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Conferencia del Maestro

OMRAAM MIKHAËL AÏVANHOV


LA SEXTA RAZA
Nº 1385 salida de Sol del 2 de septiembre de 1963

Lectura de la página del Maestro:

¿Habéis dormido bien, estáis reposados? No hay respuesta. No sé por qué me


meto en haceros preguntas como esta, tendré que corregirme. – Después de dos
horas y media (sentados en la roca en el amanecer del sol), ¡nos pregunta cómo
estamos! ¡estamos entumecidos! Bien, si es así, es que estáis en el buen camino.
Mirad algunos tibetanos, también tienen los rostros entumecidos. Cuando se vive
en grandes dificultades, en el frío, creéis que los rostros se vuelven finos, suaves;
expresan la dureza, el frío, las intemperies; pero cuando los veis por dentro, tienen
otro rostro mucho más expresivo y suave. Los que han vivido en las facilidades
tienen un rostro liso, regordete, mofletudos, como los bebés, se dice: “Qué rostro
más expresivo, me gustaría pellizcar sus mofletes.” Pero por dentro, tienen un
rostro entumecido, justamente porque no han trabajado. (El Maestro justo había regresado
de su viaje a la India donde estuvo en el Tíbet) Cuando al Maestro habla de la roca, se refiere a la colina
cerca del Bonfin donde se asiste cada mañana para ver la salida del Sol.

Y ahora, ¿es mejor el primer caso o el segundo? No, todavía no es la


perfección. Sí, el hombre debe llegar a tener el rostro exterior y el rostro interior en
correspondencia, entonces reflejara justamente el mundo divino; Ya sé, todavía no
es el caso, pero todos nosotros debemos trabajar en ello, nadie entre nosotros puede
alardear y decir: “Al fin, he aquí, hemos llegado, hemos llegado a ser rayos de sol”,
como en los cantos: “Y nosotros traeremos la nueva vida”. Así pues hay que
trabajar. Cuando os hago esperar, decís: “Lo hace aposta para atormentarnos, para
hacernos pasar pruebas.” No, en el pasado acortaba el tiempo de permanecer en la
roca para no atormentar a los hermanos y hermanas; veinte minutos, media hora, y
luego descendíamos para desayunar. No llegábamos ni a calentar el motor, ni a
ponerlos en marcha; bajábamos tan fríos como antes. Cuando vi que, para contentar
a los hermanos y hermanas, eso no aportaba nada, me puse en la cabeza de no
contentarlos más sino contentarme a mí mismo, es decir quedarme el tiempo que
quisiera. ¿Y qué hacen los hermanos y hermanas víctimas de esta decisión?
Aceptan atormentarse para contentarme y así, con ese tormento, evolucionan. Así
pues, ese mal que han aceptado se transforma en bien, les aporta alguna cosa; se
molestan, se mueven, duermen un poco, pero se quedan cuanto menos fieles a su
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puesto. Y durante ese tiempo, cuando yo hago mi trabajo, pienso en satisfacer mis
gustos, mis predilecciones, no pienso en absoluto en esos pobres hermanos tan
devotos, tan gentiles. Pero, pienso en vosotros a pesar de todo; recibís alguna cosa,
no mía sino del Sol, si no es del Sol, es también de la roca que os lo comunica a
través de la columna vertebral. Pasan cosas formidables hasta el cerebro. Y es
verdad, los hermanos y hermanas reciben cuanto menos algunas partículas, muy
buenas partículas que os renueva totalmente.

¿Debemos ir siempre hacia los humanos, o les tenemos que atraer?


¿Debemos satisfacerles siempre, contentarles, o permanecer a su lado? ¿Acaso les
haremos evolucionar, eso les va a satisfacer, les aportará el bien? Empiezo a no
creer en ello. Dejando de satisfacerlos, de contentarlos, pero enseñándoles, se les
hace mucho mayor bien. Se les hace experimentar cosas, se les desplaza, incluso si
me critican, y al final comprenden que es mejor y dejan de criticar. Así es como
proceden los Iniciados.

En la educación de la madre con su hijo ocurre lo mismo. El niño se detiene


y no quiere caminar; la madre se gira, el niño le suplica que le coja en brazos, y es
una batalla sin fin que hace que no lleguen nunca a puerto, porque la madre siempre
recula para cogerlo. Si ella decide seguir caminando, el niño, testarudo, se pone a
llorar y al final, como tiene miedo, se pone a correr hacia su madre. Así es como
ella comprende que es mejor no contentar siempre sus caprichos porque se volverá
malo, cruel, ingrato, y la madre no podrá llegar a puerto o cruzar la orilla, si
queréis. Si, es la nueva pedagogía, hay que inclinarse de una vez por todas hacia la
nueva pedagogía. Se cree que es muy cruel, pero hay mucho amor y sabiduría
detrás, pero se considera la sabiduría como una frialdad, como una manca de amor.
En realidad, el amor no es nada más que el otro lado de la sabiduría. La sabiduría es
sabiduría, y del otro lado es amor, pero lo esconde. Mientras que el amor cuando se
muestra mucho no muestra sabiduría, y en realidad el verdadero amor está lleno de
sabiduría. La madre tiene miedo de abandonar a su hijo, ¡los animales se lo
comerán! En absoluto, el niño se salvará si ella no está muy lejos. Hace ver que se
aleja caminando un poco pero no va muy lejos de manera que si el niño grita, en un
salto pueda estar a su lado. El mundo invisible nos educa así y no siempre os habéis
dado cuenta.

