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GÉNERO EN LA ENCRUCIJADA DE LA HISTORIA
SOCIAL Y CULTURAL DE MÉXICO

Susie S. Porter
María Teresa Fernández Aceves
Editoras

El Colegio de Michoacán
mi
ClcSM
331.40972
GEN Género en la encrucijada de la hiscoria social y cultural de México 1 Susie S. Poner, María
Teresa Fernández Aceves, edicoras -- Zamora, Michoacán : El Colegio de Michoacán : ÍNDICE
CI ESAS, ©2015
365 páginas: ilustraciones ; 23 cm. -- (Colección Debates)

ISBN 978-607-9470-18-0 El Colegio de M ichoacán


ISBN 978-607-486-347-5 CIESAS

l . Mu jeres- Empleo- México


2. Mujeres en el Desarrollo
3. Mujeres- Condiciones Económicas
4. Mujeres - Condiciones Sociales
5. Revoluciones

Introducción
l. Porrer, Susie, S., edi tor
Susie S. Porter y María Teresa Fernández Aceves
11. Fernández Aceves, Ma ría Teresa, edicor

l. La lavandería, la producción cultura l y la economía política en la ciudad


de México
Marie Francois 3.

2. La movilización de las mujeres ca tólicas en Jalisco. Las Señoras de la Caridad,


1864-1913
Imagen de porrada: "M ujeres estudia ntes en prácticas deportivas", en. 1910, Casasola. ©5151 Conaculta. Silvia MarinaArrom 6
I NAH. Si nafo. FN. Méx ico. Reproducción aucorizada por ei i NAH.
3. Conceptualizaciones médicas de las razas y los sexos. México en el siglo XIX
Laura Cházaro 9

4. Belén de Sárraga (1872-1950). Anticlericalismo, librepensa miento


y la revolución mexicana (1910-1940)
María Teresa FernándezAceves lO
©D. R. El Colegio de Michoacán, A. C., 2015 © D. R. Centro de Investigaciones y Estudios 5. Las obreras de Monterrey. Trabajo y activismo femenino en la industria
Centro Públ ico de In vestigación Superiores en Antropología Social, 2015
de la ropa, 1930-1940
Conacyr Ju:írez 87, Col. Tlalpa n 14
Marr ínez de Navarrete 505 14000, México, D. F.
Sonia Hernández
Las Fuentes difusion@ciesas.edu.m x
59699 Za mora, Michoacán 6. De obreras y señoritas. Culturas de trabajo en la ciudad de México
publica@col mich.edu.mx en la compañía Ericsson, en la década de 1920
Susie S. Porter lí
Im preso y hecho en México
Printed nnd mnde in México 7. "El Club de la Escoba y el Plumero" y la creación de un espacio público.
Las mujeres en la radio mexicana, 1921-1950
ISBN 978-607-9470-18-0 El qolegio de Michoacán Sonia Robles 21
TSRN 97R-ll07-4Ril-'\47-'\ r.JFSAS
8. JuJier Barren Rublee y la revolución mexicana
Elissa Rashkin 233
IsabeL Arredondo

9. Masculinidad y legitimidad revolucionaria. "Auténticos revolucionarios"


versus "falsos revolucionarios"
Sara Minerva Luna Efizarrarás 265

Fuentes 291

Índice de imágenes 341

Índice onomástico 343

Índ ice temático 355

Acerca de las autoras 361


9. MASCULINIDAD Y LEGITIMIDAD REVOLUCIONARIA
''AUTÉNTICOS REVOLUCIONARlOS" VERSUS "FALSOS REVOLUCIONARIOS"

Sara Minerva Luna Elizarrarás


Universidad Nacional Autónoma de México

La revolución mexicana de 1910 fue sin tiuda el movimiento armado que dio
forma al Estado mexicano del siglo XX, cuya facción "triunfadora" conocida
como el grupo de Sonora sentó las bases y pautas del ejercicio de poder polí­
tico de las siguientes décadas. Más allá de los hechos de armas, la revolución
fue también el elemento simbólico que se erigió como núcleo de la legitimidad
de ese Estado. En ese sentido, los gobiernos subsecuentes lograron detentar el
poder asumiéndose como continuadores de los objetivos de la lucha armada, y
denominarse a sí mismos como "gobiernos revolucionarios" a través de un pa
rtido que, tras varias modificaciones, adoptó el nombre de la revolución
institucionalizada (PRI). 1
El historiador Arnaldo Córdova identifica que el régimen "revolucio­
nario" consolidó su poder y su legitimidad siguiendo una política de apoyo
de masas, en la que al menos en el discurso y la ley, el nuevo Estado promovía
una actitud de apoyo a las mayorías, erigiéndose como su protector y árbitro.2
Pero, sobre todo, lo lograron por medio de la construcción y el fortaleci­
miento de un "sistema de gobierno paternalista y autoritario" que se insti­
tucionalizó a lo largo del tiempo.3 Tal institucionalización del paternalismo
significó el tránsito de la autoridad del caudillo revolucionario (el último de
dios, Álvaro Obregón), hacia la autoridad del cargo presidencial, sostenida a
\U vez por el Partido.

1 El partido fue cread o i nicialmente por el impulso de Plutarco Elías Calles en 1929 con el nombre de Partido
Nacional Revolucionario. En 1938, el PNR sería disuelto por el presidente L-lzaro Cárdenas para consti tuir el
·nuevo" Partido de la Revolución Mexicana, que sería transformado en 1946 en el rodavía existente Partido
Revolucionario Institucional. Luis Medina, Historia & ÚI &vo/uciónm icana, 1910·1952, México, El Colegio
de México, 1979, 20Sp.
A. Córdova, La id ología & la Rtvolución Mexicana, 2011, p. 34.
lbídtm.

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El discurso "revolucionario" utilizado por este régimen se desta­ predominio de estos jóvenes civiles quitaba sitio a la imagen del viejo militar,
caba por su promoción del nacionalismo y por la exaltación de un nuevo veterano de la revolución, que hasta ese momento había sido emblema del
"panteón nacional" cuyos héroes, a decir de la historiadora Irene O'Malley, "a uténtico revolucionario". Lo anterior trajo consigo la necesidad de definir
fueron construidos como patriarcas. En ese sentido, refiere que los héroes de quiénes eran entonces los "auténticos revolucionarios", nombramiento con el
la revolución fueron reconocidos por su hombría y por características como que no eran reconocidos aún los miembros del primer gobierno civil, a quie­
sabiduría, fuerza, valor, perseverancia, autocontrol, d ignidad, reserva, protec­ nes, por el contrario, se les señalaba en el mejor de los casos como "herederos"
ción de los débiles y castigo para los delincuentes.4 Con base en este discurso de la revolución y, en el peor, como "falsos revolucionarios" o "logreros" de
se constituyó el poder de lo que Frank Brandenburg llamaría la "Familia la misma.8
Revolucionaria".5 Junto con esta confrontación de la imagen del "auténtico revolu­
Pese a esta aparente continuidad, la "Familia Revolucionaria" y su cionario" y el político civil se suscitó una severa crisis de desprestigio del
poder vivieron con el paso de los años varios traspiés que pusieron en riesgo gobierno alemanista, debido a la evidente ostentación del enriquecimiento
la estabilidad de ese Estado y su legitimidad. El final de la década de los años en que incurrieron varios de los más altos colaboradores y amigos cercanos
cuarenta fue uno de los momentos más críticos para dicha legitimidad. Uno al primer mandatario. El súbito y visible incremento de las riquezas de estos
de los factores que influyó en esta crisis fue la transición del perfil del político personajes les valió el sobrenombre de "tamprontistas" [sic] acuñado por el
mexicano, que iba desplazando la figura del caudillo militar por la del civil.6 semanario Presente, que aludía a qué "tan pronto" se habían enriquecido
Este tránsito tuvo un hito importante en la llegada del civil Miguel Alemán (imagen 1).9 Cabe destacar que dicho semanario, dirigido por Jorge Piñó
a la presidencia junto con un equipo de colaboradores que en s u mayoría Sa ndoval, fue la palestra desde donde se denunciaron con más consistencia
tenían formación universitaria y ningún antecedente militar.? El gradual los lujos alemanistas, desafiando los usos y costumbres de la prensa de la época
que solía ejercer nula crítica al gobierno en funciones. 10 Esto se observa en un
4. Irene O'Malley, 7be Mytb ofthe Revolution, Hero C'll!ts and tbe imtitutionalization oftbe mexican ;tate, 192D- artículo acerca de uno de los más cercanos amigos del presidente Alemán, el
1940, Connectic ut, G reenwood Press, 1986, p. 139. licenciado Mariano Parra Hernández. En las fotos que acompañan a dicho
5. Frank Brandenb urg en su clásico estudio 7he making ofmodem Mexico, considera que la llamada "Familia
artículo se puede ver una de las residencias de este personaje. Al pie de la foto
Revol ucionaria" estaba encabezada por el presid ente de la república y consti tuida por otros altos funcionarios
y se regía por un "credo revolucionario" (compu esto por elementos como mexicanismo, consti tucionalismo, se lee: "Otro caso ante el cual México entero se pregunta: ¿Tan pronto? Esta
justicia social, liberalismo político, entre otros), que a decir del h istoriador, eran los que doraban de legitimi­
dad a este sistema. F. Brandenburg, 77Je making ofmodem Mexico, 1964.
6. Varios factores infl uyeron en el debilitamiento del poder de los m ilitares en el gobierno mexicano. En primer 8. Por ejemplo, a Alemán solía llamársele el cachorro de la revolución. Este apelati vo surgió a partir d el llamado
térmi no estuvieron las reformas militares, la primera de ellas dada en los años veinte con la dirección del qu e hiciera el líder d e los obreros, Vicen te Lombardo Toledan o a Alemán, cu ando en nombre de la clase
general Joaq uín Amaro, que b uscaba transformar y disciplinar al ejército, por lo que muchos de sus m iem­ obrera postulara al joven abogado a l a candidatura presiden cial. En su discurso, titulado "Por qué y en qué
bros fu eron dad os de baja. Otra causa del debilitamiento político de los milita res se dio en 1940, cuando cond iciones apoya el proletariado mexicano al Lic. Miguel Alemán", Lombardo se di rigía a Alemán en los
in iciando la presid encia del general Man uel Ávila Camacho, el secror militar del Partido de la Revolución siguientes términos: "Honre usted con su conducta y su palabra, con su pensamien to y con su acción a la
Mexicana fu e disuelto, perm itiéndose la afiliación de los m ili tares de forma in dividual, ya no como corpora­ revol ución de la cual es usted hijo ... usted es un cachorro de Lázaro Cárdenas y Manuel Áv ila Cunacho".
ción. Fi nal mente, un rercer golpe a l a fuerza m ilitar fue la llegada de un ci vil a la presidencia, quien a su vez Tzvi Medin, Elsexeuio alemanista,l990, p. 27.
incluyó entre sus colaboradores mayori tariamente a otros civiles. Sobre la relación de los militares y la política 9. ••Ta1nprontisras", "tampront isrno" usuperprontistas", eran varios de los motes uti lizados por Presente para
mexicana resu l ta de interés el trabajo de G uillermo Boils, Los militares y la política en México, 1975. Por su refer ir al círcu l o más cercano al presidente Alemán. En tre otros véaseJ.Pi ñó Sandoval, "Página edi torial",
parte, Roderic A.i Camp, refiere que hasta antes de 1940 entre un cuarro y un tercio de las posiciones políticas Presente, 2, 14 de ju lio de 1948, J. Fieytal, "Es río carnal del presidente, se gana la vida trabajando", Presente, 3,
i mportantes eran ocupados por mil i tares, casi rodas veteranos de la revolución; sin embargo, esta proporción 14 de ju lio de 1948, J.Pifló Sandoval, "Hemos cumplido", Presente, 37, 17 de marzo de 1949.
se redu jo primero con la presidencia de Ávila Camacho de 27o/o a 19%, qu edando sólo en 8% de políticos con JO. John Mraz señala que Presente fue sin duda "el desafio más i mportante por parte de un medio d e comu nica­
ese perfil en el gobierno de Miguel Alemán, admi nistración que se distinguió además por la predominante ción al presidencialismo y a la dictadura del partido", p ues el común de la prensa de la época asum ía u na acti­
presencia de abogados. Reclutamiento político m México, 1996, pp. 72-73. tud adu ladora, o por lo menos acrítica del presidente y el gobierno en general.J. Mraz "lllustrated magazincs,
7. RodericA.i Camp, op.cit., pp. 154-1 56. photojournalism, and historia gráfica" en Lookingfor México, 2009, pp. 153-200.

