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INTERNET
Los recursos invertidos para diseñar y posicionar una imagen no se puede dilapidar en
Internet. Pero Internet está sujeto a limitaciones prácticas y la naturaleza del medio
es única. Esto implica adaptar a la web una imagen diseñada para medios
tradicionales. La imagen corporativa en Internet debe ser "liviana", versátil, y
concebida para cambiar.
Cuando se pregunta a la gente para qué usa Internet, la respuesta más frecuente es:
"para conseguir información". Por esa razón, y por las limitaciones del medio, la
publicidad en Internet (los "banners") no han dado resultado. Internet produce en las
personas un sentido de urgencia, de falta de tiempo, porque lo que quieren es
conseguir información, y ven que hay mucha, muchísima, pero el medio es lento.
Nadie se acomoda en su silla a mirar la Web pasivamente, como lo hace frente al
televisor. Los cibernautas expertos evitan los banners, porque quitan tiempo. Los
cibernautas evitan todo lo que parezca un banner, porque suponen que quita
tiempo.
Es obvio entonces que no es posible presentar una "imagen-espectáculo" de nuestra
empresa en Internet. (Técnicamente es posible diseñar una poderosa animación que
produzca impresionantes rotaciones de nuestro logotipo, tal vez acompañada de
sonido, fotografías y letreros móviles sobre un fondo misterioso. Ese diseño habrá
que archivarlo. O ponerlo en un CD-ROM que nadie mirará. Pero no ponerlo en la
Web, porque no funciona.) La imagen en la Web debe ser liviana. El logotipo (ojalá
fijo, no móvil) formando una unidad coherente con el menú principal, dentro de la
arquitectura de todas las páginas. La portada podrá presentar un logotipo un poco
más grande que las páginas interiores, pero, en general, su función es la de permitir
reconocer, sin ambigüedad, al anfitrión de la página, y ofrecer al visitante un enlace
estable para retornar a la portada el sitio.