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Confinamiento, estrés ansiedad y angustia, Factores de riesgo.

Jose Fernando Ospina Viña


Psicólogo, QA Globant

En tiempos de Pandemia por el covid-19, y en tiempos de confinamiento por más de 3 semanas, el


teletrabajo es una forma común de realizar las labores diarias encargadas por nuestros proyectos,
pero, ¿qué tan saludable es para nosotros el confinamiento sin un estricto horario de trabajo?, ¿a qué
riesgos nos exponemos cuando el confinamiento es obligatorio?.

Lo primero que tenemos que revisar es nuestra salud mental, que tan aptos somos para el trabajo en
confinamiento preventivo, que factores de estrés tenemos y cómo debemos minimizar el estrés.

Para esto según Lazarus y Folkman, 1984. el estrés supone un hecho habitual de la vida del ser
humano, ya que cualquier individuo, con mayor o menor frecuencia, lo ha experimentado en algún
momento de su existencia. El más mínimo cambio al que se expone una persona es susceptible de
provocarlo. Tener estrés es estar sometido a una gran presión, sentirse frustrado, aburrido,
encontrarse en situaciones en las que no es fácil el control de las mismas, tener problemas
conyugales, etc.

Por tal motivo el estrés puede provocar distintos problemas de salud, entre ellos están el asma, el
infarto de miocardio y las alteraciones gastrointestinales e inmunológicas (McEwen, 1995). Por
último, las experiencias estresantes proceden de tres fuentes básicas: el cuerpo, el entorno y los
pensamientos;

La primera fuente de estrés es de carácter fisiológico, existiendo innumerables circunstancias en la


vida que afectan al organismo como por ejemplo, las restricciones en la dieta, los malos hábitos y los
cambios de horario en nuestro tiempo diario de sueño, las nuevas enfermedades, los accidentes, las
problemáticas, etc. Las amenazas procedentes del ambiente producen en el cuerpo cambios,
concretamente las que se refieren a la adaptación, ya que con ellas el ser humano se ve obligado a
mantener horarios rígidos en su vida diaria, a aguantar las exigencias de las relaciones sociales, a
soportar el ruido, la contaminación y las aglomeraciones de la gran ciudad, influyendo negativamente
en su seguridad y su autoestima. en este caso la falta de estos factores estresantes hacen que el
estrés como tal se presente en mayor cantidad.

Por otro lado la falta de factores estresantes como las multitudes las relaciones sociales el ruido
afectando negativamente en nuestra vida genera estrés más el confinamiento preventivo por covid-19
nos vemos expuestos a una ansiedad por la falta de los mismos y si tenemos en cuenta que la
ansiedad es una parte de la existencia humana y que todas las personas sienten un grado moderado
de la misma, siendo ésta una respuesta adaptativa que alude a un estado de agitación e inquietud
desagradable caracterizado por la anticipación del peligro, el predominio de síntomas psíquicos y la
sensación de catástrofe o de peligro inminente, es decir, la combinación entre síntomas cognitivos y
fisiológicos, manifestando una reacción de sobresalto, donde el individuo trata de buscar una
solución al peligro (Ayuso, 1988; Bulbena, 1986).

Esto durante estos tiempos difíciles nos lleva a un estado de angustia por el futuro incierto o los
cambios fuertes que se están viendo en el planeta dicha angustia es la emoción más universalmente
experimentada por el ser humano, tiene un efecto de inmovilización y conduce al sobrecogimiento en
innumerables ocasiones; se define como una emoción compleja, difusa y desagradable que conlleva
serias repercusiones psíquicas y orgánicas en el sujeto; la angustia es visceral, obstructiva y aparece
cuando un individuo se siente amenazado por algo (Ayuso, 1988) en este caso los diferentes riesgos
ocasionados por la pandemia

Burnout y Estrés Lo Que Debemos Hacer Para Evitarlo

“Muchos de nosotros reconocemos los riesgos del estrés prolongado en nuestra vida, pocos nos
sentimos capaces de combatirlo. Esto es negativo, porque es claro que muchos individuos crean sus
propias condiciones de stress en el trabajo. De hecho, muchos hombres de negocios que luchan con
seriedad por tener éxito y que están muy orientados hacia el logro, consideran que el stress es un
mal necesario en el trabajo.Anchor, K. N. (1983)”

En términos de nuestra área laboral el estrés más común es el que Herbert Freudenberger (1974, en
Lourel, Gueguen y Mouda, 2007) describe como ​“​burnout”. Él lo definió como un estado de fatiga o la
frustración asociada con el compromiso de una causa, un tipo de vida o una relación que no
proporciona la recompensa esperada. Pines y Aronson (1988, en Lourel y otros, 2007, p. 354)
definieron el burnout como “un estado de agotamiento físico, emocional y mental, causado por una
larga implicación en situaciones exigentes emocionalmente”.