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es la residencia del licenciado Enrique Parra Hernández, el ministro sin car­ lo que convirtió el tema en un elemento "histórico", a decir del historiador
rera del régimen. Se atribuye a la propiedad, ya con rodo y muebles, un cosro Stephen Niblo.12 Este auror refiere que la corrupción alemanista puso en
de tres millones. Veinre meses atrás Parra Hernández estaba clasificado como riesgo la legitimidad del grupo en el poder, precisamente al poner en tela de
el "pobre" del alemanismo. ¿Qué sucederá cuando sea rico?". 11 juicio el progra ma "revolucionario" de dicho gobierno.
Esta crisis de legitimidad también marcó el proceso electoral de 1952
y forzó a l sigu iente ma ndata rio, Adolfo Ruiz Cortines, a emprender una
serie de medidas encaminadas a restaurar el prestigio y la legitimidad del
Estado.13 Una de ellas f ue una "ca mpaña de moralización" que tenía por
objetivo acotar el enriquecimiento ilíciro de los funcionarios públicos; y su
principal medida fue la modificación de la Ley de Responsabilidades de los
f unciona rios públicos.14 Pese a la aprobación y la instrumenración legal de
;f las modificaciones a dicha ley, la campaña moralizadora fue, por mucho,
una estrategia simbólica, pues se dirigía a restaurar el prestigio de la imagen

"'
presidencial, más que a contener realmente el enriquecimiento o a sancionar
a los enriquecidos. Asimismo, la campaña ruizcortinista se convirtió en un
escenario donde pudo construirse un nuevo significado de lo "revoluciona­
rio", lo que cobra relevancia considerando que la revolución seguía siendo, en
el discurso, el principal elemento legitimador. De esta ma nera, la campaña
permitió que pese a que la presidencia seguía en manos de un civil, se recono­
ciera a éste como un "auténtico revolucionario".
El presente trabajo hace una revisión de la discusión generada en
torno al sign ificado de lo "revolucionario" en el escenario de la ca mpaña
moralizadora de Ruiz Cortines durante el año 1953. Los protagonistas de esta
Ae:Jo lll41 ..,r...
Otro C'.G'1l4 lh\l+ al naol •4sko •ni•ro u pr.gon.to:¿Tcrn pronlel Eat• ., 1• N•W..acúa d.•l lknri•do u.,.......u, et Mlalu,.. da C.
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ct.«4s PaJTa Hem6ndh OJiabc cladOc:'Gdo c:or.o "t i pobr." d.C cJ-.a:nluQ t. ¿Od '"cH:ot6 COClnllo we rinl d iscusión son, entre otros, los militares agrupados en torno al general Jacinto

9.1 Fotografía incluida en el a rtículo de Sa ntos Ruiz Haro, "El ministro sin cartera. Honestidad
frente a rapiña" en Presente, S, 4 de agosto de 1948. 12. S. Ni blo, Mixico m los cunrmta, modmlidad y comtpción, 2008, p. 213.
13. Alemán eligió a Ru iz Corr ines como can did ato presid encial del PRI, contra los pronóst icos de que elegiría
Fuente: Heme roteca Nacional de México, Universidad Nacional Autónoma de México, Di rección Gene ral
a uno de sus más cercanos como regente de la ci udad, Fernan do Casas Alemá n. Esta decisión fue en gran
de Patrim onio Universita rio.
med ida u na manera de contrarrestar el desprestigio de su régimen. Ru iz Cortincs contaba con fuma de ser un
funcionario honesto y austero y de no formar parte del gru po más cercano al presidente. P.Smith, "México
1 946-1990, panorama de la economía, de la sociedad y la política de la postguerra" en L. Bethell, Historia de
Si bien el enriquecimienro no era nuevo en los gobiernos de la posre­ Amirica Latina, vol. 13, 1990, pp. 84-147.
volución, en el sexenio de Alemán a lcanzó grados no visros hasta entonces, 14. Los h istoriadores Oiga Pellice r y José Lu is Reyna señalan la ca m paña de mora lización como una de tres
estrategias usadas por el gobierno ruizcortinista para resarcir la pérdida de p.restigio y el descontento popular
generado por el alem:m ismo. O. Pellicer y J . L. Reyna, El njinnzamiento de In estabilidad política, vol. 22, 1978.
La Ley de Responsabilidades de los fu ncionarios y em pleados de la Federación, del Distrito y terri torios fede­
rales, y de los altos funcionarios de los estados exisúa desde 1 940, Diario Oficial de In Federación, 21 de febrero
11. S. Rui z, Haro, "El min istro sin cartera. Honestidad frente a rapiña", Prmme, 5, 4 de agosto de 1948.
de 1940.

