Cátedra Abierta Psicología Para Todos

a1 b2

La Psicología Social en Colombia1

Marco Alexis Salcedo2

Resumen: El siguiente texto es un breve recuento diagnostico de lo que ha sido, desde la

experiencia personal del autor, la psicología social en Colombia; se realizó con el propósito
de brindar una línea base con el cual delimitar las tendencias por las que esta transitando
esta área del conocimiento psicológico en nuestro país.

1
Conferencia presentada el 20 de Noviembre del 2008 en el marco de la IV sesión de la Cátedra Abierta
Psicología Para Todos y de la celebración del Día del Psicólogo en Colombia. Grupo Estudiantil y Profesional de
Psicología Univalle – GEPU -, Universidad del Valle.
2
Psicólogo y Licenciado en Filosofía. Candidato a Maestría en Filosofía de la Ciencia de la Universidad del Valle e
Investigador del Grupo de Estéticas y Socialidades Urbanas de la Universidad San Buenaventura Cali.

Referencia Recomendada: Salcedo, M. (2008, noviembre). Psicología social en Colombia. Conferencia

presentada en la IV sesión de la Cátedra Abierta Psicología Para Todos, Grupo Estudiantil y Profesional de
Psicología Univalle - GEPU -, Universidad del Valle, Santiago de Cali, Colombia.

1 Cátedra Abierta Psicología Para Todos, 2008 ψ IV Sesión ψ Págs. 1-7

El tema de discusión: la psicología social En primer lugar, me atrevo a señalar que la
en Colombia. psicología social en Colombia ha sido, y
creo que todavía sigue siendo, una
Para este balance diagnostico, no me
subdisciplina que ha ocupado renglones
ubicare en el lugar del profesional experto
secundarios en la formación de psicólogos
en este campo, poseedor de muchos años
y en la construcción de nuevo conocimiento
de experiencia. Me ubicare en el lugar de un
psicológico. Las áreas de aplicación e
profesional en psicología que espera
investigación psicológica dominantes en
consolidar un proyecto académico
nuestro medio han sido la clínica, la
alrededor de esta área de aplicación, que ha
cognición y hasta la organizacional. Y
sido docente de materias relacionadas en
precisamente, desde el predominio que han
una facultad de psicología, que ha dedicado
tenido las perspectivas teóricas
varios años a investigar en problemáticas
tradicionales de estas áreas, cuando desde
urbanas, que ha dirigido algunos proyectos
la psicología se ha pretendido analizar
de trabajo de grado y que ha asistido a
alguno fenómeno de la realidad social, se
algunos foros y congresos, o diplomados en
ha empleado ante todo enfoques de la
los que se han presentado psicólogos
clínica, aun cuando existen desde hace un
sociales de diversas ciudades de Colombia.
tiempo en el mundo académico de la
Lo que voy a expresar, se basa entonces en
psicología social otros modos de
impresiones personales; reconozco de
comprensión. Insistentemente se transmite
entrada el carácter especulativo que le
el mensaje de que la formación ideal en
confiere tal postura a mí decir, lo que desde
psicología social se obtiene después de
luego autoriza mayormente a que el lector
profundizar el conocimiento en alguno de
este alerta o ponga en duda mis
los enfoques dominantes de la clínica. Esto
afirmaciones. Sin embargo, a pesar de lo
ha favorecido que los pocos estudiantes
anterior, al no haber encontrado hasta el
que se interesan en la psicología social
momento, en las diversas situaciones en
sigan pensando las problemáticas sociales a
que he estado como académico, hechos
partir de las lecturas que proponen estos
que desmientan mis impresiones, consideró
otros campos de aplicación. En lo personal,
que esta presentación indica válidamente
solo llegue a escuchar de la existencia de
algunos aspectos centrales de la situación
una psicología social critica, de una
general actual de la psicología social
psicología social de la liberación, de la
colombiana, no solo en cuanto a
psicología política, en estos años que
conocimientos y teorías, sino también en
llevamos del siglo XXI. Ningún profesor de
tanto comunidad académica y practica
la universidad en que forme en mi pregrado
profesional. Esta discusión la pienso realizar
de psicología en los años 90 del siglo XX
en torno a tres aspectos que a continuación
me informó de las tesis de Ignacio Martin 2
presento. Baro, Kennett Gergen, Thomas Ibáñez,
Maritza Montero, entre otros. Y no creo que
esta circunstancia sea coyuntural, propia de

