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Aleshita-Luvs-Paramore - Rescission PDF
Aleshita-Luvs-Paramore - Rescission PDF
by aleshita-luvs-paramore
Table of Contents
1. Hooker?
2. Nox
3. Cream Cheese
4. Uncomplicated
5. Spooning
6. Covet
7. Distractions
8. Sunshine
9. Crap Shoot
10. Blackout
11. More
12. Epílogo
Hooker?
This is not my story, I'm translating with the previous permission of the real
autor GeekChic12. She's the best! Thnks a lot Geekchic, this is an honor. Hope
you all, enjoy!
Capítulo 1: ¿Puta?
Bella POV
No registré nada más de lo que Emmett dijo después de ver hacia la puerta y lo vi a
él.
Noté su distintiva fanfarronería antes incluso de verlo a la cara. Era menos una
caminata y más un acecho sexual. ¿Como podía parecer tan casual en medio de un
ajetreado restaurant? Y aun más importante ¿Que mierda hacía él aquí?
Rosalie volvió la mirada hacia mi por un momento con una sonrisa emocionada,
justo antes de de voltearse verlo a él, poniéndose de pie para ofrecerle un ligero
abrazo. Sus ojos se abrieron de par en par mientras mi atrapaba en su mirada antes
de que los brazos le rodeasen. —Edward, estoy tan contenta de que lo hayas
logrado —, dijo ella. —Estaba preocupándome un poco.
Joder, por supuesto. Hay sólo unos cuatro millones de personas en el área
metropolitana de Seattle, la mitad de los cuales son hombres. ¿Por qué no iba a ser
'E', el barman que había conocido hacía un par de meses, también el hermano de la
Dra Cullen, Edward, quién es dueño de un restaurante?
Y mi cita a ciegas.
—Ustedes sirven comida—, argumentó antes de volverse hacia mí. —Está siendo
modesto. Seattle Magazine hizo un artículo de página completa sobre su bar. Se
quedaron entusiasmados con el ambiente, el personal, y la comida.
Ella me miró con intención, diciendo: —Mi soltero hermano pequeño—, y guiñó un
ojo. Su guiño extrañamente parecido era la única semejanza familiar que pude ver.
Los dos nos sentamos en un incómodo silencio, excepto cuando la camarera llegó
para nuestra orden. Afortunadamente, Emmett se apresuró a llenar el silencio con
más pruebas y tribulaciones de la vida diaria con sus tres niñas.
Sentarse al lado de Edward era una tortura. Mi cuerpo conocía tan bien al suyo— su
tacto, su olor, su sabor. Y lo que sentí cuando me probaba. Pero mi mente
tambaleaba. No salimos en público . Teníamos un sistema. Comenzó con un
mensaje de texto. Puede ser que sea un directo necesito un polvo, o una más
explícito Quiero oír tus dedos deslizándose dentro y fuera de tu coño mientras
chupas mi polla, con una hora y el lugar.
Bastardo.
—Tú planeaste esto, ¿no?— él respondió con los ojos ligeramente entrecerrados.
—¿Planearlo? ¿Cómo mierda pude haber planeado esto? ¡Yo ni siquiera sabía que
tenías una hermana!
—Oh, vamos. ¿Cuántos Edward Cullen crees que hay por aquí?
—¡No!— Respondí con indignación. —Sabes que esta es la primera vez que he
tenido un ... lo que sea que este arreglo se llame. ¿Y tú? ¿Se te ha ocurrido pensar
que Bella era la abreviatura de Isabella?
—Yo podría decir la misma cosa.— Su expresión no cedió ni un poco. Por todo lo
que podía decir solo al mirarlo, estábamos hablando de las condiciones
meteorológicas.
Yo, por el contrario, podía sentir el color en ascenso en mis mejillas de nuevo. —Yo
sólo estaba haciéndole un favor a Rose, y sólo porque salgo con alguien, eso no
significa que me voy a dormir con ellos.
Edward ignoró mi pinchazo. —Así que, eres doctora, ¿eh? ¿Cómo es que nunca me
lo dijiste?
—No sé. ¿Cómo es que nunca me dijiste que era dueño de ese bar? Pensé que
eras el bartender.
—Así que usted pensaba que estaba 'manoseándote' con el personal de servicio,
¿eh?— preguntó, usando comillas en el aire.
—¿Qué se supone que significa eso? ¿Y por qué "tipo" me tomas?— Le pregunté,
imitando sus comillas en el aire.
Se encogió de hombros.
—¿Qué pensaste que estaba haciendo todas esas veces que no estaba disponible
porque estaba trabajando en la sala de Emergencias durante la noche?
—No lo sé—, respondió, encogiéndose de hombros otra vez. —¿Puta tal vez?
—Pensaste que era una prostituta?— Lo miré dubitativo. —Y pensaste que daría
mis servicios fuera de forma gratuita?
—Bueno... ¿me has visto? —preguntó con esa maldita sonrisa moja-bragas.
—¡No soy una puta!— Mis manos seguían en puños, y hube pisoteado como un
niño pequeño. Mis mejillas ardieron en llamas cuando una mujer salió del baño de
señoras y me lanzó una mirada antes de alejarse.
—Vamos a ... a volver a la mesa—, le dije, parpadeando otra mirada enojada hacia
él sólo por el placer de hacerlo.
—Adelante. No me gustaría que pensaran que nos colamos—, dijo, con aire
aburrido. —Aunque a mi hermana probablemente le encantaría. Ella no puede
esperar a tener pequeñas sobrinas y sobrinos.
Edward tenía todas las razones para ser arrogante acerca de sus habilidades en la
cama.
Como me senté de nuevo en nuestro puesto, Rosalie me miró con los ojos azules
preocupados. —¿Todo bien?
—Oh.— Agité mi mano en lo que esperaba fuera una forma despreocupada. —Sí,
está bien. Yo tenía algo en el ojo, y me tomó un poco de tiempo extra sacarlo. Lo
siento.
Maldito sea.
Okay, parece que loquearme un poco con tanta cosa de que me voy, ha
resultado en estoooooo! Si!
Besos, Ale!
Nox
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you all, enjoy!
Capítulo 2: Nox
Edward POV
Bella se deslizó lejos de mí, un poco después apreté mi pierna contra la de ella,
pero no dejé que eso me disuadiese. Llevé mi mano sobre su rodilla expuesta y
acurruqué mis dedos alrededor de ella. Dio un salto en respuesta, pero Rose y
Emmett estaban hablando entre sí y no se percataron.
Sacarla de quicio siempre fue divertido para mí. La hacía follarme mucho más duro.
Y es mejor creer que estaba esperando a que ella estuviese en una habitación
sobre una cama para el final de la noche.
Bella enderezó la espalda y serenó a sus expresión. —Sí. ¿Cómo está la salsa de
espinacas?
Nuestros aperitivos y bebidas habían llegado mientras estuvimos fuera, y le di un
sorbo a mi Jameson en las rocas.
—Oh, está bastante bueno, pero el lugar de Edward sirve una mejor.— Rose sonrió
a mí, y yo luchaba para no rodar los ojos.
Yo no doy una mierda sobre eso, pero siempre es agradable cuando tus padres
están orgullosos de ti sin importar que hagas. Papá no era tan duro conmigo en eso,
pero yo sabía que estaba decepcionado cuando dejé la escuela de medicina de
abrir mi bar. Y ninguno de mis padres era muy aficionado a mi piercing o mis nuevos
tatuajes.
—Oh, por lo que probablemente ha estado allí antes,— Rose contestó. —Es uno de
los lugares más llamativos en ese barrio.—
Bella abrió mucho los ojos, y balbuceó mientras bebía agua. —Um. No,— se
atragantó. —No, no lo creo.— Vi sus mejillas volverse de diez tonalidades de rojo y
luché para mantener en mi risa, tosiendo en mi mano en su lugar.
Su timidez actual era un gran contraste con la confianza que salió de ella mientras
paseó en Nox esa primera noche. Pero no me sentía menos atraído por la mujer
con la cara roja al lado de mí de lo que había estado de la zorra que había retratado
entonces.
Me acordé de cada segundo del tiempo que pasó en mi bar, sobre mi bar, en mi
oficina. Y a pesar de que estaba mintiendo entre dientes en este momento, estaba
jodidamente seguro que ella también.
—Oh. Bueno, definitivamente debes ir en algún momento. Es el lugar perfecto para
relajarse con un buen martini después de un largo turno en el hospital,— Rose
terminó con una sonrisa.
Bella le ofreció una sonrisa más bien rígida a cambio. —Lo tendré en cuenta.—
...
—¡Bueno, esto fue muy divertido! Deberíamos hacerlo de nuevo en algún momento
—, dijo Emmett con una gran sonrisa.
—Um...
—Yo no-
—Hey, allá hay un taxi,— mi hermana me dijo, señalando hacia abajo. —¿Por qué
no lo comparten? El apartamento de Bella está en el camino para ti, Edward.
Pero, al menos, tal vez podría conseguir un final feliz de esta noche, después de
todo.
—Eso es una gran idea,— dije, sabiendo que esto le cabrearía a Bella. —¿Bella?—
Abrí la puerta y di un paso atrás para permitir que ella entrase en el taxi. Mi madre
me crió para ser un caballero. Aunque eso no iba a impedirme follar a ésta chica
hasta perder la razón, una vez que llegáramos a su casa.
Joder, ella olía bien. Toda una mezcla de luz de sol y niña.
Yo sólo sonreí, sabiendo qué recibiría en su casa. Esta chica nunca me pudo
resistir. Lo que era exactamente lo que gustaba.
Bella estaba sentada al otro lado del asiento trasero, casi presionada contra la
puerta. Deslizándome silenciosamente hacia ella, dejé que mi mano cayera en el
asiento justo al lado de su pierna. Mi dedo meñique se puso en contacto con su
expuesto muslo, justo en el borde de su vestido, acariciando suavemente.
Ella se estremeció.
—Detente, Ed-ward.
Ella negó con la cabeza. —No me gusta esto. No me gusta saber todas estas cosas
sobre ti. Esto se supone que es libre de complicaciones. Y ahora...— Ella suspiró.
—Ahora, es un desastre.
—Bella, mírame.— Esperé hasta que pude ver sus ojos antes de continuar. —No es
un desastre. Todo está bien. Aún puedes llamarme 'E' si quieres.
Eso me valió una pequeña sonrisa mientras nos detuvimos en frente de su edificio.
Dos horas más tarde, me subí a otro taxi, saciado y tratando de mantenerme
despierto, sonriendo a los muy recientes recuerdos en mi cabeza.
Mis dedos dentro de Bella en su cocina con la espalda presionada contra el
refrigerador.
Bella de rodillas en su sala de estar con sus labios carnosos deslizándose sobre mi
polla.
Llamé a Garrett en el camino de regreso a mi casa para comprobar cómo iba el bar.
Todo bien.
La carrera perfecta. La "relación" perfecta, es decir, nada más allá del sexo.
Lo tenía todo.
...
Regla #10 de Folla-amigos: Llegar por separado. Correrse tanto como se pueda.
Irse por separado. No compartir viajes de auto —puede complicar una escapada
rápida.
¡Awww! que lindo, sus alertas y reviews han llenado de amor mi corazón.
Gracias. Y... éste capi va dedicado a una loca: Gris mi vida, gracias por
fangirlear tanto con éste fic.
¿Que tal Edward eh? Es todo un... sexy macho jeje Tampoco pude resistirme a
los ojitos y tattoos y subí, para que me suba la falda a mí. Jajajaja. Un abrazo
chicas.
Besos, Ale!
Cream Cheese
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Bella POV
zumbido
zumbido
zumbido
Bzzz
Con un rugido furioso, agarré mi teléfono para averiguar quién iba a tener cortarle la
garganta por despertarme a las ocho de la maldita mañana cuando iba a trabajar en
el hospital toda la noche.
'E'
¿Qué carajos?
Había pasado casi una semana desde nuestro desastre en el restaurante, y le había
recordado a Edward sobre la lista de reglas que habíamos acordado. Unas cuantas
veces.
—Sí, sí. Conozco las reglas. Escucha. ¿Dejé mi cartera allí anoche?
Arrugué mis ojos cerrados y lavé la cara con mi mano libre. —¿Por qué diablos
crees que dejaste tu billetera aquí anoche?
Una risa oscura retumbó a través del altavoz. —Bueno, cariño, me parece que te
recuerdo rasgar mis pantalones justo al encontrarnos, yendo directo a lo bueno.
Puse los ojos, pero al mismo tiempo estiré mis músculos doloridos y me estremecí
un poco ante el recuerdo de la noche anterior.
Subiendo con las manos vacías, me dirigí a la sala de estar. —Es demasiado
temprano para estarme jodiendo con esto—, me quejé.
Maldito.
Una rápida búsqueda entre mis cojines del sofá arrojó resultados. Saqué la cartera
hecha de suave cuero negro y la abrí.
Jodidamente ridículo.
—Sí. Estaba seguro que la cartera estaba allí, y no quiero que tengas que esperar
por mí ya que tienes que trabajar esta noche.
A veces.
Mierda.
Abrí la puerta y traté de entregarle su billetera así él tendría que tomarla e irse. Pero
ignoró mi brazo extendido, y pasó junto a mí.
—¿Qué estás—?
—Uh...
¿Cómo podía hacer que fuera incapaz de expresarme con sólo caminar junto a mí?