El mundo invisible se aleja de vosotros, decís: “Estoy solo, ya no me aman,


¿qué debo hacer?” Es un método de educación, se aleja un poco para hacernos
caminar, para hacernos evolucionar. La gente que se imagina, que se empeña
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diciendo: “Si Dios existe, que se presente ante mí, pero yo no me muevo”, dan al
buen Dios un ultimátum, es Él quien debe a presentarle sus credenciales. Diréis:
“No es verdad”. Analizad la situación y veréis como es un poco así. Quizá los
Maestros, los Iniciados, hacen lo mismo; cuando han observado lo que hace el
mundo divino, le imitan y dicen: “Queremos ser como él, trabajar como él, actuar
como él.” Lo hemos visto con Jesús, con todos los Maestros, los Iniciados, los
profetas; el mundo divino les abandonaba un poco, hacía ver que estaba lejos, y en
realidad, estaba muy cerca. E incluso Jesús cayó en esa trampa cuando dijo antes de
ser crucificado: “Señor, ¿por qué me has abandonado?” En realidad sólo se había
escondido un poco para ver cómo pasaría el último minuto. ¿Cómo el mundo
invisible no va a saber tanto cómo somos? Si, lo sabe muy bien, inclusive mas que
nosotros, pero hace lo mismo con los Iniciados que con la gente corriente. Hasta el
último minuto, incluso para los Iniciados, no es que no crea en ellos, que dude de
su valor, de sus capacidades, pero los Iniciados tampoco lo saben todo. ¡Oh, la, la!,
¡Qué novedad! No, no, siempre os he dicho que saben mucho en comparación con
la gente ordinaria, con los filósofos, los escritores, los profesores, los
conferenciantes…, saben más, pero no lo saben todo. ¿Por qué? Porque todo lo que
hacen, todo lo que Dios les ha dado, no lo conocen en detalle, hay todavía pliegues
y repliegues, riquezas desconocidas por explorar.

Así pues, el hombre es una inmensidad. No creáis que apareciendo en un


espejo y después de analizarse anatómicamente, se ha visto que el hígado estaba a
la derecha y el corazón a la izquierda. Conocerse no es esto. Hay regiones
desconocidas desde el punto de vista espiritualista, y los Iniciados, hasta el último
minuto de su existencia, se van conociendo, y no pueden saber la respuesta que les
darán sólo en el último minuto, la nota y el diploma que le van a dar los
Veinticuatro Ancianos. ¿Por qué? Es así. El mundo invisible sabe, y lo sabe muy
bien, pero el hombre no se conoce. Hasta el último minuto el Iniciado tiene cosas
para desarrollar, para conocer, para explorar, porque el hombre es una inmensidad,
no lo ha explorado todo.

Para los Iniciados hay grados, incluso los más grandes Iniciados no lo
conocen todo, salvo los “dieciocho”. E incluso los “dieciocho” no lo saben todo.
¿Por qué? Lo conocen todo solamente porque tienen el Espíritu de Dios; gracias al
Espíritu de Dios lo pueden conocer todo. Cuando quieren saber cosas alejadas de
otros sistemas solares, de otros cosmos, del espacio infinito, consultan con el
Espíritu de Dios que es omnisciente y éste se lo comunica todo. Pero a pesar de que
el Espíritu de Dios se lo comunica todo, no lo pueden abarcar todo al mismo
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tiempo; solo Dios puede abarcarlo todo al mismo tiempo. Está por todas partes, en
todos los puntos de ese espacio infinito. Mientras que ellos tienen su vida mientras
existen como individuos, como seres que vigilan, dirigen, comandan, crean
sistemas. Están limitados como individuos pero ilimitados como el espíritu que les
habita. ¿Tenéis nociones justas? No hay que confundir la existencia como
individuo; esta individualidad, por grande que sea, por inmensa que sea, es una
individualidad, así, está limitada. Pero en esta individualidad tan sublime, tan
grande, hay el espíritu ilimitado que tiene las posibilidades de comunicarlo todo.
Esta es la diferencia. Pero todos los demás iniciados que no están en esta categoría
de los “dieciocho”, son más o menos grandes, más o menos sabios, más o menos
poderosos, y hay límites para ellos. Así pues, Jesús en ese momento no había
llegado a estar entre los “dieciocho”. Jesús pertenece a la categoría de los
“dieciocho”, pero no fue hasta el último minuto que lo consiguió. Esto es algo
desconocido por los humanos, porque, si reflexionamos, parece incompatible esta
laguna que tuvo Jesús en este último minuto, con la omnisciencia y el poder
supremo. Porque, ¿cómo se pudo equivocar, cuando el mundo divino estaba tan
cerca? Precisamente, Dios no le había abandonado.