La Psicología Social en Colombia | Marco Alexis Salcedo

 un profesional colombiano en particular. En
el segundo encuentro de investigadores de
psicología de Colombia, note que la
cognición y la clínica eran las áreas que
armaban masa; reunían la mayor cantidad
de psicólogos. En cambio en el capitulo
psicología social, se reunían una cantidad
relativamente exigua de investigadores, en
comparación con las mencionadas, la
mayoría de ellos con dudas si se
encontraban en el lugar correcto. No sería
entonces extraño que en los actuales
estudiantes de psicología del país
predomine la creencia de que en la
psicología solo existen los modelos de
teorización de la clínica (psicoanálisis,
conductismo y humanismo) y los de la
cognición.
A lo anterior se suma el inconveniente de
que aunque han existido interesados en los
tópicos sociales de la psicología, o que
hemos contado con profesores de
psicología social con la formación y
competencias necesarias, algunos con
meritos de reconocimiento internacional, la
suerte que han corrido ha sido típicamente
la soledad, la marginación o la exclusión.
Cuando se tiene la oportunidad de dialogar
con los psicólogos sociales antiguos, las
reminencias de su labor realizada los
muestran aislados, solos, e incomprendidos
por su contexto inmediato. Tal
circunstancia, reafirmada por la ausencia de
lideres en este campo profesionales con la
suficiente energía y ambición para
3 posicionarlo en las facultades de psicología,
ha conllevado a una triste e inexplicable
realidad: hasta donde tengo entendido, en
lo que lleva de existencia la psicología en
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nuestro país, Colombia, no ha tenido un
personaje que cree escuela en este ámbito
del mismo modo como se observa en
Venezuela, Salvador, Brasil. En estos países,
el sueño de una psicología producida y
pensada desde la realidad latinoamericana
se esta concretando, y es en el campo de la
psicología social. En cambio, la psicología
social colombiana, hasta este momento,
sigue siendo huérfana de figuras
consolidadas que permitan tomar una
mínima y necesaria distancia con los
modelos psicológicos importados de otras
latitudes.
Como se sabe, esto genera consecuencias
nefastas para esta área de aplicación
psicológica, pues toda la serie de eventos
que constituyen la academia no se dan.
Thomas Kuhn, en La estructura de las
Revoluciones Científicas (1971) había dicho
que lo que hace que un joven investigador
escoja un grupo de investigación a
diferencia de otros, además de los
argumentos que cada posición teórica
presenta, era principalmente el mayor
prestigio que pueda tener un grupo en
relación al otro. Es decir, si en la comunidad
académica se considera que en uno de esos
dos grupos hay gentes “importantes”, que
los libros de ese grupo son citados por
investigadores de “todo el mundo”, que
están traducidos a un sinnúmero de
idiomas, y cuestiones del mismo tenor,
entonces, esas circunstancias determinaban
que los jóvenes investigadores prefirieran a
ese grupo. Los beneficios que ello trae son
la aparición de nuevos y promisorios
líderes, inversión económica mayor,
difusión de las ideas, fortalecimiento de la
propuesta, presentaciones en importantes
congresos académicos con resonancia etc.
Lamentablemente esta no es la realidad que
observo de la psicología social en
Colombia. Hay amigos que se van a países
centroamericanos a realizar estudios de
profundización en psicología social, pero no
escucho que nuestra psicología seduzca a
psicólogos extranjeros para venir a
Colombia a ampliar sus conocimientos en
esta área.
En segundo lugar, desde una fuerte
tendencia profesionalizante que esta
viviendo la academia colombiana,
circunstancia que ciertamente esta
colocando mayor presión sobre los
debilitados presupuestos de las
universidades publicas, la psicología social
esta empezando a ser impulsada por
profesionales relativamente joven con
estudios de maestría o doctorado hace
poco finalizados y hechos en países como
México, España o Brasil. Ellos han traído
discursos hasta no hace mucho
desconocidos en nuestras universidades y
que se caracterizan por tener un fuerte
sesgo critico y político. Estos discursos
nuevos, tienen como referentes filosóficos y
epistemológicos a diversos autores
