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El derecho más allá del derecho

Law beyond law

Luis Antonio Corona Nakamura*


Marcelino Rosales Rodríguez**

RESUMEN: EN ESTE TRABAJO SE COMENTA SOBRE EL TEXTO ESCRITO POR DWORKIN,


EL IMPERIO DE LA JUSTICIA; LAW‘S EMPIRE, PRINCIPALMENTE EL CAPÍTULO 7, QUE RE-
FIERE A “LA INTEGRIDAD EN EL DERECHO” Y EL CAPÍTULO 11, DENOMINADO “EL DERE-
* Doctor en Derecho
CHO MÁS ALLÁ DEL DERECHO”, CONTENIDO EN EL QUE TOMA COMO BASE DIVERSOS por la Univer-
CASOS DIFÍCILES SUCEDIDOS EN LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA E INGLATERRA sidad Autónoma
PARA SER RESUELTOS BAJO UNA VISIÓN DE INTEGRIDAD EN EL DERECHO. de Aguascalientes;
Director del Instituto
Prisciliano Sánchez
y Magistrado del
Abstract Tribunal Electoral
It is commented in this work the text written by Dworkin, “Law’s Empire”, specially chapter 7, which refers to the “integrity of law” del Poder Judicial
and chapter 11, called “Law beyond law”, content which is based on different difficult cases that happened in the United States of
del Estado de Jalisco.
America and England resolved under an integrity in law vision.
l.corona@triejal.gob.
mx.

** Maestro en

E
Introducción Derecho por la Uni-
l presente ensayo no tiene la intención de sustituir o emular a ningún otro de los que versidad de Guada-
lajara, con estudios
han realizado diversos estudiosos del derecho en el ámbito internacional, nacional o de Doctorado en el
local, sobre libros o artículos escritos por el filósofo del derecho anglosajón Ronald Instituto Internacio-
Dworkin; sólo se muestra un punto de vista desde otra perspectiva, la integridad del nal del Derecho y el
derecho, con la idea de que pueda ser útil para estudiantes de postgrado en derecho y en Estado, Vocal Ejecu-
general para quien guste de la lectura sobre valores y principios aplicados en el derecho. tivo de la 16 Junta
Distrital Ejecutiva en
Tampoco se toma partido por un tipo de corriente, escuela filosófica o jurídica en el el Estado de Jalisco
derecho. Entre los objetivos, están el analizar e interpretar estos dos capítulos y relacionarlos del Instituto Federal
en cierta forma con nuestro derecho, sobre todo en lo referente al derecho constitucional y su Electoral marcro-
naturaleza, es decir lo que contempla como valores y principios que deben regir en México, sor@hotmail.com
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con una circunstancia propia, tiempo y cultura; así como destacar lo que Dworkin aporta para
el derecho y lo que él dice que es el derecho.
En México, cada vez es más frecuente que los jueces en sus resoluciones, sobre todo
en el ámbito federal, toman en cuenta principios fundamentales como: equidad, igualdad,
legitimidad y libertad; dependiendo del caso concreto y sus consecuencias, basado en el texto
Palabras clave
de la Carta Magna, sin que este tipo de actuación tenga una justificación jurídica plena que Interpretación del
legalice y legitime dichas resoluciones de aplicación amplia y uniforme. Por ello es interesante derecho, justicia,
conocer la teoría sobre la integridad en el derecho de Dworkin. filosofía jurídica,
Es importante que se tenga clara la teoría que respalda cada decisión judicial, cuando Ronald Dworkin.
hace una interpretación constitucional. Sobre todo que se mantenga una lógica jurisprudencial, Key Words
es decir, con el origen fundamentación y fines de los principios jurídicos que inciden en la vida Law interpretation,
y moral del abogado en la comunidad. justice, legal
philosophy, Ronald
Dworkin.