Para explicároslo os haré un análisis, porque si esto no fuera verdad, es decir,


si la Iglesia se hubiera dado cuenta de que lo que este pasaje contiene de científico,
iniciático, y profundo, lo hubieran suprimido de los evangelios como así mismo de
ha hecho en otros pasajes. Pero como no sabían que un día vendrían Iniciados que
explicarían un aspecto extraordinario de la vida de Jesús, lo dejaron. Así pues, lo
que no sabían era justamente esto. Por otro lado suprimieron muchas cosas, la
historia nos lo dice. Retocaron muchas cosas pero dejaron este pasaje. Se han
traducido arbitrariamente, ad libitum, las palabras de Jesús, queriendo salvar la
situación y haciendo creer que quiso decir: “Dios mío, ¡cuánto me has
glorificado…!” Yo no lo creo. He leído muchas cosas. Esto es lo que sabemos.
Sabemos que Jesús era el Ser más puro, más luminoso, más noble, porque nació en
las condiciones más maravillosas para una madre, por un padre del que ya os he
hablado, por una madre verdaderamente pura y consagrada al templo desde muy
joven; pero a pesar de eso, todavía había algunas partículas de herencia que
quedaron. Diréis: esto viene de David, desde la generación de David, que no era
perfecto, cometió algunos pecados, como respecto al general Uri, al que casi hizo
matar enviándolo al campo de batalla para poder apropiarse de su mujer. E incluso
antes de David, generaciones anteriores, de las cuales las partículas no se habían
borrado completamente. Son muy tenaces, eso es lo que los humanos no saben.
(Estas palabras del Maestro vendrían a confirmar que la genealogía de Jesús como descendiente de
David tal como figuran en el evangelio de Lucas y Mateo serían bien ciertas)
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En la sangre, en el cuerpo de Jesús, algunas partículas de sus descendientes,


resistieron, se engancharon hasta el último minuto. Así pues, a su personalidad, que
era tan pobre, tan débil, se le tuvo que dar un golpe mortal, definitivo, en el último
minuto, para transformarlo todo. Pero se manifestó en el último minuto, y en ese
momento el cuerpo físico jugaba un papel enormemente importante por estar
herido, masacrado, atormentado, entonces tomó una importancia considerable e
influenció la consciencia humana e incluso el espíritu que actuaba para mantener la
luz, la claridad, la sabiduría, la inteligencia. (Eran los momentos previos al calvario) El
cuerpo físico sufría, vivía en el fuego, el dolor, con las heridas, actuaba
enormemente y ensombrecía la consciencia, y en esa lucha hubo un segundo en el
que la personalidad, que está unida con el cuerpo físico, tomó preponderancia al fin
y en un sobresalto definitivo, antes de ser vencida, actuó. (Fue cuando dijo; Padre que se
haga tu voluntad)

Sabemos cómo estuvo Jesús en la cruz: atormentado, sin beber, con dolor, el
sol que pegaba sobre Él, todos los ultrajes que recibió. Pero el mayor tormento, no
fue que martirizaran su cuerpo, que pasara sed o el sol le quemara; el mayor
sufrimiento que tuvo en ese momento fue ver que sus discípulos le abandonaron. Y
como les amaba, como miraba por ellos, sabía que volverían, que se
arrepentirían…, pero le dio mucha pena ver a Pedro le había dicho: “Señor, todo el
mundo os puede dejar salvo yo”. Jesús sabía que Pedro después le negaría tres
veces antes de que cantara el gallo, pues era clarividente, lo sabía, pero a pesar de
eso, en ese momento se sintió verdaderamente abandonado. Lo que estaba haciendo
no producía un efecto para que se volvieran audaces, consagrarse y sacrificarse por
una idea. Vio que eran débiles y fue eso lo que le entristeció. No fueron los
sufrimientos físicos, o la sed que padecía y que en vez de agua le dieran vinagre.
He aquí porqué las pocas partículas que quedaron somnolientas, embrutecidas,
aniquiladas bajo la influencia del espíritu, de la luz, del amor, se colaron y
escondieron en lugares recónditos, y en el último minuto, cuando éstas salieron, las
venció, las derribó diciendo: “Hágase Tu voluntad, Señor”. Dijo: “Ya está, la
victoria ha sido”, y después de eso ya no tuvo ni una sola partícula impura, humana.
Por eso después pudo resucitar y pasó a formar parte entre los “dieciocho”. (Por eso
el que tiene que venir será el 19 y la carta 19 del Tarot es el Sol)

