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PERDIDAS MENORES EN ACCESORIOS

Normalmente, las pérdidas de carga continuas son más importantes que


las singulares, pudiendo éstas despreciarse cuando supongan menos del 5%
de las totales, y en la práctica, cuando la longitud entre singularidades sea
mayor de mil veces el diámetro interior de la tubería.

Salvo casos excepcionales, las pérdidas de carga localizadas sólo se


pueden determinar de forma experimental, y puesto que son debidas a una
disipación de energía motivada por las turbulencias, pueden expresarse en
función de la altura cinética corregida mediante un coeficiente empírico K.

El coeficiente K es adimensional y depende del tipo de singularidad y de


la velocidad media en el interior de la tubería.

En la práctica y para cálculos rápidos que no precisen de gran exactitud,


se suelen adoptar los siguientes valores aproximados de K.

Accesori K L/D
os
Válvula esférica (totalmente abierta) 10 350
Válvula en ángulo recto (totalmente abierta) 5 175
Válvula de seguridad (totalmente abierta) 2.5 -
Válvula de retención (totalmente abierta) 2 135
Válvula de compuerta (totalmente abierta) 0.2 13
Válvula de compuerta (abierta ¾) 1.15 35
Válvula de compuerta (abierta ½) 5.6 160
Válvula de compuerta (abierta ¼) 24.0 900
Válvula de mariposa (totalmente abierta) - 40
“T” por la salida lateral 1.80 67
Codo a 90º de radio corto (con bridas) 0.90 32
Codo a 90º de radio normal (con bridas) 0.75 27
Codo a 90º de radio grande (con bridas) 0.60 20
Codo a 45º de radio corto (con bridas) 0.45 -
Codo a 45º de radio normal (con bridas) 0.40 -
Codo a 45º de radio grande (con bridas) 0.35 -

En conducciones circulares, la fórmula 1 puede expresarse en función


del gasto mediante la ecuación:
hs=m’KQ2

1
El valor de m’ para distintos diámetros comerciales es el siguiente:
D (metros) m’ D (metros) m’
0.05 13222 0.25 21155
0.06 6376.4 0.30 10202
0.07 3441.8 0.35 5506.7
0.08 2017.5 0.40 3228.1
0.09 1259.5 0.45 2015.3
0.10 826.38 0.50 1322.2
0.15 163.24 0.60 637.64
0.20 51.649 0.70 344.18

1.1. Pérdidas localizadas en un ensanchamiento brusco de sección

Aunque la tubería se ensanche bruscamente, el flujo lo hace de forma


gradual, de manera que se forman torbellinos entre la vena líquida y la
pared de la tubería, que son la causa de las pérdidas de carga
localizadas.

Aunque en la mayoría de los casos las pérdida de carga localizadas se


calculan a partir de la ecuación 1, obteniéndose K empíricamente, en
este caso pueden deducirse de forma analítica.

Caso particular: Tubería que abastece un depósito

1
2

En este caso, la superficie S2 es mucho mayor que la S1, por lo que la


relación entre ambas tenderá a cero.
Por lo tanto, en este caso K=1, y la pérdida de carga en la desembocadura será:
v2
s
1
h 2
g
Es decir, se pierde toda la energía cinética en la entrada al depósito

1.1. Pérdidas localizadas en un ensanchamiento gradual de sección

Son los difusores, en los que se producen, además de las pérdidas de


carga por rozamiento como en cualquier tramo de tubería, otras singulares
debido a los torbellinos que se forman por las diferencias de presión (al
aumentar la sección disminuye la velocidad, y por lo tanto el término cinético,
por lo que la presión debe aumentar).

A menor ángulo de conicidad (), menor pérdida de carga localizada,


pero a cambio se precisa una mayor longitud de difusor, por lo que aumentan
las pérdidas de carga continuas. Se trata de hallar el valor de  para el que la
pérdidad de carga total producida sea mínima.
Gibson (Torres Sotelo, 1996) demuestra experimentalmente que el
ángulo óptimo de conicidad es de unos 6º , y proporciona la siguiente fórmula
empírica para calcular las pérdidas de carga totales:

Los valores de , también según Gibson, son los siguientes:

 6º 10 15 20 30 40 50 60
º º º º º º º
 0. 0. 0.3 0.4 0.7 0.9 1. 1.1
14 20 0 0 0 0 00 0
Pérdidas localizadas en un estrechamiento brusco de sección

D2
D1
En este caso, el flujo continúa convergiendo después de la embocadura durante una
cierta distancia, a partir de la cual se produce su ensanchamiento. Por tanto, se formarán
turbulencias entre el flujo y las paredes de la tubería, y también entre éstas y la vena líquida
contraída, como se indica en la figura.