Ah, sí. Era sexo andante.
Bastardo.
Me distraje con sus largas piernas en esos jeans que le quedaban ceñidos a la
perfección mientras caminaba en mi cocina. Su sudadera negra corrugada estaba
pegada a la parte superior de su cuerpo, y mis putos pezones se endurecieron.
Él encontró un cuchillo con bastante facilidad, se subió las mangas hasta los codos,
y comenzó a untar.
—Sí, bueno, yo sólo pensé que era lo menos que podía hacer por despertarte tan
temprano. Tengo una cita dentro de una hora, y yo realmente necesitaba mi
billetera.
Vi como extendió el queso crema en cada mitad del panecillo de canela, y mi boca
se hizo agua un poco, —tanto por la comida como por observar los músculos y
tendones de su antebrazo en flexión y en movimiento bajo su piel intrincadamente
marcada.
Levantó los ojos hacia los míos mientras metió la yema de su dedo pulgar en la
boca succionó un poco de queso crema.
Edward nos dio la vuelta y me puso sobre el mostrador. Sus dedos hicieron un
trabajo rápido con el cordón de mi bata y la dejó abierta, abrasando mi piel con su
mirada ardiente. Descansé mi peso sobre mis manos mientras apretaba ambos
pechos y se inclinó para tomar un pezón duro en su boca.
Sus caderas cubiertas con denim se sacudieron en mi piel desnuda, logrando que
soltara un largo gemido de mí mientras seguía chupando y lamiendo.
Edward gruñó mientras sus caderas se abalanzaron una y otra vez hasta que de
repente me sacó de la encimera, dejando caer mi peso sobre él plenamente,
mientras me aferraba a su cuerpo. Grité al ser llenada tan completamente, una
fuerte punzada de dolor hizo que mis ojos se cerrasen, apretados.
Él me sentó sobre ella, la madera fresca era un contraste con mi piel caliente, y me
cogió hasta perder la consciencia.
...
¿Acaso no podíamos estar solos en una habitación durante más de diez minutos sin
arrancarnos la ropa uno al otro?
—Sí. Nos vemos—, le dije mientras caminaba hacia la puerta. —Y gracias por el
panecillo—, dije en voz alta simplemente porque estaba cerrando tras de él.
Obviamente, que habíamos tenido relaciones sexuales muchas veces antes, pero
siempre me había sentido como si fuera en mis términos en una forma u otra. Esta
vez, sin embargo, no me sentí en control en absoluto. Mi cuerpo tomó
completamente el control, y todo lo demás quedó en el olvido.
Las cosas como las reglas parecían estar cayendo en el olvido más y más.
Ser una residente de cirugía era un trabajo agotador. No tenía tiempo para una
relación amorosa, incluso si lo tuviese, ya había estado en eso. Simplemente eso no
encajaba en mi vida ahora.
Ahora, ésto era lo que funcionaba para mi, y debía hacer todo lo que estuviera mi
alcance para mantenerlo así. No podía permitir que otra regla se rompiese o se
ignorase.
Esa era una pendiente jodidamente resbaladiza, si en algún momento hubo una.
...
Jajajaja, bueno, solo puedo decir que Edward me tuvo muy ocupada anoche
(ya saben a lo que me refiero) *raises eyebrows* Okay, para la chica que me
dijo por la notita del estado del las reglas (disculpa que no te respondiese por
PM esa parte, sólo se me pasó) pues sí, saldrá cada regla de acuerdo a cómo
las van rompiendo, o no.
Okay, creo que eso es todo... ¿Alguien que desee estos capis más seguidos?
*raises eyebrows again, flirting*
Las actus serán dos veces por semana y sólo por ésta es hay tres... pues
hasta la otra semana :D (no se enfaden)
Besos, Ale!
Uncomplicated
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Edward POV
—Mierda, Bella. Sí, así, cariño.— Ella me apretaba tanto que casi me hizo venir
también, pero lo sostuve un poco más. Necesitaba hacer que esto durase un poco
más de tiempo. Una vez que todo terminara, sabía que tenía que irme. Y dejarla era
la última jodida cosa que quería hacer en ese momento.
Empecé a follarla aún más fuerte. Empujando. Golpeando. Ella estaba tan mojada, y
nunca nada se había sentido tan bien como ella en ese momento. Lloriqueando y
gimoteando mientras seguía bombeando dentro de ella, Bella se quedó mirando el
lugar donde nos uníamos con los labios entreabiertos y los ojos entornados. Me
quedé mirando sus tetas perfectas mientras rebotaban con cada empuje castigador,
agarrándola de la cintura para ayudar a tirar de ella contra mí, haciendo que golpee
tan putamente profundo que probablemente estaría dolorida al día siguiente.
Bueno, está bien, no dijo que me necesitaba, pero eso era lo esencial. Necesitaba
mi polla, ¿y quién podía culparla, realmente?
De pie junto a su alta cama con dosel, podía sentir los músculos de mis muslos
ardiendo, pero ignoré su protesta cuando ella empezó a jadear y gemir mi nombre.
Los músculos internos de Bella volvieron a vibrar a mi alrededor de nuevo, y yo
sabía que sería capaz de lograr otro orgasmo en ella antes de sucumbir al mío.
Sus piernas estaban bien envueltas alrededor de mi cintura, sus tobillos juntos.
Tomé su rodilla izquierda y puse su pierna hacia arriba contra mi torso. Su otra
pierna se volvió temblorosa sin el apoyo, así que la levantó por la rodilla, pero la
dejó envuelta alrededor de mí. —Entierra ese talón en mi culo, nena.
Ella obedeció con un gemido, y me incliné sobre ella, yendo más profundo y
golpeando ese lugar en su interior que la hacía gritar.
Siempre fue mi objetivo hacer que una mujer grite mi nombre durante el sexo, y
Bella no fue la excepción.
Oírla decir mi nombre completo y no sólo 'E' hacía cosas a mí que ni siquiera podía
explicar. Mi cuerpo se estremeció, y el calor hormigueaba a través de mi piel.
—Mierda... justo... ahí—, gruñó con los dientes apretados al compás de mis duras
estocadas.
Esta vez, cuando sentí su coño abrazar mi parte baja, solté sus piernas y permití
que mi orgasmo se arrastrase sobre mí antes de desplomarme encima de ella.
Bueno, sólo mi torso estaba encima de ella, y ya que estábamos ambos tan
sudorosos y mis pies estaban en el suelo, comencé a deslizarme fuera de ella casi
de inmediato.
Bella se apresuró a tirar de mí hacia arriba, pero seamos sinceros. Mido casi un
metro noventa y estoy bastante bien hecho, y ella es como una persona de bolsillo o
alguna de esas mierdas.
Mis piernas estaban demasiado débiles para mantenerme en pie en ese momento,
me caí de culo y me dejé ir de nuevo para recuperar el aliento, lo que es difícil de
hacer cuando no se puede dejar de reír.
Bella miró a un lado de la cama. Estaba riéndose, y se veía preciosa. Tenía las
mejillas de color rosa, y sus labios eran de color rojo cereza, con los ojos de color
marrón oscuro brillante, el pelo caoba en un desorden salvaje a causa de mis
manos.
Mis cejas se alzaron en sorpresa porque ella quería que yo me vaya, por lo general,
tan pronto como sea posible, justo después de terminar. Ella sentía que ayudaba a
mantener las cosas entre nosotros fuera de complicaciones.
Funcionó para mí en ese momento, porque las cosas sin complicaciones era todo lo
que yo hacía.
Había pasado cerca de dos semanas desde 'el incidente del panecillo', como me he
referido a ello en mi mente. Nuestra cogida espontánea había liado mi cabeza un
poco, pero parecía que habíamos conseguido volver a la marcha rápidamente a
partir de entonces, ambos elegimos fingir que no había ocurrido.
—¿Edward?
—¿Hmm?— Me di cuenta de que había cerrado los ojos y los abrí para verla
mirándome. Me pasé la mano perezosamente por el pecho de arriba hacia abajo, y
su pequeña lengua salió para humedecer sus labios entreabiertos mientras seguía
el movimiento. —¿Bella?
—¿Sí? ¿Qué?— preguntó ella con los ojos muy abiertos, aparentemente
sorprendida de que hubiera hablado.
—No sé, Bella. ¿No es eso contra las reglas?— Le respondí con una sonrisa.
—No, no, no. Estoy bromeando. Continua. Sólo, no te vayas a enamorar de mí.—
Le guiñé un ojo, y ella resopló y se comportó como si yo fuera el que rompía una de
sus preciosas reglas. Pero aparte de la llamada de teléfono, tan temprano por la
mañana, yo era un folla-amigo modelo, si alguna vez hubo uno.
—Tenía curiosidad sobre tu tatuaje. Tiene que haber una historia allí.
—¿Cuál de ellos?— Tuve que morderme la mejilla para no sonreír, porque sabía
exactamente cuál era.
Bueno, maldición.
—¿Eres siquiera fanático de Harry Potter? Quiero decir, el nombre del bar y—
—¿Pillaste eso?
Mierda, ella podría haberse convertido mi chica soñada solo por saber que
significaba haber nombrado mi bar así. Ya saben, si yo estuviese buscándola, así de
simple. Lo que no estaba haciendo. Nop. Definitivamente no.
—Sí. Me imaginé que no sabías lo que significaba cuando lo compraste,— dijo con
un encogimiento de hombros. Ella aún no sabía que había construido el bar desde
la base. Nox era mi bebé. Tampoco le había dicho que en un momento, había
estado en la misma trayectoria que ella— en la escuela médica para convertirme en
cirujano. Pero, de nuevo, raramente hablábamos mucho, además de : sí, fóllame, y
más duro.
—Um, bueno, sí. Supongo que se podría decir que siempre he sido algo así como
un friki fan de clóset de Harry Potter,— le dije, mientras pasaba mis dedos a lo largo
de la elegante letra que decía —Juro solemnemente que mis intenciones no son
buenas—, formando un arco hacia abajo entre los huesos de la cadera. Los oscuros
ojos de Bella siguieron el camino de mis dedos, y pude ver su respiración
acelerarse.
Sin complicaciones.
...
Prometí dos para ésta semana y lo siento, pero estaré de vuelta con dos
cumpliendo mi promesa. Disculpas de nuevo. ¿Que opinan eh? Yo me estoy
asfixiando de calor. Muajajajaja, y no saben lo que viene (bueno, a excepción
de las que lo han leído en inglés) ¿Alguien que sea super fan de Potter? Por fa
avísenme, que necesito ayuda en unas cosas.
(New message to "E": Hey, Edward! come here and take me against the door. I
have no panties)
Besos, Ale!
PS: Y muchas gracias por los reviews, las alertas, y los PMs. ¡Son las mejores!
Spooning
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you all, enjoy!
Capítulo 5: Acurrucarse.
Bella POV
Era la candidata perfecta para remover esa vesícula biliar, pero el jodido Dr.
Sanders obtuvo la operación. Obviamente, él había besado mas traseros que yo.
La medicina aún era terreno de hombres, y siempre me sentí como si tuviese que
trabajar el doble para obtener mis propósitos o para ser tomada en serio. Era una
especie de ambiente de-no-tomar-prisioneros. Incluso mi propio novio me había
jodido para salir adelante en la escuela de medicina.
Ambos habíamos estado en el mismo programa de Becas de Investigación, y me
habían dicho que sería yo quien la recibiría. Pero luego, él me la había robado por
debajo de alguna manera. Aún no sé como lo hizo, pero hubieron rumores de que él
había difamado frente a algunos miembros del consejo, uno de ellos me lo dijo
precisamente antes de que la beca fuese entregada.
Ni siquiera quise saber que era lo que Riley les había dicho de mí.
Él fue mi primer, y único novio serio, y para ese momento, pensé que estaba
enamorada de él.
¿Estás libre? B
Otro minuto.
Sip, okay. Nos vemos pronto. ~E
Gracias a Dios.
No había ayudado que como cereza de pastel en este día de mierda que me había
pasado, mi madre también había llamado durante uno de mis descansos. "Sólo para
chequear" recordándome que no me estaba haciendo más joven. Que era tiempo
de encontrarme un lindo doctor para establecerme y hornear unos cuantos niños —
sin importar el hecho de que yo era doctora, también. Y "oh, es tan malo que la
cosas no funcionaron con este chico Riley. Él era tan buen partido"
Agh. Ella, obviamente, había bebido una onza de delirio en su innumerable cantidad
de copas de vodka tonic.
Enredando otra toalla debajo de mis brazos, atravesé mi sala de estar y abrí la
puerta para dejarlo entrar.
Maldita sea.
Introduje mi nariz en ese lugar justo debajo de donde la mandíbula se encuentra con
su cuello, tan pronto como sus brazos regresaron hacia mi. Nunca podría tener
suficiente de su olor. No tenía idea de qué tipo de colonia o loción de afeitar o jabón
usaba.
Edward lamió sus labios mientras sus ojos recorrían mi cuerpo desnudo, y di un
paso adelante de nuevo para tirar con fuerza de su cinturón.
—Cállate.
Edward arqueó su cuello hacia un lado y apretó los ojos cerrados mientras me hundí
en él. Siempre quise lamer ese tendón en su cuello que se destacaba cuando hacía
eso. Me agaché y recorrí con mi lengua de arriba a abajo la línea de la mandíbula, y
él dejó escapar un gemido necesitados.
