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Camilo Morales 201531770

Cosmógrafo, Mapas, Luna, Universidad

No Solo los Barcos Lograron la Conquista del Atlántico

La conquista ibérica del atlántico fue posible gracias a la búsqueda de obtener poder y
dominancia por parte de españoles y portugueses en el siglo XVI. Este dominio de las rutas
del Atlántico era de vital importancia para la corona, ya que se generaban ganancias
significativas en el intercambio de objetos y se obtenía superioridad frente a las demás
coronas por medio del control de territorios. Gracias al uso de los mapas toda esta conquista
fue posible. Los mapas utilizados requerían cierto trabajo y nivel de especialización de los
cosmógrafos y cronistas que se embarcaban para recopilar información para su posterior
uso y perfeccionamiento. Por esta razón debían existir lugares donde se concentrara y se
compartiera el conocimiento. Aunque muchas veces el conocimiento obtenido por medio de
la exploración era exclusivo y no cualquiera tenía acceso a este para mantener la posición
de poder de quien lo tenía, sí debían existir lugares donde se preparara a las personas para
tener expertos que realizaran trabajos cada vez mejores. Estos lugares eran las
universidades. Así con el conocimiento obtenido, las experiencias vividas y el estudio del
movimiento de cuerpos celestes, como la luna, se juntaron todos los factores que
permitieron la conquista del Atlántico en el siglo XVI.

Quizás la herramienta más poderosa para la conquista del atlántico eran los mapas. Estos
permitían concentrar espacio y tiempo en planos bidimensionales impresos en pieles. El
solo hecho de tener mapas de lugares lejanos mostraba cierto poder debido a que se tenían
recursos suficientes para transportarse hasta allá, y el conocimiento suficiente para lograr
representar de manera correcta estos lugares o rutas. Cabe aclarar que nunca se logrará una
representación perfecta, los mapas son aproximaciones de la realidad que permiten que se
esté preparado para enfrentarse a ella. Esto permite una cierta ventaja a la hora de navegar y
explorar territorios ya que les da a los navegantes una idea de qué deben esperar y cómo
deben actuar frente a lo que encuentren en el camino. Por este motivo, esta era información
muy valiosa que no era compartida. Quien tenía los mejores mapas, tenía un mayor alcance
de exploración mostrando superioridad frente a los demás. Los mapas no solo demostraban
poder frente a los que tenían peores mapas o que no tenían en lo absoluto, también
demostraba dominancia frente al territorio que se representaba. Tener el mapa de un
territorio implicaba que ya se había recorrido el territorio y se había estudiado lo suficiente
como para recopilar aquella información en un mapa. Entre más precisa era la información
que se recopilaba, mejores eran los mapas y mayor poder le daban a quien los poseía.

Así pues, el trabajo del cosmógrafo, que luego se dividió en el trabajo del cosmógrafo y
cronista, era de suma importancia. De él dependía que el mapa fuera lo mejor posible. Por
supuesto que no necesariamente un solo cosmógrafo estaba encargado de un mapa. Un
mapa podía ser la recopilación del trabajo de muchos, como lo fue uno de los principales
proyectos de la Casa de Contratación de Sevilla, el Padrón Real. El cosmógrafo no solo
contribuía a la elaboración de los mapas, también debía trabajar en manuales que
prepararan al explorador a lo que pudiera enfrentarse en su travesía. Es por esto que el
cosmógrafo debía estudiar fenómenos que ocurrieran en el entorno de la navegación y la
exploración, como lo es el ciclo Lunar. Entender el comportamiento del ciclo lunar le
permite al marino prever ciertos factores que puedan afectar el viaje y estar preparado para
ello. Estos factores que son influenciados por la luna son el comportamiento de las mareas,
los vientos, las corrientes y el clima en general. Un buen trabajo realizado por un
cosmógrafo le brinda al marino un manual, casi tan poderoso como un mapa, con el que
podrá anticiparse a las situaciones que tendrá que enfrentarse en su trayecto. Conocer de
manera aproximada y con anticipación estos factores que afecten su viaje es una enorme
ventaja para el marino, lo cual le da una gran importancia al cosmógrafo. Y no solo el
cosmógrafo es importante, la luna es el mayor indicador de estos comportamientos, el
cosmógrafo es solo el intérprete, y también lo es el marino luego de estudiar los manuales
de navegación. De esta manera el cosmógrafo, por medio de manuales y mapas, y la luna,
desde el cielo nocturno, se convierten en herramientas demasiado relevantes para el marino,
y, por ende, para la conquista del Atlántico.
Debido a que el cosmógrafo tenía una gran importancia para los viajes atlánticos en el siglo
XVI, debía tener la preparación suficiente para realizar un trabajo competente. Además, el
conocimiento obtenido y técnicas desarrolladas por medio de la exploración debían estar
concentradas en algún lugar para poder ser transmitidas y permitir que la civilización
siguiera avanzando. Por esta razón la Universidad toma un papel muy importante para
satisfacer esas necesidades. Asimismo, los estudiantes de las universidades tenían un fuerte
adiestramiento en la labor humanista por lo que las obras realizadas por los exploradores
estaban en función de fortalecer las creencias e intenciones de la corona. En otras palabras,
la Universidad servía como una institución encaminada a potenciar la conquista del
atlántico por medio de la concentración y transmisión del conocimiento.

En resumen, la suma de todos estos factores y la interacción entre ellos permitieron la


conquista ibérica del atlántico. Es incorrecto asegurar que existe una causa que llevó a que
se desarrollaran estos hechos. Es más bien la suma de la labor realizada por el cosmógrafo,
el papel que cumplieron los mapas en la exploración, la guía que daba la luna en el cielo
para marineros y la concentración del conocimiento en la Universidad. Gracias a todo esto
que estuvo presento en el siglo XVI, y no solo los barcos, fue posible la conquista del
atlántico ibérico.

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