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B. Treviño, la prensa capitalina y algunos ciudadanos. La hipótesis que guía son los "auténticos revolucionarios" y el enriquecimiento alemanista durante
este ensayo es que en los debates dados en torno a la "campaña moralizadora", la "campaña moralizadora", contrastarán diversas imágenes masculinas: los
se discutió y se reelaboró el significado de ser un "a uténtico revolucionario", auténticos y los falsos revolucionarios, los honestos y los enriquecidos, una
dándole un matiz civil que logró legitimar la presidencia ruizcorti nista y las masculinidad honrada y una libertina. 16 Estas representaciones tomarán
que le siguieron. distintos lugares en la metáfora de la "familia revolucionaria" usada por
La exposición comienza con una breve revisión de los cuestionamien­ el discurso oficialista y entretejen un discurso de género en la medida en
tos que por esa misma época se hacían de la revolución mexicana como núcleo que la revolución era representada como un fenómeno masculino, como lo
legitimador del Estado Mexicano, sobre todo a partir de la publicación del señaló la historiadora Gabriela Cano.17
clásico ensayo de Daniel Cosío Villegas, La crisis de México en 1947, así como
por algunas reflexiones suscitadas por el tránsito de los gobiernos militares
a civiles. Estos elementos fueron, sin duda, a ntecedente importa nte para las SEPULTUREROS Y DEFENSORES DE LA REVOLUCIÓN, DEL CMLISMO
discusiones posteriores en torno a lo "revolucionario". AL MILITARISMO
Posteriormente se revisa la "campaña de mora lización" de Ruiz
C01·tines y se presta especial atención al debate generado por los milita res a En la primavera de 1947, Daniel Cosía Villegas publicó su famoso ensayo
partir de marzo de 1953. En éste, los militares se definían a sí mismos como La Crisis de México, en el que realizaba un juicio suma rio a la revolución
"auténticos revolucionarios" con la autoridad moral para señalar de forma mexicana, afirmando que las metas emergid as de dicho movimiento armado
explícita al expresidente Alemán y a sus colaboradores como "falsos revolu­ se habían agotado.18 Cosío Villegas reconocía que los gobiernos revolucio-
cionarios". Pese al reconocimiento que algunos sectores de la prensa y ciuda­
danos hicieron de esta distinción entre los militares y los civiles, al conjugarse
e históricas, es decir, d ependen del momento y del grupo social que las construye y pueden cambiar. A
este debate con el referente al enriquecimiento alemanista, la revolución deci r de Connell, algunas de estas masculinidad es se vu elven hcgémon icas y otras marginadas, lo que
comenzó a configurarse como sinónimo de honestidad. De esta manera, la significa que a lgunas son más aceptadas en el ima gin a rio colecti vo que otras. De esta ma nera, aquellos
que adopten la masculinidad hegemónica, se harán acreedores de mayor prestigio social. R. W. Connell,
premisa para definir a a lguien como "revolucionario" dejó de ser s u origen Masculiuidades, 2003.
castrense y, en su lu.gar, el requisito era que se le reconociera como honesto, 16. La i magen de masculinidad honesta que será asociada al presidente Ru iz Cortines y su eq uipo será identificada
también como la del "nuevo" (y auténtico) revolucionario. Esa imagen de mascu li nidad del "hombre hon­
sin distinción de si era o no, militar. Irónicamente, la discusión generada por
rado" se distinguirá por su cu mplimiento como jefe de familia, honrado y honesto, buen padre, buen esposo y
los militares veteranos de la revolución, en su búsqueda de recuperar espacio proveedor para los suyos, características que se concretarán en la propia imagen del presidente Ruiz Corti nes.
y poder político, sentó las bases para definir en términos civiles lo "revolucio­ Esta i magen contrastará con la i magen de "masculinidad li bertin a", asociada a su vez, a la del"fa lso revolucicr
nario", representado por un civil, pero sobre tod o como un hombre libertino, oportunista, sin con trol de sus
nario", legitimando así las presidencias civiles. Esto se revisará en el último impulsos, desenfrenado en sus pasiones, infiel, sin escrü pulos, sin honor y sin moderación para ostentar l ujos.
apartado. Dicha imagen corresponderá a la manera en que se descri be a Miguel Alemán y sus allegados más cercanos.
El análisis detallado de cómo se construyen estas i mágenes y se discu ten en la "cam pai\a de moraliz. ción" de
Es importante destacar que un elemento que guía este trabajo es el
Ruiz Corti nes lo hago en mi tesis de maestría "Corrupción, legitimidad y género en el México del 'milagro':
análisis de cómo distintas representaciones de género forman parte del ima­ Discursos püblicos en torno a la figura del presidente Adolfo Ruiz Cortines", 2012.
ginario pú blico acerca del sistema político. Los símbolos de género marcan 17. Gabriela Cano sei1ala que se asoció la mascu linidad a lo "revolucionario" y se colocó en un polo opuesto a
otros elementos consid erados femenin os como el catolicismo o una postura política conservadora. G. Cmo,
los usos y formas en que los ciudadanos se relacionan con el gobierno y la "El porfiriaro y la Revolución Mexicana" en Vmtaua, 4, 1996.
esfera de acción política. 15 Como se verá, las discusiones en torno a quiénes 18. Para esre autor, las metas "revol ucionarias" eran tres: condenar que el poder político se mantuviera en u n solo
hombre o un solo grupo, i nstrumentar medidas que privilegiaran siempre a las mayorías y hacer prevalecer y
proteger los intereses nacionales. D.Cosío ViUegas, "La crisis de México" en Cua&mosAmaicanos, vol. XXXII, n
15. Al respecto, un planteamiento Ütil como marco de referencia para este análisis es el que desde la sociología
üm. 2, marzo-abril, 1947, pp. 29-51.
hace R.W. Connell, quien afi rma qu e hay mül ri ples mascu linid ades, qu e son constr u cciones colectivas

270 271
'
narios habían tenido avances en cuestiones como la reforma agraria y la Aunque ninguno de estos textos hacía una explícita mención de la
exaltación del nacionalismo; sin embargo, estos logros eran insuficientes si llegada de los civiles al poder, la coincidencia con que varios de ellos hacían
se consideran las malas condiciones que a ún prevalecía n en el país. Cosío una apología al gobierno aleman ista y critica ban a gobiernos anteriores,
Villegas afirmaba que este fracaso de la revolución se debía a que "todos los dejaba en el aire la contraposición entre militares y civiles. En los meses y
hombres de la Revolución Mexicana, sin exceptuar a ninguno, han resul­ años siguientes contin uaron s urgiendo textos que cuestionaban la vigencia
tado inferiores a las exigencias de ella".19 Evidentemente, Cosío Villegas no de la revolución, con el denominador común de criticar a quienes se habían
estaba haciendo un análisis de género de la situación; empero, al habla r de enriquecido en su nombre. Ilustrativo ejemplo fue el ensayo de 1949 en el que
los "hombres de la Revolución" dejaba traslucir la connotación masculina del Jesús Silva Herzog afirmaba que la revolución era algo que ya pertenecía a la
régimen revolucionario y del poder público y, al parecer, ese elemento estaba historia. Este a utor distinguía entre quienes eran "revolucionarios honestos",
en crisis. Para Cosío Villegas, la debilidad de los hombres revolucionarios se "demagogos profesionales" y "logreros de la Revolución". A estos últimos
debía a la "deshonestidad" y a la "general corrupción administrativa, osten­ los definía como "enriquecidos", "hombres sin virtudes" que se mezclaron
tosa y agraviante" de los gobiernos "revolucionarios". 2 Con este argumento, ° con el movimiento revolucionario. Como puede verse, al igual que Cosío
Cosío Villegas establecía desde su mirada académica, la contraposición entre Villegas, una masculinidad reprobable subyace en las críticas a los "logreros
revolución y "corrupción" que más adela nte se ha ría frecuente para denostar de la Revolución".
al régimen alemanista y a los civiles que habían llegado al poder. Aunque Silva Herzog incluía en su crítica tanto a civiles como a mili-
Tras la publicación de La Crisis de México, varias plumas salieron a tares, es evidente que era mucho más duro con los civiles. Esto puede apre­
defender los logros de los gobiernos revolucionarios o, cuando menos, a mini­ ciarse en el párrafo en el que enumera a los "logreros":
mizar sus errores. Por ejemplo, el sociólogo José Iturriaga consideraba exce­
sivo el juicio hecho por Cosío Villegas acerca de los a lcances de la revolución generales y políticos que participaron en la Revolución y que ocuparon después
y asevera ba que, pese al peculado y el enriquecimiento, los logros de ésta esta­ de la vicwria elevados puesws civiles o militares; ba nqueros de manga a ncha para
ban por encima de sus errores.21 A su vez, el filósofo Leopoldo Zea, a unque invertir en turbios negocios, el dinero de los depositames; agemes de negocios o
señalaba que coincidía con la mirada crítica de Cosío Villegas, considera ba "coyotes", viejos y nuevos comerciantes, a migos, pa riemes o com padres de alws
que el gobierno de Alemá n era uno de los más autocríticas de la revolución y funcionarios públicos, favoritos de ésws y preferidos en la compra de mercancías
hacía un llamado a ser cuidadosos con las críticas para evita r que se convir­ para el gobierno o en los comratos pa ra la construcción de obras públicas; indus­
tieran en un instrumento de la "derecha"Y José Revueltas concordaba con triales protegidos por las tarifas ara ncelarias y la simpatía gubernamema l: trafican­
24
Cosío Villegas en que, si bien la revolución había tenido s u elemento positivo, tes de toda laya enriquecidos sin violar la ética flexible de la sociedad ca pitalista.
también ha bía "engendrado los pistoleros, los arribistas [sic] los serviles y los
rateros políticos". 23 Esta crítica a los civiles y s u señalamiento como "logreros de la
Revolución", muy probablemente se relacionaban con las recurrentes acusa­
19. Daniel Cosío Yillegas, "LCrisis de México" en CuademosAmericrmos, año V I , vol. XXXJJ, marzo-abril, 1 947,
ciones de enriquecimiento ilícito que a partir de 1948 se lanzaron contra los
p. 33. funcionarios y amigos cercanos a l presidente Alemán. Estas críticas cobra­
20. lbíd., p. 43. ron fuerza tras la deva luación del peso frente a l dólar en julio de ese año,
21. José E. lru rriaga "México y su crisis histórica" en Cuademos Amuicanos, vol. XXXIII, mayo-ju nio, 1947, pp.
21-37. cuando cor rieron rumores de que en la víspera de la medida devaluatoria
22. Leopoldo Zea, "Crítica y aurocrítica de la Revol ución Mexica na" en El Nacional, 6 de abril de 1947, pp. 3 y 6.
23. "En rorno a las opiniones de Cosío Villegas. Crisis y desti no de México" en Excilsior, 18 de abril de 1947, pp. 24. Jesús Silva Herzog, "La Revolución Mexicana es ya un hecho histórico" en Cuademos Amuicanos, XLVII,
4,1 4 y 1 9; 19 de abri l de 1947, p p. 4 y J I. septiem bre-octu bre, 1 949, pp. 7-1 6.