Esto prueba que antes que Él, otros recorrieron el camino, y si en ese
momento, los cristianos continúan queriendo convencernos de que antes de Jesús
Dios no se había manifestado nunca en su amor, y que no se manifestará más
después de Él, salvo que vuelva Él mismo de nuevo, entonces, bajo esta filosofía,
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confiesan sin saberlo su ignorancia. Y no solo reconocen su ignorancia, sino que


calumnian al buen Dios, presentándolo como alguien que ha dejado a la humanidad
millones de años sin su amor, sin enviar a alguien, sin mostrarles el camino, les ha
dejado millones de años en las tinieblas, en las desgracias, y después, durante un
momento de esa eternidad, ha decidido al fin enviar a su hijo amado durante tres
años y medio. Esto no es posible!!. Y después, de nuevo, ha abandonado a la
humanidad en las tinieblas y las desgracias. ¿Cómo se puede creer después que el
buen Dios es amor? Es muy grave lo que la Iglesia nos quiere hacer creer, va en
contra del buen Dios diciendo que lo envió una sola vez a Palestina, y a ninguna
otra parte, en esa época, a su hijo único bien amado, y que no sabemos cuándo
volverá de nuevo… Pues bien, el espíritu del hombre, el cerebro del hombre no
puede aceptar algo parecido, porque si lo acepta no puede creer en la bondad, la
generosidad, el amor, y la magnanimidad de Dios. Dios no hubiera pensado en los
hombres de esta manera. La verdad es que siempre ha enviado a sus hijos amados,
son numerosos: Dicen que tiene un solo hijo amado, y no ha enviado a todos los
demás hijos que tiene, y es así como ha enviado a muchos hijos durante todos los
milenios para guiar a los humanos, para mostrarles el camino, para crear culturas,
civilizaciones, cosas nuevas; e incluso ahora que el hombre no sabe ni lo que Dios
envió en el pasado, eso justifica el amor de Dios. Así pues, Dios es amor, Dios es
sabiduría. De otro modo es horroroso que el buen Dios se acordara solo una vez
durante todo ese tiempo en el que había hombres que le necesitaban. Veis pues que
antes de Jesús hubo otros y habrá otros aún. ¿Jesús volverá Él mismo? ¿Cristo
vendrá? Eso si lo sabemos, es a Cristo a quien esperamos justamente. Jesús no tiene
necesidad de venir otra vez, simplemente porqué no se fue. Así es como sabemos
las cosas. No se fue, se refugió en el lado etérico de la Tierra y trabaja con muchos
otros, trabaja sin cesar.

I Cristo, el Cristo, ¿está entre los “dieciocho”? No. Está en los “dieciocho”
que no es decir lo mismo. Por eso ahora se prepara el “diecinueve”, que siempre es
Cristo, siempre es el mismo en esencia pero no en las formas. Estuvo en Buda, en
Zoroastro, en Hermes Trismegistos, en Moisés, etc. Es Cristo, no hay dos, o tres. Es
Él, El es el hijo único. Cuando decía: “Antes de Abraham era, antes de los siglos,
era”, y después de los siglos, seguirá siendo Él. Entonces era Cristo quien hablaba,
no era Jesús. Evidentemente, tenemos a volver a lo mismo muchas veces, sobre las
mismas cosas casi, pero explicando otros detalles importantes como este análisis
que os acabo de hacer respecto al último minuto de Jesús. ¿Y el “diecinueve”? Es
exactamente el “diecinueve” el que no se conoce. ¿Quién será? Sólo Dios lo sabe,
es quien le ha preparado y será como la carta diecinueve del Tarot. Vendrá bajo el
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signo del Sol, porque la carta diecinueve del Tarot es el Sol que brilla, ilumina toda
la Tierra, y todo el mundo está feliz. Por otra parte, son expuestos bajo los rayos
calientes del Sol, es la felicidad, la fraternidad, el Reino de Dios, la Edad de Oro.
Es eso. Solo el “diecinueve” traerá de nuevo la Edad de Oro entre los humanos.
Cómo se hará no nos concierne a nosotros decirlo. Es el buen Dios quien sabe
cómo. A menudo no lo explica todo para darnos sorpresas, para que la gente vea
que allí donde se imaginan las cosas, se equivocan. La gente se imagina muchas
cosas.

Por otro lado, el Maestro lo dijo en una página de sus conferencias hace
algunos años. Dijo que el que vendrá será así, y será antes de fin de siglo. ¿Os
acordáis? Guardamos esa página. Ahora, lo esencial. ¿De qué debemos ocuparnos?
Mis queridos hermanos y hermanas, no tenéis que ocuparos de todas estas cosas,
saber dónde, cómo, y quién, no es eso. Hay que ocuparse del Sol, impregnarse del
Sol, empaparse del Sol, estar impregnados por el espíritu del Sol; y como el Sol tan
poderoso, grande, puro, tan rico, recibiremos cosas aún más grandes, más
poderosas que todo lo que los humanos han recibido por un cura, un pastor, un
santo, o un profeta. Será algo inmenso, y el resto será limitado. Diréis: “Sí, sí,
cuando leo un libro, un autor, comprendo muchas cosas, y cuando estoy cerca del
Sol, no entiendo nada, soy siempre el mismo.” Este razonamiento no es verídico, en
apariencia es así, seremos así mucho tiempo, no comprendemos nada, no
aprendemos nada, y después, de golpe, encontramos al verdadero Maestro, al guía,
al verdadero instructor, y empezamos a comprender, a comprender cosas que
ningún autor ha escrito en sus libros. Hay que pasar ese cabo, y después todo se
esclarece, nos instruimos, nos sentimos iluminados, guiados, dirigidos, y nos damos
cuenta de que no hay Maestro más capaz, más avanzado, que el Espíritu del Sol. Es
Él justamente quien ha instruido a todos los demás y les sigue instruyendo.
Solamente hay que romper esta apariencia de no aprender nada, de no comprender
nada. Hay que vencer esta apariencia e ir más lejos.