Maslach y otros (2001) lo caracterizan como compuesto por tres dimensiones:

a) Cansancio emocional, que consiste en la pérdida o desgaste de recursos emocionales, es decir,


se caracteriza por la pérdida progresiva de energía, el desgaste, el agotamiento, la fatiga, que se
manifiestan en términos físicos, psíquicos o como una combinación de ambos;.

b) Despersonalización, se refiere al desarrollo de actitudes negativas, cínicas e insensibles hacia


receptores como pueden ser pacientes, clientes, compañeros, entre otros; se manifiesta por un
cambio negativo de actitudes y respuestas hacia los demás con irritabilidad y pérdida de motivación
hacia el trabajo y
c) Falta de realización personal o incompetencia personal, entendiendo ésta como la evaluación del
propio trabajo y a uno mismo de forma negativa, que se traduce en una baja productividad,
incapacidad para soportar presión y una pobre autoestima.

Para mitigar el estrés laboral y el Burnout es necesario eliminar los desajustes que se producen entre
la persona y su puesto laboral, y transformar algunos patrones de relación entre los empleados y
entre estos y la dirección (Leiter y Maslach, 2000; Maslach y Leyter, 1999). Colocan el Burnout en el
extremo de un continuo y definen el extremo opuesto como el compromiso de la persona con su labor
y con los objetivos de la organización. Un sentimiento, tal vez ideal, por el cual el trabajador
desempeñará sus funciones, no sólo por la motivación de percibir un salario, sino sobretodo porque
estaría comprometido con los fines de esa empresa y porque para él supondría una satisfacción
personal realizar bien su tarea.

Según este modelo, el sujeto, además de percibir unas recompensas económicas (principal
motivación de su trabajo), necesita también obtener retroalimentación de sus compañeros y
superiores, sintiéndose alguien competente que desempeña una función útil para su comunidad. Esta
concepción implica una visión amplia a largo plazo y una decidida inversión en el presente que puede
evitar muchas pérdidas y costes mayores en el futuro. (tomado de: Fierro, A. (1997). Estrés,
afrontamiento y adaptación)

En tiempos de covid-19, los niveles de estrés y las probabilidades de Burnout se incrementa por los
espacios en los cuales la mayoría de los miembros de cada uno de los proyectos en la empresa se
encuentran bajo confinamiento, llevando así a que las jornadas laborales extensas son más comunes
para la mayoría de las personas que bajo la excusa propia de no tener más que hacer sino las tareas
programadas del proyecto, buscan extender su propia jornada laboral sin tener en cuenta que, esto
estaría afectado su propia salud mental.

Incrementando así las probabilidades de llegar a los límites de su propia adaptabilidad al estrés, está
medida de adaptabilidad de la psique humana lleva a que sin darnos cuenta, estamos cometiendo el
grave error de que durante y posteriormente tengamos que hacer una intervención en crisis de los
factores de riesgo atribuidos al estrés sobre los efectos desencadenados por los agentes estresantes
se ha observado que hay respuestas sintomáticas de tipo fisiológico, psicológicos y de
comportamiento. Por ejemplo, para Ivancevich y Matteson (1980) los efectos pueden ser:

a) conductuales, que comprenden la satisfacción, el rendimiento, el ausentismo, la rotación, los


accidentes y el abuso de sustancias

b) Cognitivos, que comprenden: toma deficiente de decisiones, falta de concentración, negligencia; y

c) Fisiológicos, que comprenden: hipertensión arterial, colesterolemia, cardiopatías. A su vez, estos


efectos derivan en consecuencias tales como: enfermedades de adaptación (enfermedades
cardiovasculares, artritis reumática, úlceras, alergias, dolores de cabeza, ansiedad, depresión,
apatía, agotamiento nervioso).

para la prevención del estrés se debe identificar los factores de riesgo en cada uno de los proyectos
o cada uno de los POD’s dentro de Globant. Los factores de riesgo se podrían categorizar como:

a) Tipo de proyecto, cargo dentro del proyecto,

b) Edad, estado civil, número de personas que conviven en la vivienda, de cuantos ambientes es la
vivienda

c) Circulo social, relaciones sociales, distanciamiento familiar,

Una vez identifiquemos quienes son los miembros del equipo que corren más riesgo en generar altos
niveles de estrés, ansiedad y angustia. se recomienda hacer un seguimiento por parte de cada uno
de los líderes, donde se cree un horario de trabajo o charlas frecuentes donde se le recomiende a
cada uno individualmente un horario de actividades como lectura, pintura, dibujo, juegos de video,
series de televisión, fuera del contexto laboral y fuera de los horarios laborales, para así minimizar los
eventos estresantes.