272 273
SARA MINERVA LUNA ELIZARRARÁS 1VlA!)CU Ll NJ UJ\U Y Ll!lJ11 1M1U/\U tu:.VV l..U\...t Vt'"H\1\In

'
varios empresarios aprovecharon para comprar divisas de forma masiva.25 El lo que consideraban preferible para continuar los "gobiernos revol ucionarios".
semanario capitalino Presente publicó en sus páginas reportajes que acusa­ Un espacio importante donde confluyeron diversas opiniones fue el perió­
ban a varios altos funcionarios y amigos del presidente, entre ellos el regente dico capitalino El Universal, que en julio de 1950 publicó diversas opiniones
de la ciudad, Fernando Casas Alemán; el secretario de Hacienda, Ramón en torno al tema ¿civilismo o militarismo?29 Si bien el rotativo señalaba que
Beteta; el director del Seguro Social, Antonio Díaz Lombardo; el secretario noventa por ciento de los entrevistados había preferido un régimen civilista
de Economía, Antonio Ruiz Galindo; el abogado Enrique Parra Hernández; y sólo diez por ciento uno militar, pasaba por alto que una parte significa­
el gerente del Banco Nacional de Crédito Ejidal, Mariano Parra Hernán­ tiva de sus entrevistados había manifestado preferir un régi men civil, pero
dez; el empresario Jorge Pasquel y, hacia sus últimos números, al propio pre­ consideraba plausible un nuevo gobierno militar. Esa opinión la compartían
sidente Alemán.26 Estos acusados compartían las características de ser civiles algunos militares que prefirieron mantener el anonimato, así como el filósofo
y universitarios y, en mayor o menor medida, se les describía con una imagen Leopoldo Zea y el ministro de la Suprema Corre, Mariano Ramírez. Por otro
de "masculinidad libertina", dado que se les consideraba hombres de costum­ lado, también hubo quienes de manera contundente preferían un gobierno
bres relajadas, tanto en lo económico como en lo sexual.27 Otro punto en encabezado por un militar, como lo señalara el genera l Rubén Ga rcía. El
común es que se consideraba que el enriquecimiento de todos ellos se había argumento esgrimido por este militar tenía que ver con la crítica al enrique­
hecho a costa (o con el cobijo) de los gobiernos de la revolución, de ahí que en cimiento de los alemanistas, pues consideraba que, a diferencia de los milita­
las acusaciones subyaciera su señalamiento como "falsos revolucionarios".28 res de carrera, con años de prestigio que resguardar, un joven civil no tenía
Como puede verse, se había establecido una asociación entre la crítica contención alguna que pusiera freno a sus aspiraciones.30 Elmy Lemus refiere
contra el enriquecimiento y los cuestionamientos hacia la revolución hecha que las respuestas del ejercicio realizado por El Universal podían deberse a la
gobierno. Este cuestionamiento en torno al enriquecimiento de los alema­ cuestión del "antireeleccionismo", fue identificado por los participantes como
nistas y la legitimidad del "gobierno de la revolución", dirigió la atención al subyacente a la encuesta. Esto se debió a que los rumores de una posible
debate acerca de quiénes eran los "auténticos revolucionarios". reelección del presidente Alemán flotaban en el aire.31 Sin embargo, podría
Dicho debate derivaba de la confrontación entre militares y civiles lanzarse la hipótesis de que esta tolerancia hacia el regreso de un militar a la
que con la llegada de Alemán al poder había ganado espacio público. Varias presidencia tuviera que ver con el malestar generado por la ostentación del
voces públicas y editoriales de prensa dejaron escuchar su opinión acerca de enriquecimiento del que habían hecho gala los civiles alemanistas.
En 1951 dio inicio la carrera electoral y en ésta se hizo aún más explí­
25. El historiador Stephcn Ni blo refiere que el escí..ndalo de la deva luación llegó a ser de tal magnitud que d cito el entretejido de la crítica a la revolución, los señalamientos en contra del
presideme Alemán se vio obliga do a publicar la lista de los compradores de dólares. En Mixico m los cuarmta, enriquecimiento de los alemanistas y la confrontación entre militares y civi­
2008, p. 227. También: "El d esbarajuste económico de México. Sobregiros, inAación, ineptitud, suarismo y
betetismo" e n Presmte, JO, 7 ele se ptiembre ele J 948.
les. Desde la oposición destacó la candidatura del general Miguel Henríquez
26. El semanario Preunte tuvo un tota l d e 37 emregas, entre julio ele J 948 y marro de J 949. Va rios fueron los Guzmán, vía la Federación de Partidos del Pueblo Mexicano.32 Henríquez y
incidemes qu e d esembocaron en su cierre. El prime ro de ellos, el ataque que un grupo de pistoleros hiciera
comra sus talleres, cuya amoría fue a tribuida por los colaboradores del semanario a Jorge Pasq uel y al regente
Casas Alemán, Presmte, 1111 semanario a la mexicana, 8, 24 de a gosto de J948, p. 2. Otro incid ente fue el de la 29. L'tS entrevistas hechas por El Universal, así como otras opiniones sobre el tema, son revisad as en el trabajo de
elevación de precios del papel por parte ele la PJPSA y la limitación de la cantidad d e la que el semanario podía d Elmy Lem us, "La fa milia incómoda del régimen. Los veteranos ele l a Revolución en el pe riodo presidencial
ispo ner (sólo dos tonel ad as al mes, mientras que el djrector del semanario afirmaba necesitar ocho toneladas de Miguel Alemán Valdés", tesis de maestría, 2011.
semanales del mismo), "Editorial"en Pmmtt, J 4, 5 de ocmbre d e J 948. Finalmente,José Luis Martínezcuen ta 30. Ibíd., pp. 59-60
el aten tado sufrido por s u director, quien miste riosamente cayó ele la venta na de un segu ndo piso, La vieja 31. fbíd., p p. 60 y SS.
guardia, 2005. 32. El general Miguel He nríquez Gu zmán inició su carrera al ingresar al Colegio Militar en 1 9 J 3 y formó parte
27. Luna Elizarrarás, "Corrupción, legitimidad y géne ro...". Véase también nota J O del presente trabajo. de la escol ta que acompafió a Mad ero en su ú ltimo traslado al Palacio Nacional; poste riormeme luchó en las
28. "An tonio Ruiz Galindo ó la rueda de la forruna frente a la Revolución" e n Pmmte, 8, 24 de agosto de 1948. filas const i tucionalisras. En 1922 conoció a Lázaro Cárdenas, momento a parti r del cual tuvo u na a mistad