Cuando leéis un libro, un autor, ¿sentís el mismo calor que cuando estáis
tomando el sol? ¿Os ilumina como el Sol? No. Eso prueba que el Sol puede daros
más que eso, no lo habéis visto, no os habéis detenido en ello, en su calor, ni en su
luz. Se dice: “No comprendo nada al lado del Sol, y cuando estoy en las bibliotecas
comprendo muchas más cosas.” Seguiréis siendo hombres ordinarios. Cerca del
Sol, en apariencia no se aprenderá gran cosa, pero estaréis en espíritu solar.
Entonces mis queridos hermanos y hermanas, no pensáis así. De nuevo necesitáis a
alguien que os deforme. Dejaros deformar por mí…, soy un modelo de
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deformación. Decís: “Sentimos el calor, es verdad, ilumina, es verdad”. ¿Acaso el


autor de un libro os puede procurar estas dos cosas, y la tercera, estimular esta
vida? No. Así pues, es la teoría, algo se mueve en vosotros, algunas células se
mueven en el cerebro y creéis que lo habéis comprendido y aprendido todo, pero
tintineáis. Cuando leéis un libro y hace frío, ¿os sentís calentados? No. ¿Por qué no
habéis visto esto? Se os lleva hacia cosas muy evidentes en las que no os habéis
detenido. ¿Lleváis vuestra estufa? No, ¿verdad? Estáis calientes, iluminados y
vivificados. (El Maestro hablaba en el año 63 cuando poca cosa se había descubierto sobre la energía
Solar. Hoy quizás no hemos llegado todavía a encontrar en el Sol todo lo que nos dice el Maestro, pero la
ciencia si se nos ha adelantado una vez más. Pocos son los hombres que han sabido recibir este mensaje y
están evolucionando con la energía solar lo mismo que la ciencia).

Cuando tenéis libros cerca de vosotros escritos por hombres ordinarios, y


leéis en una habitación fría, debéis poner el fuego, de otro modo al cabo de algunos
minutos estaréis congelados. Os encontrarán con el libro, pensarán que estáis
atentos y tratarán de reanimaros… ¿Queréis aprender el verdadero sentido de la
vida? Venid a instruiros cerca del Sol, a pesar de que esté un poco lejos. ¿Por qué?
No se comprende enseguida todo lo que os he dicho, ¿sabéis quién me lo ha dicho?
¡El sol, por supuesto! Sí, Él es mi instructor, me revela sin cesar cosas inauditas y
por eso no tengo tiempo de leer libros. Me han traído dos números de “Planeta”
(Revista francesa del los años 63) para leer algunos artículos y no he podido leerlos;
parece ser que había hablado de estos temas. ¿Por qué debo leerlos? No tengo
tiempo de leer estos artículos, el Sol ya me ha revelado todo esto. Un hermano me
ha traído el 10 y el 11, me ha dicho: “Seguramente ya habrá leído este artículo,
porque nos ha hablado de estas cosas.” ¡Incluso los hermanos se imaginan que todo
lo que revelo estoy obligado a ir a buscarlo en los libros! No los he leído, eso es lo
extraordinario. Es una pena que no lo comprendáis. Lo que yo os digo no lo
encontraréis en los libros. Me gusta deciros cosas que no podéis encontrar
justamente en los libros, pero otro día los libros hablaran de estas cosas. Podéis
estar seguros.

No puedo sobrepasar a los sabios, a los eruditos; siempre he sido modesto y


humilde en este terreno; por ejemplo, en el terreno puramente intelectual, científico,
hay gente que me sobrepasa. No hay que imaginarse que yo conozco todas las
disciplinas de la ciencia. Siempre he dicho que en este terreno son imbatibles,
formidables. Yo no he tenido tiempo de estudiar estas cosas, pero he estudiado
otras que quizá todavía no han sido estudiadas, y que se estudiarán en el futuro.
Que tengan dones y facultades intelectuales lo reconozco, nunca he tenido la
pretensión de sobrepasarlos en su terreno, hay que comprenderlo. Yo siempre hablo
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de otro terreno, de otras regiones, de otras facultades, de otras cosas que deben
desarrollarse en la sexta raza.

