EL ACUERDO DE LA OPEP Y EL FRACKING: ENTRE LA NECESIDAD
ECONÓMICA Y LA RESPONSABILIDAD AMBIENTAL.
El fracking o fracturamiento hidráulico es un tema polémico y controvertido a nivel nacional e internacional. Fracking es una técnica de extracción consistente en fracturar rocas que tiene petróleo y gas atrapados en su interior. De este proceso nacen problemáticas del sí o no a este mecanismo por sus consecuencias ambientales. La respuesta más fácil y menos arriesgada es decir no al fracking en Colombia, se deben contemplar los beneficios que puede traer el fracking en términos de empleo, desarrollo de nuestras regiones, aumento de competitividad de nuestro país, educación gratuita, planes de salud, y planes sociales, sumado a la seguridad energético, autosostenibilidad, aumento de la inversión nacional y doméstica, entre otros beneficios generales que se darían a las poblaciones directa e indirectamente ubicadas en zonas de exploración y explotación de hidrocarburos no convencionales, Por tanto es innegable el peso del petróleo en la economía colombiana actual: es el principal motor generador de renta externa, incluso por encima del café; además, es una fuente de ingresos significativa para los departamentos debido a las regalías y contribuciones fiscales que reciben en las distintas fases del proceso de exploración, extracción o distribución del petróleo. Por dar solo un ejemplo, Ecopetrol ha estimado que los aportes en impuestos, regalías y dividendos de estos desarrollos podían ser entre 500 y 3.000 millones de dólares por año para los próximos 25 años. Por consiguientes el Estado Colombiano ha encontrado en este sector un impulso muy grande y una fuente para el desarrollo económico dadas las rentas que genera. Esto debido a que se queda con la mayor parte de las regalías recaudadas a través de diferentes gravámenes, Así mismo, el Estado también recauda dinero de las petroleras a través del cobro de regalías del tipo de contraprestación por la explotación de petróleo en función del volumen de producción. Por lo que, si una empresa aumenta su volumen diario de producción de petróleo, el Estado colombiano recibe más regalías. De esta forma, se puede evidenciar que este sector genera muchos billones, de aquí, el interés del Estado por impulsar este sector a través de facilitar el aumento de su producción, pues de esta forma, generará un ingreso mayor a sus arcas que podrá invertir en gasto público o en proyectos según las decisiones políticas que tome. En concordancia con lo anterior, el gobierno colombiano dada su preocupación por la producción futura de petróleo y su relación con el fracking, a través del Ministerio de Hacienda, expide un concepto jurídico en contra del proyecto de ley número 58 de 2018 que tiene como objetivo: prohibir la utilización del fracturamiento hidráulico para la exploración y explotación de hidrocarburos en yacimientos no convencionales. Este concepto jurídico lo expide debido a diferentes consideraciones económicas que sustentan la necesidad de implementar y no prohibir técnicas como el fracking para mantener y aumentar la producción de crudo en el país, dada la importancia que tiene en la consolidación fiscal del Estado y en la economía del país.