agrupados bajo alguna expresión que tiene
a “post” como prefijo (posmodernos,
posestructuralistas, etc.). Sin embargo, los
efectos de estos discursos “post” sobre los
viejos paradigmas de la psicología social ha
sido reducido, a juzgar por los pilares
epistemológicos y filosóficos en los que se
siguen insistiendo deben constituir el
conocimiento disciplinar. Aunque ya se
habla con fuerza, por ejemplo, de
La Psicología Social en Colombia | Marco Alexis Salcedo
transdisciplinariedad, se continua
empleando, hasta de parte de quienes
afirman tener nuevos razonamientos,
categorías analíticas que ratifican la visión
estratigráfica del modelo biopsicosocial, lo
que por cierto conlleva siempre a que la
dimensión social solo adquiera sentido
después de lo biológico y desde lo
individual; se siguen empleando
presupuestos hace décadas cuestionados
como la visión kantiana del sujeto como un
ser consciente, autónomo, con un grupo de
necesidades biológicas instintivas que
requiere domeñarse y satisfacerse para bien
de cada uno de los individuos. En otros
lares, y para muchos autores, es indudable
que el sueño antropológico se ha
constituido en nuestro tiempo en una
temible pesadilla. En cambio, aquí veo a
expertos de la psicología social con la fe
todavía puesta en la quimera antropológica
como si fuera un ensueño que no ha
encontrado la manera de realizarse.
¿La juventud profesional colombiana tiene
al final poco de revolucionaria y mucho de
conservadora? Es posible. O quizás ella no
ha encontrado, por razones sociales,
institucionales y políticas de nuestro país, el
modo de potencializar y canalizar
convenientemente para el desarrollo de la
academia colombiana esa serie de aspectos
que hacen la empresa científica y que
suelen ser muy visibles en los jóvenes: fe
ciega o intuición en que una idea distinta
resulte fructífera; enormes cantidades de
energía para actuar y querer cambiar al 4
mundo; terquedad y persistencia en sus
ideales; búsqueda del prestigio y de un
lugar en la sociedad; falta de lealtad a los
 viejos paradigmas, enfatizando por ello en
las debilidades de esos paradigmas que en
las fortalezas; amor a lo diferente y rechazo
a lo decadente e impotente. De eso se
nutre la ciencia. Explica sus dificultades,
pero también posibilita sus virtudes y su
progreso (Kuhn, 1971).
En tercer lugar, las actuales investigaciones
colombianas en psicología social sin duda
están siendo fieles al precepto que se
formuló en la famosa época de crisis de
esta subdisciplina: “la pertinencia social”. Si
se enumera estas investigaciones se
encontraran tópicos como conflicto
armado, reinsertados, niñez, violencia
urbana, etc. Los problemas de la
cotidianidad social de los colombianos bien
se registran en estos temas. Sin embargo,
queda el sinsabor de que muchas de estas
problemáticas se abordan desde el orden
de lo sintomático y con un afán aplicativo.
Por supuesto, el conocimiento psicológico
debe ser útil para la sociedad,
especialmente para transformar aquellos
hechos de la realidad social que son fuente
de malestar colectivo. Pero lo que a todas
luces resulta absolutamente inconveniente
para la academia es que se realice
investigaciones olvidando que en su
horizonte de ciencia social, esta se justifica
en tanto apunte a identificar y cuestionar,
en lo que halle de problemático en ellas, las
claves que constituyen el modo de
pensamiento contemporáneo.
5 Kennett Gergen (1996) afirma que la
investigación en ciencias sociales y
humanas se justifica si el análisis de las
realidades sociales dominantes y de las
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formas de vida a ellas asociadas propicia
alguna de estas tres formas centrales de
desafió: la crítica de la cultura, la crítica
interna a las disciplinas y la erudición del
desarraigo; solo de ese modo se podría
originar transformaciones en el seno de la
sociedad, únicamente de esa manera, se
lograría sostener y/o intensificar la forma
de vida existente en una comunidad, y se
permitiría que las personas vivan más
adecuadamente en el seno de estas
tradiciones. Sin embargo, la investigación
en psicología social en Colombia la percibo
todavía encerrada en un conservadurismo
de viejos principios epistemológicos