Los de la quinta raza se sienten en la cima, piensan incluso que no hay nada
más a desarrollar que el intelecto y las capacidades del intelecto. Conocen las
matemáticas, la mecánica, la química, la física, es maravilloso. Pero he aquí que
nosotros pensamos que hay otras facultades para desarrollar por encima del
intelecto que las sobrepasarán por las extensas posibilidades que abarcan y su
facilidad de explorar el universo entero: la intuición, la inteligencia divina, el sexto
sentido, la sabiduría, etc. ¿Por qué detenerse y echar raíces para la eternidad en el
terreno puramente intelectual? El intelecto se desarrollará, ha dado muchas cosas,
está claro, ¿se debe rechazar? En absoluto, nunca he pensado que se tenga que
suprimir; hay que tomar todo esto y utilizarlo, ponerlo a trabajar puesto que Dios a
trabajado sobre el desarrollo del intelecto, ha dado esta expansión a muchos seres,
es prodigioso, y había una razón, era necesario, la humanidad debía pasar por eso.
Pero no hay que imaginarse que eso debe ser así para toda la eternidad y que el
intelecto sea la última palabra de la creación, la corona del desarrollo humano. No
hay que detenerse aquí sin continuar desarrollando otras facultades que van a venir.
Por eso nosotros trabajamos para hacer comprender a los humanos que está muy
bien lo que han desarrollado, que han llegado a posibilidades formidables, han
removido la tierra, enviado cohetes al espacio, calculado, mesurado, etc. Es
maravilloso. El intelecto ha llegado a un gran desarrollo, sin duda. Pero pensar que
debemos quedarnos ahí, trabados, sin ir más lejos, contradice justamente el espíritu
de evolución. Dios quiere llevar a los humanos siempre más lejos en el arte, la
religión, la ciencia. Y por eso nosotros, que estamos impregnados de este espíritu
evolutivo, del nuevo espíritu para la nueva vida, os mostramos un nuevo camino
que no es el de la quinta raza. No se trata de detenerse solamente en el desarrollo
del intelecto, de leer, conocer, darse importancia, etc. Hay que ir más lejos. Por eso
nos han enviado: para adjuntar alguna cosa más a la quinta raza, por encima del
intelecto y los conocimientos humanos puramente materiales o librescos, teóricos.

Voy a resumirlo: Exactamente como el espíritu divino hacia esfuerzos a


través de la piedra para que ésta fuera superada; ella misma, con sus esfuerzos, ha
producido algo nuevo, y es la planta. He aquí la manifestación vegetativa, privada
de sentimiento, de inteligencia, pero donde está la vida, y crece, brota. El
crecimiento de los vegetales. Los vegetales hacían esfuerzos sólo bajo la impulsión
del espíritu que estaba dentro, se superaron, y trajeron al mundo algo que estaba por
encima de ellos, que no se les parecía, un animal dotado, dotado de sentimiento,
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que se mueve, camina, se desplaza. El espíritu, pues, ha conseguido superarse en la


planta, pero no tenía que quedarse tampoco al nivel del animal. Han sido necesarios
siglos, milenios, millones de años de esfuerzos constantes en este sentido. El
espíritu ha conseguido superarse de nuevo a través del animal y ha venido la
inteligencia: el hombre. Ahora el hombre debe superarse y con los esfuerzos que el
espíritu hace de nuevo a través de él, tiene que superar al intelecto, es decir esta
inteligencia puramente humana, y crear ahora otra inteligencia divina que es la
intuición, la clarividencia, que es el espíritu divino que se manifiesta.

Como el intelecto solo está para calcular, beneficiar, apropiarse, dominar,


poseer, tener (esta es la tendencia del intelecto), tiene que superarse ahora y
producir esta facultad, esta inteligencia divina impersonal, para que esta
inteligencia no sea más egoísta y no absorba, no domine y se lo trague todo, sino
que sea una inteligencia que lo de todo, una inteligencia divina, que lo ame todo y
lo crea todo. He aquí la quinta raza: el cálculo, el egoísmo, la destrucción, la
personalidad. Debe superarse para crear la sexta raza que será de otra inteligencia
superior. La gente comprenderá, captará, profundizará. Los seres ya no serán
egoístas, ni personales, ni malos, estarán para cumplir la voluntad de Dios y llevar
por todas partes la luz y el calor y vivificarlo todo.

Después habrá la séptima raza: ideal, con facultades muy poderosas, la


omnipotencia creadora. La sexta raza será la inteligencia bajo el signo del amor
divino; la quinta raza es la inteligencia bajo el signo del egoísmo humano. Y es
después con la séptima raza, con esta inteligencia plena, vendrá el amor, la
omnipotencia creadora. Entonces los humanos poseerán el poder de dominarlo
todo, de transformarlo todo, y en ese momento dejarán la tierra. ¿Está claro? He
aquí nuestro trabajo. Tenéis que saberlo, pues todavía no lo conocéis. Nuestro
trabajo no es el de destruir, negar las adquisiciones. Tomad un Iniciado: tiene las
facultades de la sexta raza, su amor, una inteligencia que trabaja para otras causas,
tiene todo eso. ¿Acaso destruye su cuerpo físico, el lado vegetativo, el lado del
sentimiento o del intelecto? No, todo está bien, pero añade algo. No destruirá al
intelecto, siempre será un medio, porque ahora el cerebro ha llegado a un grado
muy grande de desarrollo. ¿Han destruido las piernas, los brazos, el estómago,
porque se piensa? ¿Han suprimido el lado sexual porque sea, digamos, anormal?
No, continúa comiendo, bebiendo, se desplaza, vegeta, reflexiona como los
humanos, pero es divino. Todo camina junto, su sexo, sus piernas, su pensamiento;
pero van hacia otra dirección.
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La quinta, la cuarta, la tercera, la segunda, la primera, todas las razas llevan