Los valores de K se obtienen de forma suficientemente aproximada en función de la


relación entre los dos diámetros:

D1/ 1.2 1.4 1.6 1.8 2.0 2. 3.0 4.0 5.0


D2 5
K 0.0 0.1 0.2 0.3 0.3 0. 0.4 0.4 0.4
8 7 6 4 7 41 3 5 6

Caso particular: Tubería a la salida de un depósito (embocadura)

En este caso, la pérdida de carga depende del tipo de conexión entre la tubería y el
depósito.

(1) (2) (3)

(1) Embocadura de arista viva: K0.5


(2) Embocadura tipo entrante: K1.0
(3) Embocadura abocinada: K0.01-0.08, según el grado de
abocinamiento. Se puede considerar un valor medio de K0.5.

Pérdidas localizadas en un estrechamiento gradual de sección (tobera)


Puesto que el líquido aumenta su velocidad al pasar por la tobera, también disminuye su presión. Por tanto, las
condiciones no favorecen la formación de torbellinos, siendo casi la totalidad de las pérdidas de carga que se
producen debidas al rozamiento. Los valores de K suelen oscilar entre 0.02 y 0.04, por lo que, en la práctica,
estas pérdidas de carga se desprecian

Otras pérdidas localizadas de interés

Son importantes por lo extendido del uso de estas piezas especiales las pérdidas de
carga producidas en válvulas, codos de distintos ángulos y ramificaciones en “T” (pérdidas
por bifurcación o empalme del flujo, ver figura).

Bifurcación Empalme

Orificios
Denominamos orificio, en hidráulica, a una abertura de forma regular, que se
practica en la pared o el fondo del recipiente, a través del cual eroga el líquido contenido
en dicho recipiente, manteniéndose el contorno del orificio totalmente sumergido.

A la corriente líquida que sale del recipiente se la llama vena líquida o chorro.

Si el contacto de la vena líquida con la pared tiene lugar en una línea estaremos en
presencia de un orificio en pared delgada. Si el contacto es en una superficie se tratará
de un orificio en pared gruesa (más adelante se precisará con más detalle el concepto).
e c: Sección e
contraída

a a

PARED DELGADA PARED GRUESA


(arista viva)

Figura 1
Orificios en Pared Gruesa y Delgada

En la práctica, se suele
considerar: 1
e a
- Pared 2
delgada:
- Pared
gruesa: e  3a

Se denomina carga a la altura de líquido que origina la salida del caudal de la


estructura. Se mide desde el nivel del líquido hasta el baricentro del orificio.

La velocidad de llegada es la velocidad con que el líquido llega al recipiente.


El movimiento permanente o estacionario ocurre cuando el escurrimiento tiene lugar a
carga constante.

La salida libre tiene lugar cuando el nivel del líquido en el canal de salida, o en el
recipiente inferior, está por debajo de la arista o borde inferior del orificio.

El orificio es sumergido cuando el nivel del líquido en el canal de salida o recipiente


inferior está por arriba de la arista o borde superior del orificio.

Asimismo la pared puede encontrarse vertical o inclinada, ya sea hacia aguas abajo o
aguas arriba, afectando obviamente dicha inclinación, la descarga producida por dicho
orificio.

