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INTRODUCCIÓN
En la película “Facing the Giants”, Grant Taylor (Alex Kendrick) es el entrenador en jefe de las
Águilas de Shiloh Christian Academy, en sus seis años como tal, no ha tenido una temporada
ganadora, por lo que, después de una racha perdedora de tres partidos en su séptima temporada,
los padres de los jugadores comienzan a hablar de substituirlo con el coordinador defensivo
Brady Owens.
Pero, este no es el único problema al que se enfrenta Grant, su coche se está cayendo a pedazos,
además, descubre que él es la razón por la que su esposa Brooke no puede embarazarse; en tan
adversa situación, decide cambiar su estilo de entrenamiento y alabar a Dios, sin tomar en cuenta
el resultado. Al mismo tiempo, guía y exhorta a todos sus jugadores para dar el máximo
esfuerzo, motivándolos a creer que pueden ganar bajo la dirección de Dios.
Esta influencia se extiende al resto de la escuela, y las Águilas ganan el resto de los juegos,
logrando llegar a los playoffs del estado, pero pierden el primer juego y quedan eliminados; sin
embargo, son declarados ganadores, porque su oponente usó jugadores inelegibles. Las Águilas
avanzan hasta el juego del Campeonato Estatal contra el equipo tres veces campeón, Gigantes de
Richland; no obstante, que las águilas tienen sólo una tercera parte de los jugadores con los que
cuenta su oponente, logran ganar el juego con un gol de campo de su pateador substituto, quien a
pesar de nunca haber pateado más de 35 yardas, logra conectar uno de 51.
A pesar del cameo de Nick Saban (Coach de Alabama Crimson), sólo se trata de una película.
Sin embargo, el equipo ganador del Super Bowl 52, Philadelphia Eagles, puede contar como la fe
y el football van de la mano, pues al comienzo de la temporada, Foles (el QB substituto que fue
el MVP en el Super Bowl), junto con sus compañeros Zach Ertz, Trey Burton, Carson Wentz (el
QB titular que no pudo jugar por estar lesionado), y Chris Maragos, se convencieron que el
estudio diario de la Biblia es esencial para su crecimiento espiritual, por lo que, además, tienen
un estudio bíblico en equipo el jueves por la noche, y los sábados por la noche, se reúnen para
orar, y hablar sobre la Palabra.
Muy a mi pesar, como Cowboy que soy, tengo que reconocer, que valió la pena que vencieran a
los Patriots, sólo por oír que Dios fue glorificado ante una audiencia de más de cien millones; la
película, y la vida real nos dejan algunas enseñanzas que podemos utilizar en nuestro diario vivir.
DESARROLLO
1) Una relación personal.
Apocalipsis 3.20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta,
entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Este versículo es parte de la carta a Laodicea, cuyos miembros, pecaban de autosuficiencia
religiosa errada; orgullo farisaico, crudo materialismo, marcada indiferencia, autosuficiencia
arrogante y engreimiento espiritual. Su temperatura espiritual, tanto en su comunión con el Señor
y entre los hermanos, aunado a su menguado afán de testificar del Evangelio, provocaba las
náuseas de Yeshúa.
CONCLUSIÓN
La gloria es para Elohim.
"Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan al
Señor tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán;
caminarán, y no se fatigarán" (Isaías 40.30-31).
Lo que las Águilas hicieron, está a disposición de cualquier equipo, de cualquier deporte, pero
sobre todo para todos aquellos que han nacido de nuevo; ¿quieres levantar alas como las águilas?
Es sencillo, invierte tiempo en tener una relación personal, cercana, íntima y de amor con
Yeshúa cada día, ora y escudriña Las Escrituras en privado, y con la iglesia de la cual eres
miembro, con ese grupo en donde eres consolado, fortalecido, preparado y exhortado a ser
testigo en tu Jerusalén, Judea, Samaria, y hasta lo último de la tierra (Hechos 1.8).
Y recuerda, que las buenas obras no son para ganarse la Eternidad al lado de Elohim, sino
resultado de que nos las han dado por Gracia; además, de que fue ÉL quien las preparó de
antemano (Efesios 2.8-10).
Una fe eficaz, capaz de renovar las fuerzas físicas y espirituales a grandes y pequeños, a viejos
agotados y a los jóvenes que tropiezan y caen, sólo se consigue dejando de amoldarse al mundo,
por haber nacido de nuevo, y renovando el entendimiento (Romanos 12.1-2).