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La Integridad en el derecho
La integridad en el derecho es una de tres etapas de las concepciones de derecho que hace
referencia Dworkin en el texto. Su objetivo es mostrar las prácticas legales, principalmente
americanas, utilizando un tipo de interpretación comprensiva como inspiración y producto,
partiendo de los principios de justicia, equidad y debido proceso, como una forma de encontrar
la mejor interpretación constructiva de la practica legal.
Para explicar esta concepción en el derecho hace referencia a la “cadena del derecho”,
haciendo alusión a una obra literaria ficticia denominada la novela en cadena en la cual trabajan
autores e interpretes, lo que contribuye a la producción de arte en el derecho. Al considerar a
éste como un producto de arte, manifiesta la importancia que reviste la forma y el método para
la elección o designación de un juez: el conocimiento, las capacidades y perfiles que debe
cubrir para desempeñarse como tal.
Debe advertirse que no se refiere a un juez en materia mercantil, penal, civil o de un
órgano de justicia de cualquier nivel. Hace referencia al juez, tomándolo como la institución que
resuelve sobre el derecho bajo principios, pudiendo ser un juez, un magistrado, un ministro, o
un órgano colegiado, es decir, la autoridad que define en última instancia. En este ejemplo el
autor lo llama Lord. Como Dworkin no considera la división del derecho por materias, para “los
casos difíciles”, toda institución jurisdiccional debe tener como objetivo el aplicar justicia.
Con el objeto de plasmar explicativamente “la novela en cadena”, Dworkin la ejemplifica
con una historia literaria escrita por diversos novelistas y por capítulos, en la cual el primer novelista
tiene la encomienda de iniciar la trama del primer capítulo; el segundo novelista tiene la obligación
de elaborar el segundo capítulo debiendo interpretar al primero para realizar una mejor construcción
del segundo y así sucesivamente cada novelista continuará con su capítulo hasta la conclusión de
la obra literaria de la cual se deduzca que los novelistas tomaron todo en cuenta para escribir el
capítulo que les correspondió y el producto fue una obra construida lo más coherentemente posible
sin dejar de tomar en cuenta el texto inicial, con una relación de autor e interprete.
La simetría de esta novela como parábola con el derecho muestra de una forma paralela
la creación del derecho de manera secuencial, por etapas, hasta obtener un resultado, es
decir, hay una construcción que nos da como producto una resolución al decidir sobre un caso
difícil bajo la vertiente del derecho como integridad en la que toma en cuenta el historicismo,
es decir, la ley, la exposición de motivos, y la época en la que fue expedida determinada ley,
así como el presente, relacionándola al caso concreto, la circunstancia actual bajo principios
de justicia, equidad y libertad en conjunto.
En el juicio interpretativo de la novela resalta a la libertad que tiene el novelista al
escribir su capítulo, en base a su razonamiento al interpretar el texto anterior acorde a su
conocimiento y sujeto a tomar en cuenta el capítulo o capítulos anteriores para continuar con
el suyo propio; se restringe al nuevo novelista a tomar en cuenta lo anterior y a construir lo
que continúa según su criterio, de tal forma que el decide cual es la mejor interpretación de los
capítulos anteriores para la novela en cadena acorde a sus convicciones.
Al comentar el derecho como integridad se debe tomar en cuenta que el filósofo del
derecho habla desde un punto de vista del derecho consuetudinario que se aplica a casos
difíciles en el sistema de derecho americano, donde constantemente pide que las decisiones
sobre casos anteriores similares al nuevo caso deben ser repetidas. También se debe tomar
en cuenta que en el derecho anglosajón se aplican criterios, mientras en el derecho mexicano
tradicionalmente se aplica la ley escrita y el criterio del juzgador.

 Las otras dos etapas de las concepciones del derecho son el convencionalismo y el pragmatismo legal
(Dworkin Ronald, 1998: 77).

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Para mostrar la complejidad de la interpretación del derecho, Dworkin crea un juez imaginario
llamado Hércules, con altas cualidades intelectuales y conocimientos muy amplios en el derecho,
cuidadoso y metódico que acepta el derecho como integridad, quien emite las mejores respuestas
en los juicios, pero además las justifica protegiendo al individuo, no a la colectividad.
Este filosofo del derecho afirma que la justificación tiene sus límites; “No se puede
utilizar el bienestar general para justificar la pena de muerte por manejar en forma negligente”.
De lo anterior se desprenden diversas lecturas:

• Destaca como primer derecho humano fundamental el derecho a la vida; sin embargo
cuando se refiere, en la cita anterior, “por manejar en forma negligente,” implícitamente
acepta que se pueden aplicar otro tipo de sanciones;
• En segundo término se desprende que con el argumento del “bienestar general para
justificar la pena de muerte”, prevalecen los derechos humanos del individuo sobre
la comunidad, lo que hace coincidente John Rawls en lo referente a los derechos
asegurados por la justicia que no están sujetos a regateos políticos ni al cálculo de
intereses sociales” (Rawis, 2000: 17).
• A Ronald Dworkin se le identifica como un filosofo del liberalismo jurídico, en el cual prevalece
la protección de los derechos humanos fundamentales y donde al juzgador se le permite la
actuación bajo criterios en un marco de independencia dentro del contexto jurídico.