hasta la sexta. ¿La quinta raza ha suprimido a todas las demás? No, están ahí
también, subsisten, vegetan. Que degeneren, que se disgreguen, es otra cuestión.
¿Han sido suprimidas? No, nada ha sido suprimido, y por otra parte en la sexta raza
nada se suprimirá, todo será sometido, al servicio, y utilizado. Está claro. La sexta
raza no suprimirá la quinta así como ésta no suprimió la cuarta, la tercera, a pesar
de que estén un poco en lucha. La roja, la negra, la amarilla están ahí,
conjuntamente. La sexta raza, ¿de qué color será? ¿Azul, naranja, dorada, o violeta?
No habrá color, será radiante, luminosa. Tendrá algunos reflejos violetas y
amarillos en su aura. Incluso la gente ordinaria será radiante. Mantendrá su piel
blanca, negra, o roja. Eso no cambia las cosas. Mantendrán el color de su piel, pero
su tono negro será radiante. ¿Cómo? Los negros son radiantes, los blancos tenues.
Veo el lado oscuro. Será otra cosa, una emanación con reflejos violetas y amarillo
oro. No tenéis que compararme más con la gente de la quinta raza diciendo: “son
más avanzados, más sabios; él, el pobre, no tiene las facultades intelectuales. Otros
saben lenguas y nuestro Maestro no sabe nada de nada.” Es verdad, el cielo no me
ha mandado para estudiar y aprender estas disciplinas que no sirven de gran cosa.
¿Por qué? Ser un caso entre millones de casos, ¿qué puede añadir? O un caso de
desarrollo intelectual, ¿qué puede aportar? Me han casi impedido serlo…, solo un
poco, algunos pequeños conocimientos, para no meterme completamente en un
cesto vacio. La gente de la quinta raza, son así. ¿Habéis leído tal libro? No,
entonces todo se acabó. ¿No habéis escuchado tal concierto, a tal virtuoso? Hay que
ser una biblioteca de conocimientos para estar al nivel de la quinta raza. No te dan
tiempo para hacer un trabajo sobre uno mismo. Como no tienen tiempo de hacer un
trabajo sobre sí mismos, saben todo lo que ocurre y charlan sobre ello día y noche.
Yo no he escogido esto, solo un poco, para estar al corriente. Si habéis leído
mucho, veréis cómo la genta de la quinta raza os escuchan, y os consideran un
erudito. Para ellos sois alguien, os pueden seguir. Según los Iniciados de la sexta
raza esto es cero. Quizá incluso no os responderán, no se ocuparán de mostrar si
han leído o no un libro. Yo lo hago aún para tenderles un poco la mano, para
sacarles de la quinta raza y llevarlos hacia la sexta. En la sexta raza, quizá no
tendrán tiempo de ocuparse de estas cosas.

Habrá una gran escisión y separación en la humanidad, como así lo hicieron


en el pasado, cuando incluso los planetas se separaron unos de los otros. Un planeta
hacía salir una parte de sí mismo y lo proyectaba en el espacio para que esta parte
no vibrara al unísono con él, y ahora será así. Esos seres se volverán como los
animales y deberán esperarár un nuevo ciclo para recomenzar de nuevo. Pero la
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gente de la sexta raza no tendrá tiempo de ocuparse de estos seres. Evidentemente,


intentarán predicar, mostrar un ejemplo sobre toda la tierra, pero como ya os he
dicho, incluso para el Reino de Dios, incluso en la Edad de Oro que va a venir, será
imposible instruir y transformar al mundo entero. Siempre habrá seres tan duros,
tan animales, que no se les podrá instruir. Serán los rezagados. Habrá reglas, leyes,
gobiernos para el mundo entero. Será perfecto, pero eso no quiere decir que todo el
mundo se vuelva perfecto. Incluso en la Edad de Oro no todo el mundo será
perfecto. Nos imaginamos que en treinta o cincuenta años todo el mundo será
perfecto. Habrá cambios en la manera de dirigir a los humanos, tal cambio, que será
el Reino de Dios, y habrá posibilidades para el mundo entero para no cometer
crímenes…

