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INTRODUCCIÓN
Stephen Hawking, físico teórico, astrofísico, cosmólogo, científico, de los más populares,
prestigiosos y divulgadores, en las últimas décadas; murió el miércoles 14 de marzo del 2018, a
los 76 años. Entre los datos curiosos, que no sirven de nada, nació tres siglos después de la
muerte de Galileo Galilei (8 de enero de 1642), y falleció 139 años después del nacimiento de
Albert Einstein (1879).
A lo largo de su vida intentó explicar los misterios de los agujeros negros y los orígenes del
Universo, enunciando teoremas respecto a las singularidades espaciotemporales en el marco de
la relatividad general y la predicción teórica de que los agujeros negros emitirían radiación, lo
que se conoce hoy en día como radiación de Hawking (o a veces radiación Bekenstein-
Hawking). Un agujero negro es una región del espacio con una cantidad de masa concentrada tan
grande que no existe la posibilidad de que algún objeto cercano escape a su atracción
gravitacional.
A los 21 años, se le diagnosticó un tipo de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una
enfermedad que ataca a las neuronas motoras encargadas de controlar los movimientos
voluntarios; no obstante, que los médicos le pronosticaron entre dos y tres años de vida, el siguió
haciendo ciencia por más de cinco décadas. La enfermedad fue paralizándolo lentamente, sin
embargo, a través de una computadora que interpretaba sus gestos faciales, él siguió trabajando
en sus teorías y difundiéndolas, además de participar en foros y expresar su opinión sobre los
últimos avances de la ciencia, convirtiéndose en el científico más reconocido del mundo.
En los años 70, Hawking tomó como base los estudios de Einstein para lograr una descripción de
la evolución de los agujeros negros desde la física cuántica, en 2004 rectificó su propia teoría y
concluyó que los agujeros negros no lo absorben todo. “Creo que esto será clave para entender
cómo las paradojas entre la mecánica cuántica y la relatividad general pueden resolverse”; el
trabajo que hizo Hawking, en colaboración con el matemático británico Roger Penrose, le ayudó
a probar la idea de que hubo una Gran Explosión o Big Bang * al principio de todo.
El gran talento de Hawking, fue haber combinado campos diferentes, pero igualmente
importantes: la gravitación, la cosmología, la teoría cuántica, la termodinámica y la teoría de la
información. Una de las afirmaciones más atrevidas de Hawking, fue considerar que la teoría
general de la relatividad de Einstein implicaba que el espacio y el tiempo tuvieron un principio
en el Big Bang y tienen su fin en los agujeros negros. Su “teoría del todo” sugiere que el
Universo evoluciona según unas leyes bien definidas y establecidas: “Este conjunto de leyes
puede darnos las respuestas a preguntas como cuál fue el origen del Universo”, “¿Hacia dónde
va? Y de ser así, ¿cómo terminará? Si encontramos las respuestas a estas preguntas, entonces
conoceremos la mente de dios”; pero eso fue, cuando todavía consideraba que el Universo
requería de un Creador Inteligente (A Brief History of Time - 1988).
Era miembro de la Real Sociedad de Londres, de la Academia Pontificia de las Ciencias y de la
Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Fue titular de la Cátedra Lucasiana de
Matemáticas (Lucasian Chair of Mathematics) de la Universidad de Cambridge desde 1979 hasta
DESARROLLO
1) Porque el Omnisciente los atrapa.
Job 5.13 ÉL prende a los sabios en su propia astucia, y el consejo de los sagaces pronto se
frustra.
¿Por qué son atrapados en su propia astucia los sabios?
La palabra usada en hebreo, [ חָ כָםḥakam] sabio, hábil, experto, maestro, nos llevaría a pensar que
ese tipo de persona no puede equivocarse; y más si vemos que la palabra para astucia en hebreo
( עֹ ֶרםʿō·rěm), describe a alguien que es adepto al uso de la astucia y sutileza, con discernimiento
y capacidad de comprensión. Sin embargo, no es así, debido a la soberbia, propia de la sabiduría
que se posee, lo que sucedió con Hawking, no obstante que se comportara como alguien humilde
en su trato con los demás, lo que, de alguna manera cómica, se mostró en la serie de televisión,
The Big Bang Theory, cuando al corregir a Sheldon, éste le dice que él no se equivoca, la
respuesta fue: ¿insinúas que yo sí?
La Biblia nos amonesta al respecto, diciendo: Reconócele en todos tus caminos, y ÉL enderezará
tus sendas. No seas sabio a tus propios ojos, teme al SEÑOR y apártate del mal. Será medicina
para tu cuerpo y refrigerio para tus huesos (Proverbios 3.6–8).
