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Desarrollo Empresarial Colombiano

(Ensayo Sobre El Surgimiento Y La Consolidación Del Capitalismo Moderno 1945-1986)

Anyi Carolina Vargas


Juan Diego Lozano
Lucia Guerrero Basto
Wendy García Patiño

Administración De Empresas VII

Docente:
Jaime Castro García

Uniminuto
Lerida–Tolima
2020

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LAS GUERRAS Y EL CAPITALISMO

El siglo XX estuvo marcado por diferentes acontecimientos que tuvieron una repercusión directa

sobre la forma en la que el capitalismo tuvo su desarrollo; periodo en el cual se llevaron a cabo

las dos guerras mundiales que ha vivido la humanidad, con el paso de la 1ra guerra mundial, uno

de los países bien librados fue los Estados Unidos, quienes ya venían desarrollando una industria

que giraba en torno a bienes y servicios, con la llegada de la 2da guerra mundial los países

aliados fueron victoriosos sobre Alemania y esto permitió en gran parte a Estados Unidos vender

su teoría económica basada en el capitalismo a los países devastados por la guerra, pues el temor

del país norteamericano era que la Europa destruida tuviera inclinaciones hacia el socialismo.

Una de las bases del capitalismo es la extracción de recursos naturales, que en conjunto con la

industria se procesan y transforman en bienes, pasada la segunda guerra la industria americana

debía reactivarse. Siendo así, el capitalismo moderno fue catapultado por el resultado de las

grandes guerras del siglo XX, que tuvo como principal ganador a las teorías económicas de

occidente, en especial los EUA, sobre las ideologías comunistas orquestadas por la URSS, dicho

resultado favoreció la expansión del capitalismo por gran parte de Europa y el mundo.

En el transcurso de la 2da guerra, permanecían dos posturas, cómo resolver un problema que se

temía repitiese la situación de la preguerra: falta de consumo en EUA por la caída de la tasa de

ganancia, desempleo, deflación. Las grandes empresas abogaban por la internacionalización de

los mercados. Y por el otro lado seguir proveyendo a los países aliados de material de guerra.

Esto, a principios ponía en peligro a las empresas productoras de manufacturas en EUA pues los

capitales se fugarían a otros países, sin embargo, el rápido crecimiento económico de Estados

Unidos estaba llegado a su fin a finales de los 40 debido a la saturación de bienes. A su vez tanto

Alemania como Japón tenían un tejido productivo que había que renovar desde cero. Para las

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empresas estadounidenses era una buena ocasión para invertir fuera de su país, lo que además

supondría una mayor circulación de dólares en el extranjero, es decir, la ampliación del círculo

producción-consumo en un momento en que esta claro que Estados Unidos no podría seguir

manteniendo en su nivel bélico de exportaciones. Por lo cual, la única salida era salir triunfantes

de la segunda guerra mundial.

En efecto, tras la segunda guerra mundial se fraguó la que se conoce como la ¡edad de oro del

capitalismo! Entramos en la cuestión histórica de como los mismos indicadores económicos están

continuamente atravesados por políticas dibujadas a finales de los años 1940 hasta la década de

1960, surgió un crecimiento de las grandes economias mundiales, la productividad del trabajo, la

tasa de intercambio internacional creció ocho veces por encima de lo acostumbrado, el peso de

las economías paso a los sectores industriales y de servicios, el desempleo se mantuvo bajo y la

acumulación del capital creció, el producto bruto de estos países periféricos creció ocho veces

más rápido que los del centro industrializado, en el caso de Japón fue bueno, como lo sería más

tarde China y España.

De tal modo, Estados Unidos no estuvo tan afectado, tras terminar la segunda guerra mundial, y

al salir victorioso, unido a la posición de este país como exportador de armas a los contendientes

y a que la guerra no afectó su tejido productivo, impulso un crecimiento disparado de la

economía estadounidense a mediados de la década de los 40, luego de la segunda guerra,

surgiendo como referencia política mundial y militar. El gobierno encabezado por el presidente

Truman, se plantea el dilema de si debían abandonar a Europa a su suerte y realizar el

proteccionismo económico, o si, por el contrario, convenía más generar un mercado a Europa

Occidental capaz no solo de contener al comunismo, sino de ampliar el imperio que se había

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consolidado tras la guerra. Con ello se debía implementar una estrategia que permitiera infundir

sus políticas en el exterior, en especial en la Europa devastada de la posguerra.

