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REPORTE DE LECTURA:

TU HIJO, TU ESPEJO
CAPÍTULOS 1 – 2

CAPÍTULO 1: LAS DEFENSAS.

Este primer capítulo habla sobre los mecanismos de defensa los cuales a veces

constituyen un desequilibrio emocional permanente que se prolongan durante

años, y a veces duran toda la vida, frente a muchas situaciones, los seres

humanos utilizamos inconscientemente las defensas psicológicas para afrontar las

situaciones difíciles, distorsionando, disfrazando o rechazando la realidad y así

reducir la ansiedad, el miedo, la preocupación, la angustia, la culpabilidad y un

sinfín de emociones. Este capítulo menciona que existen 13 mecanismos de

defensa, pero el libro maneja 3: La proyección, la negación y la formación reactiva.

Estos mecanismos o medios los utilizamos para afrontar situaciones difíciles.

La proyección es el proceso de atribuir a otros lo que pertenece a uno mismo de

tal forma que aquello que percibimos en los demás es en realidad una proyección.
Este mecanismo de defensa no está mal en sí mismo, ya que puede ser un eficaz

medio de autoconocimiento, nos permite ver nuestros rasgos funcionales y

disfuncionales. La negación: se refiere a la no aceptación de una realidad que

puede ser externa. Un rasgo de nuestra propia personalidad, los cuales resultan

amenazantes y difíciles de reconocer. Salir de la negación y reconocer que hay

algo que no funciona, que necesita ser cambiado, e incluso ayuda, es el primer

gran paso, sin el cual no es posible la curación y el cambio.

La proyección, es cuando atribuimos a otras personas, lo que nos pertenece a

nosotros mismos, tanto lo positivo como lo negativo todos recurrimos a ella en

numerosas ocasiones y nunca nos damos cuenta, sin percatarnos, siempre

estamos proyectando en cada instante de nuestra vida. Sin embargo, cuando la

proyección es llevada a extremos puede convertirse en un problema muy grave.

El tercer mecanismo de defensa es: La formación reactiva, la cual es un

mecanismo de defensa mediante el cual nos protegemos de la angustia a través

de la manipulación de una percepción interna, este consiste en percibir

erróneamente un sentimiento como su opuesto. Es como reaccionar a lo contrario.

Estos factores psicosociales, están presentes en algunas personas más que en

otras, y se convierten en cargas verdaderamente pesadas. Para vivir

pacíficamente con los impulsos instintivos propios, se necesita un esfuerzo

particular de autoformación. Consiste esta básicamente en organizar actitudes,

comportamientos y conductas que permitan a los impulsos instintivos expresarse

de manera inofensiva para el sujeto y aceptable para la sociedad. La manera de


solucionar el conflicto interno, entre deseos y conveniencias de satisfacerlos o no,

es un desafió personal para cada uno.

CAPÍTULO 2: TU HIJO, TU ESPEJO.

Este capítulo habla sobre la proyección de las propias expectativas que tenemos

sobre nuestra vida , de las etapas de la infancia o adolescencia en donde se dejan

conflictos sin resolver y de los hubiera que pudimos haber realizado, habla sobre

las necesidades insatisfechas y áreas de luz, del que puede que pensemos que no

hacemos el bien de todo con nuestros hijos o hasta los protejamos de más, pero la

función de nuestro inconsciente es protegernos de lo que se nos hace difícil o

doloroso enfrentar, pero no solo eso, sino que el inconsciente es él cofre de

tesoros no descubiertos donde se encuentran los recursos y los aprendizajes que

nos puede ayudar a realizar los cambios y ayudarnos a hacer lo correcto para

nuestros hijos.
Menciona que en toda familia que este conformada con dos o más hijos, puede

existir dos clases de hijos, El hijo Oasis que es el que se autoforma, es

responsable y la relación de comunicación se le da fácilmente, y otro es el hijo

maestro, este que es el que nos obliga a aprender, a crecer, a tomar cursos, ir a

terapia, conferencias, nos ayuda a buscar un apoyo espiritual y nos obliga a

desarrollar habilidades y destrezas nunca antes desarrolladas o al menos

almacenadas y que no sabíamos que las teníamos.

También menciona que podría ser difícil ser padre de los hijos maestros pero que

no es así ya que estos nos ayudan aprender y hacer búsquedas que siempre

conducen a algo bueno, y no solo eso, sino que también se encuentra el amor

incondicional y tenemos mejores oportunidades de aprender y saber

desenvolvernos y como llegarlos a tratar cuando se torna algo difícil.

Como menciona el autor: "no significa necesariamente que el hijo "oasis" será el más
sano, exitoso y feliz, y que el hijo "maestro" será el enfermo, fracasado y desadaptado; te

sorprenderá saber que, con frecuencia, el hijo difícil es el más sano de la familia. (página

10).

Habla sobre que no se debe limitar a como surgió su infancia o su adolescencia,

ya que puede cambiar su transcurso de vida y cambiar completamente a la

persona que era anteriormente y así crecer y ser mejor.

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