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sus colaboradores declaraban a todas voces ser representantes de la revolución civiles alemanistas de no serlo al sugerir que los "viejos revolucionarios" como
y la Constitución de 1917 y legitimaban su imagen de "auténticos revolucio­ él no buscan impedir la entrada de hombres nuevos, siempre y cuando actúen
narios" con su origen militar y su participación directa en la lucha armada. conforme al "programa de la Revolución, ampliándolo y perfeccionándolo".
Al parecer, también contaban con el apoyo del expresidente Cárdenas, otro Como puede apreciarse, en todas estas discusiones se dibujan las imá­
revolucionario emblemático. Los henriquistas enarbolaron como una de sus genes de quienes son identificados como "auténticos revolucionarios" y como
principales banderas, la lucha contra el enriquecimiento del régimen ale­ "falsos revolucionarios", imágenes que se identificarían con la oposición mili­
manista, afirmando que los funcionarios de ese régimen habían hecho "del tares versus civiles. Esta identificación de los militares como "auténticos revo­
poder público un botín particular"Y En esa tónica, la campaña henriquista lucionarios" daría fuerza y voz a un grupo de militares que, recién llegado
también sería un antecedente importante para la campaña de moralización Ruiz Cortines a la presidencia, tomaría parte en los debates generados por la
que su adversario en la contienda electoral y posterior presidente electo, campaña moralizadora del nuevo presidente. Esto se analizará en el siguiente
Adolfo Ruiz Cortines, instrumentara para recuperar el prestigio perdido por apartado.
los excesos alemanistas. En opinión de la historiadora Elisa Servín, con la
candidatura de Henríquez se consolidó la consideración de lo "revoluciona­
rio" como "oposición natural al alemanismo".34 lA CAMPAÑA MORALIZADORA Y LOS "HOMBRES DE LA REVOLUCIÓN"
Asimismo, en agosto de 1952, la revista Mañana, publicó una serie de
entrevistas con el título "Enjuiciamiento a la Revolución". Entre ellas destaca Adolfo Ruiz C01·tines llegó a la presidencia en diciembre de 1952, teniendo
la realizada al general Heriberto Jara, quien se denominaba a sí mismo "viejo como escenario un Estado cuya legitimidad se había mermado dadas las fuer­
revolucionario" debido a su participación en la lucha, a la vez que el entrevis­ tes críticas generadas por la administración alemanista. Para iniciar la labor
tador lo describe como "revolucionario por convicción". Jara también descri­ de recuperar el prestigio y resarcir la imagen del gobierno, desde sus primeros
bió los problemas de la revolución en términos de masculinidad, al señalar momentos Ruiz Cortines anunció su "campaña de moralización" que com­
que los errores y las desviaciones de ésta se debían a la "debilidad de algunos batiría sin cortapisas el enriquecimiento ilícito, por lo cual modificó la Ley
hombres que militan en su seno".35 En ese sentido, el general Jara coloca de Responsabilidades para los empleados públicos.36 A su vez, la administra­
la investidur-a militar y la experiencia en el combate como los principales ción ruizcortinista hizo un claro esfuerzo por contrastar con la gestión de
requisitos para ser considerado "revolucionario" e, indirectamente, critica a los su predecesor, lo que fue advertido por propios y extraños al grado de que el
expresidente Alemán consideró necesario declarar que "dentro de la política
de unidad nacional del nuevo régimen, no caben ni cabrán los partidarismos,
notablemente cerca na con el mich oacano. Su trayectoria mil i tar estaba plagada de éxitos, entre los que se
porque con el presidente Ruiz Cortines y su programa de gobierno, están
contaban el haber sofocado la rebel ión de Gon za lo Escobar en 1 929 y la pacificación de Tabasco con la
renuncia d e Tom ás Garrido Canabal en 1 935. La fam ilia Henríqu ez y la fami lia Cárdenas, además de sostener colaborando todos los elementos de la familia revolucionaria, y esta familia
una estrecha amistad, tam bién tenían negocios en conjunto, sobre todo en el área d e la construcción de obras
públicas. Elisa Servín, R11pl1f ra y opo.<ición, 2001 , pp. 50-62.
33. Toma de protesta como can didato, el 30 d e julio de 1 951. Ci ta do por O. Pellicer y J. L. Reyna, op. cit.,
p. 52. La camparía d el genera l Henríquez ganó n u merosos ad eptos e incluso en l a capital de la Rep(r blica,
tras l as elecciones del 6 de julio, s us segu idores lo declararon vencedor, y en el m itin de cel ebración realizado 36. Discurso de toma de posesión, el 1 de diciembre de 1952, tomado de: s/a) Los presidentes de México. Discursos
en l a Alameda central fueron violenta mente reprimidos con saldo de muerros y heridos. E.Servín, Ruptura 1 políticos: /910-1988, t. 3, L-izaro Cárdenas, Man uel Ávila Carnacho, Miguel Alemán y Adolfo Ruiz Corti nes,
oposición, 2001 , pp. 341 y ss. 1988, p. 339. Las modificaciones ruizconinistas a la Ley d e Responsabilidades fu eron publicadas con el ríntlo,
34. Ibíd., p. 170. "Decreto qu e reforma y adiciona el capítul o 11 del Tiru lo Sexto de la Ley de Responsabilidad es d e los funcio­
35. "Enjuicia miento de la Revol ución. Habla Heri berto Jara" en Mmiana 466, 2 de agosto de 1 952, en Sranley narios y Empleados de la Federación, del Distri to y Territorios Federales, y d e los Al tos Fu ncion arios de los
Ross, Ha m11erto la Revolución Mexicana?, 1 972, pp. 181-184. Estados". Diario Oficial de la Fedemción, 7 d e enero de 1953.

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no está dividida porque la une el ideal común del progreso de México"Y Con la revolución, lanzaron severas y directas acusaciones en torno al enriqueci­
tales afirmaciones, el expresidente quizás intentaba acallar los rumores que miento del expresidente y su círculo más cercano, señalándolos por primera
corrían acerca de su distanciamiento con Ruiz Cortines; sin embargo, por vez explícitamente como "falsos revolucionarios".40
parte del nuevo presidente o de sus colaboradores no hubo esfuerzo alguno El genera l Treviño había formado parte de las filas maderistas y
por desmentir dichos rumores o por menguar las cada vez más fuertes y carrancistas, participado en el equipo de campaña presidencial de Adolfo
explícitas críticas en la prensa capitalina sobre la administración alemanista. Ruiz Cortines y gozaba de las simpatías de varios viejos militares, con los que
Las modificaciones a la Ley de Responsabilidades, consistieron en había formado una asociación de veteranos revolucionarios con el nombre
establecer que las investigaciones por enriquecimiento ilícito debían hacerse de Hombres de la Revolución.41 En febrero de 1953, Treviño había captado
"de oficio", y hacia obligatorio a todos los empleados y funcionarios decla­ la atención de la prensa a l criticar abiertamente al Partido Revolucionario
rar sus bienes. Las d iscusiones giraron en torno a la pertinencia de dichas Institucional durante la celebración de una convención del mismo. En esa
modificaciones y a la exaltación de la "honradez" del nuevo presidente. En ocasión afirmó frente al pleno priista, que el partido se había convertido en
concreto, durante esos primeros meses, el eje de debate fue el contraste entre la "rumba del sufragio" al no permitir una justa electoral limpia y permitir
dos imágenes masculinas: una "honesta" -encarnada en la imagen del pre­ que los principios revolucionarios fueran confundidos por los aduladores.42
sidente- y un a "libertina" -asociada al enriquecimiento de los excolabo­ También había traído a colación la contraposición entre revolución y enri­
radores del otrora presidente Miguel Alemán-. Sin em bargo, hacia finales quecimiento, al afirmar que era tiempo de condenar a los "falsos revoluciona­
de marzo de 1953, la discusión en torno a la "cam paña de moralización" rios" por su "conducta deshonesta", que les permitió llenarse los bolsillos en
empezó a cambiar de tono, traslapándose con el contraste entre quienes se contra de los principios de la revolución, con lo que aludía a los "enriquecidos
consideraban "auténticos revolucionarios" y aquellos a quienes éstos acusa­ alema nistas".43
ban de ser "falsos revolucionarios" o "logreros de la revolución".38 Poco después, el 28 de marzo de 1953, tuvo lugar el banquete donde
Un acontecimiento clave para este viraje en el tono del debate acerca Treviño fue homenajeado. A este acontecimiento, celebrado en el restau­
de la moralización, fue un banquete ofrecido en honor del general Jacinto rante Chap ultepec de la ciudad de México, asistieron militares en activo
B. Treviño en marzo de 1953. 39 Los asistentes, casi todos ellos "veteranos" de
recomendación de Ruiz Cortines que él llegó al senado de la república. J.B. Treviñ o, Mwwrias, 1%1 , p. 224.
37. Estas declaraciones las hizo el expresidente d u rante una comi d a en su hon or, a la que asistieron varios miem· También: Diccionario Pomía de Historia, Biogmjla y Geogmjla de México, r. I V, México, 1 964, p. 3 580.
bros del nuevo gobierno, como el general Rodolfo Sánchez Taboada secretario de Marin a, el senador José 40. "Encendida oratoria antilemanista en un banquete a Treviño" en E.."<célsiOI; 29 d e marzo de 1953.
Rodríguez Clavería; el gobernador de Veracruz, Marco Anton io Muñoz, entre otros. "Unidad total en tomo 41. Esta asociación más adelante se rransformaría en el Partido Au téntico de la Revolu ción Mexicana, fundado
de R. Cortines, declara Alemán" en Excélsior, 1 3 de enero de 1953. el 28 de febrero de 1954; la mi nuta de la asamblea consriruriva p uede consultarse en AGN/ARC/544.61. En los
38. Este viraje en los discursos probablemente se debió a la salida del país del expresidente Alemán, quien partió discu rsos pronunciados en tal asamblea, ya se percibe cierra transformación de la mascu linida d revolu cio­
rumbo al viejo conti nente el 19 de marzo de 1953. Con su partida, el tono de las d eclaraciones públicas en naria a una imagen más civ i l al poner en el centro del ejercicio político a la democracia, o en palabras d el
torno a la "cam paúa de moralización" fue cada vez más explícito y di recto, efecto que se percibió prin cipal· docror Federico Villaseñor: "Solamenre en el ejercicio d emocrático, verdadero, aurénrico, positivo y real,
mente en la prensa capi tali na, que mostró u n margen mayor para juzgar o resetíar las críticas de otros acerca podrá conciliarse la aspi ración política más p u ra con el acrecentamiento de la virtu d ciudadana y de la virili dad
de la admi n istración anterior. Tan sólo u n día después de la partida de Alemán ya se leía en la primera plana patriótica".
del periódico Excélsioruna nota titulada "Progreso efecti vo, no ostentación, busca el Régi men", haciendo clan 42. "Acabó en destemplada batallOla la reunión nacional del PRI" en Excélsior, 8 de febrero de 1953.
referencia al enr iq uecimiento del sexenio alemanista. Excélsior, 20 de marzo de 1953. Otro aspecto que contti· 43. Entre los monopolizadores mencion ó al magnare William Jenkins, qu ien ten ía el monopolio de la in dustria
buyó al cambio de tono en la discusión fue el cierre del plazo para en tregar las manifestaciones de bienes !k cinemarográfica; al expresiden te Abelardo L. Rodríguez, e hi zo al usión a J orge Pasquel amigo cercan o d el
los funcionarios y empleados públicos, según lo estipu lado en la refor ma hecha a la ley de Responsabilidades. expresidente Alemán, como "un monopolisra q u e se encarga d e la distribución del petróleo". "Acabó en
39. Jacinto B. Trevi ño (1883-1971), militar d e carrera, formó parte de Estad o Mayor de Francisco l. Madero destemplada....", op. cit. Jorge Pasquel era uno de los "enriquecidos" más criticados en el régimen anterior
y, posteriormente, del de Ven ustiano Carranza. Duran te la época revolucionaria fue concutío de Adolfo por el semanario Presente. Poco riempo después, en marzo de ese mismo año, la concesión q ue Pasquel ten ía
Ruíz Cortines y pese a que este lazo de parentesco se disolviera a los pocos años, se mantuvieron cercanos para disrribuir combusrible fue cancelada por parte de Petróleos Mexicanos, "Fue cancelada la concesión de
en lo personal y en la política, al grado qu e el general Trevi ñ o reconoce en sus memorias que fue gracias a la combustibles", Excélsior, 20 de mru-w de 1953.