Es así como el plan Marshall se perfiló como la única manera de lograr esto, en una situación en

la que los países europeos tendían al nacionalismo económico y a establecer acuerdos bilaterales,

este último factor convenció al congreso norteamericano de la necesidad de enviar las ayudas

millonarias, además dar oportunidad a los países europeos de que las gestionaran ellos mismo

mediante condiciones. Pero desde un primer momento, estas economías recibieron más capitales

que bienes de consumo, y su sostenimiento dependía, más que del Plan Marshall, de la

recurrencia del consumo estadounidense. La guerra de Corea (1950-1953) posibilitó precisamente

eso, que se mantuviera la demanda estadounidense, el consumo, y que, por tanto, se cumpliera la

promesa de alta rentabilidad para los capitales invertidos fuera de Estados Unidos. Las

condiciones de la «edad de oro» del capitalismo estaban servidas. Pero también los límites de la

misma.

La intervención de cada Estado particular en sus respectivas economías y políticas nacionales,

tampoco se puede desligar de la evolución en esta época del «capitalismo internacional», y puede

considerarse interna al crecimiento económico.  Los gobiernos de Alemania y Japón impusieron

medidas organizacionales dirigidas a aumentar la rentabilidad de las inversiones, llegándose en el

caso de Japón a una economía fuertemente dirigida por el Estado, la banca y la patronal.  Las

economías de Gran Bretaña y EE. UU., tenidas por muchos por modelos de no-intervención, no

se entienden sin sus respectivas políticas estatales, por ejemplo, las fortísimas inversiones

militares que mantuvieron la demanda de ambos países estable. Sin olvidar, por último, la

implantación de garantías estatales en muchos países, la creación del llamado Estado del

Bienestar

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Tanto Alemania como Japón fueron motores de un gran crecimiento regional a su alrededor. Pero

las dos economías habían crecido basadas en las exportaciones, con muy poca demanda interna.

Por tanto, el consumidor principal seguía siendo Estados Unidos, aunque también había cedido

sus mercados tradicionales a los nuevos productores.

En este juego de flujos de capital y producciones manufactureras el límite lo ponía el consumo;

conforme las líneas de producción rentables iban perdiendo su posición de monopolio para dar

paso a productores con mayores tasas de ganancia, se iban saturando y perdiendo interés para

nuevos inversores. Además, los países consumidores no podían ceder todo el tejido productivo,

pues sus ciudadanos perderían la capacidad de seguir consumiendo. A finales de los 60, la

demanda no podía absorber el crecimiento acelerado de los países que se iban sumando a la

producción, de modo que, a partir de 1970, la edad de oro llegó a su fin y comenzó una

desaceleración generalizada. Estados Unidos, que había perdido productividad frente a los nuevos

productores, no podía seguir sacrificándose por el mantenimiento del orden internacional y

decidió en 1971 abandonar la convertibilidad con dólar-oro que se había establecido en Bretton

Woods, sistema que se sustituyó por un sistema monetario que permitiera fluctuaciones, con

vistas a establecer una suerte de sistema de turnos, según el cual, para convertirse en productor,

un país debía devaluar su moneda para abaratar la exportación de manufacturas y, así, atraer

inversiones.

Las guerras del siglo pasado ayudaron a forjar las bases del capitalismo moderno, al permitir

implantar políticas sobre países vulnerables en la posguerra, que terminaron favoreciendo en gran

medida el comercio internacional de las naciones victoriosas. Con el desarrollo de los hechos a

través de la historia, sobresalen los cuestionamientos de si el capitalismo tendrá una continuidad

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en el tiempo o sufrirá una notable transformación en su esencia, pues en un mundo donde

tenemos recursos limitados, no cabrá el consumismo desenfrenado.

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PREGUNTAS.

¿Cuáles son los beneficios del capitalismo?

Respuesta.

Ventajas.

 El capital privado puede generar mucha riqueza.

 Se tiene acceso a la propiedad privada.

 Todos pueden ejercer todos sus derechos individuales como los del sector que le

pertenecen.

 Se promueve el emprendimiento.

 Existe un movimiento económico constante, aunque solo sea un porcentaje mínimo de las

riquezas del país.

 Las fuerzas de trabajo se han modificado la figura del libre asalariado.

Desventajas.

 La libertad individual se interpone al resto de derechos humanos.

 Existe una enorme competencia por el dinero pues este es el único motor social.

 Se dan malas condiciones de trabajo como la explotación o el despido justificable para

que el capitalismo ofrezca.

 No satisface las necesidades de los que menos tienen.

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¿Quiénes son los beneficiarios de este sistema económico?

Respuesta.

Beneficia a las personas y empresas quienes realizan la producción y el intercambio de bienes y

servicios, mejorando la situación económica y material de la humanidad.

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