Se mencionan todas estas condiciones pues no es muy difícil intuir que las mismas
tienen influencia en el caudal que será capaz de erogar dicho orificio.

h h

PARED VERTICAL PARED INCLINADA

Figura 2
Pared vertical y pared inclinada


h
h h

SALIDA LIBRE ORIFICIO


SUMERGIDO
Figura 3
Orificios Libres y Sumergidos
Cálculo del Caudal Teórico Erogado (Teorema de Torricelli)

Si se aplica Bernoulli entre los puntos A


A y C, tenemos que:

pa 2 2
h pa
h aV  Vc
  0
Plano de 
c  2g
2g
Comparación Ωc
Vc = cte.
Ahora, como Va es nula, si despejamos
Vc (que es la velocidad media en la sección
contraída) obtenemos:

Vc  2 g h
Figura 4
Teorema de Torricelli
Un análisis intuitivo de las líneas de
corriente, como puede apreciarse en las figuras, permite interpretar la formación de la
“sección contraída c” a una cierta distancia de la pared del orificio, que es sobre la cual
aplicamos Bernoulli.

De esta forma, aplicando la Ecuación de Continuidad y teniendo en cuenta un


coeficiente experimental  “de descarga del orificio”, el cual consiste en una función
compleja menor a la unidad (disminuye, en consecuencia, el valor teórico dado por la
expresión) en la que influyen la viscosidad, la formación de la sección contraída, la
variación real de la velocidad en la misma (consideramos el valor medio en la deducción),
la forma de la sección, etc.; se obtiene la expresión:

Q   C VC   2gh

En la que  es la sección real del orificio cuyas dimensiones, a diferencia de la


sección contraída, son de obtención inmediata.

Cuando el orificio es en pared delgada, no cometemos error apreciable si se adopta:

Q  0,60  2gh

Las dos expresiones previas son aplicables al “Orificio Perfecto”, el que se define
como tal cuando se cumplen las siguientes condiciones:

a) Pared delgada, vertical y perpendicular al escurrimiento.


b) Velocidad de llegada despreciable (menor a 0,30 m/s)
c) Contracción de la vena completa, lo que implica suficiente distancia desde el
fondo y los laterales (orificio cerca de los límites minimizan la contracción).
d) Idéntica presión (atmosférica generalmente, salvo casos muy particulares) aguas
arriba del orificio y alrededor de la vena fluida en caída.
e) Caída libre, no influenciada por los niveles aguas abajo.

Vertederos
Otra estructura utilizada en los proyectos hidráulicos (más frecuentemente que los
orificios) está constituida por los vertederos en sus distintas variantes, de los cuales
existen, según la aplicación, diferentes diseños.

Ya sea como estructura de control de aprovechamientos hidráulicos o bien como


estructura para medición de caudales en obras de saneamiento, su aplicación es muy
difundida y una de las razones es porque permiten tener un adecuado control del caudal
por encima de su cresta siendo necesario únicamente medir una variable que es el tirante
sobre dicha cresta.

Según la forma geométrica del contorno de apertura, pueden distinguirse vertederos


rectangulares, trapeciales, triangulares, parabólicos, etc.

Además, según el espesor de la pared del vertedero o, más precisamente, la forma


en que la vena líquida toca la parte superior de la estructura, se clasifican en Vertederos
de Pared Gruesa o Delgada
h

VERTEDERO DE PARED DELGADA VERTEDERO TIPO KREAGER

Figura 5
Vertedero

Los vertederos, resultan según la relación del espesor con respecto a la carga sobre la
cresta:

1
e h ; pared
de lgada 2
e  3h ; pared gruesa

Se denomina cresta, umbral o coronamiento del vertedero a la arista o superficie inferior de


la escotadura.

Se denomina longitud del vertedero rectangular a la distancia “b” entre las paredes
verticales o inclinadas (flancos) que lo limitan sobre el umbral.

La altura o espesor de la masa líquida existente sobre el nivel del umbral aguas
arriba de éste se denomina carga. Ésta se mide en la zona en la que la superficie libre del
líquido puede considerarse horizontal.

Como en el caso de los orificios, es necesario distinguir en el escurrimiento sobre


vertederos, descarga libre y sumergida, según que el nivel de salida está por debajo o
por encima del nivel del umbral.
Cálculo del caudal erogado
Análogamente a lo que ocurre con la vena líquida que pasa por un orificio (en
realidad constituye un caso particular del mismo) la lámina vertiente sufre contracciones
inmediatamente aguas debajo de las aristas vivas de la escotadura. Estas contracciones
serán de fondo o laterales, según estén producidas por el umbral o aristas laterales del
vertedero.