Agarrando sus manos, las levanté sobre su cabeza y las presioné contra el colchón
antes de deslizarme sobre su longitud y golpear fuerte hasta sentarme sobre él.
—Joder,— escupió.
Monté lo duro y rápido. Atrapó uno de mis pezones en su boca cuando pudo, pero
nunca solté sus manos, mantuve sus brazos fijos.
—Oh, Dios,— jadeé contra la tinta en la piel de su pecho. Me había dado cuenta
antes, por supuesto, la fecha desplazada allí, justo sobre su corazón, con una
pequeña 'J' al lado de él.
Colocando las manos contra su pecho, lo empujé hacia abajo y me deslicé fuera de
él. Soltó un gemido de protesta, pero luego me giré, mirando hacia él por encima de
mi hombro. Él me dio una sonrisa de complicidad, una vez que se dio cuenta de
cual era mi intención.
Mis piernas estaban en el exterior de las suyas, y llevé mi mano hacia abajo para
rodar sus bolas y apretar justo detrás de ellas. Mientras lo hacía, Edward empezó a
maldecir y gimir constantemente, estimulándome el desear cogerlo aún más duro.
Sus manos se envolvieron alrededor de mi cintura, a veces deslizándose hasta mis
costados y avanzando hasta tener su manos alrededor de mis pechos o
moviéndose hacia abajo para extenderse a través de mis caderas y mi culo.
Necesitaba esto.
Cuando se sentó de repente, me incliné hacia adelante, con las manos aterrizando
en sus rodillas. Sus dedos se clavaron en mi piel mientras me hizo rebotar con
fuerza sobre su polla, haciéndome gritar.
—Mierda, mierda, mierda,— dijo Edward con los dientes apretados. —Te sientes tan
jodidamente bien.
Mis ojos se volvieron pesados al instante, y lo último que sentí fue el endurecimiento
de los largos brazos de Edward alrededor de mí antes de que me quedarme
dormida.
A medida que la realidad comenzó a hacerse presente, sin embargo, mis ojos se
ampliaron, y mi cuerpo se tensó. Edward y yo estábamos tumbados de lado ...
acurrucados.
Volví la cabeza para mirar por encima del hombro , hacia él, me di cuenta de que
estaba profundamente dormido. El reloj de mi mesita de noche leyó 02:14 a.m.
Bueno. Esto no era lo peor que podía haber pasado . No era como si hubiera
pasado la noche. Ni siquiera llegó aquí hasta después de las 12:30 de todos modos.
Podríamos regresar de esto.
Pero cuanto más tiempo me quedé allí, envuelta en él, más me di cuenta de que me
gustaba.
Mierda.
Me di la vuelta entre sus brazos y miré su cara por un minuto. Sus cejas espesas
que eran siempre tan expresivas, tan... vivo en su rostro, se mostraban, sobre los
ojos cerrados, relajadas por una vez.
El pequeño anillo al final de su ceja izquierda tenía una diminuta piedra negra en él.
No sé por qué tuve la urgencia de repente, pero lo toqué ligeramente.
Su nariz era larga y recta, de aspecto un poco blando al final, como que no era
bastante simétrica. Lo cual era bueno, porque de lo contrario sería un poco
demasiado perfecto.
Cuando mis ojos se posaron en sus labios, este sentimiento que no podía describir
corrió a través de mí. ¿Deseo mezclado con temor tal vez? Los labios de Edward
eran tan hermosos-color rosa oscuro y sólo lo suficiente no parecer demasiado
femeninos.
Tocándolo apenas, tracé mi dedo sobre el labio inferior, y de repente una mano
cálida envolvía alrededor de mi muñeca.
Mis ojos se dispararon a los suyos, y Edward estaba mirándome , profundo verde
examinando marrón . Nos miramos el uno al otro durante un minuto hasta que la
intimidad del momento me impactó a la realidad, y traté de retroceder, de su agarre.
Y se sintió mal.
No.
Sin besos.
Esa profunda, adormilada nota su voz envió un ligero escalofrío de deseo a través
de mí y agité mi mano sobre mi hombro. —Ah, sí. No te preocupes. Te veré
después. Y gracias.
Hubo un silencio completo por un momento, y luego me le oí resoplar por la nariz
antes de que las sábanas se agitaran con sus movimientos.
Aun así. No debería haber incluso tener ese impulso cuando se trataba de mí.
Y al igual no debí haber tenido la tentación de presionar mis labios contra los suyos
y enredar nuestras lenguas.
...
(New message to "E": You... me... the library. Have you read Beautiful Bastard?
Planing play out some chapters, with you *winks*)
¿Que tal eh? Prometo poner más de mi parte pero, mi mami está algo delicada
y me siento distraída. No he subido el regalo de este año de San Valentin, pero
lo tendrán. Muacks.
*hace dos noches tengo ésto listo, pero el puto fanfiction no me dejaba
ponerlo, mil disculpas.
Besos, Ale!
PS: Sus reviews, las alertas, y los PMs me hacen muy feliz. Gracias.
PS2: Son doce capítulos.
Covet
This is not my story, I'm translating with the previous permission of the real
autor GeekChic12. She's the best! Thnks a lot Geekchic, this is an honor. Hope
you all, enjoy!
Capítulo 6: Codiciar
Edward POV
El negocio estaba lento esta noche en el Nox, y decidí que era un buen momento
para sacar el polvo y reponer estantes de vidrio que contenían nuestras botellas de
licor detrás de la barra.
Como me puse a la tarea sin sentido de tirar botellas y limpiar los estantes, mis
pensamientos se desviaron hacia Bella.
No la había visto desde la noche que habíamos despertado enredados juntos, más
de una semana y media atrás. Ella me envió un mensaje tres días después, sin
embargo, con ganas de olvidarse de ello y seguir adelante, que era probablemente
lo mejor, teniendo en cuenta lo mucho que había querido besarla en ese momento.
Y muy probablemente habría pasado si ella no hubiera entrado en pánico y no se
hubiera alejado de mí.
Cuando me había pillado, sus ojos oscuros estudiaban mi cara con la escasa luz de
su dormitorio esa noche, algo había despertado en mi pecho -algo que no había
sentido en mucho tiempo. Traté de leer lo que había en aquellos ojos por ese breve
momento en que yo le sostuve la mirada, pero ella parpadeó alejándose demasiado
rápido. Por supuesto, sabía que había deseo entre nosotros —ardiente lujuria que lo
consume todo. Pero por la forma en que me miraba y cómo ella trazó mi labio me
hizo pensar que era posible que ella estuviese empezando a tener sentimientos más
allá de eso por mí.
Por un lado, yo sabía que quería su cuerpo como nunca había querido el de nadie
más antes. Estar dentro de Bella era jodidamente alucinante. Simplemente...
encajamos.
Pero, por otro lado, habíamos entrado en este acuerdo, porque ninguno de nosotros
queríamos una relación. Yo había pensado que tenía buenas razones para eso en
aquél momento —queriendo centrarme en el éxito de mi bar, sintiéndome todavía
demasiado joven para sentar cabeza, no quería tener otra novia pegajosa que no
me dejara pasar el rato con los chicos cuando quisiera. Pero parecía que mientras
más tiempo pasara con Bella, más tontas esas razones comenzaban a sonar.
Sabiendo que lo más probable era que ella deseara que me haya ido, sin embargo,
me calcé mis bóxers, y mientras fui por mis jeans, la oí.
Tan hermosa.
Me amonesté a mí mismo por esperar con gran expectación lo que ella quería decir.
Nunca pasó.
Era obvio que había tenido un mal día o algo por la forma que me había empujado y
por cómo quería tener el control.
La forma en que lo había dicho, sin embargo, casi suplicando, hizo imposible que
me negase.
Fui arrancado de mis pensamientos sobre Bella cuando un olor familiar pareció
invadir el área a mi alrededor. Gemí en irritación. Si nunca olía ese perfume
espantoso de nuevo, sería demasiado suertudo. Terminé de almacenar Grey Goose
y Stoli, y podía sentir sus ojos mirando directamente a mi culo.
—Lauren.
—Estoy bien ¿y tú?— Mi madre me crió para ser educado, pero realmente me
importa un carajo cómo estaba. Si el coeficiente intelectual de Lauren fuera mayor
que el tamaño de su zapato, ella podría haber entendido eso en mi expresión, pero
por desgracia...
—Oh, Eddie. No estoy tan bien—, se lamentó con voz aguda, quejumbrosa.
Suspiré. Joder, odiaba que me llamara Eddie. —Ah, sí?— Todavía era un cliente. No
podía decirle exactamente que se vaya la mierda.
¿Podría?
—Sí. Verás, tengo un pequeño problema. Soy caliente, ¿no? Quiero decir, mírame.
— Ella me mostró su cuerpo como si fuera Vanna Fucking White y los músculos de
mi mandíbula funcionaron horas extras intentando mantenerse lejos del "no
realmente" que quería escaparse. —Bueno, de todos modos. Puedo conseguir casi
cualquier chico que quiero. Pero el que realmente me gusta, bueno...— Ella se
acercó a la barra y paseó sus uñas postizas por mi antebrazo, inclinándose hasta
susurrar en mi oído. —Él prácticamente me arruinó para cualquier otro.
Mientras se movía hacia atrás para mirarme desde debajo de sus pestañas, se
mordió el labio, pero en lugar de excitarme, sólo me dieron ganas de empujarla.
Estaba todo mal. Pero mi mamá me patearía en las bolas si alguna vez pusiera mis
manos en una mujer de esa manera, así que sonreí tan educadamente como pude.
—Lo siento, Lauren. Yo realmente lo siento. Pero tengo novia ahora.— Ella podía
creer lo que sea sobre qué es exactamente lo que lo lamentaba, pero sin duda, era
por alguna vez haber hundido mi polla en ella en primer lugar.
—Oh. Bueno, es una lástima.— Ella deslizó una pequeña tarjeta blanca a través de
la barra para mí. —Aquí está mi número de nuevo en caso de que cambies de
opinión. O, ya sabes, si a tu novia no le importa compartir.— Terminó con lo que ella
probablemente pensó que era un guiño sexy, pero sólo la hacía parecer como si
tuviera algo en su ojo. Esperma probablemente de algún desconocido.
Hice lo mejor que pude por no hacer una mueca y guardé la tarjeta, sabiendo que
iba a lanzarla después.
Lauren meneó sus dedos como despedida. —Nos vemos por allí, Eddie.
No podía leer su expresión a través del cuarto, pero le di mi mejor sonrisa. Pensé
que si ella estaba aquí, era para una cosa y sólo una cosa.
Bella llevó su martini a sus labios y tomó un largo trago, sin dejar de mirarme
directamente a los ojos. Incliné la cabeza hacia atrás, indicando que me siguiera y
me dirigí a mi oficina después de asegurarme que Seth supiera que iba a estar fuera
por un rato.
Tan pronto como la puerta se cerró detrás de Bella, le apreté contra ella, llegando a
su alrededor para echarle seguro, y al mismo tiempo, salpicando su cuello con
suaves y húmedos besos.
Ella inclinó la cabeza hacia atrás y gimió. Parecía casi involuntario, porque ella
también estaba presionando sus pequeñas manos en mi pecho, presumiblemente
tratando de hacerme a retroceder.
Apreté mi repentinamente dura polla en su estómago, pero ella sólo empujó con
más fuerza.
—Oh, ¿Lauren? Ella no es nadie—. Deslicé el otro tirante hacia abajo y luego metí
un dedo en su escote.
Me detuve a mirarla a los ojos, —algo que no hacía lo suficiente porque sabía que
iba a ser empujado a sus profundidades con demasiada facilidad.
—Lo estás.
Tan caliente.
—No lo hice.
—Uh-huh.
—¿Bella?
—¿Qué?
—Cállate y déjame follarte.
—Ungh—, fue su respuesta cuando dos de mis dedos pasaron sobre su clítoris. Sus
manos impacientes deslizaron mis pantalones y bóxers por mis piernas.
Después de patear mis piernas fuera de la tela, avancé hacia delante, levantándola
y empujando su ropa interior a un lado. La cabeza de Bella golpeó contra la puerta
mientras deslizaba dos dedos en su interior. Presioné mi pulgar en su clítoris y
bombeé mis dedos dentro y fuera, los curvé cuando encontré ese lugar difícil de
alcanzar en su interior.
Cada grito y gemido que pasaba a través de sus rosados labios que hacían
puchero, fue música para mis oídos.
Sus ojos se abrieron de golpe contra los míos, y me di cuenta de lo que dije.
—Tú eres la única con la que estoy haciendo esto. El único que follo. Lo juro.
—Te dije que esto era exclusivo, y lo dije en serio. No estoy saliendo con nadie o
haciendo cualquier otra cosa como ésta.— Continué follándola con mis dedos,
observando sus mejillas más rosadas cuando su orgasmo crecía en ella.
Los labios de Bella se separaron, y no parecía no poder formar una respuesta, por
lo que se limitó a asentir. Segundos más tarde, con los ojos fuertemente cerrados, la
sentí abrazar mis dedos en su interior, con su pequeño cuerpo estremeciéndose
mientras se dejaba ir.
—Bella—, le susurré.
Ella me dio una sonrisa perezosa, que se convirtió en un ceño confundido mientras
la puse de nuevo sobre sus pies.
—¿No quieres...?
Sin sujetador.
Jódeme.