En su capítulo 7, Dworkin destaca la importancia del juez en las decisiones, quien


toma en cuenta la moralidad política con las dos virtudes constituyentes de la misma: la
justicia abstracta y equidad política de la comunidad porque será ésta la que va a aceptar las
resoluciones, por lo que debe haber una mezcla de convencionalismo con pragmatismo bajo
la tutela de los principios de justicia y equidad.
Dworkin considera que los jueces con las características de Hércules, reflejarán en
sus opiniones acerca de la justicia y la equidad, también sus convicciones ideales cuando
se rivalicen principios. Ahí, dice Dworkin, “desarrollará una concepción del derecho bastante
individualizadan (Dworkin, 1998: 184)”.
Entrando en el campo político, Dworkin manifiesta que en ocasiones se deben tomar en
cuenta las decisiones políticas, respetando, en primer lugar la opinión de la mayoría, pero en algunos
casos no debe respetarla como cuando están en juego los derechos constitucionales.
Dworkin establece que ningún juez debe articular una teoría de trabajo “concreta y
detallada”, que haga innecesario visualizar sobre algún caso concreto, porque el juez debe estar
preparado para considerar cualquier principio general o método práctico de interpretación; pero
también debe estar preparado para abandonarlo a favor de la profundidad de la interpretación,
desarrollando en cada caso difícil su concepción en el derecho y la moralidad política. Debe de
estar preparado para enfrentar nuevas situaciones de derecho, de manera tal que cada juez,
al emitir una resolución, estará desarrollando una nueva concepción del derecho.

 Los jueces, al aplicar el derecho pueden contribuir a la tarea de actualización del derecho. Esta labor
puede ser paralela o independiente de la que corresponde al legislador. El juez puede ir ajustando el criterio de apli-
cación a las nuevas circunstancias contribuyendo de este modo a que, aún sin ajustes legislativos, la norma siga
siendo eficaz. Se ha cuestionado si el juez puede ir ampliando los criterios de aplicación o si debe ajustarse siempre
a lo que la norma literalmente dice. Pensamos que, en la búsqueda de mayor eficacia y utilidad del derecho, al juez
sí le debe corresponder un papel de creador y no sólo de intérprete. Si no se logró el propósito de crear normas
claras y coherentes, al juez le toca la tarea de interpretación y de resolución de conflictos. Si se dejaron lagunas, al
juez le corresponderá colmarlas. Es por ello que su labor en la búsqueda de eficacia del derecho es también muy
importante (Bonifaz, 1999: 150-151).

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El derecho y la política
Cuando Dworkin pone a Hércules a jugar en política, adjudica a este juez haber resuelto un
caso difícil, basado en su mejor opinión, por ser más justa y equitativa que cualquier otra
elegible, aunque la resolución sea polémica ya que no todos los jueces la compartirían, pues le
pueden cuestionar que ignoró el verdadero derecho y que la justificación para la interpretación
basado en la justicia y equidad, fuese errónea.
Como respuesta el juez imaginario suma la razón política en su dictamen; las
“convicciones de moralidad política”. Entonces para Dworkin queda claro que el derecho es
la justicia y equidad; es decir cuando el derecho se enfrenta a la justicia debe prevalecer
la justicia. Toda institución pública jurisdiccional tendrá la obligación de impartir justicia por
ser este el concepto general en su sentido amplio en el que debe ser tomado en cuenta en
cualquier materia del derecho y por cualquier autoridad jurisdiccional.
La justicia y la equidad son por tanto los principios por antonomasia inseparables
que los jueces deben tomar en cuenta en el derecho. De esta forma el ejercicio del derecho
siempre será restringido y sometido a los principios generales de justicia y equidad y tomados
en cuenta como una razón política. Por ello se hace obligatorio tomar en consideración esos
principios siempre en la aplicación del derecho.
Lo anterior ubica a Dworkin como un pensador del derecho con influencias mínimas
del campo iusnaturalista pues independientemente del derecho escrito, o los precedentes
a través de la justicia y la equidad, ya le reconoce a la sociedad derechos intrínsecos a la
persona, anteriores al Estado, dejándole a éste el reconocimiento de los mismos, basados en
una moralidad política.
Dworkin aclara que las interpretaciones de Hércules no quieren decir que sean las
correctas por ser Hércules, sino sólo su interpretación subjetiva; y al ser subjetiva describe
lo que el derecho es según su concepción. Si se adjudicara el descubrimiento de que es
el derecho en una resolución entonces lo califica como un fraude, ya que aplicó solo una
concepción de derecho de tantas otras que pudieren existir.
Dworkin describe a Hércules como un juez más reflexivo, que trabaja mucho y aspira
a una teoría comprensiva, con habilidades extraordinarias y una eficiencia que nunca necesita
cultivar, con demasiada teoría para casos simples. Por lo anterior se puede decir que Dworkin
considera el derecho como integridad, que explica y justifica tanto los casos fáciles como los
difíciles aunque los primeros con resoluciones menos complejas.
En la realidad no tenemos un juez con las anteriores características solo porque así
ha sido descrito, con las atribuciones virtuosas en el conocimiento del derecho, por lo cual
es necesario prepararlo a efecto de adquirir los conocimientos como una construcción que
lo haga un profesional en la aplicación del derecho como integridad y sensatez, que decida
adecuadamente. Cuando el asunto sea un caso fácil de resolver, implica simplemente que
el juez en un marco de justicia y equidad, el texto legal con la práctica legal y el precedente,
puede emitir una resolución adecuada, sin tanta complejidad y controversia.

