuesta droga",
no demostrada científicamente, estaban desapareciendo y no podían durar hasta el otro día
como ella lo afirmó. Asegura que no se puede tener como verdad procesal el uso de drogas,
porque no existe prueba acerca de qué sustancia se utilizó; sólo cabría una mera probabilidad
como consecuencia del testimonio de la ofendida y siendo ello así, se está ante un raciocinio
posible, "un poco de error, duda, ignorancia o certeza en forma ínfima". El Tribunal, con
reflexión equivocada, estimó como válida la posibilidad de que Ana Catalina Sánchez Gaviria
fue puesta en estado de inconsciencia de forma inmediata por el suministro de una droga
cuando ingirió dos aguardientes, situación que es ilógica y atentatoria contra la ciencia
neurológica y toxicológica porque en la mayoría de casos como éste, se requiere de dosis altas
de tóxicos, su inconsciencia fue prácticamente inmediata, lo cual es contrario a la realidad
porque en la ma Si bebió dos copas de aguardiente y no recordó más hasta el otro día, por
qué no sufrió un proceso volitivo hasta llegar a la inconsciencia ¿cómo pudo, entonces, estar
en estado de inconsciencia y recordar algunos fragmentos mientras estuvo incurso en él? De
este modo, afirma que el ad quem en el manejo de los tóxicos incurrió silogismos hipotéticos
que excluyen la certeza y terminan con una verdad aparente, lo cual es un error e incluso la
misma duda
1.5. CONCEPTO DEL MINISTERIO PÚBLICO La Procuradora Segunda Delegada para la Casación
Penal rindió concepto en el presente trámite y solicitó a la Sala no casar la sentencia
impugnada extraordinariamente por los defensores de los acusados, con base en los
argumentos que a continuación se sintetizan.
1.6. 1. Cargo primero de la demanda presentada a nombre de Esteban Antonio Pérez Espinosa y
único de la demanda interpuesta a favor de Hernán Darío Suárez Saldarriaga. Dice la Delegada
que ambas censuras invocan errores de raciocinio en la apreciación de las pruebas, y el tema
fundamental de controversia gira en torno al estado de inconsciencia de Ana Catalina Sánchez
Gaviria Manifiesta que lo planteado por los libelistas es una crítica a la fundamentación de la
sentencia, la cual califican de sofística, paralogística y falaz en cuanto consideran que
científicamente no se encuentra demostrado el estado de inconsciencia de la ofendida en el
lapso durante el cual se llevaron a cabo las relaciones sexuales, como tampoco prueba del
mismo rigor que acredite qué sustancia fue utilizada para reducir la voluntad de la víctima, por
lo que niegan credibilidad a lo manifestado por ésta. Después de acudir a literatura
especializada acerca del tema de la embriaguez y sus efectos, así como a las sustancias que la
producen, concluye que en el régimen probatorio que regula la ley procesal penal, no es
imprescindible la prueba técnico científica para saber si una persona se encuentra en estado
de embriaguez. En consecuencia, ante la existencia de libertad probatoria la intoxicación se
puede establecer a través de la sintomatología registrada o referida por la propia víctima o
referencias de terceros, por lo que no es legítimo afirmar que aquella se descarte cuando no
está demostrado científicamente cuál fue la droga utilizada, destacando que en tal sentido se
ha pronunciado esta Sala de la Corte. Advierte que no existe un límite temporal definido que
permita detectar sustancias tóxicas en el cuerpo porque ello depende de múltiples factores
como la calidad y cantidad de la sustancia tóxica, la capacidad orgánica para asimilarla, la
hidratación previa del organismo humano, las condiciones anteriores del cuerpo, por ejemplo,
la ingesta de alimentos, grasas, líquidos, reposo, etc Igual puede decirse de los efectos de la
droga una vez suministrada, la evidencia y los efectos en la alteración orgánica dependen de
múltiples factores, entre ellos la calidad y cantidad de sustancia suministrada y las condiciones
orgánicas precedentes. Alude que las alteraciones de la conciencia por el uso de sustancias