No hubo ninguna duda mientras daba un paso a mi alrededor y puso sus manos en
el borde de mi gran escritorio, moviendo su pequeño culo apretado frente a mí.
(New message to "E": uhm, last night was... er, sorry, that's not what I was...
Nevermind. *erases the whole message* Second new message to "E": So,
Bella it's boring, come here, we'll have lots of fun, you can get me *whispers*
anywhere. I'm not jelaous, but i can be.)
Sooo, tengo un premio para la persona que me deje el review número... 190.
No pregunten por que pero es mi número favorito, y no quería esperar hasta
que fuesen mil reviews hahahaha, falta poco ¿no? El premio consiste en que
crearé un shot (del tema y la pareja que desee la ganadora) y lo subiré aquí.
Ojo, si no tienen cuenta por favor, escríbanme su dirección de mail, sin puntos
o arrobas, pues no saldrán por acá...
El review puede ser en cualquiera de mis fics, ustedes revisen cuál es el que
está más cerca del número. Esa es su tarea.
;)
Besos, Ale!
PS: Un billón de gracias por sus alertas, ésta semana me cayeron encima
como lluvia en Forks, ¿alguna de la nuevas no quiere dejarme un review?
Distractions
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Capítulo 7: Distracciones
Bella POV
Mierda. El calor inundó mi interior ante sus palabras. Eso había sido tan caliente. Él
hubo embestido en mí sin descanso esa noche, alternando entre golpear mi trasero
y tirar de mi cabello.
Dios.
Así que cuando mi celular volvió a vibrar, mi cejas se fruncieron al notar que "E"
estaba en la pantalla nuevamente.
¿Estás en el trabajo? ~E
Oh, vamos. ¿No puedes tomarte un descanso de lo que sea que estés
haciendo? ~E
¿Qué demonios?
Bien. ~E
Bien, era correcto. No sabía cual era su problema. Después de esa noche en su bar,
habíamos cogido como conejos por muchas noches seguidas. Incluso le pedí que
viniese a encontrarse conmigo en una de la habitaciones de espera del hospital una
noche, lo que nunca debí haber hecho. He estado mucho más ocupada en el trabajo
durante las últimas dos semanas, sin embargo, así que ha sido un tiempo corto
desde que nos vimos. Aún así, él nunca me había presionado de ésta forma.
Casi no me levanté a abrir la puerta y ver quién era, pero tuve el presentimiento de
saber exactamente quién estaba allí.
Dando un vistazo en la mirilla, vi cabello caótico y ese maldito aro en la ceja. Tenía
la cabeza un poco inclinada.
In-malditamente-creíble.
—¿Me estás jodiendo justo ahora? —le pregunté mientras abría rápido la puerta.
—¿Sorpresa? —Edward sostenía una bolsa con comida rápida. Sus cejas elevadas,
dándole arrugas a su frente, y ¡joder! se veía lindo.
Agucé mi mirada en él. —Te dije que estaba ocupada. Y no tengo hambre. —mi
estómago no pudo elegir mejor momento para rugir. Muy fuerte.
Rodando mis ojos ante su sonrisita, di un paso atrás para dejarlo pasar.
Solo comiendo. Seguro. Esa es la razón por la que me dio una mirada que hacía
que un rayo de calor intenso se disparase justo en el centro de mi cuerpo. Sus
dientes recorrieron su labio inferior mientras levantaba la ceja que estaba perforada.
Puto.
Toda la situación se sentía muy familiar. Y casi tanto como una cita.
—Wow, wow. Hey. —Edward detuvo lo que hacía y se giró para verme. —Primero
que nada, Yo sí sé cuanto trabajo lleva. Y nunca dije que fueras mi novia o lo que
demonios hayas dicho en adición. Yo sólo... mierda—. Susurró
—Han sido dos malditas semanas, Bella. —él pasó su mano entre sus cabellos,
exasperado.
—¿Y?
—No —, la voz de Edward provino de un lugar no muy lejano al mío. —No bromeo
para nada.
—Entonces, ¿por qué no te vas a follar a una de tus zorritas del bar? —no me volví
para encararlo, y las palabras salieron de mi boca tan rápido que no pude
detenerlas a tiempo, aunque quería hacerlo desesperadamente.
La ira pulsaba en mis venas de tal forma que hizo mi piel quemar. Estaba enojada
con él por forzar los límites; estaba enojada conmigo por decir algo estúpido; estaba
enojada porque lo deseaba muchísmo.
Había roto la regla de los celos, y me odiaba por que no debería haber espacio o
razón para los celos en este acuerdo. Aún así, me sentía mucho y la mayoría del
tiempo muy posesiva cuando se trataba de él. Todo en lo que podía pensar cuando
esa estúpida rubia puso sus manos sobre él era mío, mío, mío.
Mierda.
Me alejé tan rápido de él, que su mano aún estaba en el aire cuando lo encaré. —
No me jodas con eso. No puedes solo venir aquí cuando se te pega la maldita gana
y esperes que me abra de piernas para ti. Así no es como las cosas funcionan.
—Jesús, Bella. —él rastrilló su cabello con ambas manos. —¿Acaso no puedes
entender que te ansío jodidamente?
—Sal de aquí.
No podía hacer esto justo ahora. Tenía que terminar con mi búsqueda ya mismo, y
tenía que lidiar con esta maldita cirugía. Impresionar a los médicos responsables y a
la jefa era muy importante como para joder ésta oportunidad así de fácil.
No tenía espacio en mi cabeza para analizar lo que me había dicho ni como hacía
que mi interior se revolviese y humedezca.
Dos furiosas y calientes lágrimas cayeron por mis mejillas, y me las enjugué casi
violentamente.
...
(New message to "E": No cell phone. Damn! Fucking muggers! I'm taking my
grandma's. So, meeting (fucking) tonight?)
Este capi si que me revolvió el seso... Bella se comportó como una idiota, es
verdad que Edward debería haber puesto más calma pero ella lo trató
horriblemente... aparte, le llevó comida y se preocupó por que haga una pausa
solamente. En fin, espero su opinión al respecto.
Ya saben, agradezcan a ésta servidora los errores ortográficos.
Cambiando el tema ¿alguien escuchó a The naked and the famous? Punching
in a dream es grandiosamente inspiradora, me ayudó a traducir este capi ;)
;)
Besos, Ale!
PS: E...ntonces, los reviews se agradecen. Para las que no sabían, ya está lista
la traducción "Sólo un Número", completa y con "epílogo". Okay, me voy a
llorar...
Sunshine
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Capítulo 8:
Edward POV
Había pasado una semana sin oír una palabra de Bella, desde que me largó de su
apartamento.
Terminé en la casa de alguna chica al azar, pero su cabello rojizo y lleno de rizos, y
su empalagoso olor a vainilla estaba mal.
Tan pronto como sus dedos tocaron mi semi-duro miembro, prácticamente me salí
pitando de allí.
Labios sensuales.
Sep. Jodido.
...
Mientras iba caminando por el corto pasillo que me llevaba a mi oficina, podía jurar
que cogí un olorcillo del olor a luz de sol de Bella.
Tal vez aún debía estar molesto con ella, pero después de que mi testarudez y
orgullo herido habían menguado un poco, debía admitir que simplemente la había
presionado demasiado.
Tampoco había sabido como decirle que la extrañé, y como un imbécil, solo le dije
que necesitaba que follásemos más.
También me hizo pensar que tal vez, sólo tal vez, ella no estaba satisfecha de mi,
después de todo.
Hundiendo mis manos en mis bolsillos, le pregunté. —¿Qué estás haciendo aquí?
Los ojos de Bella se dirigieron a la alfombra a sus pies por un momento, antes de
volver a dirigirse a los míos. —Estoy aquí por que quiero saber en donde nos
quedamos.
—¿Cómo siquiera volviste aquí? —le pregunté en lugar de montarme sobre ella, ya
que era donde me había quedado yo. Sin embargo estaba casi seguro que no era
así para ella, y no necesitaba que su rodilla tocara mis bolas en ningún momento
próximo.
—Mira, —me dijo, —no estoy aquí para disculparme por haberte pedido que te
fueses esa noche.
—Siento que no te debo una disculpa por eso. Básicamente demandaste que me
acostara contigo en un momento en que era realmente inconveniente para mi. Lo
puse en claro, y aun así seguiste presionando. —ella vio al piso y volvió a levantar
la mirada. —Pero puedo admitir que me sobrepasé, y no debí estar tan enojada
contigo. Lamento eso. No lo merecías.
—Está bien, —le dije. —Y no quiero decir que no fue de lo peor, por que lo fue. Pero
lo entiendo, y también lo siento.
—¿Sólo así?
—¿Realmente lo sientes, o solo lo dices por que sabes que es lo que quiero oír?
Mujeres.
Vio al piso de nuevo antes de susurrar. —¿Y exactamente de qué manera es eso?
—Ven aquí.
Bella hizo su mejor esfuerzo por reprimir la sonrisa que colgaba de sus comisuras,
pero no me perdí la forma en que sus labios se torcieron e intentaron curvarse en
los bordes.
Ella soltó unas risitas. —Supongo que no, —volvió a sonreír, pero su pequeña
sonrisa se esfumó. —¿Ahora qué?
—Ahora... quiero coger ese pequeño y caliente coño, —respondí, moviendo mis
manos hacia su culo, dándole un apretón. —¿Hay algún problema con eso?
Bella dio unos golpecitos a su mentón con un dedo como si lo pensara demasiado, y
le hice cosquillas en los costados hasta que rogó detenerme.
—Hmmmm.
Tiré del frente de su vestido y bajé su brassier, liberando sus pechos, y sorbí uno de
sus apretados y pequeños pezones en mi boca, lamiendo y chupando hasta que tiró
de mi cabeza desde mi cabello. Asumí que quería que me detuviese, pero ella
dirigió mi cabeza a su otro pezón, y tomé esa como mi señal para darle la misma
atención que al primero.
—Dios, —suspiró.
Gemí en su pecho y ella empezó a mecerse nuevamente sobre mis caderas. Ella
deslizó su ardiente coño de arriba hacia abajo sobre mi longitud, y maldita sea
necesitaba estar dentro de ella.
Tener más de tres semanas sin estar dentro de ella me había vuelto frenético, y la
levanté, tambaleándome hasta el escritorio para casi lanzarla, sobre él, por que no
pude detenerme de paladear la piel de su cuello y mandíbula el tiempo suficiente
para ver a dónde iba.
Dándome cuenta que mis ojos habían estaba apretados fuertemente, los abrí
mientras Bella tiraba su cabeza hacia atrás. Sus uñas estaban enterradas en mis
hombros, y los músculos en mis brazos se tensaron mientras mis caderas
embestían hacia adelante una y otra vez. —Mierda, —susurró ella en una ventosa
exhalación. —Edward...
Doblando las rodillas un poco más, incliné mis envites hacia arriba para poder
golpear ese dulce punto de manera apropiada. Tiré del pelo largo que cosquilleaba
en mis manos y raspé su cuello con mis dientes.
Me importaba un carajo que la gente en mi bar escuchase el grito que soltó ella
cuando se hacía añicos a mi alrededor.
Mis caderas golpearon en ella una última vez, y me vine fuerte dentro de ella con
unos cuántos irregulares empujes, gruñendo su nombre. Mis labios aliviaron un
poco el lugar en su hombro donde inconscientemente la había mordido, y con las
piernas aún temblorosas, di un paso hacia atrás para deshacerme del condón
mientras Bella reordenaba su ropa.
Después de subirme los calzoncillos, la tomé entre mis brazos y nos guié de vuelta
al sofá, ubicándola nuevamente en mi regazo, tal y como la quería.
Bella recostó su cabeza contra mi sudoroso pecho, y jugué con las puntas de su
cabello mientras recuperábamos el aliento.
—No fue mi intención decir lo que dije, —murmuró ella después un momento de
silencio.
—Cuando dije que fueras a cogerte a alguien más. No quise decirlo realmente. Yo...
—Ella volvió a sentarse y observó mi rostro, luego apartó su mirada antes de
continuar.—Estaba enojada, obviamente. Pero eso no era en serio.
—Lo intenté.
Tomando un gran respiro, respondí. —Intenté cogerme a alguien más. Pero no pude
hacerlo.
Los ojos de Bella buscaron rápidamente los míos. —¿Por qué no?
—Te lo dije. Sólo te deseo a ti. —lamí mis labios, y su mirada se dirigió a mi boca.
—Lo dije en serio.
Los ojos de Bella se pasearon por mi rostro, pero no dijo una palabra.
—Oh. —sus dedos acariciaron mi clavícula. —Fue realmente de maravilla. Fue una
difícil, pero el paciente deberá tener una recuperación completa, —lo dijo con una
sonrisa que parecía tímida pero orgullosa.
—Que bueno. Quiero decir, que en realidad yo como que ya lo sabía pues Rose me
dijo que hiciste un trabajo espectacular. Ella aún habla de ti todo el tiempo. Creo que
está convencida que somos almas gemelas o algo así. Ella no puede, ni por ella
misma, entender por que no te he preguntad—
En mí boca.
Con un carajo.
Fuerte y rápido.
Labios y lengua.
—Mierda, —jadeó ella mientras se alejaba de mi, cubriéndose la boca con ambas
manos. —Lo siento. Mierda.
Ella intentó quitarse de encima de mi, pero la sostuve fuerte entre mis brazos.