El derecho más allá del derecho


“El derecho se purifica así mismo”, “¿La integridad puede ser impura?”, en este capítulo Dworkin
se mete en las profundidades de lo que él considera que es el derecho (en los sentidos más
altos de abstracción en las concepciones del derecho) y por conducto de Hércules argumenta
que: “El derecho actual consiste en principios que proporcionan la mejor justificación disponible
para las doctrinas del derecho en su totalidad. Su dios es el principio adjudicativo de integridad

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Ensayo: El derecho más allá del derecho

que lo obliga a ver hasta donde es posible, el derecho como un todo coherente y estructurado.
En este cuadro parece no haber sitio para la idea de un derecho más coherente y más puro
de lo que es en la actualidad”.
La anterior es una concepción altamente abstracta del derecho ya que habla de un
principio adjudicativo de integridad en el derecho, que lo obliga a ver hasta donde sea posible.
Al argumentar que no hay sitio para un derecho más coherente y más puro de lo que es en
la actualidad, nos ilustra sobre el resultado de la última resolución bajo el sistema de derecho
adjudicativo de integridad siempre será la última afirmación de lo que es el derecho actual.
Tomando la pregunta de la impuridad en el derecho podemos decir que se encuentra
en un estado de impuridad porque se transforma constantemente y que en determinada fase
se encuentra en una etapa pura porque la última resolución bajo el principio adjudicativo,
tomando todo en cuenta siempre será mejor a la anterior. Desde luego estas aseveraciones
nos ubican en un estadio de complejidad, Sin embargo deja altos índices de reflexión en el
derecho, en otras palabras, se puede decir decir que en esa constante mutación del derecho:
el derecho, como integridad, es la idea del derecho purificado.
Dworkin admite la existencia de una supremacía legislativa como una restricción institucional
para cumplir la ley. Esto obliga a los jueces a partir del texto constitucional y la exposición de motivos,
restricción que en lugar de violar la integridad en el derecho es parte de ella.
Hay otro tipo de restricción institucional dice Dworkin: el principio de la prioridad local,
considerando este principio como el respeto natural a los diferentes ámbitos y ramas del
derecho. Pero no único, ya que puede tomar en cuenta interpretaciones de alguna otra rama
del derecho que se adapte mejor.
Cuando Dworkin se refiere al principio de igualdad, argumenta que ésta debe ser
tomada en cuenta en determinadas circunstancias, pero no necesariamente debe ser aceptada
simple y llanamente. Habrá que introducir el principio de equidad, sobre todo en cuestiones de
distribución y redistribución de la riqueza, concepto que en el derecho constitucional mexicano
establece muy claramente en el artículo 31, fracción cuarta, de la Constitución Federal,
precepto que vela por la proporcionalidad y la equidad.
Por ello admitir y conceptulizar la igualdad en este sentido tampoco sería una restricción
a la integridad en el derecho, sino que sería parte de la misma integridad.
Aunque generalmente los principios suelen tener el mismo nivel jerárquico en una
constitución en el sentido subjetivo, se aclara que se habla en el sentido subjetivo en cuanto
a la interpretación que el jurista le da a los principios, ya que el presente ensayo versa sobre
una teoría constitucional y principios fundamentales estatuidos. Ronald Dworkin, acepta que
en muchas de las ocasiones estos principios entran en conflicto, y para el caso de justicia,
equidad y debido proceso se inclina por la justicia como virtud política.
Resalta que: la justicia se refiere al resultado correcto del sistema político, la equidad
se refiere a la estructura correcta para dicho sistema, la que distribuye la influencia sobre las
decisiones políticas, y el debido proceso se refiere a los procedimientos correctos para hacer
cumplir las disposiciones y reglamentaciones del sistema.
Por otro lado hablando de integridad inclusiva dentro de la asociación justicia, equidad
y debido proceso, el juez está obligado a tomar en cuenta todas las virtudes componentes de
la integridad inclusiva en la aplicación del derecho: debe tomarse en consideración, la equidad
política, los estatutos, el debido proceso, el precedente y las prioridades locales hasta donde
sea posible en un ámbito de coherencia.
Dworkin refiere que un derecho siempre será diferente de una época a otra lo que hace que los
principios de integridad del derecho que se aplica en el presente, desafíen al del derecho del mañana.