tóxicas son relativas, pues cuando se ingieren sustancias puras o mezcladas, como en el caso
frecuente del uso de alcohol y drogas psicodislépticas, la persona puede entrar en un espacio
más o menos corto en estadios de inconsciencia absoluta de los cuales se puede ir
recuperando de manera progresiva a medida que la sustancia se asimila en el proceso
metabólico, y la pérdida del conocimiento no es absoluta y puede rememorar sucesos con
alguna aproximación a la realidad. Para la Delegada, el Tribunal no incurrió en yerro alguno en
la apreciación conjunta de la prueba de cargo y de descargo,. En su criterio, los libelistas no
hacen nada diferente a presentar una discusión paralela, semejante a un alegato de instancia
que difiere de lo expuesto en el fallo, esquivando la doble presunción de acierto y legalidad
que posee la decisión del ad quem y que el recurso extraordinario es un control rogado de la
sentencia y no una tercera instancia. Después de hacer mención al contenido de la denuncia
formulada por la ofendida, a la ampliación de la misma, al reconocimiento médico legal que le
fue practicado en aquella fecha y a la declaración del médico que la atendió inicialmente,
asegura la Delegada que las conclusiones del fallo no desbordan ni contrarían la lógica, los
dictados científicos, ni la experiencia, son coherentes con los elementos de prueba aportados,
por lo que la decisión no se advierte ilegal. Para la Delegada la tesis de los defensores no tiene
cabida en cuanto ellos asimilan el estado de inconsciencia con el de coma profundo, es decir,
a una desconexión total con el mundo, lo cual es contrario a lo demostrado, pues el uso del
alcohol con drogas psicodislépticas o potencializado con sustancias tóxicas, dependiendo del
nivel de tolerancia del organismo, induce a un estado de inconsciencia más o menos corto o
profundo en el cual se puede ingresar a un estado de absoluta inconsciencia cuya
recuperación es progresiva y proporcional a la asimilación de aquéllas por el organismo, por lo
que puede entrar en coma o morir si no las tolera, eventos éstos en los cuales la falta del
conocimiento es absoluta. En la primera hipótesis, es viable rememorar, tener espacios de
percepción y argüir que coexistió un estado de alerta, de vigilia, por lo que habla de
conciencia afectada o alterada pero no de inconsciencia, sentido este en el cual debe
entenderse la sindéresis de los juzgadores de instancia y lo manifestado por el forense en los
dictámenes rendidos el 2 de julio de 2002 y el 12 de agosto de 2003.
1.7. Considera que no es contradictoria la afirmación de la víctima de que tomó dos aguardientes
y después no recordó más, pese a que ulteriormente rememoró pasajes del episodio,
situación que tiene explicación racional y científica.
1.8. 2. Cargo segundo de la demanda presentada a nombre de Estaban Antonio Pérez Espinosa
(error de hecho por falso juicio de identidad) Manifiesta la Delegada que los sentenciadores
de instancia no hicieran mención a la mentira de la ofendida de que el día de los hechos para
salir de su casa manifestó a su familia que iba para la casa de un compañero de universidad,
no constituye falso juicio de identidad con alcance jurídico para invalidar el fallo. Recuerda
que el principio de trascendencia en sede de casación impone al actor que además de
acreditar el error, demuestre que afecta de alguna manera la decisión atacada, ora porque
excluye la responsabilidad penal, la atenúa o, en fin, altera de algún modo, a favor del
procesado, el sentido de la definición de justicia que entraña la sentencia. Así, aceptando que
la agraviada faltó a la verdad en relación con el lugar a donde se dirigía, la narración de los
hechos que hizo a sus amigos, familiares y médicos que la atendieron, ha sido considerada por
todos los funcionarios que conocieron del proceso digna de crédito sin que el juicio sufra
transformación por la mentira con la cual ella justificó la salida de su casa para ir al inmueble
donde fue accedida carnalmente en las circunstancias conocidas.

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