No habrá prisiones, ni policías. Eso no quiere decir que la gente dura y


embrutecida de golpe sean angélicos. No. Vivirán y tratarán de vivir en esta
organización inteligente, pero todavía serán hombres animales. ¡Eso contradice a la
Edad de Oro y el Reino de Dios sobre la Tierra! No, no lo contradice. Tomad un
ejemplo: ¿acaso no hay en los países civilizados, cultos, animales, insectos, lobos,
fieras serpientes? Sí, pero es un país además culto, civilizado. Habrá pues seres
que se mantendrán como son, como los animales; la cuestión es que en ese país
civilizado ya no podrán perjudicar tanto, causar estragos de la misma forma que en
el pasado cuando los hombres no tenían medios para defenderse. Será así. En la
Edad de Oro, en el Reino de Dios, la humanidad vivirá y comprenderá el amor: no
habrá crímenes, ni hambre, pero eso no quiere decir que los miembros de esta
humanidad serán todos sabios. La diferencia es que los sabios arreglarán tan bien
las cosas que incluso las fieras, los personajes groseros obedecerán, caminarán y
servirán. Ya no podrán destruir lo que quieran, habrá un poder mayor al suyo,
estarán obligados a dejar las armas, incluso los anarquistas, los ladrones no podrán
actuar como ahora porque no hay un gobierno de sabios que disponga de medios
formidables para que esto se produzca.

Os diré cuáles serán los medios de los que dispondrán los sabios. ¿Punición,
prisión, decapitación? No. Medios formidables, nuevos, ante los cuales todos se
inclinarán. Cuando hay la Policía, las armas, etc., la gente no tiene miedo, pero hay
criminales aún a pesar de las armas físicas. En ese momento, habrá otros medios
más eficaces, no tan físicos, materiales, y todo el mundo se verá obligado a
obedecer, a someterse, a comprender. No se sufrirá como ahora la penetración del
sub-mundo astral. Previamente se habrá hecho una gran limpieza. Dejemos esto
para más tarde, porque estaremos aquí hasta el mediodía y me diréis: “¿Cómo sabe
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cómo será exactamente? El Sol me lo ha dicho, lo ha expuesto ante mí. Lo veis,


¿por qué ir a las bibliotecas enmohecidas a tomar conocimientos? Adquiriréis
conocimientos contradictorios y como no tenéis criterio, creéis ora uno ora otro, y
siempre estaréis cambiando. Es lo que les ocurre a todos los que van a las
bibliotecas. Si aceptáis al Sol como instructor, nunca tendréis contradicción,
siempre es fiel a sí mismo, no cambia, nunca es tenebroso, mientras que los
escritores… un mismo escritor puede decir durante veinte años que se tiene que ser
religioso, y después negarlo todo. ¿Acaso el Sol se contradice? Siempre es el
mismo, no disminuye, es tan fiel, que cada año, en tal mes, pasa por el mismo
lugar.

Los humanos cambian a su mujer, su trabajo, su domicilio, sus vestimentas,


etc. ¿Qué conoceríais si tomarais al Sol como a un Maestro, un instructor? Luz,
calor, vida, y al mismo tiempo fidelidad, estabilidad, inmovilidad. ¿Y después? Os
indicará tantas cosas en la vida para ver claro, os calentará tanto para poder
moveros, desplazaros, os dará tanta energía, que tendréis una voluntad formidable.
Esto no se ha visto, y la gente va a instruirse al lado de personas que no están
iluminadas, que no son estables como el Sol, es decir fieles, que no cambian hacia
en buen sentido. Hay que ver esto, yo hace mucho que lo vi. Muchas veces estáis
ante el Sol y no veis que tiene estas cualidades y os las puede comunicar. En vez de
decir: “Qué estoy haciendo?” Hay que decir: “Qué cualidades me va a dar” El Sol
un día va a revolucionar el mundo entero. No lo conocen, no van a su lado, no lo
conocen como a un Maestro. Se instruyen al lado de tontainas, no han comprendido
al lado de quién hay que hacerlo. Solo la cultura Solar nos permitirá avanzar hacia
la sexta y séptima raza. El Sol siempre será nuestro mejor instructor.

La sexta raza será la raza del Sol, por eso justamente el arcángel Miguel el
genio del Sol: y la época del arcángel Miguel empieza por Francia. La sexta raza ya
ha empezado. Las nuevas facultades han empezado a desarrollarse. Sin rechazar el
intelecto, las adquisiciones de la quinta raza, se añaden las adquisiciones de la sexta
raza y este es el buen camino que os indico. No hay que discutir, tergiversar,
criticar. Es así. Bienaventurados los que comprenden claramente que es un nuevo
camino, una nueva vida, un nuevo modo de existencia y que hay que adaptarse. Los
que no quieran se quedarán en la quinta raza, la rotura se producirá, y chapotearán
en las antiguas civilizaciones degradadas, desaparecidas. ¡Bienvenido lo nuevo! Es
todo. Nunca ha sido explicado tan claro como lo he hecho hoy.
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Si queréis ser retrasados, dejad cuanto menos que los demás avancen. No os
impongáis en su camino. Lo podríais lamentar y nadie vendrá a socorreros.

Que el Señor os bendiga.

Centre
OMRAAM
Institut Solve et Coagula
Reus
www.omraam.es

Primer Centro
De difusión de la obra
Del Maestro OMRAAM
En lengua Española

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