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En la parte final de este capítulo realiza la pregunta: “¿Qué es el derecho?”; Dworkin


deja un aporte importante para el derecho y el estudioso del mismo: la diferencia de concepto
y concepciones del derecho; a través de las decisiones de los casos difíciles implícitamente
ha dicho hasta cierto punto qué es el derecho, con respuestas diferentes que diversos lectores
pudieran hacer dentro del juicio en un ámbito de libertad con altos índices de abstracción,
según lo asimila cada uno o como lo acepta; según su formación o capacidades reflexivas de
las cosas del derecho.
Es importante destacar el grado de autoaceptación de las concepciones del derecho
refiriéndose a los lectores de su obra; Dworkin dice que si el lector abandona su argumento
en alguna etapa abstracta, crucial, habrá fallado para él; si lo abandona en un detalle tendrá
éxito más adelante, pero si nunca abandona su argumento habrá fracasado por completo.
Obviamente porque serán argumentos sobre el derecho estancados, que por lógica dejaría de
ser derecho.
Con lo anterior nos dice que el derecho es mutante, el derecho son principios básicos
fundamentales, es interpretación y es creación constructiva, es decir, es ciencia.
Por lo que dicho capítulo significa es trascendente repetir lo que ofrece como respuesta a
la pregunta ¿Qué es el derecho? “El derecho no queda agotado por ningún catálogo de reglas o
principios, cada uno con su propio dominio sobre algún discreto teatro de conducta. Ni tampoco
por un grupo de funcionarios y sus poderes sobre una parte de nuestras vidas. Es la actitud lo
que define el imperio de la justicia (el derecho) y no el territorio, el poder o el proceso”.

Se desprende de la parte final del último párrafo las características de lo que para
Dworkin es el derecho:

• “Es una actitud interpretativa, introspectiva, dirigida a la política en sentido


amplio”.
• “Es una actitud protestante que hace a cada ciudadano responsable por imaginar
cuales son los compromisos públicos de su sociedad con respecto al principio y
qué requieren estos compromisos en nuevas circunstancias”.
• “La actitud del derecho es constructiva: su objetivo, en el espíritu interpretativo,
es colocar el principio por encima de la práctica para demostrar el mejor camino
hacia un futuro mejor, cumpliendo con el pasado”.
• “Es una actitud fraternal, una expresión de cómo se esta unido en una comunidad a
pesar de estar dividida en lo que respecto a proyectos, intereses y convicciones”.

Al referirse a la frase “cumpliendo con el pasado”, Dworkin considera que significa aceptar lo
que una sociedad fue en el derecho. Cuando se refiere a lo que el derecho es para nosotros,
significa lo que queremos ser y la comunidad que queremos tener. Dworkin dice que el derecho
es lo que tenemos y queremos en el tiempo presente, pero, además, lo que queremos ser
como comunidad, en otras palabras, un derecho futuro. En suma lo que fuimos, lo que somos
y lo que queremos ser, es lo que está establecido en nuestra carta magna.

 Un concepto expresaría significado de una formulación normativa independientemente de las concepcio-


nes particulares de cada uno. En ese contexto, la Constitución expresa Conceptos abiertos sobre determinadas
instituciones –por ej. La igualdad–; sin embargo, cada uno de nosotros tiene Concepciones, o sea, visiones u
opiniones muy particulares de lo que significan. De ese modo, los constituyentes establecen conceptos generales
y delegan a los intérpretes la tarea de desarrollar y aplicar sus propias concepciones (Padilla Z.,1999: 54).

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Otras consideraciones
La interpretación del derecho tiene que ver con el paradigma actual, según el lugar, la cultura
y los actores; la interpretación no debe ser fundada en el pasado, un pasado muerto, aunque
no necesariamente debe hacerse a un lado el pasado, debe tomarse en cuenta principalmente
la fórmula política, el tipo de gobierno (democrático) sus instituciones y sus leyes, sin dejar de
inyectar dosis de justicia, equidad y debido proceso pues de otra forma sería convencionalismo
legal.
El postpositivismo mostrado por Dworkin, ha sido tomado consciente o inconscientemente
en algunas corrientes del derecho mexicano, lo cual hace menester contar con funcionarios
más especializados para resolver casos difíciles. Ejemplos hay muchos, sobre todo en materia
político-jurídica, como son los casos de las elecciones para gobernador de los estados de
Tabasco en las que se anuló la elección para gobernador, invocando la causal abstracta de
nulidad, bajo la cual se analizan principios como el de equidad, entre otros, y en Colima, en
la que también se anuló la elección de gobernador, invocando también la causal abstracta de
nulidad, resoluciones que se resolvieron con altos sentidos de abstracción; que por un lado
ayuda a excluirse en el estancamiento legal mecánico, pero por otro deja sujetos a los peligros
de la posinterpretación, como pudiera ser el sesgo en la actuación o la falta de conocimientos
amplios del juzgador, lo que nos llevaría a injusticias que es obvio no serían derecho.
Cabe mencionar que en la reforma constitucional del 13 de noviembre de 2007, el
Congreso de la Unión adicionó un nuevo párrafo a la fracción II del artículo 99, el cual establece:
“Las salas Superior y regionales del Tribunal , sólo podrán declarar la nulidad de una elección
por las causales que expresamente se establezcan en las leyes”, en clara referencia a la
causal abstracta de nulidad.
El objetivo es poner límites interpretativos a toda autoridad de naturaleza jurisdiccional
al emitir sus resoluciones, sin embargo, ¿Hasta que punto podrá ser atendible este precepto?
Cuando la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral, en su
artículo 75, señala: “la votación recibida en una casilla será nula cuando se acredite cualesquiera
de las siguientes causales: ...k), existir irregularidades graves, plenamente acreditadas y no
reparables durante la jornada electoral o en las actas de escrutinio y cómputo que, en forma
evidente, pongan en duda la certeza de la votación y sean determinantes para el resultado
de la misma”. Sumado a lo establecido en el artículo 2 de la misma ley en el que dice: “para
la resolución de los medios de impugnación previstos en esta ley, las normas se interpretaran
conforme a los criterios gramatical, sistemático y funcional. A falta de disposición expresa, se
aplicarán los principios generales del derecho”.

