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MÓDULO DE BIOLOGÍA ELECTIVO

GUÍA N°3.
Procesos y funciones vitales I.

1. HOMEOSTASIS.

En forma conjunta, los sistemas endocrino y nervioso coordinan las funciones de todos los
sistemas del cuerpo. El sistema endocrino es responsable de los cambios que ocurren
durante un período relativamente largo, en cambio, el sistema nervioso tiene que ver con
respuestas más rápidas.

Podemos entender la homeostasis como la condición en que una variable fisiológica


oscila o fluctúa alrededor de un promedio. Un ejemplo es el caso de la glicemia
(concentración plasmática de glucosa), que se mueve en el rango de 80 a 100 mg de
glucosa por 100 mL de sangre, que según el momento del día −ayuno, después de las
comidas−, tendrá variaciones que se consideran normales.

Otro término que se define dentro de las condiciones que rigen a los organismos es el de
isostasis, que se refiere a que la variable fisiológica en estudio es regulada de tal forma
que se representa por una sola cifra, o sea, significa fijeza. Por ejemplo, la presión
arterial, que tiene valores mucho más estables.

Finalmente, existe también el término de heteroestasis, condición en que los valores de


la función se encuentran por encima o por debajo de las cifras normales, es decir,
hiperfunción o hipofunción. Este término de heteroestasis está más relacionado con la
pérdida del equilibrio, por ejemplo, una hiperglicemia por diabetes, donde no se regula el
nivel de normalidad.

2. SISTEMA NERVIOSO.

Todos los sistemas de órganos de nuestro cuerpo se encuentran interconectados por los
sistemas integradores. Estos tienen bajo su responsabilidad la regulación, control y
coordinación de todas las funciones orgánicas. Esta integración funcional está dada por
dos sistemas altamente complejos: el sistema nervioso y el sistema endocrino.

El sistema nervioso tiene a su cargo la función de integrar los distintos sistemas del
organismo. Para esto, sus estructuras captan las variaciones de energía del
medioambiente externo e interno (estímulos), las analiza, las almacena en centros de
memoria, las integra en centros nerviosos y elabora respuestas adecuadas que a través
de estructuras nerviosas viajan hasta los órganos efectores.

Para cumplir con estas funciones, el sistema nervioso cuenta con dos propiedades:

• Excitabilidad: es una propiedad celular, especialmente de aquellos que constituyen los


llamados tejidos excitables, que son el tejido muscular y las células nerviosas. Consiste
en un cambio en la diferencia de potencial bioeléctrico que existe normalmente entre el
espacio intracelular y el extracelular.

• Conductividad: es la capacidad de las células de propagar un cambio de potencial desde


un punto de estimulación a todo lo largo de la membrana celular. Esta propiedad está
altamente desarrollada en las células nerviosas.

I) ORGANIZACIÓN ANATÓMICA DEL SISTEMA NERVIOSO.

El sistema nervioso se compone de dos subsistemas principales: el sistema nervioso


central (SNC) y el sistema nervioso periférico (SNP).
El sistema nervioso central está constituido por el encéfalo y la médula espinal, los cuales
integran y correlacionan muchos tipos distintos de información sensorial que llega a ellos.
Además, el SNC es la fuente de pensamientos, emociones y recuerdos, así como de los
impulsos nerviosos que estimulan la contracción muscular o las secreciones glandulares.
El SNP, en cambio, consta de nervios (craneales y espinales), que conectan al SNC con
el resto del cuerpo, y ganglios. Dentro de los nervios periféricos, hay axones de neuronas
sensoriales que llevan información sensorial al SNC de todas las partes del cuerpo. Los
nervios periféricos contienen, además, axones de neuronas motoras que llevan señales
del SNC a los diferentes órganos y músculos.
La porción motora del sistema nervioso periférico se subdivide en sistema nervioso
somático (SNS) y sistema nervioso autónomo (SNA). Las neuronas motoras del
sistema nervioso somático conducen impulsos solo a los músculos esqueléticos, de
manera que el control que ejerce este sistema es voluntario. Las neuronas motoras del
sistema nervioso autónomo controlan las respuestas involuntarias. Hacen sinapsis con la
musculatura del corazón, los músculos lisos y las glándulas.
El SNA consta de dos divisiones: el S.N.Simpático y el S.N.Parasimpático. Las dos
divisiones del SNA generalmente tienen contactos sinápticos con los mismos órganos,
pero normalmente producen efectos antagónicos.
Figura 1: Organización del sistema nervioso.

II) HISTOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO.

El S.N. se encuentra constituido fundamentalmente por dos tipos de células: células


gliales y neuronas.

Las células gliales son más pequeñas que las neuronas y, en contraste con ellas, no
generan ni propagan potenciales de acción, pero sí pueden multiplicarse y dividirse en el
sistema nervioso maduro. En caso de lesión o enfermedad, las células gliales se
multiplican para llenar los espacios que ocupaban las neuronas.
De los cinco tipos de células gliales, solo cuatro se hallan en el SNC (astrocitos,
oligodendrocitos, microglía y células ependimarias), mientras que las células de
Schwann se encuentran en el SNP.