Del mismo modo que para el caso de orificios:

Q ..

h
g.
.
2
Donde, para el caso de una forma rectangular:

=b.h

Reemplazando obtenemos:

Q   b h2 g h

La expresión previa es aplicable al “Vertedero Perfecto”, el que se define como tal,


cuando se cumplen las siguientes condiciones:

a) Pared delgada, vertical y perpendicular al escurrimiento.


b) Velocidad de llegada despreciable (menor a 0,30 m/s)
c) Contracción de la vena completa con respecto al fondo y nula respecto a
los laterales (idéntico ancho del canal de llegada que del umbral del
vertedero)
d) Idéntica presión (atmosférica generalmente, salvo casos muy particulares) aguas
arriba del vertedero y alrededor de la vena fluida en caída.
e) Caída libre, no influenciada por los niveles aguas abajo y con lámina
netamente destacada (presión atmosférica por sobre y debajo de la
misma).
f) Sección rectangular de flancos verticales y umbral horizontal.

Nota: La condiciones en “negrita” son las que difieren de las del Orificio Perfecto y son sólo aplicables al Vertedero
Perfecto.

Cuando el Vertedero no cumple con algunas de las propiedades enunciadas, al igual


que en el caso de los Orificios, debe ser corregido el coeficiente de gasto, el que se
obtiene de los manuales especializados y que se simboliza como Ci, en el que i es el
número asignado a cada corrección. La expresión general queda entonces:

Q   C1 C2 ......Cn  2g h

El cálculo del coeficiente combinado depende consecuentemente del tipo de


vertedero y de que tanto se aparte de la condición de “Vertedero Perfecto” (velocidad de
llegada, inclinación de las paredes, etc.). Éste puede variar entre 0,35 y 0,60 y para mayor
precisión se debe recurrir, al igual que en el caso de los orificios, a los manuales
especializados, en los que se encuentran innumerables expresiones de las correcciones a
la condición de “Vertedero Perfecto”, como así también soluciones para los distintos tipos
de vertederos y formas de funcionamiento.

Como primera aproximación, podemos suponer, para la sección de umbral b y carga h:


Q  0.5 b h2 g h

Para el caso del vertedero triangular, de gran aplicación en la Ingeniería Sanitaria, se


tiene:
bh 2 2
2g
2  h tg  Q   tg h
2g h  h
2,5
2 tg

Se puede apreciar en la expresión anterior que, al estar elevada la carga h a la 5/2,


resulta muy sensible al caudal, es decir que ligeras modificaciones de h implican
relativamente importantes variaciones del mismo. Esta propiedad los hace de gran utilidad
para la medición de caudales con importante exactitud y además, dispuestos en batería,
posibilitan descargas muy homogéneas y con un importante poder regulador, que los hace
de gran utilidad en las plantas de tratamiento (salida de sedimentadores como ejemplo).


h

Figura 6
Vertedero triangular

Nota: En la parte dedicada a los remansos y resaltos se brindan, también en forma descriptiva, algunas soluciones que
involucran a la problemática que originan los vertederos tipo Kreager
Cuando el orificio no cumple con algunas de las propiedades enunciadas
debe ser corregido el coeficiente de gasto, el que se obtiene de los manuales
especializados y que se simboliza como Ci, donde i es el número asignado a
cada corrección, con lo que la expresión general queda entonces:

Q  C1 C2 ......Cn  2g h

Es oportuno señalar que en el caso del orificio sumergido, el


coeficiente de gasto estará obviamente relacionado con la diferencia de
niveles aguas arriba y aguas abajo (h en la Figura 3).

En particular, en el orificio de pared gruesa, la vena líquida reanuda


su contacto con la pared y consecuentemente el efecto de “succión” o
“Venturi” producido por la zona de menor presión (sombreada en la Figura
1) mayora el coeficiente de gasto. En ese caso el producto del coeficiente
por el Ci correspondiente es aproximadamente 0,81; por lo que la
expresión queda:

Q  0,81  2.g.h

Es decir que el orificio en pared gruesa eroga más caudal que en pared
delgada, por lo que cuando la función del mismo es erogar caudales
importantes, ésta constituye la solución obligada.

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