Por Dios sabe cuanto tiempo, recorrimos nuestras bocas uno al otro. Ella lamió mi
labio superior, y yo gruñí. Yo succioné su labio inferior, y ella tembló.
...
Regla # 8 de Folla-amigos: Nada de besos en la boca (A.K.A la regla de Mujer
Bonita).
(New message to "E": You, me. No clothes. You can kiss me all night long.)
¿Siguen amando a estos dos? Por que yo sí, sobretodo por la forma en que se
arreglan, y si Bella no le hubiese besado, la hubiera agarrado de los pelos,
literalmente. Jajaja.
Nyx 88, tienes toda la razón, siempre hay que esperar a ver que segundas
intenciones tiene Edward, y aunque por obvias razones yo sabía que pasaría,
y las ganas detrás de la actitud de Edward, me apenó que Bella no pudiese
calmarse un poco. Pero, como dice Gris, la flaca está acostumbrada a llevar el
control en sus venas y todo se le estaba escapando de las manos. Maldita, sis,
siempre tienes razón.
Bella POV
Haber estado sin sexo durante unas cuantas semanas nos volvió a mí y a Edward
un poco locos en su oficina, follando en cada superficie posible, horizontal o no.
Y ahora que había probado el sabor de los labios de Edward, parecía que no
deseara dejar de besarlo.
Él estaba sentado en su silla del escritorio conmigo en su regazo, apretada a él, mis
codos reposaban en sus hombros y mis manos enredaban su cabello. Estábamos
sudados, saciados y exhaustos, pero nuestros labios aún estaban conectados.
Ahora suavemente pero aún juntos, su labio superior entre los míos y mi labio
inferior entre los suyos, alternando los más dulces y pequeños besos.
Era todo demasiado íntimo, y aún así, no podía detenerme. Y él no parecía que
deseara que lo haga.
Esos labios que solía observar fijamente y pensar que eran demasiado perfectos
eran mucho mejor de lo que imaginé.
Toqué sus labios con los míos una vez más antes de decidir que era mejor que me
vistiese y me vaya a casa. Edward persiguió mis labios brevemente mientras me
alejé, haciendo que mi corazón diese un pequeño salto contra mis costillas.
—Oh. —levanté la mirada y luego la desvié por la habitación buscando mis zapatos.
—Uhm, tengo esta gala a beneficio del hospital a la que debo asistir el siguiente fin
de semana, y mi cita acaba de cancelarme.
—¿Tu cita?
—Es homosexual, —dije. No supe por que tuve la necesidad de explicarle, pero sólo
se me salió.
—Oh.
—Bueno, si, —solté, logrando hallar finalmente mi segundo zapato. —Supongo que
si. Pero tampoco es para tanto si voy sola.
—Puedo ir contigo.
—Es cierto, —respondí. —¿Pero crees realmente que será una buena idea? Quiero
decir, nuestra última "cita" fue una especie de desastre.
Edward rió. —Sólo no creí que fuese tan mala. Me parece recordar el final de la
noche ser particularmente espectacular.
Me reí mientras me ponía los zapatos. —Por supuesto que eso es todo lo que
recuerdas.
Dos largos y entintados brazos me abrazaron desde atrás, y contuve el aliento, con
mi piel ardiendo justo donde él se presionaba contra mi espalda. Sin importar que
me había cogido hasta perder el sentido en toda la habitación.
Edward quitó mi cabello hacia un lado, y sus labios tocaron la parte expuesta de mi
cuello, su cálido aliento justo debajo de mi oreja hizo que mis piernas se debilitasen.
Era una maldita buena suerte que él me sostuviese.
Él había dejado abundantemente claro que deseaba mi cuerpo, pero fuera de eso,
no sabía por qué él querría ponerse traje para mezclarse con un grupo de médicos
—considerando que especialmente parecía tener una aversión generalizada a ellos.
No parecía para nada una buena idea. Nuestro arreglo esta ya en un terreno
movedizo tal y como estaba, claro con todo el besuqueo y una que otra flagrante
indiferencia ante algunas reglas que habíamos aceptado antes.
Los labios de Edward rozaron mi cuello de arriba a abajo mientras sus brazos se
apretaban más a mi alrededor, y yo perdí completamente cualquier rastro de
raciocinio.
...
Aunque había pasado Navidad y la noche de Año nuevo sola este año.
Nuevamente.
Así que al atardecer, decidí que podría ser lindo el hecho de salir y divertirme con
alguien por una vez.
Además, aún era una función del trabajo, así que había un propósito detrás. Sólo no
quería que los colegas con los que trabajaba me viesen comerme con los ojos a un
chico. Había construido la imagen de ser ruda en el hospital, y estaría jodida su se
deshiciera solo en una noche.
Sentí que era más seguro elegir ir con Eric. Él era hilarante, y sabía que pasaríamos
un buen rato juntos, y eso sería todo.
No había forma de negar que a este punto mis sentimientos por él estaban
cambiando. Pero aun así hacía mi mejor esfuerzo por mantenerlos a raya.
Alisé con mis manos el profundo púrpura de mi vestido de seda, asegurándome que
estuviese en su lugar correcto. Levanté ambos lados de mi cabello con clips
elegantes, y detrás quedó una cascada de grandes rizos. Estaba a punto de
ponerme los zarcillos cuando escuché que tocaban mi puerta.
No me había puesto mis zapatos todavía, así que crucé descalza por el piso de
parqué y observé por la mirilla, pero no pude ver nada.
—¿Edward?
—Sip, soy yo, —su suave voz vino desde el otro lado de la puerta.
Mis ojos viajaron desde su cabello, el cual había cortado y domesticado con algún
producto, hasta su atractivo rostro, pasando por sus anchos hombros, hasta la
pajarita en su cuello, donde observé su manzana de Adán moverse suavemente.
No tenía idea.
Mi boca estaba muy abierta cuando mis ojos lo devoraron, y no me di cuenta cuanto
llevaba observándolo. Pero cuando mi mirada volvió a su rostro, él sonreía de lado
en mi dirección.
—Luces estupenda, Bella, —él dijo, justo antes de inclinarse para besarme en los
labios.
—Tu luces... —mi cabeza daba vueltas un poco mientras hacía el intento de
recuperar mi aliento. —Sip... Yo sólo... —incliné mi cabeza en dirección a mi
habitación, intentando indicar que iba a buscar mis zapatos.
Una vez lista, Edward me ofrecía su brazo para escoltarme fuera hasta el auto. Él
abrió la puerta para mi, antes de dirigirse a su lado, y lo vi ingresar a su asiento
antes de que yo estuviera en el mío, asombrada de cuan caballeroso estaba
comportándose.
—¡Isabella! —me llamó Rosalie mientras nos saludaba con la mano a unos cuantos
metros lejos de nosotros.
—¿Edward? ¿Qué estás haciendo aquí? —jadeó ella y llevó una de sus manos a su
pecho. —¿Ahora están saliendo? ¡Oh, mi Dios! ¡Estoy tan feliz por ti!
Lo vi con confusión, pero Rosalie estaba absorta observándolo, así que decidí
seguirle la corriente por un momento.
—¿Dónde está Emmett? —pregunté.
—Oh, nos está buscando unos tragos. Te ves fantástica, Isabella—, dijo ella con
una sonrisa cálida.
Rosalie era muy dedicada al trabajo en el hospital, pero ella estaba empezando a
caerme muy bien. Fuera del trabajo, era genuina y dulce, y le sonreí de vuelta, aún
atrapada en los brazos de su hermano.
—¿Lo crees?
Asentí.
Emmett levantó sus cejas, sorprendido, en mi dirección para luego asentir con
satisfacción antes de redirigirse al bar.
Volví mis pensamientos a todas esas veces en las que él llegaba a mi casa
directamente del bar, con sus manos oliendo a bourbon y whisky, le sonreí en
respuesta. —Sólo sonaba bien.
Encontramos nuestros asientos poco después de que Emmett volviese con nuestros
tragos y procedimos a escuchar al director del Centro Médico Sueco acerca de los
esfuerzos de aquella noche por lograr la recaudación.
Nuestra comida, de $200 el plato, fue servida, y podía jurar que Rosalie sentía
curiosidad por lo que pasaba entre Edward y yo, por la forma en que se nos
quedaba viendo cuando no estaba centrada en la conversación.
Finalmente pudo hablar cuando el postre, un pot de crème que lucía de maravilla,
fue servido.
—Así que ¿cuándo fue que empezaron a salir oficialmente? —preguntó,
dirigiéndose a Edward. —La última vez que hablamos de esto, fuiste muy reacio al
decir que no había nada entre ustedes. —ella dirigió su mirada a mi. —Lo siento
Bella. Sólo es que estoy confundida. Quiero decir, es fantástico. Obviamente pensé
que ustedes estarían muy bien juntos.
Mi pecho pareció vaciarse y volverse a rellenar todo a la vez cuando dejé que esas
palabras calasen en mí.
¿Realmente quería decir eso? ¿O sólo era una escena que presentaba para que su
hermana la creyera? No podí estar segura, sin embargo no vi más que sinceridad
cuando vi en aquellas orbes jade.
Edward me sonrió torcidamente. —Seh. Supuse que decía hacerlo por esta noche.
Además, Rosalie me hubiera pateado el trasero si me hubiese aparecido con él
puesto.
Música movida sonaba, así que supuse que sería seguro. Me puse de pie y alisé mi
vestido, tomé la mano de Edward permitiendo que nos dirigiese hasta la pista de
baile.
—Okay, creo que necesito un descanso, —dije, riéndome. —Mis pies empiezan a
doler.
Él trajo hacia adelante nuestras manos unidas y las apoyó suavemente contra su
pecho, y su suave y recién rasurada mejilla también contra la mía.
Mi cuerpo se apoyó en él, y mis dedos se movieron para halar de los cortos cabellos
en su nuca. Detuvo su canto y soltó un gemido de placer, dejando caer su frente
contra mi hombro y luego lo movió para enterrar su rostro en mi cuello mientras
continuamos balanceándonos, perdidos en la música y en nosotros.
Sabía que no debía dejar que esto pase. Pero era el único y más romántico
momento de mi vida entera.
Era agridulce experimentar esto con alguien con quién ni siquiera estaba saliendo y
por quién se suponía que jamás debería tener sentimientos.
Sabía que Edward no quería ninguna relación. Tal vez él sólo estaba atrapado en el
momento, casi como yo estaba. O era que quizá estaba pretendiendo frente a su
esposa y a su cuñado. Y luego estaba lo de acurrucarnos y todos los besos y...
...
(New message to "E": God! Even if you are still here, I freaking want you. You,
you, and you. Bath time?)
Okay, ¿que tal respuesta de ustedes eh? Les encanta el romance ¿no? Pues y
¿ahora? Creo que tienen que recogerme del suelo por que me he derretido al
completo. Ya nos quedan sólo tres capis más. Sufro por eso, pero se viene
una sorpresa cofftradnuevacoff.
Un abraaaaaaaazo!
Bella POV
Jódeme.
Sabía que no podría cargar estas cosas alrededor todo el tiempo, así que puse una
en el baño y la encendí, usando nuevamente mi iPhone como recurso de luz para
sacarme directo a la cocina, donde encendí la otra vela pequeña.
Estuve en departamento todo el día, pero de repente estaba segura que un asesino
con un hacha estaba escondiéndose dentro. Lógicamente sabía que eso era
imposible, pero todo estaba muy jodidamente calmado. Cada uno de los pequeños
crujidos de las tablas del suelo o ruido sordo de los departamentos vecinos se
convertían en alguien escondiéndose en mi guardarropa o la sala de invitados,
esperando que pasara por allí para emboscarme.
Tan pronto como empezara a calmarme solo un poco, el temor trepidaba por mi
columna, haciendo que mis hombros se tensaran. Me senté en el piso de mi baño,
con la espalda presionada contra la pared, esperando y rogando por que las luces
volviesen.
Para distraerme comencé a leer uno de mis libros sin terminar en el celular. Levanté
la mirada un rato después y noté que la estúpida vela ya estaba deshecha hasta la
mitad.
Deseé poder apagar mi mente e irme a dormir, pero no había alguna forma posible
para que eso pasara.
Cuando de la nada, mi teléfono vibró en mi mano, y dejé salir un chillido, casi lo tiro
al suelo antes de notar que había un nuevo mensaje de Edward.
¿Estás bien? ~E
No. No realmente.
Eso creo ~B
¿Estás segura? No saben cuanto tardará en volver. Y está terriblemente frío
hoy. ~E
De repente sentí algo de frío, así que fui a mi habitación y cogí el edredón de mi
cama, para acurrucarme en el piso del cuarto de baño nuevamente, mientras
observaba con tristeza la menguante vela.
No le había respondido aún el mensaje a Edward cuando llegó otro mensaje de él.
Mi electricidad está bien ¿Por qué no vienes a mi casa por ésta noche? ~E
Realmente no debería. ~B
Y he estado evitándolo.
Él me había pedido encontrarnos muchas veces, para hablar, para hacer lo que
hacemos normalmente, incluso me pidió que fuésemos a cenar una vez, pero
decliné cada invitación. Estaba cayendo muy profundo con él, y debía reordenarme.
Debí haber confiado en mis instintos cuando la primera regla fue rota, aunque no
intencionalmente. Supe en ese momento que esto podría volverse muy desastroso,
y estuve en lo cierto. Al menos en mi final.
