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Sí , Kazajstán debería cambiar su nombre. Este mapa muestra el por qué.

(Max Fisher. Traducción al español por Javier Surasky del original en inglés
disponible en
http://www.washingtonpost.com/blogs/worldviews/wp/2014/02/07/yes-
kazakhstan-should-change-its-name-this-map-shows-why/)

El longevo presidente de Kazajstán, Nursultan Nazarbayev, ha sugerido


cambiar el nombre de su país por el de “Kazak Yeli” para que sea más
amigable a inversores y turistas.
“El nombre de nuestro país termina con 'stan' como ocurre con otros estados
de Asia Central", dijo el jueves. "Al mismo tiempo, los extranjeros muestran
interés en Mongolia, cuya población es de sólo 2 millones de personas y su
nombre no tiene el sufijo 'stan'. Tal vez con el tiempo la cuestión de cambiar el
nombre de nuestro país a Kazak Yeli deba ser examinada, pero sin duda esto
debe discutirse primero con el pueblo".
Puede sonar como una posición absurdamente contestataria, en parte debido a
que lo es, pero el presidente vitalicio Nazarbayev tiene algo a su favor aquí. No
tanto en términos de valor financiero a corto plazo debidos a un cambio de
marca de su país por la adopción de un nuevo nombre -si quiere competir
mejor con Mongolia por contratos de desarrollo de recursos, tiene que
descubrir vastos y desaprovechados recursos de carbón en Kazajstán o bien
encontrar una manera de mover su país más cerca de la costa oriental de
China-. Pero hay argumentos convincentes para cambiar el nombre del país.

Yo sugeriría incluso ir aún más lejos. Kazajstán significa "tierra de los kazajos",
que es el grupo étnico más grande del país. La sugerencia de Nazarbayev,
"Kazak Yeli", significa "país de los kazajos" y estaría diseñada para soltar el
sufijo "stan", que también se adjunta a países hostiles a los inversores como
Afganistán y Pakistán. Es obvio que es un poco tonto cambiar el nombre de un
país con fines de marketing. Pero puede haber razones más significativas para
que el país cambie su nombre, y este mapa etnográfico de Asia Central ayuda
a mostrar por qué:
http://www.washingtonpost.com/blogs/worldviews/files/2014/02/Central_Asia_Et
hnic.jpg