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y también algunos retirados, que compartían el mérito de ser reconocidos señalar a los enriquecidos les resultaban elementos suficientes para procla­
como "revolucionarios".44 Cuando llegó la hora de los discursos, nuevamente marse como tales. Además podía percibirse que consideraban el ser "revo­
salieron a flote las definiciones de quienes eran "auténticos" y quienes "falsos lucionario" también como una forma particular de masculinidad, d istinta
revolucionarios". Por ejemplo, se ratificaba como "revolucionaria" la actitud a la imagen de "masculinidad libertina" con la que solía caracterizarse a los
del general Treviño en la convención del PRI, considerándola muestra de su alemanistas. En ese sentido, la masculinid ad proclamada por estos militares
solvencia mora l, y al propio general lo caracterizaban como "látigo contra se caracterizaba por atributos como el valor, la honestidad y la honradez, y
los falsos revol ucionarios, contra los prevaricadores y los enriquecidos a la que consideraba n ausentes en los miembros del gobierno alemanista. Esto
sombra del poder".45 Pese a que algunos de los oradores consideraban que lo se reflejaba tanto en la descripción que hacían del genera l Treviño, como
"revolucionario" del genera l Treviño derivaba de ser éste, "hombre de valor en la petición que al final del evento plasmaron en un telegrama dirigido
civil, militar y personal", como lo describiera el general Francisco Aguilar, fue a la presidencia. En ese documento pedían al presidente Ruiz C01·tines que
notorio el acento puesto en el enriquecimiento a lemanista para definir lo "no cambiara el nombre de la calle Fernando Casas Alemán, por el de Virginia
revolucionario". De esta forma se otorgaba una carga de legitimidad impor­ Vázquez, u na "pil ma ma" que por esos días había sido elogiada al extremo
tante a la honestidad promovida en esos momentos en el discurso guberna­ por la prensa como emblema de la feminidad materna l.48 En dicha petición
mental y, en esa lógica, los oradores consideraban a Ruiz C01·tines el máximo se usaba la aparente simpatía de los militares por la desdichada muchacha,
icono revolucionario, pues hubo quien señaló que dependía de éste que la para destacar su desdén por la figura de masculinidad mal encaminada del
revolución se salvara o se hundiera. "falso revolucionario".
A su vez se oyeron en dicho banquete referencias a los funcionarios Las declaraciones vertidas en el ágape de militares generaron la publi­
alemanistas, con apelativos que iban desde "los universitarios", hasta "fariseos cación en la prensa capitalina de reacciones tanto a favor como en contra. Un
de la Revolución" y "sabandijas de la ignominia". Uno de los asistentes acusó punto en común de estas opiniones es que en rodas ellas se vislumbraba la
a los otrora colaboradores de Alemán de haber defra udado y saqueado al país tensión entre lo "revolucionario" y lo "no revolucionario", mencionando como
por un tota l de siete mil millones de pesos,46 mientras que otros exigieron distintivo entre uno y otro, la honestidad y el enriquecimiento, respectiva­
que se sanci<;maran los monopolios y en ese renglón aplaudieron el retiro de mente. Entre las opiniones más sobresalientes publicadas por la prensa estuvo
la concesión de la distribución de gas al empresario Jorge Pasquel, uno de los la del procurador general Carlos Franco Sodi, quien apelando a la campaña
mejores amigos del expresidente Alemán, interpretando esa decisión como moralizadora del presidente, señaló que no se iniciaría ninguna investigación
un triunfo de los "revolucionarios y en particular del general Treviño.47 por acusaciones lanzadas en discursos, pues eso sólo podía hacerse si existía
Es evidente que los asistentes al banquete, incluido el propio Treviño, denuncia formal en el Ministerio Público.49 Lo curioso es que tal afirmación
se asumían como representantes de la revolución y "auténticos revoluciona­ contravenía una de las modificaciones a la Ley de Responsabilidades, eje de
rios". Para ellos, tanto su origen m il itar, como su "autoridad moral" para
48. Vázquez habla sido atropellada por un tranvía, no si n antes salvar al bebé que llevaba en brazos.: "Heróico
44. "Encendida oratoria ...", op. cit. Entre los asistentes estaban el genera l maderista Francisco J. Agu ilar, el gene­ acto de una joven criada,s.l vando a u na n iilita" en El Univerwl.25 de mano de 1953 y "Descend ió a la rumba
ral Raúl Madero (hermano de Francisco l. Madero}, el general constitucionalista Gonzalo Escobar, el general el cuerpo de Virginia Vázquez dentro del silencioso y emotivo homenaje del pueblo" en El Unive al, 27 de
carrancista Juan Barragán, co-fundador con Treviiio de la asociación Venustiano Carranza de hombres de la marw de 1953. Por otra parte, debe recordarse que Fernando Casas Alemán habla sido regente d e la ci ud ad
Revolución; asf como el general Adolfo León Ossorio, quien tan1bién fuera orador y poeta. en el sexen io alemanista, además de ser u no de los principales sefiabdos como "enriquecido". L1avenida que
45. Ibfdem. llevaba s u nombre fue inaugurada unos d ías ames de que termin ara el sexen io de Alemán y posterior mente
46. Puede verse que a l refer ir como "uni versi tarios" a los alemanistas, estaba ubicando en un orden moral superior renombrada como avenida Un iversidad, al sur de la ciudad de México. Véase S. Novo, La vida en México en
a los "militares"."Encendida oratoria . ..", op. cit. el periodo presidencial de Adolfo Ruiz Cortines, vol. 1, 1996.
47. Esto fue declarado por el trabajador del sindic. to petrolero, Nicéforo Pérez Cárdenas, ibí&m. 49. "Reacciones a los d iscursos... ", op. cit.

280 281
la campaña moralizadora del presidente Ruiz Cortines. La modificación con­ que Ruiz Cortines no necesitaba mentores y, si así fuera, debía acudir a gene­
sistía precisamente en que las investigaciones relacionadas con el enriqueci­ raciones jóvenes "nuevas y vigorosas", es decir, a los civiles.53
miento podían iniciarse de oficio, es decir, sin necesidad de denuncia formal. En el otro extremo también hubo elogios para el convite treviñista.
Otros deslegitimaron la autorid ad moral del .general Treviño y los Ésros giraron pri ncipalmente en la ratificación de Treviño y sus invitados
demás m ilitares, ya que consideraban que éstos la nzaban sus acusaciones como los "auténticos revolucionarios", o como personajes con la autoridad
contra los alemanistas fuera de tiempo, es decir, cuando el sexenio en el que moral suficiente para criticar al recién terminado régimen. Muy emblemático
se habían cometido las irregularidades ya había terminado. Ilustrativo de de esta post ura es la columna independiente de Ángel Manzano, qu ien al
hablar del banquete describía a los asistentes en un tono heroico: "llevan en
ello es la descalificadora opinión del periodista de Excélsior Carlos Denegrí,
quien criticó a los militares del banquete por no hablar antes, habiendo sido el rostro la honrosa fatiga, del sufrimiento, de la pelea, y en sus insignias la
también funcionarios de la administración alemanista, llamándolos "opor­ jerarquía que los distingue, los laureles del generalato que huelen a pólvora,
tunistas" sin la a utoridad mora l suficiente para emitir ese tipo de juicios. 50 porque no los obtuvieron por parentesco, ni con genuflexiones, ni con servi­
Denegri también describió el convite como el "ba nquete del a larido y el lismo, ni con 'amigu ismo'; los ganaron peleando para conseguir con su sangre
resenti miento" y calificó las declaraciones hechas en éste como pura dema­ el triunfo de la revolución".54 Esta descripción deja ver que es el origen militar,
gogia y "gritos de la sinrazón".51 En cierto modo, la crítica de Denegri estaba lo que para Manzano distingue entre "auténticos revolucionarios militares"
enfocada a minimizar las críticas que los militares del banquete hicieran de y "enriquecidos".55 En ese sentido, para este periodista y otros ciudadanos,
la gestión de los civiles, más que a desestimar los cargos de enriquecimiento Treviño y los otros militares no sólo tenían el derecho, sino la obligación de
que Treviño y sus invitados lanzaran sobre los alemanistas. Lo anterior se opinar y guiar la opinión pública.
reafirma con lo publicado por esos días en la página editorial de Excélsior, en Fue tal el reconocimiento del general Treviño y algunos otros mili­
la que la pluma de Denegrí tenía peso i mportante. En su editorial del 30 de tares part icipantes en el banquete, como el general León Ossorio, como
marzo, dos días después del banquete, Excélsior declaraba que no se podía "a uténticos revolucionarios" y, por ende, como "honestos", que empezaron
"defender lo indefendible", aludiendo al expresidente Alemán y su gobierno.
El periódico también afirmaba que el exmandatario había cometido la fla­ 53. Senrenciaba el edi rorialista que el presideme "no necesi ra q ue se s uban a su ca rro los falsos pregoneros de la
queza de serd'emasiado amigo de sus amigos", quienes se habían lanzado honrad ez, que pretenden incrusrarse en el gobierno como los 'verdaderos y legítimos revoluciona rios", ibídem.
54. Ángel Manzano, publicaba su columna "pláticas con el p ueblo" en periódicos de provin cia. Boletín "Pláticas
de manera frenética a crear ju gosos negocios y construir grandes fortunas. con el pueblo", sin fecha, en AGNIARC/70212. E n ese ex pediente se incl u ye un informe de la oficina de
Sin embargo, suavizaba esta crítica al reconocer los logros positivos de dicha la Presidencia (ya escand o Ruiz Corrin es en el gobierno) sobre este periodista, cu yo verdadero nombre era
Miguel ÁJ1gel Peral Andu ezar y q ue p ublicaba con l os se udónimos de Peml o Angel Manumo. Éste dirigía una
administración, sobre todo en la cuestión de la modernización, fenómeno al
agencia de noricias llamada Prensa America na Conti nen ral, y en el informe se señalaba que había manifestado
que se asociaban las presidencias civiles.52 En esa misma lógica, dicha página ser de oposición y distri buía sus boletines de prensa solameme en periódicos locales ya q ue:"aprovecha los
editorial criticaba a Treviño y sus seguidores por atribu irse el ser los "autén­ periódicos de los Esrados como u na tribuna, porque esros dificilmenre pueden ser comrol ados en su totalidad
por las A uroridades d e las enridades en que son edirados, ya qu e los periódicos metropolitanos están vendidos,
ticos Revolucionarios" con base en su estatus militar. Al respecto, afirmaba ya sea por miedo o igualas económicas por sus directores a d ichas au roridad es".
55. Otro ejem plo es la opinión de Bernard o Ponce de Excilsior, quien en su columna "Perspectivas" elogiaba al
genera l Treviño por su "valor civil" y, aun que consid eraba exageradas sus declaraciones, afirmaba qu e era el
ripo de hombre necesario para la conciencia pública.Sobre las acusaciones de enriquecimiemo comra los ale­
manistas aseveraba que la imaginación popular in crementaba el valor de las deudas de los antes fu ncionarios y
que lo mejor sería esrablecer con clarid ad las cantid ades reales de las m ismas. En sus palabras:"l a funrasía se ha
50. "Bu enos días. Otro Banqu ete" en Exdlsior, 31 de marzo, 1953. echado a volar como siem pre y acum ula m iles y miles de millones esfumados, o pasados a la rgos e insondables
51. lbídm. bolsillos de algunos inA uyemes del gobierno anrerior". "Perspectivas", por B. Ponce, en Excilsior, 30 de marzo
52. Véase "Página edi ro rial. El banquete d e la Demagogia" en Exdlsior, 30 de marzo d e 1 953, p. 6a. de 1953.