Mis emociones habían sido una enredada confusión por un rato, pero en específico
después de la gala a beneficio, cuando Edward me había hecho sentir que para él
era la persona más importante en el mundo.
A la mañana siguiente, decidí que necesitaba estar lejos de él hasta que mi cabeza
volviese a su lugar. Me mantuve ocupada, cubriendo turnos extra de otros
residentes en el hospital, pero nunca pude sacarme a Edward de la cabeza.
Gruñí después de presionar el botón de enviar, deseando poder arrancar el texto del
universo.
Puse mi cara entre mis manos y grité antes de ponerme de pie e ir corriendo a mi
habitación para ponerme un suéter sobre mi camiseta sin mangas. Mis pantalones
de yoga tendrían que funcionar por ahora.
Tomé mi cartera y mis llaves, me metí en el baño y soplé lo que quedaba de la vela,
corrí a la cocina, a apagar esa también, y luego arrastré mi trasero fuera de casa y
bajé las escaleras.
Hice una nota mental para invertir en algunas linternas y velas de pilar gigantes.
Cuando llegué a casa de Edward, él abrió la puerta con unos pantalones rayados de
franela verde y azul de franela y una camiseta gris.
Su cabello había crecido un poco desde que lo vi por última vez y estaba tan
caóticamente hermoso como siempre.
La barba que cubría su mentón era rudamente perfecta, y el aro de la ceja estaba
de vuelta en su lugar.
La rutina de gimnasia que hizo mi estómago cuando él abrió la puerta no fue buena
señal.
Me detuve allí por unos buenos treinta segundos, debatiendo seriamente sobre
darme vuelta y volver a mi oscuro y cavernoso departamento y infestado por un
asesino con un hacha.
Edward solo me vio con ojos preocupados mientras peleaba conmigo misma. Él
finalmente avanzó hasta el umbral, parándose sobre la alfombra de bienvenida muy
sorprendido y envolvió sus brazos a mi alrededor. Enterró su rostro y inhaló
profundamente.
—¿Estás bien?
—Bien. Ahora, vamos. Ven aquí. Estamos dejando que todo calor se escape—. Él
enredó sus dedos con los míos, y solo dudé por cinco segundos o algo así antes de
caminar por la entrada.
Me quedé incómoda parada en la entrada una vez dentro, con mi mano aun en la
suya mientras volvió a observarme. —El lugar luce bien—, comenté después de
notar algunas piezas nuevas de arte en las paredes.
—Oh, sí, supongo que no habías estado aquí desde que mi prima me ayudó a
redecorar.
—¿Tu prima?
—Alice—, dijo él con una sonrisa—. Ella es un pequeño volcán. Casi como tu—. Él
guiñó en mi dirección—. Tu caerá bien.
No sabía como responder a eso, así que solo me aclaré la garganta y observé en
otra dirección, lejos de él.
Cerré mis ojos. Sabía que esto no era buena idea. Él quería que hablemos. Podía
sentir mis muros temblar mientras hacía mi mejor esfuerzo por volver a levantarlos,
mostrándose así algunas partes de la chica asustadiza con un carcomido y
sangrante corazón detrás de los muros.
No era que quisiera renunciar a amar por siempre a causa de las mierdas de Riley.
Pero el hecho era que él si me había herido. Muchísimo.
Luego, estuvo mi carrera, mi educación. Era toda mi vida. Apenas y tenía tiempo
para comer algunos días, mucho menos intentar mantener una relación real con
alguien.
No que Edward deseaba una relación de verdad conmigo, pero algo había
cambiado.
—... fue perfecta—, terminé diciendo yo con un suspiro y vi hacia abajo, hacia
nuestras manos unidas.
Levanté mis ojos en su dirección de nuevo. —Creo que sabes la respuesta a eso,
Edward.
—Espera—, dijo él. —¿A dónde vas a irte? ¿De regreso a tu departamento a
sentarte en la oscuridad helada y escalofriante? —apretando mi mano, Edward
intentó alejarme de la puerta, dentro de su departamento y su vida. —Vamos, no
tenemos que hablar ahora—, me aseguró. —¿Estás cansada? ¿Quieres dormir?
Vi en sus dulces y considerados ojos verdes, agradecida de que no fuese a
presionarme esta noche. —No. Dormí toda la mañana.
Dejé salir una exhalación de alivio y asentí, soltando su mano y dejando mi bolso a
un lado del sofá, antes de acuclillarme frente a un estante lleno de pelis.
Estuve antes, por supuesto, pero nunca husmeé, nunca quise saber los pequeños
detalles que podrían invadir mi mente y posiblemente hacerme quererlo aun más.
Esta vez, sentía demasiada curiosidad. Su piel siempre olía malditamente bien, y
tenía simplemente que saber que tipo de jabón usaba.
Después de lavarme las manos, abrí la cortina de baño lo justo como para ver un
poco dentro. Gel de baño Axe, Oscura tentación.
Lo sabía.
Cabrón.
Para cuando acabó, los músculos de mi estómago dolían por haberme reído tanto.
Allí me di cuenta de cuanto tiempo había pasado desde que estuve feliz y relajada.
Mi vida estaba tan cuidadosamente construida, que no muy usualmente me dejaba
llevar hasta disfrutar algo tan simple como una comedia.
Edward y yo habíamos terminado las palomitas de maíz con bastante rapidez y nos
mantuvimos lo que quedaba de la peli presionados uno al otro en su sofá. Dejó caer
su gran mano sobre mi rodilla mientas que con la otra apagaba el tele.
Solté risitas tontas sin poderme contener, flexionándome por la cintura, y cuando me
enderecé, Edward sostuvo mi rostro con ambas manos. Sus ojos estaban felices y
arrugados en los pliegues, y mi pecho se sentía muy pequeño. Se acercó más y
capturó mis labios, y nada se sintió aterrador o "contra las reglas" cuando su lengua
se deslizaba contra la mía.
—¿Está bien esto? —susuró Edward contra mis labios, con su cálido aliento
fluyendo en mi boca.
Giré mi cuerpo en su dirección y deslicé mis dedos detrás de su orejas mientras sus
labios se movían cual pinceladas sensuales sobre los míos.
—¿Tu prima?
—¿Estaban...? —le dije, sabiendo hacia donde estaba yendo esto pero sin
realmente desear saber lo que hacía que él me mirase de esa forma.
La cabeza de Edward aun estaba inclinada, así que paseé mis dedos sobre su
cuero cabelludo. Rompió mi corazón el verlo tan triste, y sentí culpa al conseguir
alivio por saber que aquel tatuaje no tenía nada que ver con una ex-novia.
—El bar está excelente. Te queda bien—, le dije, deseando asegurarle aunque él no
lo necesitaba.
Hubieron muchas cosas que deseé poder darle, y me asustaba hasta la muerte.
...
EPOV
—¿Recuerdas la primera vez que nos vimos? ¿en tu bar? —Preguntó Bella. Sus
manos aun estaban sobre mi, y no quería moverme, no quería que ella dejase de
tocarme.
Me reí. —No creo que podría olvidarlo aunque lo intentase. Ese vestido... —solté un
silbido, y ella se rió.
Elevé mis cejas y relamí mis labios. —Debo decir que fue efectivo.
Ella me golpeó el brazo un poco y me codeó un poco más mientras nos reímos. Era
bueno tener el ánimo más ligero después de hablar del hecho de perder a Jasper.
—¿Honestamente?
Ella asintió.
—Ese trasero.
—Bueno, cuando te sentaste en el bar, fueron tus ojos—. Tan oscuros y llenos de
secretos.
—Ajá. ¿Estás seguro que no fue el profundo escote de mi vestido por donde se
asomaban mis pechos?
—Escote.
—Ah, la honestidad.
—Sólo me da gusto que te tuve primero —, puntualizó él. —Cada chico en ese lugar
estaba viéndote como si fuera algo para comer.
Negando con la cabeza, Bella vio al piso y rió. Sus mejillas se colorearon de rosa, y
lucía adorable—. No habría llevado a cualquier chico a mi casa esa noche.
—¿No?
—No—,respondió ella—. Había algo en ti. Eras arrogante como el infierno, pero vi
más que eso. Mi instinto me dijo que eras un buen tipo.
—Si—, dijo ella, riendo—. Muy buena. Tan buena que querías que pasara de nuevo
a pesar de que te dije que era una cosa de una noche—. Ella se rió.
Y yo soy el arrogante.
Aunque, lo había dicho correctamente. Bella había dado vuelta mi mente más o
menos esa noche, y necesitaba más de ella. Ella me había dicho que solo quería
una noche, sin ninguna atadura, y eso estaba bien para mi. Recuerdo haberle dado
las gracias en silencio al que está allá arriba, por eso también.
Yo no tenía ataduras.
El siguiente encuentro que tuvimos, ella se me acercó con una especie de contrato
que encontró en línea. Me reí, pero las reglas parecían una buena idea en ese
momento. Sin complicaciones.
Ahora, después de meses de intentar mantener mis sentimientos a raya por Bella,
mientras veía en su marrón y cálida mirada, sabía que quería complicarme.
Con ella.
Ella tomó una profunda bocanada de aire y abrió los ojos. —Deberíamos dormir un
poco.
—¿Quién es él?
—El tipo que te hizo estar tan jodidamente asustada ante esto—. Señalé en su
dirección y la mía y luego estiré mis dedos haciendo una palma sobre mi pecho
desnudo—. De mí.
Ella se levantó abruptamente. —Debo irme. —dando un paso hacia atrás, ella vio a
su alrededor, pareciendo darse cuenta por primera vez de donde se encontraba. —
Lo siento, yo...
—No jodas esto de nuevo, Bella. No puedes seguir evitando lo que ocurre aquí—, le
dije, poniéndome de pie y alejándome del sofá para acercarme a ella. —Lo que sea
que él te haya hecho, de la forma en que haya jodido tu cabeza, debes darte cuenta
que no soy él.
Mientras ella cerró los ojos, una sola lágrima corrió por su mejilla.
Y cuando volvió a abrir los ojos, estaban vidriosos pero apagados, observó a través
de la ventana. —El sol está saliendo. Me voy. Te llamaré.
Mientras la miraba, en incrédulo y atónito silencio, ella recogió sus cosas y salió de
mi apartamento. Mi pecho se sentía hueco cuando la puerta se cerró y estaba
jodidamente seguro de que no debería aguantar la respiración para que esa llamada
telefónica ocurriese.
...
(New message to "E": You, me, no light, the floor. I just wanna hold ya.)
¡Bella está jodidamente loca! Pero la entiendo, de una loca y tonta forma, la
entiendo. ¿Ustedes que creen?
Ale!
Edward POV
Me paré frente a la puerta, pensando que Bella volvería a pasar por ella en
cualquier momento.
Pero los minutos que se sentían como horas pasaron, y se mantuvo cerrada.
Sabía que estaba enamorado de ella. No había forma de negarlo más. Nunca había
sentido por nadie más ni la mitad de lo que siento por Bella.
Cuando ella estaba conmigo, la anhelaba por completo. Mis brazos dolían por estar
a su alrededor, con mi pecho presionado al suyo, latido a latido. Mis piernas
deseaban estar enredadas entre las suyas. Mis labios dolían por tocarla en algún
lugar. Cualquier lugar.
Al menos, debía decirle sin términos inciertos como me sentía, y luego si ella aun
así no me quería, eso sería todo. Debería enfrentar el hecho que lo que sea que
estuviese pasando entre nosotros había llegado a su fin.
Cuando llegué al departamento de Bella, aporreé la puerta por un largo minuto, pero
era o que ella no quería verme o que no estaba.
Empecé a caminar frente a su puerta, tirando de mis cabellos con frustración. Toda
mi energía reprimida y la determinación de mi cuerpo me estaba convirtiendo en un
animal enjaulado.
—¿Edward?
Sus ojos vieron alrededor, hasta que vio su puerta, a la que yo estaba básicamente
custodiando.
—Sé lo que dijiste. Pero hay cosas que yo necesito decir. A ti. Y luego me iré.
Una vez dentro, ella dejó la bolsa de la tienda de comestibles sobre la encimera de
la cocina, observándome sin tener una idea idea de qué hacer. —¿Puedo ofrecerte
algo? ¿Algo para beber?
—Algo para...—negué con la cabeza y sonreí sin humor. —No. Esto no llevará
mucho tiempo.
—Okay.
Ella se movió para sentarse en su sofá, y yo me senté en la mesa del café para
mirarla de frente.
Bella soltó una respiración entrecortada cuando tomé sus manos entre las mías, sus
ojos observaron nuestro intercambio y luego fueron a mi rostro.
—Necesito que me escuches ¿okay? Por favor no digas nada. Sólo escucha.
—Cuando te vi por primera vez, no quería tener nada que ver con las relaciones.
Tuve un par de novias en serio en el pasado, y solo deseaba mi libertad. Tengo que
dirigir mi bar. Tengo grandes amigos con los que puedo divertirme. Y contigo, obtuve
lo mejor de ambos mundo. Mantuve mi libertad de todos los días, y luego esta
increíble relación sexual contigo.
Las mejillas de Bella se tornaron un poco rosas con mis palabras, pero se mantuvo
en silencio.
—Déjame ser totalmente claro. Ya no sólo quiero tu cuerpo, Bella. Quiero todo de ti.
Quiero lo bueno y lo malo. Lo loco y lo maravilloso.
Ella buscó mi mirada, mi rostro, presuntamente buscando por algún signo que
denotase que no estaba diciendo la verdad.