 “Entendida como la expresión ideológica jurídicamente organizada en una estructura social, es un


núcleo esencial de enorme significación para la interpretación constitucional. Cumple la función de individual-
ización del Estado y, a la vez, asume un rol de limitante en la labor de la Magistratura Constitucional, impuesta
por el poder constituyente. Sus elementos integrantes: techo ideológico, social y organización, estructura jurídica,
constituyen un todo unitario que el juez defensor de la Constitución debe tener presente a la hora de solucionar
los conflictos internormativos y enfrentamientos Interorgánicos que se plantean ante la jurisdicción constitucional”
(Padilla Z., 1999: 109).
 Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Juicio de Revisión Constitucional Electoral. SUP-
JRC-487/2000 y acumulado, mayoría de 4 votos en este criterio, ponente: Reyes Zapata, Mauro Miguel, Revista
Justicia Electoral 2002, tercera época, suplementos, Pp. 63-64, Sala Superior, Tesis S3 EL010/2001.
 Resolución emitida por la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación el 29 de
octubre de 2003.
 Cfr. Dictamen de las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales; de Gobernación; de Radio, Tele-
visión y Cinematografía; y de Estudios Legislativos que contiene Proyecto de Decreto de reformas a la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de Reforma Electoral, del 13 de noviembre de 2007.

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Las concepciones postpositivistas actualmente son consideradas por muchos


expertos como la avanzada del derecho por permitir un tipo de interpretación que toma en
cuenta principios y valores. Sin embargo el problema se presenta cuando constitucionalmente
se contraponen un principio o un valor con otro, surgiendo la interrogante ¿Cuál principio
prevalece o cual debe prevalecer?, para un juez con un bagaje cultural, académico y con
circunstancias y compromisos muy concretos. Lo más correcto sería que, para dicho juez,
tuvieran un mismo rango y que la ponderación de los valores y principios no fuera uno por
encima de otro. Lo que variaría en su caso sería la aplicación en casos concretos, que podrá
ser distinto, pero siempre partiendo del mismo rango de los principios fundamentales dentro
de la ponderación, de lo contrario se elaboraría un catálogo de valores y principios en orden
descendente lo cual lo convertiría en una regla mecánica que nos conduciría al estancamiento;
aunque el peligro real, de los valores y principios es que dentro de los derechos humanos
fundamentales, si tienen unos, más peso específico que otros.
Ahora bien, según lo refiere Dworkin, la justicia se debe tomar en consideración como
un valor en un contexto general del derecho y a la vez como un principio en el caso concreto.
Otro de los cuestionamientos que constantemente se hacen cuando se emite una
resolución tomando en consideración este tipo de interpretación, para decidir en casos jurídicos
conforme a principios y valores, es que se violenta el orden constitucional de la división de
poderes o bien las soberanías de los estados miembros de la federación, situación que los
países europeos, como España y Francia, tienen solucionado con el funcionamiento de un
Tribunal Constitucional integrado pluralmente10 y para el caso español la formula política.
En el derecho constitucional mexicano es aceptada implícitamente la corriente
postpositivista; el artículo 14 constitucional en su último párrafo establece: “En los juicios del
orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la letra o a la interpretación jurídica
de la ley, y a falta de ésta se fundará en los principios generales del derecho”.
En la interpretación jurídica de la ley es lógico que entran en escena los juicios que puede
emitir un juez recurriendo a su conocimiento del derecho y cuestiones de abstracción. Sin embargo,
no da lugar positivamente hablando a considerar las expectativas y consecuencias. Por otro lado, no
es contradictorio el contenido del antepenúltimo párrafo del citado artículo al establecer que: “En los
juicios del orden criminal queda prohibido imponer, por simple analogía y aun por mayoría de razón,
pena alguna que no este decretada por una ley exactamente aplicable al delito de que se trata”.
Ya que lo anterior obliga al juzgador a tomar en cuenta el delito tipificado, pero no lo restringe
a que tome en consideración escenarios en los que se tenga que valorar principios de justicia,
igualdad, libertad y en general el entorno y circunstancias en el que se da el delito; lo anterior ratifica
lo ya comentado en este ensayo de que en términos generales en el derecho anglosajón se aplican
criterios y en México se aplica el derecho partiendo de la ley, sin que esto quiera decir que por eso
los jueces están limitados a tomar en cuenta valores y principios en la interpretación de la ley. El
positivismo en el caso mexicano es quizá esa necesaria etapa que Dworkin llama preinterpretativa
(ley, más la exposición de motivos). La pregunta es si esta conducta va a cambiar y cómo se le haría
para ello.
 Un principio tendrá precedencia sobre otros principios. Entre principios se establece de caso a caso un
orden transitivo distinto, sin que por ello se vea afectada su validez (Habermas, 2001: 278).
 En el derecho Español el modo de resolver los conflictos entre principios recibe el nombre de ponderación
aunque a veces también de razonabilidad, proporcionalidad o interdicción de la arbitrariedad de los poderes públi-
cos que proclama el artículo 9.3 de la Constitución Española (Prieto Sanchis, 2004: 61).
10 El artículo 159 de la Constitución Española establece que el Tribunal Constitucional se compone de12
miembros nombrados por el Rey; de ellos cuatro a propuesta del Congreso por mayoría de tres quintos de sus
miembros; cuatro a propuesta del Senado, con idéntica mayoría; dos a propuesta del Gobierno y dos a propuesta
del Consejo General del Poder Judicial.

