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CUIDADO Y MENTENIMIENTO DEL INSTRUMENTAL QUIRURJICO

 LIMPIEZA

Tras el primer lavado realizaremos un cepillado exhaustivo de los instrumentos,

presentando una mayor atención a las zonas articuladas y dentadas; del mismo modo, los

instrumentos formados por varias piezas deben ser completamente desmontados para su

lavado individual. Los cepillos de nylon y los detergentes pueden emplearse para la

mayoría de los instrumentos, algún material en concreto puede precisar del empleo de

cepillos de alambre.
Para evitar decoloraciones el detergente debe ser pH neutro, y es necesario evitar su

contacto prolongado con el material. Nunca debemos emplear jabón común, sobre todo en

aguas duras, por la película alcalina insoluble que puede formarse sobre los instrumentos,

que protegería a las bacterias que han quedado retenidas allí en el momento de

esterilización.

 DESMANCHADO

Actualmente existen dos categorías de lavadoras de material: aquellas que emplean los

ultrasonidos como medio de limpieza y otras que procedan al lavado automático con agua

caliente junto con algún tipo de detergente desincrustador.

En estos tipos de limpiadores deberemos colocar los instrumentos con las cremalleras y

las articulaciones abiertas. Aunque en ambos limpiadores hay que evitar el apilamiento de

los instrumentos y la mezcla de materiales diferentes, es en el de ultrasonidos donde

debemos prestar una especial atención, ya que pueden resultar dañados si no tenemos en

cuenta estos detalles.

 LUBRICACION
Los instrumentos quirúrgicos con cerraduras, articulaciones y cremalleras se

vuelven rígidos con el tiempo. Para evitar este problema se emplean lubricantes, hoy en día

comerciales. Son lubricantes hidrosolubles antimicrobianos fabricados a base de

emulsiones de agua y aceite.

Está contraindicado el uso de aceite mineral y de máquina, la grasa y ciertas

siliconas, ya que dejan una película sobre la superficie del instrumento que interfiere con la

esterilización.

 AFILADO

El instrumental poco a poco después de su repetitivo uso va perdiendo su corte o afilado

en sus partes correspondiente según la función de este, por ende, se recomienda realizar un

afilado al mismo, mínimo cada dos meses de tiempo, pues para mejor función del

instrumento es lo más recomendable.

Con el uso repetido, los bordes afilados se redondean y pueden aparecer pozos o

lagunas, con lo que las tijeras se desafilan. Estos pozos serán visibles como cambios en el

reflejo examinando las superficies de corte con luz brillante. Cuanto mas afilados son los

bordes cortantes, más rápido las tijeras quedaran sin filo. Usted nunca debe utilizar tijeras

para cortar materiales para los cuales las tijeras no sean adecuadas o rápidamente quedaran

sin filo. Si se utilizan tijeras sin filo, el tejido se sujetará en lugar de cortarse, lo que resulta

en contusión del tejido y cicatrización ineficaz de la herida

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