En resumen, las células gliales cumplen diversas funciones, entre las cuales se cuentan:
– Función nutritiva, pues actúan como intermediarias del transporte de metabolitos
entre capilares y neuronas.
– Sostén mecánico.
– Protección contra el daño físico o por sustancias tóxicas, a través de la barrera
hematoencefálica.
– Síntesis de la mielina que rodea los axones.
– Síntesis y almacenaje de algunos metabolitos que nutren las neuronas.
La neurona, por su parte, es una célula altamente diferenciada (en la interfase del ciclo
celular pasa de G1 a G0 ), tanto así que constituye parte de los llamados tejidos
postmitóticos irreversibles, pues ha perdido su capacidad de regeneración por
reproducción celular. Estas células presentan un alto metabolismo, lo que explica el gran
número de mitocondrias presentes en el soma y en las prolongaciones.

La mayoría de las neuronas tienen tres partes: cuerpo celular o soma neuronal, dendritas
y axón o neurita.

El cuerpo celular o soma neuronal contiene un núcleo rodeado por el citoplasma, que
incluye organelos, como lisosomas, mitocondrias, aparato de Golgi, así como grupos
prominentes de retículo endoplasmático rugoso (RER), llamados corpúsculos de Nissl.

Las dendritas son prolongaciones del cuerpo neuronal. Por lo general, son cortas y muy
ramificadas. Generalmente no están mielinizadas. Las dendritas se especializan en la
recepción de información nerviosa hacia el soma.

El axón es otra prolongación cilíndrica que se proyecta desde el cuerpo neuronal. Su


citoplasma contiene mitocondrias, microtúbulos y neurofibrillas, pero carece de RER.El
axón se divide en ramas terminales muy ramificadas, cada una de las cuales finaliza en
varias estructuras ensanchadas, conocidas como bulbos o botones sinápticos.
En el interior de cada botón, se encuentran numerosos sacos diminutos, denominados
vesículas sinápticas, los cuales almacenan un neurotransmisor químico. Estas
sustancias químicas influyen en la actividad de otras neuronas, fibras musculares o
glándulas.
Los axones están encargados de transmitir los impulsos nerviosos hacia otras neuronas,
fibras musculares o células glandulares.

Figura 2: Estructura de una neurona.


Los axones de la mayoría de las neuronas se encuentran rodeados por una cubierta de
lípidos y proteínas dispuesta en varias capas, conocida como vaina de mielina, de cuya
producción se encargan las células gliales. Por lo tanto, los axones se pueden clasificar
en dos tipos de fibras, según la ausencia o presencia de vaina de mielina: fibras
amielínicas y fibras mielínicas.

- Fibras amielínicas: son menos numerosas y de menor diámetro. Como se caracterizan


por poseer escasa envoltura mielínica o carecer de ella, su velocidad de conducción de
impulsos nerviosos es mucho menor. Son propias del sistema nervioso autónomo.

- Fibras mielínicas: son más numerosas y de mayor diámetro. Se caracterizan por


presentar vaina de mielina en su axón.

 Hay dos tipos de células gliales que producen vaina de mielina: las células de
Schwann en el SNP y los oligodendrocitos en el SNC.

3. FISIOLOGÍA NEURONAL.

La propiedad más importante de las neuronas es responder ante estímulos, generando


una respuesta bioeléctrica que viaja a lo largo de toda la neurona. Los dos únicos tipos
celulares que son excitables son la célula muscular y la neurona.
A principios de los años cincuenta, investigadores descubrieron que las neuronas
inactivas (no estimuladas) mantienen una diferencia de cargas eléctricas o potencial
eléctrico constante, a través de su membrana plasmática, similar al que existe en los
polos de una batería. Este potencial, llamado potencial de reposo, siempre es negativo
dentro de la célula y positivo por fuera de ella.

El potencial de reposo se debe a una pequeña acumulación de iones con carga negativa
en el citosol, a lo largo de la cara interna de la membrana, y a una acumulación similar de
iones con carga positiva en el líquido extracelular, a lo largo de la superficie externa de la
membrana.

El potencial de membrana (polarización) se mantiene principalmente por dos factores:

• Distribución desigual de iones a uno y otro lado de la membrana plasmática.


• Permeabilidad relativa de la membrana a los iones Na+ y K+.

La membrana plasmática de la neurona presenta bombas de Na+-K+ que transportan de


manera activa iones sodio hacia fuera de la célula y iones de potasio hacia adentro.
Por cada tres iones de Na+ que se extraen de la célula, se introducen dos de K+; así, se
bombean hacia el exterior de la célula más iones positivos de los que se bombean hacia
el interior.
También hay flujo de iones a través de la membrana mediante difusión por proteínas de
membrana que forman canales iónicos pasivos, presentándose un movimiento neto de
iones de una zona de mayor a otra de menor concentración. Estos canales solo permiten
el paso de tipos específicos de iones como el Na+, K+, Cl- y Ca2+.

Cuando iones de carga positiva se difunden fuera de la neurona, la célula adquiere carga
negativa.

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