Tenía que hacerle ver.
Ella había dicho mi nombre tantas veces antes, sin embargo nunca con un tono tan
cargado de miedo.
—No más de esta simulación de folla-amigos. Quiero estar contigo. Quiero ser
capaz de llevarte a cenar e ir a caminar por el muelle. Quiero sostenerte muy cerca
y bailar todos bailes lentos contigo. Quiero sentarme en tu sofá y citar pelis tontas
juntos justo como hicimos hace apenas unas horas. Quiero que el tiempo pase
contigo sin darnos cuenta. —apreté sus manos mientras la primera lágrima
golpeaba su mejilla. —No soy ese chico, quienquiera que fuese, que te hirió. No
quiero herirte jamás, Bella, pero debes dejarme formar parte de esto. Espero que
me dejes porque creo... —negué con la cabeza— No, sé que podemos ser
increíbles juntos. Ya lo hemos probado. Sólo necesitas abrir los ojos y verlo.
Me acerqué en ese momento, atrapando sus labios, entregando todo el amor que
podía encontrar en mi cuerpo en ese beso. El hecho de que ella me devolviese el
beso hizo que me doliera el corazón. Podía sentir el sabor salado de sus lágrimas, y
esperé y rogué que al menos unas cuántas fuesen de felicidad.
—Por favor, piensa en lo que dije—, murmuré después de soltar sus labios, con mi
frente presionada a la suya. —Sabes donde encontrarme si decides darle a esto
una oportunidad.
Con eso puse sus temblorosas manos sobre su regazo y salí de su departamento,
con la esperanza y el terror luchando dentro de mi.
Había dejado todo allí—me había desnudado ante ella. La pelota estaba en su
cancha ahora, y esperé que ella pudiese vencer sus miedos y ver que podíamos ser
juntos.
...
Ella estaba usando su bata médica azul, y su larga trenza colgaba de uno de sus
hombros.
—Lo sé. Lo siento. —ella se mantuvo en silencio mientras retorcía sus manos.
Limpié la barra frente a ella y puse una servilleta delante de ella. —¿Noche mala?
Ella suspiró, y una comisura de su boca levantó un poco. —He tenido mejores.
Serví dos dedos de whisky en una copa y puse la bebida sobre la servilleta, para
ella.
Lanzando mi toalla sobre mi hombro, decidí continuar con la puesta en escena por
un momento y me incliné sobre la barra. —¿Quieres hablar de ello?
Ella deslizó su dedo índice alrededor del borde de la copa. —Si, mira, éramos folla-
amigos, él y yo. Pero eso nunca funciona ¿o sí?
—Tal vez, tal vez no. —no estaba seguro de hacia dónde estaba yendo con todo
esto aún, pero ella estaba aquí al menos. Esa era la mitad de la batalla. Y de una u
otra forma, al menos no me dejaría con la incógnita.
—Bueno... sí. Todas las reglas, de hecho—, dijo ella. —Podría solo romper esta
cosa por todo lo bueno que nos ha hecho. —procedió a rasgar el papel en
pequeños pedazos que ensuciaron la superficie de la barra.
No sabía la respuesta a eso, pero esperé contra mi propia esperanza que el hecho
de que ella esté aquí significase que estaba lista para intentarlo.
—Así que, —suspiró ella. —ya ves, debo terminar con eso.
No pude evitar la leve sonrisa que curvó mis labios o la pequeña risa que se escapó
luego cuando me impulsé un poco adelante para quedar más cerca a ella.
Asintiendo, le dije,—Lo hago. Si es un buen chico, te dará una chance para que le
expliques, ¿Es un buen chico?
—El mejor.
Bella estaba radiante y mi rostro era un reflejo del suyo sin lugar a dudas.
—Uh, ¿jefe? Puedo terminar de cerrar si necesita... irse... o lo que sea, —soltó,
sonriéndonos.
Éramos tres tontos sonriendo, y le lancé las llaves mientras rodeaba la barra.
Cuando estuve directamente frente a Bella, aún sonreía, con sus lágrimas de
felicidad asomándose y amenazando con escapar, así que la levanté, aplastándola
contra mi y mi boca contra la de ella.
Solo la solté cuando debía respirar, y la abracé tan fuerte que probablemente por
eso ella no podía hacerlo.
Para el momento en que hubo un pequeño espacio entre nosotros, sus mejillas
estuvieron húmedas. Ella usaba zapatillas planas, así que su rostro debía estar
elevado y el mío inclinado, nuestra diferencia en tamaño nunca fue más notoria que
en ese momento.
Quité unas cuántas hebras de su cabello fuera de su rostro y limpié sus lágrimas
con mis pulgares. —Está bien.
—Lo sé, —murmuré. —Está bien. estás aquí ahora. Justo donde estoy yo. Eso es
todo lo que me importa.
Puse mis brazos alrededor de su cintura. —Estaremos bien. Solo quiero hacerle
feliz.
—Te amo, —dijo ella con tanta convicción que la sentí invadir todo mi cuerpo,
llenando espacios vacíos y aniquilando cualquier duda que tuviese.
Su rostro se iluminó con una sonrisa de nuevo mientras negaba con la cabeza. —
Siempre tan engreído.
Bella recorrió seductoramente mi pecho con sus manos y sacó la mierda fuera de mi
cuando retorció mi pezón izquierdo.
—Ow, —me reí, retrocediendo y alejándome un poco de ella. —Vas a pagar por
eso.
La volví a dejar sobre sus pies, tomé mi billetera y mis llaves del escritorio y luego
retrocedí de vuelta hacia ella. Deslicé mi mano alrededor de la parte trasera de su
cuello, debajo de su trenza, y me incliné para presionar mis labios nuevamente
sobre los de ella. Era la mejor sensación del mundo ser capaz de besarla cuando
carajos se me venga en gana.
Una vez dentro, tomé su abrigo y cartera y las dejé en mi sofá. sin decir una
palabra, agarré su mano y la guié detrás de mi a mi habitación.
Ella me quitó la sudadera y luego soltó los botones de mis jeans. Besó
descendiendo por mi pecho y los bajó junto con mis bóxers por mis piernas.
La tendí sobre la cama, y ella se dejó caer sobre el medio de ésta contra las
almohadas. Verla allí, sabiendo que finalmente era mía, hizo que las semanas con
el corazón dolorido fueran algo que valió la pena.
Dejé que mis ojos siguieran cada línea y arco, tomando del cuerpo, que ya conocía
tan bien, otra vez como si fuera la primera vez que la veía.
...
BPOV
Mis ojos estaban hambrientos de él también, tomé en cuenta el trabajo artístico que
adornaba su piel, las líneas esculpidas de su torso, el rastro de vello que conducía a
mi tatuaje favorito. Lamí mis labios, imaginando correr mi lengua hasta cada lado de
la V de sus caderas.
Los ojos de Edward se dispararon a mi boca y luego a mis ojos. Los suyos estaban
cubiertos, al igual que los míos, por lujuria y pasión creciente palpable en el espacio
entre nosotros.
Yo siempre había disfrutado de lo mucho que él deseaba mi cuerpo, pero ahora que
sabía que amaba todo de mí, sentía como si lo necesitara dentro de mí más de lo
que necesitaba aire.
Sus ojos comenzaron a vagar por encima de mí otra vez, y arqueé la espalda un
poco, levantando mis pechos para él. Mis piernas no permanecieron quietas, una
rodilla por delante y luego la otra y luego hacia abajo, los dedos de los pies
señalando.
Deslicé mis manos sobre mi torso y agarré mis pechos, apretando y luego pellizqué
suavemente mis pezones.
La boca de Edward se abrió mientras expulsó una respiración pesada, sus fosas
nasales fueron dilatándose de la manera más sexy.
En el segundo siguiente, estaba sobre mí. Sus manos sustituyeron las mías en mis
pechos, y dirigió un pezón en su boca, gimiendo y chupando, lamiendo y
mordisqueando. Mis manos batían su pelo mientras mi cabeza se arqueó hacia
atrás perdida en las exquisitas sensaciones inundando mi cuerpo.
A medida que sus labios se movían a través de mi piel, por encima de mi clavícula y
hasta mi garganta, continuó rodando mis pezones entre sus elegantes dedos , y el
dolor por él entre mis piernas se intensificó exponencialmente.
Liberando mis labios, volvió sobre su camino de regreso por mi cuello, regando
besos, dejando que su lengua deambulara a gusto cuando llegó a mi clavícula de
nuevo.
Cada toque, cada beso, cada lamida estaba haciendo me queme más
ardientemente por él.
Nada más existía en ese momento, más allá de este hombre magnífico y lo que
estaba haciéndome. —Edward. Por favor—, le supliqué, levantando mis caderas, en
busca de él.
Se movió lejos de mi, buscando en su mesa de noche, pero dejé mi palma sobre un
lado de su rostro, sintiendo los pinchazos de su barba de un par de días. Él me
observó con verdes y confusos ojos, y le sonreí suavemente.
—Quiero sentirte por completo. Por favor, Edward. No he estado con nadie más, y
me he tomado anticonceptivos por años.
—Mierda, —susurró Edward ásperamente, apretando sus ojos para cerrarlo. Sus
caderas se impulsaron hacia adelante, con su longitud deslizándose en mi hasta
donde nuestros cuerpos estuvieron al ras.
Mis ojos rodaron detrás de mi cabeza, y apreté mis paredes a su alrededor,
haciendo que liberase otro resoplido entrecortado. Lo sentí crisparse dentro de mi, y
lo apreté nuevamente en respuesta.
El rostro de Edward fue todo lo que pude ver mientras se deslizó fuera y dentro de
nuevo, lento y resbaladizo. La vena de su frente se volvió más y más prominente
mientras tiraba y empujaba, una y otra vez, invadiendo y retirándose, dándome todo
de él. Uno de sus brazos estaba debajo de mi, su enorme mano acunaba mi cabeza
mientras la otra se deslizaba por mi paseó sobre mi culo y luego hacia abajo, a la
parte inferior del muslo que todavía estaba ceñida a él. Sus dedos presionaron en la
piel sensible de allí, y gemí mientras sus embestidas lánguidas continuaron. Mis
manos recorrieron su pelo sedoso continuamente, a veces tirando cuando todo era
sólo demasiado.
Cualquier pensamiento coherente fue más allá de mi alcance como Edward apretó
su hueso púbico en mi clítoris. Movió sus caderas en forma circular hasta que mis
gemidos se convirtieron en lloriqueos a toda regla, rogando por algo que no podía ni
articular. Su pulgar se presionó en mi boca, y lamí y paseé mis dientes alrededor de
la yema, provocando que él soltase un profundo gemido.
Edward meneó sus caderas hacia adelante, enterrándose lo más profundo que pudo
y se quedó quieto dentro de mí, viendo mi rostro cuando la euforia me arrastró. Mi
cuerpo se estremeció y tembló, mis paredes lo apretaron como un tornillo y lo
soltaron solamente para repetir el proceso una y otra vez mientras mi orgasmo se
desplegó desde mi vientre bajo y se extendió hasta las puntas de los dedos de mis
manos y mis pies.
Edward presionó los labios con firmeza a los míos en un beso cargado de
emociones, y mis diez dedos fueron a la parte de atrás de su cabello. Mis piernas
envueltas alrededor de él, anclándolo a mí. Estábamos conectados de todas las
maneras posibles, y todavía no se sentía como que fuera suficiente.
...
Dejé que mis ojos bebieran cada detalle de su rostro, y no tuve pensamientos
distintos a lo mucho que amaba a este hermoso hombre mientras lanzó pequeñas
bocanadas de aire entre los labios sensuales.
Mirando fijamente a sus labios por tanto tiempo hizo que sea imposible resistirme a
besarlo. Cuando mis labios tocaron los suyos, él enroscó más sus brazos a mi
alrededor, respondiendo a mi beso.
—Mmm, buenos días, hermosa chica,— dijo en la voz ronca más sexy.
Quería saltar sobre él. Pero tenía que orinar, y ambos teníamos impresionante mal
aliento mañanero.
—¿Trabajarás esta noche? —me preguntó cuando sus dedos subían y bajaban por
mi columna vertebral.
Era más relajada de lo que había estado, probablemente, en toda mi vida en ese
momento.
Le sonreí. —Nop. Cuando estuve allí anoche, cambié turnos con otro doctor. Soy
toda tuya.
Besé su pecho y luego chupé y mordí gentilmente uno de sus pezones, causando
que soltase un gemido bajo. —¿Qué es lo que vas a hacer conmigo? —le pregunté
con una sonrisa ladina.
—Gracias por no rendirte conmigo. —me quedé viendo su pecho y tracé círculos
con mis dedos. —Lamento mantenernos alejados de tener eso por tanto tiempo.
—Hey. —él espero hasta hasta que volviera a mirarle para continuar. —No era todo
tu culpa. Ambos hicimos un desastre de algunas cosas. Pero nada de eso es
importante ¿okay? Estás aquí ahora, y yo estoy aquí, y es todo lo que importa.
Asentí. —Tienes razón, —le planté un beso, paladeando su pasta dental de menta.
—Ya sabes, —solté, separándome de él un poco, —si vamos a hacer esta cosa de
relaciones, probablemente tenemos que establecer reglas básicas.
Sus cejas se alzaron en su frente, pero continué. —Así que, la regla número uno,
nosotros—
—¿Hmm?
...