Cuando sabes que en el Mundo, no hay alguien que pueda competir contigo en el área que eres
experto, debe ser extremadamente difícil conservar los pies en el suelo, y recordar que todo lo
que se tiene, y se es, proviene del Todopoderoso (Santiago 1.17); pensando en la enfermedad que
lo aquejó, y que cada vez lo aprisionó más y más en su cuerpo, es comprensible (aunque se
niegue), que haya habido cierta amargura y enojo contra un Creador Inteligente, culpándolo de
su situación, y pasando por alto que en este Mundo, nadie se libra de las consecuencias del
Pecado, ni de las que ocasionan los pecados personales.
Sin embargo, hay una promesa para aquel que no es sabio bajo su propia opinión, y se aparta del
mal: ( ִר ְפאּותrifut) medicina y ( ִשּקּויshiquy) refresco para el cuerpo, es decir, un estado o
condición de descanso restaurador y sensación de bienestar, en sentido figurado, una bebida
nutritiva para la salud, o un elixir (2ª Corintios 12.9).
¡No sigas el ejemplo de Hawking!
2) Porque se tienen por sabios.
Proverbios 26.12 ¿Has visto a un hombre que se tiene por sabio? Más esperanza hay para el
necio que para él.
No hay duda de que Stephen Hawking era digno de admiración, no sólo por lo que logró como
científico, sino también por su actitud hacia la vida; cuando Diane Sawyer (ABC) lo entrevistó,
él resumió su filosofía de vida en tres puntos: 1) Recuerda mirar hacia arriba, a las estrellas, y no
hacia abajo, a tus pies. 2) Nunca te rindas ni dejes de trabajar. El trabajo te da significado y
propósito, sin eso, la vida es algo vacío. 3) Si tienes la fortuna de encontrar el amor, recuerda que
está allí y no lo pierdas.
En una entrevista con el New York Times, refiriéndose a vivir con una discapacidad, dijo: Mi
consejo a otras personas discapacitadas es que deben concentrarse en cosas que su incapacidad
CONCLUSIÓN
Proverbios 4.7–9 Sabiduría ante todo, adquiere sabiduría, y sobre toda posesión tuya adquiere
inteligencia. Engrandécela, y ella te engrandecerá, cuando tú la hayas abrazado, ella te
honrará. Dará a tu cabeza una guirnalda de gracia, y te entregará una corona de gloria.
La muerte de Stephen Hawking implica la pérdida de una gran persona, pero una persona con
grandes defectos, si tal persona tiene importancia histórica, y sus opiniones respecto a todos los
temas reciben legitimidad debido a su brillantez científica, es necesario agregar algunos detalles
que, tal como ocurre con todos los seres humanos, nos recuerdan, que podemos ser sabios, pero
no perfectos. Sólo porque Hawking era un genio en su campo, no significa que fuera infalible
cuando se trataba de áreas externas a su especialidad.
Recordemos que Hawking era un ateo: “Todos nosotros somos libres de creer lo que queremos y
es mi opinión que la explicación más simple es que no hay dios. Nadie creó el Universo y nadie
dirige nuestro destino”. Pero su ateísmo no se debe a que Hawking no haya sido expuesto a la
verdad bíblica, ya que su padre insistió en que, por su valor literario, estudiara la Biblia; en su
libro biográfico “My Brief History”, narra que tuvo un asistente de investigación, cristiano
evangélico, que hizo todo lo posible por convertirlo, hasta solía leerle historias bíblicas durante
el desayuno cuando fue a vivir con él a Cambridge, no obstante, de que Hawking le aseguró que
conocía bien la Biblia, el diablo se la sabe ¡de memoria!
Hawking fue un científico brillante, pero no era un teólogo, y mucho menos, alguien que hubiese
nacido de nuevo, por lo que no pudo entender que el Eterno Creador del Universo quisiera
relacionarse de manera personal, cercana, íntima y amorosa con cada ser humano, por eso
pensaba: “Cuando usted mira el enorme tamaño del Universo y cuán insignificante es una
accidental vida humana en él, parece más imposible". Terminó convencido de que una “creación
espontánea”, explica la existencia del Universo, sin necesidad de apelar a un Creador, pero su
teoría requiere la previa existencia de la gravedad; también se engañó a sí mismo, con un sofisma
(un razonamiento que aparenta ser correcto, pero no lo es), un silogismo viciado, el de equiparar
el cerebro con una computadora: “Considero que el cerebro es una computadora, que deja de
funcionar cuando sus componentes fallan. No hay cielo o vida eterna para las computadoras; eso
es un cuento de hadas para la gente que tiene miedo de la obscuridad”.