282 283
a ser considerados interlocutores legítimos de la "campaña de moralización" llamó "ingratos" a los alemanistas, por desencantar a la población que tenía
ruizcortinista. Esto se hizo evidente cuando algunos ciudadanos se acercaran a altas expectativas en el pri mer gobierno civil.60
ellos para que intercedieran en su favor ante el presidente Ruiz Cortines, en La caracterización que los asistentes al banquete hicieron de los ale­
asuntos que implicaban el enriquecimiento de funcionarios.56 En otros manistas, con sus excesos, su ostentosa riqueza y, en síntesis, la representa­
casos, a lgunos ciudadanos usaron esta misma asociación entre lo masculino, ción más clara de lo "antirrevolucionario", parecía implicar la recuperación
lo militar y lo revolucionario para legitimar las peticiones que hacían en sus de fuerza y legitimidad de los milita res, en la medida en que éstos se coloca­
misivas al presidente Ruiz Cortines. Ejemplo de ello es la ca rta del ciudadano ban como los "auténticos revolucionarios", definición compartida por la opi­
Salvador Rasura a Ruiz Cm·tines del 15 de abril de 1953, en la que le enviaba nión pública. Sin embargo, este resurgimiento de la figura militar fue sólo el
un recorte de periódico con un artículo escrito por él, en el que criticaba el primer momento de un proceso de transformación de la noción de lo "revo­
ambiente de corrupción imperante en las oficinas públicas. Al final de la carta lucionario", de lo militar a lo civil. En ese sentido, la "campaña moralizadora"
señalaba que le hacía llegar el artículo porque era su deber en tanto "hijo del también contribuyó a la resignificación de lo "revolucionario" y colocó en el
colegio militar y allí aprendió a amar a México".57 centro de esta noción el ser honesto y ya no el ser militar. Esta transformación
Frente a todas estas opiniones, Treviño declaró q ue las críticas y se dio por med io del apoyo de los propios militares a la actitud honrada del
demás declaraciones que hicieran contra él no le afectaban y reiteraba que presidente y del general Treviño, así como por el hincapié que tanto la prensa
su pasado revol ucionario respondía por su con d ucta presente y futura. 58 como la opinión pública hicieron en la "honradez" presidencial como sím­
Lo mismo hizo el general León Ossorio, quien agregó que el verdadero bolo de lo revolucionario. Esto se revisará en el siguiente apartado.
banquete había sido el que se dieron los "alemanistas", por los excesos y
abusos que cometieron, y califica ba despectivamente ese sexenio como "el
ignominioso banquete de los insaciables", el "sexenio de los ladrones", "la LEGITIMIDAD CIVIL. LA "REVOLUCIÓN" COMO "HONESTIDAD"
bacanal de las grandes obras" y "el atracón de la autoridad moral".59 También
El acento puesto por la administración ruizcortinista en contrastar su la bor
con la del régimen alemanista, así como en exaltar la "honestidad" del presi­
56. Por ejemplo, los miembros de la Cooperativa Faja de Oro, dedicada a transportar combustible, escri bieron
al general Tre,<iño para denunciar los abusos y el enriq u eci miento de Enrique López Naranjo, quien era dente tuvo un pronto fruto en la restauración de la legitimidad dañada por los
empleado de Pemex y a su vez presid ente de esa cooperativa. El general Trevi ñ o tu rnó la misiva al presidente y excesos de la administración previa. Ya para abril de 1953, no sólo se elogiaba
ejerció p resión sobre el secretario de b presidencia, para que los m iembros d e la cooperativa fueran aten didos.
Cana del26 de jun io de 1953, d e los miem bros d e la Cooperati va de Transportes del Petróleo Fa ja d e Oro al
la intención del presidente por "moralizar" la ad ministración, sino que se
general y senador Jaci nto B. Trevi ño, así como las tarjetas de Trevi ñ o a Ruiz Cortines, fechad as el 27 de junio reconocían los resultados de este esfuerzo. Por ejemplo, desde ese mes se leía
y el 20 de ju lio, donde le recuerda que tiene que atender el asu n tO con su secretario Enrique Rodrfguez Cano;
en la prensa que en los cuatro meses que llevaba Ruiz Cortines a l frente, se
en AGN/ARC/703.4/348. En otro caso, el ciudadano Juan Torres escri bió al period ista d e E ctlsior, Lu is Lara
Pardo, para responsabilizar de la mala situación económica del país a los alemanistas, y enviaba copia de su había demostrado el cumplimiento del régimen en sus intenciones de depurar
carta al general León Ossor io. De este general afirmaba: "admiro su valor estOico, temerario para dar a saber a el gobierno, lo que era extensamente aplaudido por la opinión pública.61 Para
la opinión pública todo lo que fue el anterior Gobierno ... eso q ue ha dicho el General Ossorio es como la
luz del día encuerándolos ame el pueblo que lo ign ora...". La carta fechada el 5 de jun io de 1953, puede verse
en AGNIARC/161/1.
57. AGNIARd 702/2. 60. A. León Ossorio, Adolfo Üóu Ossorio se dirige... op. cit. Este general calificaba al gobierno de Alemán como
58. Véase "Reafirma Treviño lo que dijo en sus discursos" en Excilsior,9 de abril de 1953. opuesto a la revolución por el enriquecimiento de sus funcionarios. En sus palabras:"fue ami rrevolucionario,
59. A. León Ossorio, Adolfo üóu Ossorio u dirige ni pueblo de Mixico, 1953, 18p. Un ejemplar Íntegro de este porque no restañó las heridas del pueblo, se dedicó a hacer negocios tomando de pretexto las grandes obras
folletO puede encontrarse en AGN/ARC/16111. El folletO iba dirigido especialmente a Carlos Den egri quien que ofrecieron grandes ganancias a min istros y gobernadores (rodos millonarios); explotó la miseria, amparó
había escrito pocos días después al banquete que éste había sido el "banq uete del alarido y del resenti miento". los monopolios, coima los cuales está luchando el gobierno de Ruiz Corri nes".
Véase "Buenos d ías: Otro Banquete" en Exd/sior, 31 de mano, 1953. 61. "Página editorial" en Excilsior, 13 de abril de 1953.

