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España es uno de los países del mundo donde más fervor existe por esta
figura religiosa, de ahí que existan muchas ciudades y pueblos que celebren
fiestas en su honor cuando llega el día 3 de febrero. Este sería el caso, por
ejemplo, de Candelaria en Tenerife, de Marmolejo en Jaén o de Milagro en
Navarra.
No obstante, es cierto que también otros países que de la misma forma son
muy devotos de San Blas son Paraguay, Costa Rica o Croacia.
La tradición señala que Blas de Sebaste gozaba de una gran popularidad por
su capacidad para sanar de modo milagroso, una práctica con la que
beneficiaba principalmente a seres humanos pero también a diversos
animales. En una ocasión, San Blas salvó a un niño que estaba ahogándose
con una espina de pescado: por eso, en la actualidad es el patrono de
los expertos en laringología y de las dolencias vinculadas a la
garganta. Incluso, cuando una persona se está ahogando, se suele invocar a
San Blas.
Más exactamente, cuando los pequeños de cualquier familia se encuentran
enfermos por problemas de garganta en muchos lugares donde se sigue
teniendo devoción a esta figura que nos ocupa es habitual que se rece esta
plegaria para “llamar su atención”: “San Blas bendito, que se ahoga el
angelito”.
No obstante, no serán las únicas frases que se expresaban en voz alta para
que este santo intercediera por la salud de algún enfermo aquejado de la
afección citada. Entre otras de las más conocidas se encuentra la siguiente:
“Por intercesión de San Blas, te libre Dios de los males de garganta”.