Los diferentes colores representan diferentes grupos étnicos. Las áreas de


color púrpura son predominantemente de Kazajstán. Las áreas verdes son
predominantemente de etnia rusa -¡se trata de una gran parte del país!-. Para
ser claros, los gráficos de círculos exageran la presencia de rusos étnicos: el
mapa es del 1992, ya partir de 2009 el censo nacional encontró que el 24% del
país es ruso y el 63% kasajo. El restante 13% de la población se divide entre
muchos grupos étnicos propios del Asia Central y algunos grupos europeos,
como los polacos y los alemanes, a quienes la Unión Soviética obligó a
relocalizarse en ese lugar después de la Segunda Guerra Mundial.
El punto es que Kazajstán está lejos de ser étnicamente homogéneo, un país
dominado por los kazajos. El ruso es el idioma "oficial" que se utiliza
principalmente en el gobierno y las empresas, dada la historia del país como
una república soviética. La mayoría de los ciudadanos son musulmanes, pero
también existe una gran comunidad cristiana ortodoxa. Kazajstán es
maravillosamente diverso y eso da apoyatura a un cambio de nombre que lo
refleje más plenamente.
Existen algunos precedentes. En 1989 el gobierno militar de Birmania decidió
cambiar el nombre del país por el de Myanmar, que decían estaba dirigido a
incluir a las minorías étnicas en la identidad nacional del país. Al igual que
Kazajstán, Birmania es étnica y religiosamente megadiversa. A pesar de que su
identidad nacional está estrechamente vinculada al grupo étnico predominante
del país, los birmanos, había cosas por decir para forjar una identidad nacional
más inclusiva.
En la práctica el gobierno de Myanmar fue tan incapaz de lograr esto como
todo lo demás que se propuso hacer. El nombre de Myanmar es un derivado de
una palabra literaria de la etnia birmana. Y muchos activistas y medios de
comunicación occidentales todavía se niegan a reconocer el nuevo nombre
porque ven el gobierno del país como ilegítimo. Así que el cambio de nombre
no fue un éxito pero el punto es que sí es un precedente de abandono del
nombre de un país que se basa en el del grupo étnico más grande de entre
quienes lo habitan.
Un mejor ejemplo podría ser Tailandia, que ha cambiado su nombre por el de
"Siam" un par de veces. Históricamente el país se llamaba Siam, nombre
usado para identificar una serie de imperios del sudeste asiático que se
remontan al siglo XIV. En 1939, sin embargo, el líder militar fascista de Siam
cambió el nombre del país de Siam a Tailandia, siguiendo al grupo étnico más
grande del país, el Thai. Fue respaldado por el Japón de la era fascista, su
aliado, que se fue ampliando a través de Asia y que compartía la obsesión por
la pureza racial. Odiaba la minoría china de Tailandia y cerró las escuelas y los
periódicos en idioma chino.
Cuando Tailandia y Japón perdieron la Segunda Guerra Mundial y el gobierno
militar de Tailandia renunció el nombre del país fue cambiado nuevamente a
Siam. Pero entonces, en 1948, los mismos militares fascistas tailandeses que
habían declarado la guerra a los Estados Unidos unos pocos años antes,
regresaron al poder con el apoyo de Occidente, como un baluarte
anticomunista. Otra vez se cambió el nombre del país, en 1948, para dejar
claramente establecido su antagonismo hacia la China comunista. Si no
hubiese sido pro la Guerra Fría esto probablemente no hubiese sido aceptado y
Tailandia todavía hoy se llamaría Siam.
Kazajstán se encuentra en una especie de posición similar. La región que
llamamos Kazajstán hoy durante mucho tiempo ha sido dominada por grupos
tribales étnico-kazajos que durante varios siglos consolidaron un vasto Khanato
que también controlaba las zonas donde los kazajos eran una minoría étnica.
En ese sentido, era muy parecido a la dominación de los Thai en Siam. Cuando
las cosas se pusieron más complicadas aún fue con las conquistas rusas
imperiales de Asia Central en el siglo XIX, que provocaron una afluencia
constante de personas de origen ruso y un crecimiento de la influencia
lingüística y cultural de Rusia. Esto se aceleró bajo el régimen soviético, que no
terminó hasta 1991. La realidad es que Kazajstán es hoy mucho más que la
etnia kazaja y su historia.
Esto también sucedió en Ucrania, un país previamente dominado por la etnia y
la lengua ucraniana antes de convertirse en gran medida en un país rusificado.
Esto ha dejado al país en una grave crisis identitaria sobre lo que significa ser
ucraniano, lo que ha agravado dramáticamente la crisis política actual. No hay
ninguna señal de que Kazajstán esté al borde de una crisis de identidad
nacional similar en relación a lo que significa ser un ciudadano de Kazajstán, y
que tenga una identidad nacional confusa no implica que por ello se construya
una crisis. Pero, en alguna medida, el país ha evitado estos cuestionamientos
por ser una dictadura con poca competencia política y vastos recursos
naturales. En algún momento, se va a democratizar y/o los recursos
disminuirán, es entonces cuando una identidad nacional unificadora podría
llegar a ser muy importante, en una forma en que no lo es hoy.
Una cosa es segura: Nazarbayev tiene razón cuando expresa que, para que el
cambio de nombre funcione, tendría que contar con un amplio apoyo popular.
Una tercera parte de la población, que no es de origen étnico kazajo, podría dar
la bienvenida a un nuevo nombre de país y a una identidad nacional que
también puedan hacer propios. No me corresponde a mí sugerir cuál podría ser
ese nuevo nombre, pero hay un importante patrimonio común de todos los
grupos del país. Tomemos, por ejemplo, la antigua cultura Botai -que vivió en el
norte de Kazajstán hace más de 5.000 años y fue una de las progenitoras de la
difusión de las lenguas indo-europeas a través de Eurasia y de la
domesticación de los caballos-, que ha jugado un papel tan importante en la
historia de Kazajstán y del mundo. Es una herencia de la cual estar orgullosos.

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