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La teoría Dworkiniana sobre el imperio de la justicia se equipara a la teoría de la justicia


Rawlsiana, solo que inclinando a la justicia jurisdiccional siempre interpretativa, mientras que
la Rawlsiana se enfoca a la filosofía política.
Así como el filósofo del derecho americano da dimensión constitucional a los principios
de justicia y libertad establecidos en el preámbulo de su Constitución e igualdad, basado en la
protección que su Constitución reconoce a los americanos en la decimocuarta enmienda. En
México se deben tomar en consideración los principios de libertad, igualdad, justicia y equidad,
por enunciar algunos emanados de la Constitución mexicana, por ser ésta el fundamento
primero del sistema jurídico mexicano. Lo ideal es que los enuncie en algún artículo como
baluartes para la protección de los derechos fundamentales del individuo, como ideal sería
también que estableciera claramente la forma de estado11 o tipo de estado implementado en
el país a efecto de que el juzgador conozca y se base en los principios y valores que protege la
constitución con el fin de respetarla lo más profundamente posible al emitir sus resoluciones.
Además es necesario que los intérpretes de la Constitución establezcan la teoría bajo la que
debe interpretársele.
Según lo describe Dworkin, Hércules es un juez impredecible, con los conocimientos
más amplios para resolver los casos más difíciles. El problema, para los jueces mexicanos
Hércules y para el derecho mexicano es cuando alguno se haga predecible, emitiendo
resoluciones tendenciosas por cuestiones político-ideológicas de algún grupo político y no
cuestiones político-ideológicas de la Constitución. La circunstancia tendenciosa parcializada
es una actuación tirana del juzgador, ya que el derecho como integridad, es una arma poderosa
en manos de los jueces para ser aplicado a una comunidad que, independientemente de la
resolución que emitan difícilmente serán juzgados. Son la última instancia en muchos casos
difíciles y normalmente la rendición de cuentas para ellos queda en el aire, protegidos, por lo
general, con argumentos de ser decisiones colegiadas.
La teoría del filósofo del derecho americano vincula la política y el derecho con ciertas
dosis de moralidad política para una comunidad determinada, sin que esto quiera decir que
subordina el derecho a la moral, pues esta claro que se pronuncia por la integridad en el
derecho ubicado en una teoría neoiusnaturalista-postpositivista y no antipositivista.12 Al
referirse a una teoría de integridad sin hacer a un lado nada que le pueda servir para tomar
decisiones judiciales, Dworkin no se posiciona contra el positivismo, o contra la jurisprudencia,
más bien acepta el positivismo y la exposición de motivos respectiva, la jurisprudencia, los
valores y principios del derecho, relacionados al caso concreto para justificar las resoluciones.
Su teoría va más adelante del positivismo, convirtiendo a este en una partícula del derecho
como integridad, y en cierta circunstancia y etapa lo tomará en cuenta.
Con su teoría, Dworkin invita a la reflexión sobre la conveniencia de ubicar al derecho
en el marco de un estado liberal, en el cual se identifique la protección de los derechos
fundamentales del individuo y se apele a la independencia del juzgador liberal-progresista,
para resolver conforme a principios y valores. Lo destacable de esto es que la autonomía
judicial se posiciona frecuentemente en contra de la división de poderes y soberanías estatales,
debido a la carencia de un tribunal constitucional tipo europeo integrado pluralmente por los
diversos poderes del estado que garantice de verdad, la supremacía de la Constitución, al
resolver casos difíciles, o bien, el desarrollo de una fórmula política para el caso mexicano
de tal forma que no se aduzca usurpación de la autoridad por parte del juzgador al interpretar
11 El artículo 1 de la Constitución española refiere que España se constituye en un estado social y democrático
de derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y
el pluralismo político y establece además que la forma política del estado español es la monarquía parlamentaria.
12 Rodolfo Luis Vigo, lo califica de anti-positivista (Vigo, 1991).

