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Entrena tus sentidos para disfrutar de la vida

Sara, sobrecogida, por la calidez de sus sá banas azules, las acercó a su cara y pecho y dijo
para sus adentros: —que afortunada soy de disfrutar de estas sá banas azules—
Pero lo que ella quería expresar iba má s allá de apreciar un simple color. Estaba
empleando, ademá s de la vista, el tacto, el olfato y el oído. Lo disfrutaba intensamente. Le
producían sensaciones agradables. Sabía que no siempre había tenido esas sá banas y era
un momento má gico de poder disfrutar de algo simple para muchos, pero que para ella era
todo un privilegio.

Fíjate bien. Sara se gozó su momento. Se sintió dichosa, empleó , sin necesidad de
practicarlo, el poder de disfrute que tenemos todos a nuestro alcance; los sentidos. Luego
sonrió y agradeció .

Podrá s excusarte preguntando: ¿y qué pasa con los kinestésicos, auditivos y visuales?
¿Merece la pena hacer tanta bulla por unas simples sá banas? ¿Có mo puedo enseñ ar a mis
sentidos a disfrutar de las cosas sencillas? ¿Eso puede ser real? ¿Si no sé có mo disfrutar de
la vida porque vivo posponiendo mi felicidad? Si terminé la carrera, pero seré feliz cuando
me entreguen el título, pero después no seré feliz hasta tener mi casa propia o cuando
tenga un trabajo diferente o cuando mis hijos crezcan.

Relá jate, toma las cosas con calma. Es cierto que hay personas muy sensitivas, los que
sienten vivamente sus emociones (kinestésicos) los que son muy visuales y toman muy en
cuenta los detalles; los que se fijan mucho y los auditivos con gran capacidad de escucha,
apasionados por la mú sica y son capaces de escuchar su voz interior. También es cierto
que, gracias a la Programació n Neurolingü ística (PNL) podemos, por decirlo de una
manera, hacer un ajuste desde el mismo cerebro empleando nuestras propias palabras.

¿Có mo detectar que hay patrones del lenguaje que impiden el uso adecuado de los
sentidos?

En los kinestésicos se evidencia una preocupació n por sentir. En las conversaciones repiten
mucho yo siento, yo percibo, yo noto, me huele a… o bien en su forma negativa y todo lo
basan en la fuerza de sus emociones.

El truco está en sentir menos para poder dejar aflorar los demá s sentidos. A estos le viene
bien la visualizació n creativa. Dedicar unos pocos minutos a visualizarse con algo que
deseen y que ya lo han conseguido, esto acompañ ado por emociones positivas; alegría,
entusiasmo, sentido de pertenencia, etc. Ya sé que hay quienes tienen dificultad para
manejar imá genes mentales, pueden hacer lo siguiente: pegar las imá genes en el espejo o
en la nevera a fin de verlas diariamente. Otra cosa que se puede hacer es salir a pasear y
concentrarse en el alrededor. Si puede ser un lugar con flores, mejor. Envolverse en su
belleza, decirse a sí mismo “me encanta mirar las flores “o bien, “disfruto plenamente de
mirar las flores, edificios, mi casa, mi familia “. “Los tengo y los valoro ahora “.

Muchos necesitan ver a otros realizando la acció n que estos desean. Se alimentan de su
energía. Esto puede ser positivo cuando te rodeas de personas que tienen una cualidad que
tu deseas adquirir, ¡pero ojo! Si siempre haces esto con todas las personas estas en riesgo
de perder tu identidad. Hay personas que solo asechan las emociones de otros porque
tienen una prohibició n inconsciente de sentir por ellos mismos. Recuerda que se trata de
que no seas tan perceptor de los otros sino equilibrar lo que percibes t ú con cada uno del
resto de sentidos.

En los auditivos, por otro lado, se evidencia el frecuente uso de palabras como: me suena,
oye, escucha. Cuando piensan reciben informació n como voces en su cabeza. Piensan en
una cascada y pueden apreciar el sonido del agua al caer. Prestan atenció n a sus
interlocutores, son buenos hablando por teléfono por horas.

En su parte negativa, cuando oyen demasiado, se autorrecriminan a sí mismos, conversan


con su conciencia y no se dan ni cuenta, y algunos hasta lo expresan en voz alta. se pueden
volver un contenedor emocional donde los demá s tiran sus problemas. Y es que siempre
está n prestos a escuchar. Cuando prestar atenció n excesiva a lo que oyes dificulta sentir,
entre otras cosas, la alegría principalmente, es aconsejable oler las flores, disfrutar de un
buen perfume, Decirse afirmaciones como “siento paz “, “siento motivació n “, “pongo mi
entusiasmo en todo lo que hago “. Y si les va bien el manejo de imá genes mentales, es ú til
sacar tiempo para saborear de su comida favorita (sin prestar atenció n al sonido de los
dientes cuando se mastica la comida), planificar y ejecutar un viaje acompañ ado de
personas gratificantes.

Y a los que son muy visuales, está n atentos al má s mínimo detalle, tienen buena orientació n
en el espacio. Recuerdan con asombrosa capacidad los lugares, la decoració n, el lenguaje no
verbal... Son críticos de la moda y el arte.

La cuestió n está cuando ver tanto te impide escucharte a ti mismo, atender a tus
necesidades, disfrutar de la mú sica, de sentir emociones y tener empatía. Resulta muy ú til,
pues, abrazar a los seres queridos, practicar la expresió n de los sentimientos propios
empleando palabras como “yo siento que…“Y la verdad que son muy liberadoras.
También es prudente oír mú sica que cause sentimientos positivos. Tomarse un café o una
cerveza con los amigos en un ambiente que propicie la interacció n.
La sugerencia es equilibrar lo que sentimos (unido a lo que olemos y saboreamos), lo que
vemos y lo que oímos. Esto mejora, indudablemente, la capacidad para aprender a vivir el
día a día, para entender que cada segundo cuenta, que podemos disfrutar de los éxitos ya
sean grandes o pequeñ os y que ya no veremos có mo necesario postergar la felicidad.

Si te gustó este artículo déjamelo saber en los comentarios y se parte de los artículos de
cada semana que se publican en esta pá gina.

Yoely Reinoso Lantigua


Escritora y Conferencista / https://podergaia.com/ 

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