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SARA MINERVA LUNA ELIZARRARÁS

julio, la página editorial de Excélsior aseguraba que pese a los malos vaticinios En la descripción de los funcionarios alemanistas, el semanario esta­
de muchos, "la política de honradez admin istrativa" daba frutos y calificaba dounidense usaba la imagen de "masculinidad libertina" que se había hecho
de "valerosa" la actitud del presidente al enfrentarse a los personajes asociados común en la prensa mexicana. De tal modo, llamaba sarcásticamente "caba­
a negocios ilícitos, adjetivo que fortalecía la imagen de masculinidad honrada lleros" a los amigos del expresidente, destacaba sus costumbres de pasea r
y caballerosa del presidente que se había hecho recurrente en la prsea. 61 por las playas de Acapulco acompañados de bellas mujeres. Esta descripción
Había algo particular en este reconocimiento de la "honestidad incluía a Miguel Alemán y refería su "indiscreción" con la actriz Leonora
ruizcortinista y era que se le consideraba muestra de que el presidente era Amar, así como las múltiples propiedades que había adquirido.
un "auténtico revolucionario". Ejemplo de ello es la felicitación que el ciu­ Asimismo, Time estableció un contraste entre los dos presidentes, al
dadano Salvador Mendoza Romero hiciera llegar al presidente por ser "todo aclarar que pese a haber pertenecido al gobierno de Alemán, Ruiz Cortines
un hombre patriota y Revolucionario" al iniciar con su gobierno una era de no era amigo cercano de éste, ni se había involucrado en los grandes nego­
"trabajo, honradez y moralidad".63 Estos reconocimientos muestran cómo en cios.66 Por otro lado, Time personificaba a don Adolfo con la imagen mas­
el imaginario, la cuestión de la moralización se había convertido en un nuevo culina de "honradez" también usada por la prensa nacional, relacionándola
distintivo de la revolución. con la imagen del "a uténtico revolucionario", pero excluyendo de esta defi­
Esta nueva asociación de lo "auténticamente revoluciona rio" con la nición cualquier elemento militar. En ese sentido, el semanario calificaba de
honradez, sin hacer alusión a origen militar alguno, se fue haciendo recu­ "revolucionarias" las acciones del nuevo presidente, entendiendo por ello la
rrente en la prensa, tanto nacional como extran jera. El ejemplo más ilustrativo rransición del país de un lugar de genera les armados, a un nuevo contexto
de ello es la edición del 14 de septiembre de 1953 de la revista estadounidense civil y urbano, contribuyendo a la resignificación de la imagen presidencial y
Time, que en su portada mostraba el rostro del presidente Ruiz Conines, de lo "revolucionario" como algo civil. A esto contribuía la consideración de
y tenía como artículo principal uno titulado "La nueva revolución es una este semanario en torno a la clase media caracterizándola como fruto de la
limpieza".64 revolución mexicana y fonalecida con la aceleración del proceso de moder­
El artículo de Time versaba sobre la "ca mpaña de moralización" ruiz­ nización de la posguerra, que transformó la arquitectura de las ciudades y las
cortinista y su efecto en la opinión pública y en la dinámica política del país, costumbres de consumo de sus habitantes.67 El sentir del semanario era que
resumiendo los debates de la prensa y los ciudadanos en torno a la "campaña".
De las prácticas de enriquecimiento cometidas por el gobierno alemanista,
Time destacaba que el sexenio se había caracterizado por los excesos, el uso amenaza latente que se cernía sobre aquellos que se atrevieran a hablar del tema.Al respecto,se hacía mención
del i ncidente de u n reportero lanzado por la ventana d e su ofici na por haber cuestionado el súbi to enrique­
cínico de recursos del erario público, y del enriquecimiento sin precedeme; cimiento de un amigo del presideme Alemán, refiriéndose m u y probablemente a Pi1ío Sandoval, director de
afirmaba que todo ello había rebasado el límite de lo que la opinión pública Prtrtntt, quien a decir de José Luis Marrínez, efectivameme sufrió una "caída" de un segundo piso. La vitja
podía soportar.65 guardia..., op. cit.
66. Y agregaba q u e el nuevo presidente le había borrado la sonrisa a Mi guel Alemán, c uando en s u toma de
posesión anunció sus "medid as moralizadoras". Rese1íaba algunas acciones moralizadoras contra connorados
62. "Página editorial en E cilsior, 12 de julio de 1 953. alemanisras, como el retiro de la concesión para distribuir combustible en el Distrito Federal a Jorge l'asquel
63. Carta de Sal vador Mendoza Romero a Adolfo Ruiz Cortines, del!? d e abril de 1 953, en AGNIARd702h y la desarticulación del monoplio de au tobuses manejado por Amonio Díaz Lombardo. lbídm.
64. "1l1e newest revolu tion is a cleanu p" en Timt, 1 4 de septiembre de 1953. El ejemplar de la revism se consult" 67. De este proceso sei1alaba que los mexicanos de la ciudad habían dejad o las vi viendas de adobe para habitar en
en AGNIARdi6213. edificios u rbanos, comían ahora pan en lu gar de torti llas, daban a sus hijos educación y vivían en casas con
65. lbíd. En el artículo también se se1íalaba que durante el tiempo en que Alemán estuvo en el poder,la prensa 1>0 servicio de agua y tenían automóviles. Incluso algunos de ellos disfrutaban de la ópera y de sus autos cdillac,
hiw denu ncia algu na y se abstend ría de hacerlo hasm qu e Alemán y s us más cercanos salieran rumbo a unu considerados los iconos más emblemát icos d e la modernización. Irón icamente también eran los iconos del
largas vacaciones. Explicaba lo anterior argu mentando que la prensa nacional en general tam bién er:t mt; enriqu ecimien to, lo que coincide con la hipótesis planreada por Stephen Niblo sobre la relación entre la
cercana a esta clase d e maniobras, d e las que muchos periodistas tam bién se veían beneficiados, así como por lo corrupción y la modernidad, S. Ni blo, México en los etlamlfrls..., op. cit.

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los nuevos valores clasemedieros eran los responsables de la transformación cuyo rasgo principal es la honradez. De esta manera se ratifica también la
de la moral pública y, por tanto, la base de la relegitimación de la presidencia "masculinidad revolucionaria" y su lugar como cabeza de la familia revolu­
cionaria, elemento que no resulta menor si se considera que en esos mismos
meses se han concedido los derechos cívicos a las mujeres.68 La nueva figura
CONCLUSIONES del "auténtico revolucionario" se distinguiría así, no por su origen, fuera éste
civil o militar, sino por su actuar honrado... al menos en el discurso.
El análisis aquí realizado pretende contribuir al entendimiento del proceso
en el que se reelaboró el significado de lo "revolucionario", siendo éste el ele­
mento legitimador más importante del Estado mexicano. Esta resignificación
se dio en el escenario de la campaña moralizadora de Ruiz Cortines, que no
sólo permitió resarcir la mala imagen del gobierno dejada por el ostentoso
enriquecimiento de los alemanistas, sino que brindó legitimidad a las presi­
dencias civiles al lograr que éstas fueran calificadas como "revolucionarias".
Esta resignificación de lo "revolucionario" pasa por dos momentos. En
un primer punto, lo "revolucionario" quedó como antónimo de lo corrupto
y, en particular, del enriquecimiento, argumento que fue usado desde las pri­
meras críticas académicas de la revolución y posteriormente explotado por los
militares encabezados por el general Treviño en su ya referido banquete. El
segundo punto deriva de la asociación de lo "revolucionario" con lo "honesto"
y se refiere a que, pese a la legitimación que los militares tuvieran al tomar
la bandera de lo "revolucionario", el término fue perdiendo gradualmente su
asociación con lo militar y adquiriendo un matiz civil y clasemediero. Esto se
reflejó en las opiniones vertidas en el artículo de Time, así como en la prensa
nacional y algunas cartas ciudadanas, al hablar del nuevo tipo de revolución.
En los dos momentos debe distinguirse que lo que está en discusión
es una cuestión de "masculinidades". En concreto, se trata de la definición
de cuál es el tipo de "masculinidad" más apropiado para llevar la batuta y
ostentar el poder del Estado mexicano. Es en esa lógica que se establece la 68. El uso simbólico de la "familia revol ucionaria" para deli mitar espacios de participación política y ciudadana
contraposición de imágenes como las de los "auténticos revolucionarios" y los para hombres y mujeres puede apreciarse en que los debates en torn o a la moralización ruizcortinista y los
derechos cívicos femen in os se entrecruzarán más de u na vez, casi siempre en un tono que exaltaba las cu ali­
"falsos revolucionarios". Asimismo, las dos imágenes masculinas con las que dades morales de las mujeres como principal aspecto positivo d e esta medida. En esa lógica, el lugar polí tico
se caracteriza a los alemanistas y al presidente Ruiz Cortines y su gobierno de las mujeres era sólo una extensión de su labor maternal en el hogar. Ilustrativo de ello es el discurso que
Marta C:ándan o de Romero leyera en la Cámara de Di putados eras la aprobación del voto. Romero afi rmaba
(masculinidad libertina versus masculinidad honrada) llevan de forma subya­
que "la mujer por sus características, será un factor de moralización en nuestro sistema de gobierno y ...
cente la definición de quiénes son los "auténticos revolucionarios". Finalmente, [será] más responsable en su misión de vigorizar a la familia y por lo tanto engrand ecer a la patria". A su vez,
la masculinidad que logra recuperar la legitimidad y el prestigio del gobierno declaraba que las mujeres "no queremos puestos de altura, ni curules para pavonearnos, sino evitar que siga
ese relajamiento moral que está destruyendo nuestra raza". "Unidad femen ina en torno al voto para la mujer
es aquella representada emblemáticamente por el presidente Ruiz Cortines, mexicana" en Excélsior, 16 de diciembre de 1952, pp. 4 y 19°.

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