responsables de las nefastas alienaciones
sociales que padecemos. La pregunta a la
que intentan responder muchas
investigaciones es una sola ¿Qué hacer? No
hay otra interrogación posible que la del
hacer, interrogación que parece guardar el
supuesto de que si los magnos problemas
sociales de nuestro país aun no se han
resuelto es porque los psicólogos no han
intervenido. Los psicólogos sociales
colombianos parecen atrapados por las
redes de una idealidad profesionalizante,
aplicativa, quedando poco de
deconstructivo en el saber que intentan
obtener mediante las investigaciones que
se adelantan.
En esto se refleja la funesta secuela del
modelo del profesor catedrático, que se
mantiene incólume en las universidades.
Mientras los psicólogos sociales
colombianos no desmonten la figura del
profesor enciclopedista, como afirma
Foucault (1996), el sabio que toma la
ciencia como camino de acceso al enigma
del mundo, mientras hacer investigación
continúe siendo una labor para responder a
las insuficiencias, a los vacios que hay en el
saber, en este caso, en el saber-hacer, se
convertirá en un destino inevitable de los
psicólogos sociales, la producción de
conocimientos no integrados, con
propensión a no ser ampliados o
rectificados con posteriores investigaciones.
Es quizás la pervivencia de ese modelo de
profesor en nuestros viejos maestros de
psicología social lo que explica porque no
fundaron en Colombia en esta subdisciplina
psicológica un programa de investigación.
Desde luego, muchos hicieron
investigación, pero no crearon un programa
de investigación. Evitaron cuidadosamente
poner en tela de juicio las especificidades
filosóficas que brindaban consistencia a los
conocimientos adquiridos durante su
formación, sacrificando de este modo un
rasgo, que como señala Foucault,
caracteriza la situación de toda
investigación con respecto a la ciencia
constituida. Toda investigación, dice
Foucault (1996), se hace siempre contra una
enseñanza, a las expensas de una
objetividad reconocida, ataca mucho más a
un saber que completarlo y llevarlo
plenamente a cabo. Hasta cuando la
investigación en Colombia se haga en los
márgenes de la herejía de la ciencia,
padeceremos hasta tanto de una estructural
incapacidad para trascender el
inmediatismo de las demandas
coyunturales del día a día.
La Psicología Social en Colombia | Marco Alexis Salcedo
Afortunadamente veo que la psicología
social comienza a tener “su cuarto de hora”,
no como un campo más, sino como un
campo con el potencial necesario para ser
líder de la psicología. Ya se sabe que para
satisfacer las exigencias que se le imponen
a todo actor social, los psicólogos requieren
de un nuevo estatuto epistémico y político
que les permita juzgar la evolución
contemporánea de la sociedad, como
anticipar sus efectos sobre los sujetos.
Entonces, una nueva postura académica es
inevitable para situarse con relación al
nuevo orden moral, al mismo tiempo que
sobre la escena social. Son actualmente los
psicólogos sociales los que están
mostrando eso. Es desde la psicología
social que se esta promoviendo nuevos
objetos de estudio psicológico, se están
explorando nuevas maneras de compresión,
se están evaluando principios
epistemológicos inalterables en otras
época. Si surge algo diferente hoy día en el
discurso psicológico con seguridad tendrá
de referencia lo social. Y esto siento que
progresivamente lo esta entendiendo la
académica colombiana.
Para finalizar señalare que tengo la
esperanza que los futuros psicólogos del
país, además de ecléticos en su
pensamiento y preocupados por la realidad
social colombiana, espero que no renuncien
a la vocación infernal de la ciencia; que sean
mas capaces de negar que de afirmar. Solo
de ese modo, la psicología social
colombiana podrá encontrar su propio su 6
estilo, su problema.
 Referencias

 FOUCAULT, Michel. (1996) La

investigación científica y la
psicología. Cali. Texto de circulación
Universitaria. Universidad del Valle.
Traducción de Anthony Sampson.

 GERGEN, Kenneth. (1996). Relaciones

y relaciones. Aproximaciones a la
construcción social. España: Paidós.

 KUHN, Thomas. (1971). La estructura

de las revoluciones científicas.
México: Fondo de Cultura
Económica.

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