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Luis Antonio Corona Nakamura - Marcelino Rosales Rodríguez

integralmente el sentido de lo que la Constitución dice. El derecho como integridad americano,


es para los españoles el juicio de ponderación, y en México la invocación de la causal abstracta
de nulidad en materia político-electoral, principalmente es un acercamiento a los criterios
que cobijan la ley y tiene que ver con su forma de estado y de gobierno, sin el cobijo de una
fórmula política o un techo ideológico creado y aceptado por la comunidad.
Estas ideas de Dworkin dejan al descubierto que en México es necesario construir
una teoría jurídica propia para la modificación e interpretación de la Constitución, si bien
puede haber connotados juristas mexicanos que pudieran argumentar que sí se tiene, se
puede decir que no es muy propia y que esta se puede armar solo parcialmente como un
rompecabezas en donde se ve que algunas piezas han entrado de manera forzada.

Conclusiones
Aunque ya esta en proceso el Servicio Profesional de Carrera en las dependencias de
gobierno, en el ámbito judicial se debe buscar más aceleradamente mecanismos de
reclutamiento, selección, designación y crecimiento de los funcionarios, con facultades muy
claras, especializados, con perfiles idóneos, con un desarrollo cimentado en su formación
en la vida en si, como en la vida educativa formal, que los haga más responsables y menos
tentados a la sospecha indebida en sus actuaciones como titulares de un cargo público.
Asimismo la existencia de impedimentos en su actuación que haga parecer inclinaciones
indebidas en la resolución de casos, ya no solo entre particulares, sino entre particulares y
entes de gobierno o bien entre los poderes de la unión, lo anterior desde luego en el ámbito
de separación de poderes en la función y con las más altas dosis de independencia plena
en la aplicación de las normas; de esta forma tendremos muchos jueces Hércules o más
ajustados a la actuación del Hércules Dworkiniano. No se esta proponiendo que en cada
juez mexicano haya un Hércules, dadas las circunstancias en las cuales se encuentra el
derecho en México. Lo que se quiere decir es que se requieren jueces Hércules, en el marco
de una teoría constitucional “propia”, es decir, lógica con lo que se ha hecho y con principios
fundamentales supremos para la interpretación de la Constitución.
Observamos con frecuencia en los asuntos jurídicos controversiales la conjunción
de la fundamentación de la ley con criterios, donde entran en juego principios sujetos a
interpretación con expectativas y consecuencias, lo que en la realidad se convierte en uno de
los principales retos del jurista, ¿cómo vincular la filosofía jurídica (ideal) con la realidad?
Además de los citados casos de carácter electoral nos encontramos con casos como:
violaciones de suspensiones concedidas en juicios de amparo a particulares, suspensión
de garantías con argumentos, sin serlo, de razones de estado; genocidios, casos donde se
ha interpretado más allá del derecho positivo, lo que hace resaltar la importancia de realizar
una recomposición de las instituciones jurídicas y jurisdiccionales, que hagan derecho, en la
indeterminación del derecho, dentro de un sistema no limitativo con principios basados en
nuestra génesis como nación.
El sustrato teórico de El Imperio de la Justicia de Dworkin, afirma que la justicia busca
lo justo y el derecho lo correcto y viven entrelazados uno a otro. En casos extremos se da una
separación y en caso de controversia, la justicia debe prevalecer sobre el derecho estatuido
(Dworkin, 1998: 7); en obvio el objetivo del derecho no es lo injusto, aunque no queda claro
que sea posible la justicia “sobre el derecho”.
Queda claro que en los casos difíciles en una comunidad, a resolver por el juzgador,
éste se adentra en una etapa superior de análisis y que Ronald Dworkin aporta para el
derecho una teoría del presente y del futuro que puede ser retomada sobre todo en los países

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Ensayo: El derecho más allá del derecho

con gobiernos calificados como democráticos, adecuada a su historia, su presente y con una
visión de futuro ubicada en el ámbito del derecho, tiempo, lugar, circunstancia y cultura de la
comunidad.
Dworkin es un clásico en el derecho contemporáneo, en el contexto internacional;
donde un sinnúmero de filósofos del derecho lo citan con frecuencia para estar con él, en
contra de él o bien para agregar o modificar algo a su teoría.

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