En cuanto al horario laboral se recomienda que cada uno de los equipos creen un espacio donde el
mismo haga encuentros de charlas no laborales ni técnicas, donde se pueden incluir juegos cortos de
equipo, para así reducir los niveles de estrés

Para aumentar la capacidad del glober para enfrentar el stress y/o se rediseñe el ambiente de trabajo
en forma tal que se evite el stress crónico.

l. Haga algo simplemente por gusto y por placer (preferiblemente algo que no se relacione con el
trabajo), cada día durante un período de 15 a 3O minutos; o sea que disfrute "no haciendo nada" y no
considere esto como una frívola pérdida de tiempo.

2. Aleje la mente del trabajo en forma periódica, durante el día de actividad normal, en forma tal que
no se cree tensión y que esta no crezca y se le salga de las manos.

3. Practique ejercicios de entrenamiento en relajación, sin sentirse culpable; ser uno capaz de
sumergirse en un estado de agradable relajación es un instrumento importante que debe estar en el
repertorio de todo hombre de negocios.

Recomendaciones para la prevención del estrés. Disminuya su ritmo. Evite los excesos. Sea
moderado. Mantenga el control. Aplique procedimientos de sentido común. Logre una justa
perspectiva de las cosas. Delegue lo que pueda a sus subordinados capaces, y permita que ellos
también se desarrollen -no trate de hacer todo usted mismo. Los directivos que poseen pautas de
comportamiento de tipo A, confían en un sistema de valores que es muy constructivo cuando se
aplica en forma razonable; sin embargo, cuando se les sale de las manos, puede causar serios
problemas. Hay muchas cosas que uno puede hacer para disminuir la vulnerabilidad ante los
problemas relacionados con el stress. Un programa de prevención del estrés debe enfatizar las
siguientes consideraciones Anchor, K. N. (1983):

l. Adquiera un método de relajación que no dependa de drogas.


2. Exprese y trate asertivamente sus molestias, temores y otros problemas; use el sentido común
emocional.
3. Reconozca sus límites y trabaje dentro de dichos límites.
4. Mantenga un balance en su vida incluyendo actividades placenteras y de ocio.
5. Evite volverse competitivo en todas las esferas de la vida.
6. Evite los resentimientos.
7. Aprenda a manejar adecuadamente el tiempo.
8. Evite vivir en el futuro.
9. Entienda la forma en que otros lo consideran a Ud., como individuo.
10. Evite volverse una persona negativista, cínica y amargada.
11. Mantenga el sentido del humor.
12. Evite la trampa de tomarse a usted mismo y a todos los aspectos de su trabajo con demasiada
seriedad.
13. Entienda lo importante que es mantener el equilibrio.

la ansiedad alude a un estado de agitación e inquietud desagradable caracterizado por la anticipación


del peligro, el predominio de síntomas psíquicos y la sensación de catástrofe o de peligro inminente,
es decir, la combinación entre síntomas cognitivos y fisiológicos, manifestando una reacción de
sobresalto, donde el individuo trata de buscar una solución al peligro, por lo que el fenómeno es
percibido con total nitidez (Sierra, J. C., Ortega, V., & Zubeidat, I. 2003).

Pedro Moreno, (2020) recomienda Lo que NO debes hacer Si estás preocupado por la posibilidad de
sufrir una crisis de ansiedad existen una serie de recomendaciones básicas que debes seguir:

Evita hablar en voz alta o más rápido de lo habitual. Habla en voz baja y despacio, procurando
mantener un ritmo que no fuerce tu respiración. Hablar alto o rápido facilita la hiperventilación y
puede desencadenar crisis de ansiedad.

Evita el consumo de cafeína y otros excitantes. El café, las bebidas de cola, el chocolate, el té, las
bebidas “energéticas”, son algunos productos de consumo habitual que pueden aportar excitantes
suficientes para desencadenar una crisis de ansiedad.
Evita el consumo de azúcar. El consumo de caramelos, refrescos azucarados y otros productos con
alta concentración de azúcar puede provocar crisis de ansiedad en personas sensibles al descenso
de los niveles de azúcar en sangre.

Evita comer rápido. Comer rápido facilita que se produzca la hiperventilación, un proceso muy
relacionado con el sufrimiento de crisis de ansiedad.

Evita bostezar o suspirar. Los bostezos y los suspiros pueden producir una caída brusca del nivel
de anhídrido carbónico en sangre y facilitar así la aparición de una crisis de ansiedad.

Evita dormir poco. Dormir menos de lo habitual favorece la aparición de estados de irritación y
estrés que indirectamente pueden dar lugar a la aparición de crisis de ansiedad.

Evita el sedentarismo​. La práctica moderada de ejercicio físico tiene un efecto beneficioso sobre los
niveles de estrés y reduce la posibilidad de desarrollar crisis de ansiedad.