Regla # 1 de Folla-amigos: Si una o ambas partes del acuerdo empiezan a tener
sentimientos, se acaba el trato. No es negociable.
Así que hemos llegado al final. ¿No fue hermoso? La primera vez que leí este
final creí (a la mitad mas o menos) que Bella sería buena y me dejaría al sexy
Edward para mi solita. Pero al menos lo compartimos ahora.
Ale!
BPOV
—Oh, el lugar luce grandioso. Estoy tan emocionada, —suelto con una gran sonrisa
mientras inspecciono el recorrido en el espejo.
No era mi primer tatuaje. Cuando fui con él la última vez, él se agregó algo en el
brazo derecho. Todo lo que me hice fue un pequeño, y estilizado caduceo(1) en la
parte trasera de mi hombro. Pero Edward me dijo que el primer tatuaje es raramente
el último, y estuvo en lo cierto. Quería más.
Con el frenético día que vendría, fui al salón de tatuajes temprano por la mañana.
Quería ser capaz de quitar la venda esa noche en la que finalmente estaríamos a
solas.
...
Cuando llegué a la suit del hotel que rentamos por ese día, Alice revoloteó a mi
alrededor, ladrando órdenes, mordisqueando, dando puntadas, subiendo
cremalleras, y quejándose.
Suavicé mis manos por la seda color marfil que abrazaba mis curvas,
balanceándome un poco hacia adelante y atrás frente al espejo. Alice que dio una
sonrisa conocedora, y me sonrojé devolviéndole la sonrisa.
Una gran boda no era algo que yo pensara que quisiera. Después que Edward me
lo propusiera en nuestro primer aniversario, sólo me limité a decirle que podríamos
ir en cualquier momento que él estuviese listo al juzgado.
Mientras más lo pensaba, sin embargo, y mientras Alice insinuaba más que a
Edward podría gustarle una linda boda, aquello parecía gustarme más.
Para la suerte de Alice, ella me gustaba también cada vez más mientras mi relación
con Edward continuaba su curso. Nuestras personalidades distaban de ser
parecidas, pero ella no aguantaba las mierdas de nadie, ni siquiera la mía, algo que
yo apreciaba realmente. Nuestra amistad ahora era una roca sólida, y me sentía
honrada de que ella estuviese a mi lado cuando me casara con su primo.
Sabía que la boda sería un tanto agridulce para ella a pesar de que habían pasado
varios años desde que perdió a Jasper. Sin embargo, ella era muy fuerte. Y todos
nosotros sabíamos que él estaría allí con nosotros, observándonos y sonriendo.
Obviamente yo no lo había conocido, pero entre Alice y Edward, sentía como si lo
hubiera hecho. Ellos mantenían su memoria muy presente y ellos citaban el pasado
frecuentemente recordando los buenos momentos que pasaron juntos.
Tenía la esperanza de que Alice pudiera encontrar un amor como ese de nuevo. Un
amor como el que Edward y yo compartíamos.
...
EPOV
Ver a Bella caminar por el pasillo de la iglesia hacia mí usando un vestido de novia
era jodidamente irreal.
Lucía increíble, y deseaba más que nada tomarla y arrastrarla a la habitación más
cercana con una superficie plana.
La pasión que sentíamos uno por el otro no había disminuido ni una sola pizca. De
hecho, parecía ser más intensa que nunca, y tenía el presentimiento de que seguiría
ese curso muchas décadas de aquí en adelante.
La necesidad física que siempre había sentido por ella se agravó y multiplicó
cuando me enamoré de ella. Y ahora ella iba a ser mi esposa.
Lograr que Bella superase sus temas de confianza había sido muy difícil al principio.
Ella quería confiar en mí, pero ese idiota ex novio que tuvo realmente la había
destrozado. Los muros que había construido estaban hechos de diez pies de grosor
y eran de titanio.
Una vez que nos arreglamos de una discusión acerca de una chica que coqueteó
conmigo en el bar, lo que pasaba constantemente, pude lograr que Bella me
contase todo lo que pasó con su ex.
Riley.
No solo la había tratado como mierda cuando habían estado juntos, humillándola y
degradándola, y también le mintió y le engañó y fue básicamente una miserable
excusa de ser humano.
Ella dijo que él era guapo y carismático, casi como yo. Sus palabras. Las mujeres se
le lanzaban constantemente. Él iba a ser un cirujano ardiente después de todo.
Ella había sido cegada por su carisma y suave voz y ni una vez hubo sospechado
que él le era infiel.
Bella se había odiado a sí misma por permanecer a su lado tanto tiempo. Después
de todo lo que él le había hecho pasar, aún así se mantuvo con él hasta que le
encontró con las manos en la masa, cogiéndose a la asistente técnica de una de
sus clases.
Después de que me explicase todo, me sentí incluso más agradecido por el hecho
de que hubiese superado ya todos sus miedos y se arriesgara conmigo. Nunca le
haría arrepentirse.
Jamás.
Me hizo daño oír cuanto le había dañado y cuánto lo había amado, a pesar de que
no nos conocíamos en ese entonces. Pero ella me explicó que una vez que se
enamoró de mi, se dio cuenta que lo que ella había sentido por Riley fue
completamente diferente. Era un ingenuo tipo de amor como el de adoración por un
héroe —una insalubre dependencia. Nada de lo que ella y yo compartíamos, lo cuál
una vez que pasamos toda la mierda, era abierto y honesto y respetuoso y divertido.
También pensé que me había enamorado de las otras dos, pero tal y como ella, caí
en la cuenta que había sido nada en comparación a cómo me sentía con respecto a
Bella.
...
BPOV
Lo que recuerdo más que nada es haber estado perdida en los ojos de Edward
mientras el ministro hablaba. Su amor por mi fue siempre claro en su mirada
esmeralda, y dejé que eso me llenase. Él nunca me había dado siquiera una razón
para sentirme nerviosa por casarme con él, y me aferré fuertemente a ese hecho
cuando pronuncié, "Sí, acepto"
La sonrisa que se desplegó en su bello rostro al oír esas palabras hicieron que yo
deseara decírselas un millón de veces más.
Recuerdo ver la tinta de su muñeca izquierda cuando deslicé el anillo con manos
temblorosas, haciéndolo mi esposo por todo lo que durasen nuestras vidas.
Escuchar al ministro anunciarnos como marido y mujer me llenó hasta rebosar con
calidez, y las lágrimas que había mantenido a raya se escaparon finalmente, y el
júbilo irradiaba mi gran sonrisa.
Había sido quebrantada por Riley, pero Edward me ayudó a reunirme a mí misma,
pieza por pieza. Y cuando él tomó mi mano para caminar por el pasillo de la iglesia,
sentí el último fragmento deslizarse a su lugar para completarme.
...
EPOV
Estando de pie frente a las puertas dobles que nos llevaban a la sala de baile donde
nuestra recepción se celebraba, puse a Bella más cerca de mí, paseando mis
manos por su espalada hasta que se apoyaran en la parte más alta de su trasero.
—Luces preciosa, señora Cullen, —murmuré en su oído.
Bella parpadeó con lágrimas en los ojos mientras que notas de una conocida
canción empezó.
Acercándola al igual que lo hice hace casi dos años, canté en voz baja al oído.
"Inolvidable ... Eso es lo que eres ..."
—Fue entonces cuando lo supe, Bella—, le susurré. —Cuando bailamos juntos esa
noche en la gala de beneficio, lo sentí en todo el cuerpo. Yo sabía que eras para mí.
...
Bella y yo salimos de entre una lluvia de burbujas, y nos montamos a la limo que
nos esperaba, riéndonos y relajándonos uno al otro.
Si había alguien sobre la Tierra más feliz que yo en ese momento, sería un milagro.
—No puedo creer que quitarás mi liga con tus dientes, —dijo Bella con una risita
tonta y una radiante sonrisa.
Sus ojos se arrugaron en las orillas, y tampoco creí haberla visto así de feliz antes.
Mi corazón amenazó con explotar fuera de mi pecho al hincharse más por la mujer
hermosa que estaba a mi lado.
—Mmm. No puedo esperar para tenerte toda la semana para mi solo. —La acerqué
y la puse sobre mi regazo, besando desde su hombro desnudo hasta pasar por su
cuello y pellizcar el lóbulo de su oreja sonriendo ante su jadeo. —Tendrás suerte si
te dejo salir de la habitación de hotel.
Gruñendo, apreté mis brazos alrededor de su cintura y repasé su cuello con mis
dientes. —Serás mi muerte, mujer.
—Jodidamente cierto.
—Oh, ¿sí? ¿Qué tipo de sorpresa? —si me dijera que está embarazada estaría en
éxtasis, pero tenía el presentimiento de que no era eso. Decidimos esperar un año o
dos antes de intentarlo.
...
Levantar a Bella en mis brazos fue la parte fácil. La difícil fue entrar por la puerta.
Le di la llave-tarjeta para que la deslice lo cuál tomó varios intentos. Después ella
debía empujar a manija, y yo debía girar rápido para pudo impulsar la pesada puerta
con mi espalda. Pero estaba determinado a hacerla ingresar en mis brazos.
Alice.
Nos sonreímos uno al otro mientras la volvía a dejar sobre sus pies.
—¿De qué?
—Cierra la boca, —disparó ella de vuelta mientras enredaba sus brazos alrededor
de mi cuello y me acercaba a ella.
—Sí, señorita.
Malditas capas.
Se giró por completo, y bajé el cierre por el resto de su camino. Mientras el vestido
se deslizó por su cuerpo e hizo una piscina bajo sus pies, gemí ante la vista de ella
en lencería.
Ella solo me lanzó una sonrisa malvada sobre su hombro, y yo caminé hacia el
frente, restregándome contra ella y llevando mis manos hasta poder tomar su
pechos cubiertos de encaje.
—Lo siento, nena. Alice te mantuvo lejos de mi desde ayer. —besé mi peca favorita
en su hombro y presioné mi dura polla contra su trasero de nuevo. —Iremos lento
después. —Otro beso y arrastré mis labios hasta su cuello. —Pero debo tenerte.
—beso—En este —lamida— puto —mordida— momento.
Su pecho se hizo pesado debajo de mis manos y siseó un si, y buscó hacia atrás
para tocarme los muslos. La hice avanzar, acostándole sobre la cama y deslizando
esas jodidas bragas blancas por sus piernas, exponiendo su lascivo culo hacia mi.
Podría estar mirando ese trasero por horas, pero rápidamente dejé aquello y me
quité los pantalones y la ropa interior, pateándola lejos y alineando mi chorreante
verga con su entrada. Ella abrió un poco más sus piernas para mi, y yo sonreí.
—Nena, —gruñí mientras me hundía todo lo que daba. Flexioné mis caderas contra
su trasero, y el gemido sin aliento de Bella era todo lo que necesitaba escuchar.
Apreté su cintura, saliendo casi por completo antes de embestirla de nuevo,
obteniendo un jadeo de su parte.
Conocía ese jadeo. Significaba que había golpeado su punto G, así que nos
mantuve alineados de esa forma mientras mis duras embestidas continuaban.
Deseaba darle la mayor cantidad de placer posible. Estaba cansado, y estaba
seguro que ella también lo estaba, pero puse cada rastro de energía que tenía en
hacer que esos jadeos no dejaran de resonar una y otra vez.
Deslicé mi mano izquierda sobre su cadera para jugar con su clítoris, pero mi ritmo
vaciló cuando sentí lo que parecía ser un vendaje allí. Contuvo la respiración, y
empujó su culo contra mí.
Ella dejó escapar una risa sin aliento. —Estoy bien. Es tu sorpresa.
—Gírate.
Ella levantó su torso y me encaró, aún con su corsé blanco de encaje, y putamadre,
se veía sexy. Cabello salvaje y mejillas rosadas. Sus oscuros ojos me retaban,
como su sonrisita de suficiencia, mientras ella alcanzó con su mano por debajo y
quitó la venda que la protegía lentamente.
Caí sobre mi rodillas frente a ella y deslicé mis manos de su piernas hasta sus
caderas, instalándolas en su cintura mientras me enseñaba su tatuaje nuevo. Mi
frente se quedó presionando su estómago mientras se reía. Ella se rió conmigo, y
besé su ombligo y la tinta fresca que curvaba el hueso de su cadera.
—Dios, sí.
No pude mantener mis ojos alejados de la nueva tinta mientras sus caderas
rodaban y se ondulaban sobre mi. Era simplemente demasiado perfecto.
Sonreí de nuevo mientras pensaba en el tatuaje que ella se había hecho sólo para
que mis ojos lo vieran.
Hay reglas... pero ya saben lo que dicen, "a la mierda las reglas" y vive tu final
feliz por siempre.
(1) En algunos países el caduceo es usado como símbolo de la medicina, error
que deriva de las similitud con la vara de Esculapio, el símbolo que representa
a la medicina, el cual solo consta de una vara y una serpiente enrollada en
ella.
(New message to "E": I fucking love you... and that 3so— I mean, that visit was
awesome! Can we repeat? Say hi, to Bells)
Bueno, pues ésta historia se acabó, pero quedan más, ya subí "Breaking
Free", estoy editando Que tu ¿qué? y terminando And yet So far, eso sin
contar el resto que siguen avanzando al menos de a pocos. Oh, y la autora de
éste fic me ha permitido subir una historia nueva suya que lleva por título
"Lucky number thirteen" y es muuuuuy sexy ;)