No te automediques. Si tienes crisis de ansiedad y crees que necesitas medicación, no la tomes por
tu cuenta, sin consultar con tu médico. Si ya estás tomando medicación, no modifiques las dosis que
estás tomando sin consultarlo previamente con tu médico. En ningún caso abandones una
medicación bruscamente sin la autorización de tu médico.

Revisa la distribución de tu tiempo. La vida no es sólo trabajar. Procura establecer un reparto


equilibrado de tu tiempo entre el trabajo, la familia, los amigos y tus aficiones, dejando el tiempo
suficiente para dormir. La mala distribución de los tiempos te hace más vulnerable al estrés y
predispone a sufrir crisis de ansiedad. Si cambiar la distribución de tu tiempo resulta un problema en
sí mismo, tal vez sea necesario revisar tu filosofía de la vida. Cada uno otorgamos distintos valores a
los principales aspectos de la vida y en ocasiones se produce un desajuste entre lo que realmente
valoramos como importante y aquello a lo que dedicamos más tiempo.

Elimina el consumo de drogas​. Determinadas drogas como las anfetaminas, la cocaína y otros
estimulantes producen un deterioro importante de la calidad de vida personal y familiar, además de
provocar crisis de ansiedad con una gran facilidad. Si consumes sustancias de este tipo es
aconsejable ponerse en manos de un médico y un psicólogo especializados en drogodependencias y
así reducir la dependencia física y eliminar la dependencia psicológica, que son los dos pilares
fundamentales del abandono definitivo de la droga. El manejo de las crisis de ansiedad puede
realizarse una vez controladas las adicciones o bien de modo simultáneo. Rara vez se logran
dominar las crisis de ansiedad sin haber controlado previamente las adicciones.
la angustia se conceptualiza como una emoción compleja, difusa y displacentera, presentando una
serie de síntomas físicos que inmovilizan al individuo, limitando su capacidad de reacción y su
voluntariedad de actuación; para que ocurra ésta, es necesaria la interacción entre distintos factores
de tipo biológico, psicológico y social (Sierra, J. C., Ortega, V., & Zubeidat, I. 2003).

modelo de intervención a realizar por un psicólogo o profesional de la salud durante la presencia de


angustia tomado de Carrió Rodríguez, M., Botella Arbona, C., & Ballester Arnal, R. (1996)

Un primer entrenamiento en respiración lenta, el cual tiene como objetivo entrenar en un ritmo de
respiración lento opuesto a la hiperventilación, entendiendo el entrenamiento en respiración lenta
como un mecanismo de control de la ansiedad.

El segundo entrenamiento el cual se basa en la Terapia Cognitiva Focal (TCF), tiene como objetivo la
identificación y modificación de las interpretaciones catastróficas que se suele hacer de sus
sensaciones corporales en el momento en que se llegue a producir la crisis, Las cogniciones más
importantes de las cuales el sujeto pueda llegar a identificar, tales como ahogo, sentimiento de
muerte, desesperacion y otras interpretaciones catastróficas de la situación en confinamiento.

Referencias

Sierra, J. C., Ortega, V., & Zubeidat, I. (2003). Ansiedad, angustia y estrés: tres conceptos a
diferenciar. ​Revista mal-estar e subjetividade,​ ​3​(1), 10-59.

Peiró, J. M., & Rodríguez, I. (2008). Estrés laboral, liderazgo y salud organizacional. ​Papeles
del psicólogo,​ ​29(​ 1), 68-82.

Fierro, A. (1997). Estrés, afrontamiento y adaptación. ​Estrés y Salud. Valencia: Promolibro​,


119-133.

Figuera, A., & Salas, A. (2010). Competencias emocionales y burnout en empleados de


tecnología de información en el contexto venezolano. ​Visión Gerencial,​ (1), 78-89.
Gascón, S., Montes, M. O., & Ciccotelli, H. (2003). La prevención del burnout en las
organizaciones: el chequeo preventivo de Leiter y Maslach. ​Revista de psicopatología y psicología
clínica,​ ​8(​ 1), 55-66.

Gascón, S., Montes, M. O., & Ciccotelli, H. (2003). La prevención del burnout en las
organizaciones: el chequeo preventivo de Leiter y Maslach. ​Revista de psicopatología y psicología
clínica,​ ​8(​ 1), 55-66.

Pedro Moreno, (2020) Primeros auxilios para las crisis de ansiedad y el trastorno de pánico

Anchor, K. N. (1983). Manejo efectivo del stress con procedimientos de entrenamiento en


biorretroalimentación. ​Revista latinoamericana de psicología,​ ​15​(1-2), 249-257.

Carrió Rodríguez, M., Botella Arbona, C., & Ballester Arnal, R. (1996). La eficacia del
entrenamiento en respiración lenta y de la terapia cognitiva focal en un caso de trastorno por angustia
con agorafobia. ​Anales de psicología.​

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